En el parque, a la misma hora... (Capitulo 2)
Publicado en Jul 12, 2010
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En el ambiente, se nota claramente el paso de la tormenta. El cielo solo con algunas nubes pero con la humedad suspendida en el aire, eriza la piel debido al frío. No por eso Javier dejara de visitar el parque, como siempre a la misma hora, para sumergirse en la lectura y en sus más profundos pensamientos. Sentado en el mismo escaño, bajo el mismo sauce, no se mueve ni por un segundo debido al fuerte y frío viento que corre. Tanta es su concentración, que no se percata de la presencia que lentamente camina hacia el. Solo advierte que alguien se encuentra junto a el, cuando un suave apretón en su brazo, le indica que alguien quiere su atención. Javier algo perturbado, gira su cabeza sin ninguna ilusión de que sea alguien en especial, sin embargo, jamás se espera que sea aquella persona.
-Parece que tu nunca dejas de venir, ni la lluvia ni el frío te lo impiden – Comenta Beatriz observando el lugar
-¡Hey! Tú por acá ¿parece que se gusta el lugar también? – Pregunta Javier sin esconder su alegría
-Es un lugar bastante especial, me gusta. Es tranquilo, pero ¿sabes que es lo mejor?
-No se, ¿Que no anda nadie?
-Justo lo contrario, la compañía, eso es lo mejor – Contesta Beatriz muy coqueta, mientras se sienta junto a Javier –No he podido dejar de pensar en ti –Confiesa Beatriz observándolo a los ojos. Sin quitarle la mirada de encima, lentamente se acerca y lo besa. Claramente Javier, a pesar de no saber nada de ella, siente un dejo de atracción, por lo que no perderá la ocasión de besarla por segunda vez, esta vez, tomando el la iniciativa. Javier siente que existe una especial conexión entre ellos. Sabe que de ella no sabe más que el nombre, pero esa confianza, esa química que tienen, le dan a entender que ella debe ser la mujer de sus sueños, la que siempre ha esperado para compartir el resto de su vida. Encuentra sus ideas descabelladas, quizás tanto leer y alejarse del mundo real para pasar horas enteras divagando en la fantasía, le están haciendo un dañino efecto, pero su creencia mas fiel, es que todo lo que le esta pasando, lo que esta sintiendo, es parte de su destino. Siente que no le queda aliento, el beso ha sido tan profundo, que pensó que jamás se terminaría, no es capaz de quitarle los ojos de encima, se siente extraño. Lentamente Beatriz se acerca a Javier para decirle algo al oído. Con una coqueta sonrisa se levanta del escaño y con un tímido adiós, se despide de Javier.
 
-Sinceramente no puedo creer lo que me cuentas, ¿se volvieron a besar?, pero si ni se conocen – Cuestiona la situación Dafne, mientras se pasea de un lado a otro preparando algo para comer – Además eso de que solo piensa en ti, que cursi
-Eso no es nada, parece que quiere que nos juntemos mañana nuevamente –Confiesa Javier misteriosamente, observando a Dafne, la que se gira sorprendida con lo que ocurre
-¿Cómo sabes eso? ¿Te lo dijo?
-Si, me lo dijo. Se me acerco al oído y me dijo algo que jamás olvidare –Recuerda Javier sintiendo las mismas mariposas que sintió hace un par de horas.
-¡Huy! ¿Y que fue eso que te dijo que te dejo tan marcado?
- Nos vemos mañana, acá, en el parque, a la misma hora… ¿no es romántico?
Dafne al verle la cara de Javier mientras recuerda, solo mueve la cabeza, tratando de decir que todo lo que dice y hace es una locura.
 
