Fragmento de: Mutualidad caníbal (Novela extraviada)
 
Diario de Dalle
Opium Stolen Band.
(Down to Spiral)






El viaje opiáceo, desgarro las paredes de mi habitación buscando un poco de oxigeno, me asfixia el humo que se condensa tras las cortinas mezclándose con el sudor de mi invitada, las ventanas son manchadas con vapor mientras afuera en la calle los adultos realizan sus labores y los niños juegan a esconderse... Ojala fuera tan fácil para mi encontrar lo que busco, ojala fuese un juego, ojala supiese que busco.

Aspiro fuertemente el analgésico mientras quedo en el Stand by de un gratificante viaje: Me asomo a la ventana y observo a un pequeño crio que se oculta tras los arbustos del jardín de mi casa, el chico siente que lo observo, gira su cabeza y sostiene su mirada, lleva su dedo a su boca y me hace una señal de silencio, le sonrío dulcemente mientras acentúo con mi cabeza y cierro la cortina Piggy es la melodía que adorna este viaje... Cierro mis ojos mientras estoy tirado en el suelo acariciando el frio de las baldosas, llevo aquí tirado algunos minutos y me doy cuenta que ese chico que se escondía no era real, ¡en mi casa ni siquiera hay jardín! Pienso entonces que es otra mala pasada que me juega el narcótico.

Redimo el silencio de una calurosa tarde de Abril, busco mi paz interior mientras a dos metros de distancia una hermosa pelirroja se encuentra sobre mi lecho, abro mis ojos y la observo con detenimiento, me señala con sus dedos y me invita a devorarla... ¿será esta escena algo real? Me pregunto mientras me acerco a su cuerpo, llevo mi mano derecha a su nuca y la beso con cautela, Heresy suena mientras acerco mi cuerpo al suyo, siento el calor de su piel quemando mis entrañas, siento sus manos acariciando mi espalda envolviéndome con un fino hilo de vehemencia, los rayo del sol incineran la cortina y la temperatura parece haber aumentado en grandes proporciones; beso a la pelirroja, acaricio sus senos con total paciencia, deslizo mi lengua desde sus labios, atravieso su cuello, sus pechos y su abdomen, juego con su ombligo y llego a su sexo donde siento aquella calidez y aquella humedad carcomiéndome lascivamente el gusto, mis ojos se enrojecen y mis oídos se hacen mas agudos, The March of the Pigs se apodera del aire mientras devoro a la chica, me envuelvo en la voz de Reznor, en los gemidos de Karina y en la lubricidad de su sexo, la poseo vorazmente sobre mi lecho manchando el aroma del opio con el sudor que desprenden un par de entes sexuales, en tanto afuera el clima es un poco mas cálido, los adultos critican sus labores y los chicos cansados de esconderse calman su sed con refresco casero.

Son las 4 PM y la jornada apenas ha empezado, el tiempo pasa lentamente mientras Karina lleva su boca a mi sur, acaricia los costados de mi miembro con su lengua mientras lamo el sudor de su entrepierna, la volteo con cautela y nuevamente me encuentro dentro de su piel, acribillándola así como un lascivo perro posee a su hembra en épocas de celo, proporcionándole el placer suficiente para hacerle pedir mas, para hacerle suplicar por una dosis mas de mi mercancía. Me quedo sin aliento, aspiro una bocanada de aquel veneno productor de extraños viajes, hago un receso entre el sexo y el narcótico, ¡necesito aire! Pienso mientras me dirijo al baño, paseo mi cuerpo desnudo sobre el corredor de mi casa, abro la llave del lavamanos y me observo al espejo mientras una tenue luz agujerea el espíritu de mi reflejo. "Solo soy un tipo desnudo mirándose al espejo mientras su mente está en absoluta blanca bajo la luz de un cadavérico bombillo que agoniza tristemente en tanto permanezco erecto, sediento, drogado y con una hermosa chica pelirroja que espera desnuda sobre mi cama para una nueva revolcada".

Camino desnudo nuevamente por los pasillos de mi casa como un alma en pena que recoge sus pasos en la mitad de una noche menguante mientras mis testículos se estrellan contra los bordes internos de mis piernas, vuelvo a mi habitación, allí esta aquella chica que persiste en mirarme a las ojos mientras me agarra el paquete y lo manipula con sus delicadas manos, Reptile suena precisamente en ese momento y a medida que transcurre el ritmo me convierto en un pervertido sexual, tomo el control sobre el cuerpo de Karina, la agarro fuertemente y la arrodillo mientras la penetro con energía, olvido el efecto del opio mientras la poseo con euforia, con desenfrenada pasión. Esa canción suele volverme un licántropo sexual, me hace olvidar aquellas tristezas y aquellos recuerdos que nublan mi memoria, me hace reconfortarme y encontrarme con esa parte muerta que existió dentro de mi, para darme cuenta que solo es otro irreal viaje en una tarde soleada de Abril, he permanecido solo todo el día aspirando bocanada tras bocanada de alcaloide, evadiendo la realidad, aquí estoy tirado sobre las frías baldosas de las cuales nunca me he levantado, Karina fue un personaje que solo existió en ese extraño viaje causado por el opio y el sonido de NIN.