SI QUIERES SER POETA. (Jaime Sabines)
Publicado en Jun 23, 2010
Después de leer tantas páginas que el tiempo escribe con mi mano,
quedo triste, Tarumba, de no haber dicho más, quedo triste de ser tan pequeño y quedo triste y colérico de no estar solo. Me quejo de estar todo el día en manos de las gentes, me duele que se me echen encima y me aplasten y no me dejen siquiera saber dónde tengo los brazos, o mirar si mis piernas están completas. "Abandona a tu padre y a tu madre" y a tu mujer y a tu hijo y a tu hermano y métete en el costal de tus huesos y échate a rodar, si quieres ser poeta. Que no esclavicen ni tu ombligo ni tu sangre, ni el bien ni el mal, ni el amor consuetudinario. Tienes que ser actor de todas las cosas. Tienes que romperte la cabeza diariamente sobre la piedra, para que brote el agua. Después quedarás tirado a un lado como un saco vacío (guante de cuero que la mano de la poesía usó), pero también quedarías tirado por nada. Yo me quejo, Tarumba, de estar sirviendo a la poesía y al diablo. Y a veces soy como mi hijo, que se orina en la cama, y no puede moverse, y llora.
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María Ester Rinaldi
Lo amo, si eso es posible. Mientras lo recordemos, J: Sabines vivirà en nosotros.
Te aprecio, mi bella Angie.
Abrazos...Maritè.
aNGie D HoZ LeudNaDez
Mi escritora favorita de textale haciendo un homenaje a mi escritor favorito!!!!!
Muy bueno!!!
Saludosss!
Sir Paris
LUIS VILLASEOR MARTINEZ
TIENES RAZÓN... JAIME SABINES FUE UN GENIO
REZUMA AROMA HUMANO... UNIVERSAL...
jasmin
BELLO RECUERDO, PERO POETA TENGA CUIDADO RECUERDE AL MAESTRO JESUS QUE TENÍA AL LADO AL TRAIDOR
María Ester Rinaldi
Un saludo cordial....Marité.
leticia salazar alba
TQ LETY
María Ester Rinaldi
Hay uno en especial que me gusta muchísimo...te lo dejo, disfrútalo
No es nada de tu cuerpo...
No es nada de tu cuerpo
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca -tu boca
que es igual que tu sexo-,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo en que bebo.
Ni son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada -¿qué es una mirada?-
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispas en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un grano, ni un momento.
Es sólo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.
María Ester Rinaldi
María Ester Rinaldi
Mi pequeño homenaje a el maestro Jaime Sabines...un genio.