Fragmento de: Placeres Caníbales.



El jodido domingo transcurre lento, el sol dispara sus rayos quemando mi piel a través de los cristales, esta mañana los zombis caminan sin gracia por las desoladas calles del Jardín del Odio haciendo política, con camisetas de colores, un número y una foto de sus dominadores sistemáticos, quisiera matarlos uno a uno y recuperar aquella mueca muda llamada sonrisa que me han robado. ¡Yo solo pienso en pecar, después de todo mañana será lunes y alcanzaré mi redención!



¡Vamos, canibalízame baby!
 
Hazme sentir que muero mientras te comes mi aliento, rásgame la piel y comete mi carne, devórame y engúlleme mientras me tienes cerca, hoy es domingo y mi cama te llama. La maldita mañana no deja de ser un tiempo congelado en medio de una calurosa pero desolada atmosfera ¡Es un extraño infierno este en el que te espero! Pienso en ti y la erección comienza a hacerse notoria, te deseo y lo sabes, te pienso con antojo, con morbo, con malicia y con hambre, quiero canibalizarte, respirarte, lamerte, degustarte, morderte y roer hasta tus huesos, es una necesidad, es un oscuro deseo que me atormenta en mañanas absurdas como esta en las que mi cordura camina por las sendas de tu cuerpo, teniendo el sabor de tu piel en mi lengua, la humedad de tus besos en mis labios, tu aroma en mi olfato y tu sudor en mi piel.


Los zombis siguen caminando sin gracia buscando votos para sus amos mientras en Chile la gente llora su tragedia, supongo que aun duermes y te espero mientras me devora el silencio y me pierdo en imaginarias canciones que siempre me harán recordarte, quisiera tenerte cerca y saturar tus sueños con venenosa pasión, detener el tiempo y amarte eternamente mientras me pierdo en la profundidad de tus tristes ojos.


¡Maldita sea, son la 10.37 Am y la jornada comienza a marearme! El sol ha roto los cristales y mi piel se calcina rápidamente, el reloj no avanza y la mañana parece un extenuante lapso entre mi agonía y mi deseo de entregarme a la muerte, al pecado y al caos que me produce pensar en tu carne. Permanezco estático en una desolada habitación en el Jardín del Odio y a la espera de la noche mientras deseo intensamente suprimir los malditos domingos del calendario y así no tener que luchar con mis recuerdos, mis deseos, tu ausencia y tu espera.




Continuará (Supongo).