La AMM
Publicado en Aug 04, 2010
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LA
ACADEMIA
 
Por: Alondra Aluci
 
Dedicado especialmente para todas aquellas personas que me apoyaron y me ayudaron tanto con su entusiasmo como con ideas a terminar este libro.
Gracias.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Prologo.
Debo comenzar asegurándoles, que nunca me imaginé escribiendo él prologo de esta novela; si bien un día esperaba escribir algo interesante, nunca esperé llegar a este punto.
Es una sorpresa agradable.
Me siento principalmente obligada a agradecerles de antemano que se tomen el tiempo para leer lo que por mucho tiempo estuvo dentro de mi cabecita. Pues verán, esta historia -como todas las historias- tuvo su comienzo; y en ese entonces yo contaba con 10 años. Ahora, 5 años después, puedo asegurarles que esta versión es mucho más recomendable que la anterior.
También quiero dejar muy en claro; que uno de mis deseos más fervientes, es el poder brindarles una lectura que sea provechosa. Espero lograr mi cometido.
Sin más, les dejaré comenzar su lectura, y les abriré la puerta para que puedan entrar a la Academia Mixta, y vivan sus sueños; tal y como yo una vez lo hice una vez.
Disfruten el recorrido.

Atte. Alondra Aluci
 
 
 
LA ACADEMIA MIXTA
Capítulo 1: Los Walker

Hacia calor, pese a que eran las 8:30 AM; el sol ya irradiaba tanto calor que resultaba casi imposible permanecer en la cama bajo las cobijas. Sin muchas ganas y con un gran bochorno, Sophia se encaminaba a su baño para tomar una refrescante ducha; y como aun era verano, podía tomarse el tiempo que quisiera para hacerlo.
-¡Sophie, te buscan!- gritó su prima desde abajo
-Ya voy, Caroline- respondió Sophia
Tomó su ducha, lo más rápido que pudo y se vistió rápido, sabiendo de antemano quien era la que estaba abajo esperándola; sin lugar a dudas era Ashley Grind, su mejor amiga. Y también sabia que no debía dejar mucho tiempo a su prima Caroline con Ashley, pues no se llevaban bien, de hecho, peor que mal. Bajó las escaleras con el cabello aun mojado, y con la esperanza de estar en lo correcto.
-estoy lista-dijo Sophia al verla
-muy bien, vamos- contestó Ashley apresurándola
-vamos- repitió tomando su bolsa –avísale a mi mamá que fui con Ashley- avisó.
Caroline asintió, al tiempo que veía a su prima Sophia saliendo por la puerta de la cocina con la rubia tonta Grind; la detestaba demasiado, era insoportable su sola presencia, y aun no entendía como Sophia aun era amiga suya. La odiaba demasiado, por lo que le había hecho.
Por su parte, caminaban las dos chicas juntas, sumergidas en una conversación insustancial sobre su serie favorita “Gossip Girl”, que había sido transmitida la noche anterior; llegaron por fin a la casa contigua, que era la de los Grind. Ese día era el cumpleaños de Lilian, la hermana menor de Ashley, la cual idolatraba a Sophia de una forma totalmente absurda; solo por eso, Ashley había tenido que ir a casa de su amiga para llevarla a desearle un feliz cumpleaños.
-¡Sophie!- chilló Lilian en cuanto la vio entrar
Esta no pudo hacer otra cosa, que felicitarla y darle un gran abrazo; al tiempo que la pequeña la tomaba de la mano para llevarla hasta su habitación. Ella deseaba mostrarle los regalos que le habían dado esa mañana. La pequeña Lilian de verdad quería a Sophia, y deseaba un día poder ser como ella; lo cual a veces ponía en vergüenza a Sophia, pues Lilian siempre veía mas allá de las cosas simples que ella hacia; pero siempre le parecía dulce.
-¿adivina quien vendrá a la fiesta?- dijo Ashley emocionada
-vendrán los Walker- respondió Lilian, sin que alguien se lo pidiera –por eso Ashley esta emocionada, ella ama a Ryan- añadió en burla
-eso no es cierto- replicó Ashley ruborizada
-tu lo amas- seguía diciendo
 
