De todas las cosas que amé y añoré
y aquellas que trizaron y transaron mi alma.
De los múltiples orgullos malamente contenidos
que vivieron en mí como aves rapáces.
De las causas crueles o incruentas que defendí
y llevaron mi vida sobre ríos de espinas.
De todas ellas recuerdo sobre todo
a ti en la lejanía con paso transitorio.
Hubo un antes y un después al pasar de tu falda
que me ha conminado a un mundo reducido.
Antes de ti cantaba desde las madrugadas
y no me tenía a temblar ante pasos fecundos.
Era yo que caminaba por la vida
creyendo haber probado o saboreado todo.
Puse amarras e hice cabotajes
y navegué por rizos no sombríos ni turbios.
Me asomaba yo al canto del canario
y trozaba temprano mi caña en la molienda.
Era una vida no desperdiciada
que se podía vivir sin letras y palabras.
Pero renaceré entre los horizontes
entre saludos bulliciosos y ningunos adioses.