Semanas después…
 
Las visitas al parque por parte de Beatriz, se convirtieron en algo diario, solo para ver a quien le entregaba la mejor compañía, aquel que de sus pensamientos no desaparecía, el muchacho que sagradamente visitaba el parque todos los días, a la misma hora, Javier.
Todos los días durante ese lluvioso mes era lo mismo. Javier dejo los libros por las interminables conversaciones, las risas y siempre para algo más. Claramente para Javier, Beatriz no es la misma muchacha a la que ayudo, es algo mas, un sentimiento muy intenso lo hace levitar cada vez que piensa en ella, que la ve, que la oye.
Sentado el uno al lado del otro, solo observan el húmedo paisaje que se les presenta. Ninguno articula palabra, solo se escucha la respiración del otro. Con una mirada tierna y a la vez temerosa por la reacción que puede desencadenar, Javier observa a Beatriz.
-¿Te he dicho que me encanta tu cara cuando tienes frío? –Pregunta Javier mientras acaricia el pelo de su amada
-No, no me lo habías dicho. A mi me encantan tus ojos cuando estas nervioso, ¿ocurre algo? –Observando los ojos de Javier profundamente, como queriendo encontrar una respuesta, pregunta Beatriz
-Si, ocurre algo. Tengo que confesarte que…
-No me asustes ¿estas bien? –Interrumpe Beatriz
-Mejor que nunca, desde que te conocí, mi vida tomo sentido. ¡Te amo! –Confiesa Javier muy seguro de sus palabras
Beatriz solo lo observa, no es capas de contestar a lo que Javier le ha dicho. El lentamente se le acerca, quiere sellar lo que ha dicho con un beso. Inesperadamente Beatriz corre su cara, con un gesto de que Javier esta haciendo algo inapropiado. Bruscamente se levanta del escaño e intenta correr del lugar, dando unos trancos hacia la salida. Javier no entiende lo que esta pasando, rápidamente sale a su alcance, se adelanta a ella interponiéndose en su paso. Algo le dice que nada bueno esta ocurriendo, las abundantes lágrimas de Beatriz son una clara señal.
-¿Qué pasa amor? ¿Hice algo malo? –Pregunta desesperado Javier
-No, no has hecho nada malo, soy yo el problema –Contesta Beatriz secándose las lagrimas con la manga de su polerón y observando la cara de incertidumbre de Javier, quien intenta nuevamente preguntar algo para entender lo que esta pasando, pero la abrupta salida de Beatriz del lugar, lo dejan con las palabras en la boca y la sensación de que cometió un error, por el cual no se perdona.
 
Tratando de imaginar lo que pudo pasar, lo que hizo que Javier cambiara de un día para otro, Dafne no deja de pensar en un sinfín de situaciones. De la comida servida hace unos momentos, ni un bocado ha sido degustado. Ya hace unos minutos que Amaro la observa tratando de comprender porque se encuentra estática contemplando la nada y sin tocar su comida. Decide acercarse para preguntar lo que ocurre, le preocupa el comportamiento de su amiga. Sigilosamente se sienta en la silla que esta junto a Dafne y como tratando de observar lo mismo que ella, Amaro le pregunta que le ocurre, el porque de su comportamiento aplanado y retraído
-Javier, algo le pasa ¿No has notado que esta como… depresivo? – Contesta Dafne sin cambiar su posición ni sus gestos.
-Bueno, ahora que lo dices, desde hace un par de días que no se ríe con los chistes que le cuento – Comenta Amaro entendiendo lo que le preocupa a Dafne
-Es que tus chistes, no hacen reír a nadie, así que normal es que alguien no se ria - Aclara Dafne dejando de mirar la nada – Me refiero a que esta como ausente. Desde hace como una semana que se levanta muy temprano y llega muy tarde. Es como si no quisiera que le habláramos
-Quizás, algo paso con la niña con la que estaba viéndose, ¿Cómo es que se llama?
-Beatriz, tienes razón. Cuando quieres serlo, eres muy inteligente – Dafne se levanta de su silla y sube a su cuarto con intenciones de salir. Como siempre, Amaro no entiende mucho y decide saciar su hambre con la fría comida de su amiga.
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Foto del autor Joaquín Varela Gutierrez
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Descripción

Javier, un aficionado a la lectura, se refugia más en ella para olvidar sus problemas. Este mismo habito le hará conocer a la que cree es la mujer de su vida, acontecimiento que cambiara su vida y la de todos los que lo rodean.

Palabras Clave: Parque amor desamor homosexualidad

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficción


Creditos: Joaquin Varela

Derechos de Autor: Joaquin Varela


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