El día en que el ángel hablo
Publicado en Jul 02, 2010
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 EXTRACTO DE "El Reino Olvidado"
Los hombres de fuego, contaban la historia de la caída del ángel bello. Y con respeto la boca de esos hombres decían que antes que nosotros fuéramos siquiera un pensamiento, una libro entero apareció escrito a los ojos del creador. Día y noche sus páginas doradas brillaban como el más puro de los oros. Por designio divino, este era su voluntad para con nosotros y en el estaba escrito con, lujo de detalle, todo lo que fuimos, somos y seremos. Aunque las palabras quedasen cortas, la belleza de nuestra raza asombro a Dios antes incluso de saber de nosotros. Íbamos a ser una raza bendita, queridos como ningún otro lo había sido antes.
Dice la historia, que en el momento en que el libro apareció ante los ojos de Dios, en su corte celestial había una infinidad de ángeles celebrando la palabra del creador. Cada uno a su tiempo, hablaron de lo mucho que amaba a Dios, de lo eterno y misericordioso de su amor. Después de escuchar a cada ángel Dios estuvo contento y por primera vez fue osana en las alturas por una eternidad.
La ambrosía llenaba las bocas y los corazones estaban llenos de las más dulces bendiciones que el espíritu pudiese dar. De entre todos los ángeles los ojos de uno, brillaban como el más azules de los zafiros, y Aunque todos fuesen hijos amados, el ángeles de los ojos azules cautivaba de una manera especial. Por que con la elegancia de un príncipe, el no hablo como el resto. Con una mirada de plata y los cabellos largos el era un ser hermoso como ningún otro. Sus alas eran largas y esbeltas, su piel era blanca como la porcelana y en lo profundo de su pecho había un corazón frío como el hielo.
Cuando Lucifer, el ángel bello vio el libro, su corazón latió por primera vez en siglos. El ángel de ojos fríos sabía que las palabras se las devora el viento y a modo de sacrificio, se ofreció a sostener el libro ante los ojos de Dios, al oír lo que aquel ángel dijo la corte callo como nunca antes habían callado. El solo intentar mirar a los ojos de Dios era como arrojarse un millar de veces a las llamas mas ardientes del sol, pero el que tenia un corazón de hielo parecia no conocer lo que era el miedo, como lo hacia el resto.
Si el mas mínimo miramientos camino hasta el altar y tomo el libro en sus manos. Su corazón latía como nunca antes lo había hecho. Con voz fuerte, hablo cuanto amaba al creador y que su creación era pura y de lo justo de su ser. Respiro profundo y se arrodillo a los pies de Dios abriendo el libro. Las llamas le abrasaron como dos lenguas de fuego, sus ropas se hicieron polvo y con la última gota de su voluntad puso el pesado tomo sobre su cabeza. De rodillas soporto el sacrificio ofrendado sinceramente, como nadie más lo había hecho nunca.
Dios leyó largo, después de saber lo que su obra sería, medito. Bajo las llamas abrasadoras, los ojos del ángel lloraban ríos de sangre, las manos ardían entre flamas azules y aunque quizás cualquier otro hubiese muerto, el ángel bello permaneció agónico tendido en el suelo.
Nadie en la corte hablo. Sobre el piso estaba el cuerpo semicalcinado de lucifer, y solo luego de una pausa, Dios sintió que los juegos empezarían. El nos creo con solo un pensamiento, cuando estuvo contento con su creación, les advirtió a cada uno de los ángeles que ninguno de ellos debía de enseñar a este nuevo hombre.
-El será hijo del rigor - condeno en la voz poderosa de Dios
- Será un hombre libre como ninguna otra creación antes hecha-.
Todo el mundo callo en asombro, los ángeles mismos son esclavos del amor que profesan y por eso no tienen derechos a gobernar su vida; pero los hombres serian libres desde el primer segundo de su vida.
Por ultimo – dijo Dios- hoy decreto que aquel que llaman hombre tendrá en su boca mi palabra. Lo que el pida se le será concedido, lo que quiera se le será entregado y lo que el siembra cosechara.
El ángel bello de corazón frió, no supo que pensar. Su corazón se detuvo en seco, como un reloj viejo. En todas las palabras de Dios no hubo una sola para el, sintió que las cadenas de su esclavitud parecían pesadas, cubierto en sangre y demasiado herido como para decir algo, sintió el amargo de la injusticia por primera vez en su vida planteándole su lengua.
No era posible que un ser ínfimo como ese pudiera decidir su camino, era blasfemia el poder de su boca y era herejía el esculpir su destino. El ángel lloro lágrimas amargas al ver que el sacrificio nunca antes hecho fue invisible ante los ojos de Dios.
Desde entonces que su cuerpo nunca más sano, ojos nunca más volvieron a ver la luz porque desde ese entonces que las cuencas de sus ojos solo lloran sangre, su piel bella se volvió mármol negro y sus alas nunca más volvieron a volar.
No paso mucho tiempo antes que el cielo emitiese un juicio, el hombre era inquieto, capricho e Incluso irritante. Antes que sus nuevos hijos nacieran ya tenían preguntas. Parecía dueño de una sed que no tenía límites, querían saberlo todo, querían hacerlo todo y lo mas peligroso es que querían tenerlo todo. Pero por más que pidieron respuesta a los cielos, Dios ni ninguno de sus ángeles contesto, pronto se cansaron de hacer y se perdieron en tener como ninguna otra bestia lo había hecho.
Desde ese momento, algo se quebró dentro de Lucifer.
En el cielo se oyó con palabra clara lo que el ángel proclamo
- Dios mi Dios, he aquí el ángel de ángeles que te pregunta, por que esa raza no tiene derecho al saber de tu bondad.-
