Creo que todas las mujeres, cuando nos enteramos que vamos a ser mamas lo que menos pensamos si estamos preparadas para serlo.
Porque lo único que se nos pasa por la cabeza es algo inexplicable es un sentimiento que solo alguien que fue madre sabe de qué estoy hablando, lo primero que se siente por esa personita que sabemos que está creciendo en nuestro vientre, es amor, emoción, alegría, es algo inexplicable, hermoso, sentimos que nuestra vida está por cambiar para siempre.
Después empiezan los miedos, ¿seré buena madre, lo hare bien?, eso les puedo asegurar se lo preguntan todas las mujeres, pero nunca encuentran respuesta, no hay una escuela que nos enseñe a serlo, se aprende desde el corazón.
Desde el primer momento que damos a luz un pedacito de nuestro ser le brindamos nuestra alma, sangre, vida, lo único que nos importa es cuidarlos con nuestra vida si es necesario.
En muchos casos postergamos nuestra propia vida por cuidarlos y ocuparnos de ellos, sin importarnos que dejemos en el camino, ahora yo les pregunto ¿hacemos bien?, yo creo que una verdadera madre me diría que sí. Pero preguntémonos, si cuando cresen ellos están de acuerdo con la forma que fueron criados.
Algunos nos van a decir, má te agradezco por todo el amor que me diste, otros reprocharan no haber sido, ni cuidados ni atendidos como cualquier hijo amado por su madre, otros envidiaran el amor de madre que les falta y otros dirán que se los cuida demasiado, sabes que ser madre es lo más hermoso que nos puede pasar, pero que fácil sería si pudiéramos como, si los cuidamos demasiado está mal, sino los cuidamos peor, ¿Cómo se hace?, ojalá algún día alguien lo descubra, para que como madres podamos disfrutar a nuestros hijos, sin reproches. Aunque sabemos que si fuimos buenas madres aunque no lo admitan, de grande por vergüenza u orgullo, sabemos que nos aman, y que cuando a nuestras hijas les toque ser madres se van a hacer las mismas preguntas, que hoy nosotras no nos sabemos responder.
La respuesta será la misma, no hay escuela, es guiarse per nuestro amor e intuición de madre y hacerlo lo mejor posible, para que el día que crezcan nos amen como nosotras a ellos, porque el amor de madre no se puede comparar con ningún otro.
Madre hay una sola y eso aunque pasen los años nunca eso va a cambiar, en definitiva aunque se sufra que hermosa maravilla es ser mama vale la pena cualquier sufrimiento, eso sí recordemos disfrutarlos desde chicos porque de grandes, según ellos, tarea cumplida.
Por este motivo voy a darles un consejo no dejen de vivir por sus hijos vivan con ellos y para ellos, pero también para ustedes.
Así cuando empiecen a volar de su lado, todavía se acuerden que aparte de ser mamas son mujeres, sino ya se habrán olvidado de vivir y solo encontraran soledad.
Vivan por ellos y por ustedes hasta que encontremos el secreto de cómo serlo…
Les deseo suerte.