Retorno a casa,
La lucha a fatigado mi alma,
Pero no el corazón que se esconde de tus ojos.
Anhelados son tus abrazos calidos
Para mecer mi fusil y conciencia,
Durmiendo al calor de tus sueños.

Dejo atrás a hombres sedientos de libertad,
Fuego compañero
Que amedrenta hasta la oscuridad de la noche,
Combatientes que de sus ojos paren rebeldía,
Y un nuevo amanecer que se apronta gigante.

Vuelvo de los brazos de la insurrección,
Queriendo los de mi compañera.
Boletín de ideas compartidas,
Relegando su cuerpo para mis letras,
Regocijando al papel de sueños, amor y subversión,
Cuando tu piel se dinamita en mí pensar.

Una lucha que nos unió,
Una lucha que nos distanció,
Trascienden complicidades
Sentirte, encontrarte,
Amistad, compañera,
Felicidad, infelicidad,

Se sueltan las manos de los que
Se fundían en una sola criatura de resistencias.

El pecho se engrandece por adorarte,
Hacer de tus despertares una revolución diaria,
Asaltar posibles lágrimas,
Derrumbar las puertas del cielo
Con ruta al cielo de nuestras destrucciones.

Recuerdo la lluvia fraterna,
Aquella sigilosa que deambulaba entre nosotros,
En que las estrellas eran sólo para nosotros,
Recuerdo verte dormir,
Te vi, te observe, te mire,
Diciendo todo para callarlo todo.