-¿Es que acaso ese hombre no es bueno?-
Lucifer no buscaba respuestas, por eso ni siquiera espero que sus preguntas fuesen contestadas cuando el ángel rompió el aire con su lengua de plata diciendo.
- Mi señor, en mi boca tu palabra siempre ha sido cumplida y en mi espada siempre tu luz cargada y por más que me pregunto que debo hacer, no encuentro manera de saber lo que es bueno a tus ojos.
-¿Es acaso, esa raza cubierta en miseria, digna del derecho a elegir su camino?- encaro el ángel
- ¿Quiero saber, Dios mío, por que tengo que ser esclavo de un ser de carne?-
Pero Dios sabiendo también que necesitaba del corazón frió de lucifer para pulir a los hombres, nunca contesto y la rabia creció en aquel que alguna vez fue bello, como nunca antes había crecido en ningún otro ser.
-Mi señor –dijo el ángel con las palabras cortadas por la rabia - Es que esos de blasfemia van a tener tu favor por encima de los ángeles del cielo –
Y Dios no contesto.
El silencio, desconcertó al ángel .
El vio a esta raza débil y cubierta en lodo, sintió asco por ellos. Sintió asco de sus caras estúpidas y sus cuerpos deformes, ellos no eran hermosos como el una vez fue. El vio la miseria en el hombre, lo vio muerto de hambre como pordiosero y tiritando de frío como perros bajo la lluvia. Pensó que ese hombre apenas y si podía sobrevivir desnudo y a el le dio vergüenza.
Lucifer nunca había sentido rabia y las otras sensaciones que le carcomían las entrañas, nunca nada le había sido injusto antes y solo falto una chispa para que su corazón frío se volviese un témpano inquebrantable, esa noche algo dentro de el se torció. Después de mucho meditar pensó que Dios ya no era el Dios justo al que se entrego en servicio, repetía y una y otra vez, que Dios estaba se había equivocado.
Todo fue como ver caer un castillo de cartas, piezas tras pieza caían hasta que cuando todo estuvo en el suelo el ya no era mas aquel ser brillante,la locura de la rabia lo hizo caer, y la rabia dio paso a rencor y este a maldad y en el crecieron el egoísmo y vanidad perdida en aquel sacrificio que nunca fue premiado.
Su corazón latió más fuerte que nunca, el ritmo era prohibido y obsceno como ningún otro sonido lo ha sido desde entonces, su garganta canto como una música prohibida y la guerra estallo por primera vez en el cielo. La música sacudió los cuerpos de los ángeles débiles y en sus cabezas crecieron cuernos como los de las bestia y las alas se volvieron negras como la noche.
Lucifer cortó las cadenas con sus colmillos y los pesados grilletes se abrieron como mariposas cuando el pensó en ser el nuevo Dios justo. Con la diestra desenfundo su espada y con la zurda la clavo al suelo justo delante del trono de Dios. Desde ese entonces que la espada de Lucifer esta enterrada a los pies de Dios.
La guerra estallo en ese instante, Los ángeles fieles no pudieron poner mucha resistencia, la rabia de Lucifer era imponente como la fuerza del mar. La Luz peleaba cantando canciones de risas de niños, Lucifer y los suyos arrancaron carne y hueso de los ángeles, y sus con quijadas y piernas formaron martillos y hachas, con espinas y costillas formaron lanzas y escudos.
-Señor de deshonra- grito Lucifer
-Tu justicia no es mas que arrogancia en el cielo -
-Cuando Dios vio lo que Lucifer era capaz, vio que el era bueno y supo que los juegos comenzaban.
Dios se paro de su trono y camino de frente al ángel bello.
Se miraron a los ojos, Lucifer fue abrazado en llamas pero el no escondió la mirada,
levantando sus brazos y cubriéndose los ojos Dios grito a la Bestia.
- A ti, Lucifer, baja tu arma que desde hoy el era libre, por que en ti ya no habrán mas cadenas. Y yo que soy el creador de todo, reconozco tu sacrificio. Desde hoy ya no serás príncipe, sino rey.
- Para ti son las tinieblas y todo aquello que no toque la luz.- Desde hoy tu reino estará en las profundidades, y como rey todo aquel ángel que quiera ser libre será parte de tu pueblo.
Sus ojos sangraban, y el tridente en sus manos temblaba ante la palabra de Dios.
Dios Levanto un brazo al cielo y dijo
-Desde hoy, tú serás el que entregué la justicia que yo no entrego. Decidirás lo que es bueno y malo como lo hago yo. Y gobernaras las regiones donde mi reino no es oído como si estas fueran mías.
Aquella noche se hizo la voluntad de Dios, un tercio de los ángeles siguieron a Lucifer. Como cometas del cielo, cayeron los ángeles y la tierra se lleno de llamas. A ese día se le llamo el de la marcha triste por que en el cielo ya no hubo celebraciones.
Desde entonces parte de la historia fue devorada por el tiempo, Dios mismo encargo que un ángel devorará cada una de sus letras. Lucifer sembró en los hombres todo lo nuevo que había en el y apenas callo la primera noche en el reino de Lucifer, estallo la primera guerra y como los hombres eran jóvenes aun no habían creado la magia, y en esa época miles murieron a filo de espada, los ríos corrían rojos de sangre y los ángeles de Lucifer crearon la luna, quemaron la tierra y esta se volvió fría como el bao de un muerto. Fue en esa guerra que los hombres de fuego murieron y como ellos eran de hombres buenos y de pasiones profundas, dejaron escondida pedazos de esta historia en el corazón de los arboles.La tierra quedo en manos de los de piel blanca.
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espero que les guste.

Palabras Clave: Dios Angel Demon.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficción


Derechos de Autor: Ariel Muza


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