En realidad, lo que Lilian afirmaba, resultaba demasiado evidente, y aun mas para los que habían hablado al menos 20 minutos con Ashley, pues en ese lapso ella solo podía comentar sobre Ryan Walker; hablaba sobre el casi rubio cabello del chico, de esos ojos color miel que bajo el sol parecían casi oro…Si Ashley no estaba enamorada, al menos estaba obsesionada.
-También vendrá Matt- comentó Lilian después de un rato
-a ti te gusta Matt- confesó Ashley a modo de venganza
-no es cierto- contestó poniéndose roja
-como quieras…pero yo oí a Matt diciéndole a Ryan que le parecías muy linda- contestó su hermana, viendo si Lilian caía en su treta
Al instante en que oyó decir esto, los opacos ojos azules de Lilian brillaron con una intensidad tan dulce, que le resultaba imposible a Sophia no darse cuenta de que era cierto lo que estaban diciendo.
La pelea pudo haber seguido, pero en ese instante el timbre sonó; pues el vestido nuevo de la pequeña apenas había llegado; se despidió de su “heroína” y se fue de ahí. Por su parte, ambas amigas siguieron conversando, hasta que las personas comenzaron a llegar a la “fiesta”.
-debo ir a cambiarme-avisó Sophia
La rubia asintió, viendo como su amiga se desvanecía rápidamente. Se tele transportaba.
La razón por la que Ashley y Sophia eran buenas amigas, residía en parte a que ambas jóvenes tenían dones especiales. Ashley poseía Pirokinesis (control del fuego) y empatía; mientras que Sophia era poseedora de Teletransportación, además de telekinesis orbitacional, (poder para mover cualquier cosa con la mente sin que ocupe un lugar en el espacio durante el transcurso)... Que ambas tuvieran dones mágicos, no resultaba ser raro para los amigos y familiares, pues en realidad, tanto los Sres. Grind, como Lilian y todos los Sullivan se encontraban en la misma posición,
Justo cuando Sophia se estaba apareciendo en la cocina, sus padres iban entrando a ella; lo que le causó un gran susto a la Sra. Sullivan.
-te he dicho que revises antes de aparecerte- la reprendió enojada
-lo siento, tengo prisa- se disculpo sin muchas ganas, saliendo de ahí.
En realidad, la cocina no había sido si meta; ella más bien planeaba aparecer en su habitación, solo que, en algunas ocasiones, cuando no se concentraba totalmente, terminaba apareciendo en un lugar diferente; eso le ocurría con mucha frecuencia, ya que se distraía con cualquier cosa. Al final, optó por correr, y por fin al llegar, corrió a su armario, para buscar en el estante mas alto de éste, una caja grande de color blanco; dentro de la caja estaba el único vestido que tenia: era de color azul cielo, con tirantes, no muy elegante.
A ella no le gustaba mucho usar vestidos, ni faldas, no creía tener un buen gusto en esas cosas, además de que se sentía mucho mas cómoda usando sus jeans. Después de pensarlo mucho, se puso el vestido y eligió los accesorios propicios para aquella ocasión. Quería causarle una buena impresión a los mellizos Walker, no sabía porque, pero eso quería hacer.
Antes de que diera la hora en la que fueron invitados, Sophia ya estaba totalmente lista; medio incomoda por los tacones y el vestido, pero muy ansiosa; esperando que tanto Caroline como sus padres, ya quisieran irse.
-mamá, ¿conoces a los Walker?-preguntó después de un rato
-son los padres de Ryan y Matt Walker- contestó Caroline metiéndose en ka conversación
-si, eso creo- dijo Sophia confundida.
-Salí con Ryan hace 5 años, pero el prefirió a Grind- informó con un tinte de melancolía y ligero odio en su voz.
Todo era un poco mas claro; ella sabia que Caroline no soportaba a Ashley, pero desconocía la razón…hasta ese momento. Pensativa aún, Sophia siguió a sus padres hacia la casa contigua de los Grind; al tiempo que fingía escuchar las insulsas historias que su prima le confesaba en estricto rigor de secreto.
De inmediato al entrar, fue recibida por Lilian, que buscaba indagar si su vestimenta era la adecuada, o si había hecho mal en hacerle caso a su hermana. Eso le parecía bastante tierno, que incluso se puso en cuclillas para abrazarla, aunque ella no se lo había pedido.
-ni yo misma habría hecho mejor- contestó aun teniéndola en sus brazos.
Bastó esa simple respuesta para que en el rostro de la pequeña, se formara una esplendida sonrisa de oreja a oreja. Continuaron conversando ambas, y en ese momento la conversación envolvía tanto a Sophia, que ni siquiera le incomodaba estar arrodillada para estar a la altura de ella.; ambas se ponían tanta atención mutuamente, que ni siquiera notaron que otra familia había llegado al lugar; y que precisamente, Ashley había sido la que les diera la bienvenida. No fue hasta que los ojos de Lilian brillaron, al verlo, que Sophia se percató de que el famoso Matt Walker se hallaba justo atrás de ella.
-Feliz cumpleaños – saludo él
Sin pensarlo ni medio minuto, Lilian abandono a su “heroína”, para lanzarse a los brazos del chico y aun menos, para otorgarle su beso en ambas mejillas. Por su parte, Sophia aun estaba arrodillada, y aunque sentía curiosidad, aguando un par de segundos más; para luego levantarse lentamente y girar para descubrir quien era el susodicho…
…Matthew Walker, que cargaba a Lilian, la soltó de inmediato, justo cuando Sophia volteó para saludarlo. En el preciso momento en que la vio levantarse, cuando vio como arreglaba su cabello con apuro, observo esa dulce sonrisa… Justo ahí, supo que a aquella chica la amaría por siempre.
El color rojo se hizo presente en las mejillas de los dos jóvenes; dijeron sus nombres lo mas elegantes que pudieron, solo que los nervios les jugaron una jugarreta inapropiada para la ocasión.
-¡Sophie!-la llamó una chica
Aquel grito, fue estruendoso para todos los presentes, pero para Sophia fue un leve murmullo apenas audible; estaba demasiado concentrada mirando lo café de los ojos de su recién conocido.
Su primer encuentro resulto ser como el de un amor a primera vista; ella no podía dejar de mirar los ojos de Matt; y él no lograba asimilar que alguien pudiera tener la sonrisa más bella, serena y perfecta del mundo.
-veo que ya conociste a Matthew-comentó Ashley, interrumpiendo el silencio.
Aquella intromisión pudo haber sido menos obvia, si ellos hubieran estado conversando, pero estaban demasiado absortos contemplándose mutuamente, que ni siquiera lo notaron; era como si creyeran que las personas que tenían en frente fueran la máxima expresión de la belleza.
-así es- contestó Sophia, volviendo a la conversación
-entonces, también te presentaré a Ryan-afirmó Ashley, yéndose,}
Rápidamente, Ashley ya estaba de regreso y llevaba de su brazo a un chico; a quien presento como Ryan Walker. Sophia recobró la serenidad cuando dejo de mirar a Matthew, por lo que pudo contestar y presentarse mejor de lo que esperaba.
En seguida los 4 comenzaron a formar una amistad notoria, que en si ni era sorprendente en Ashley, que ya conocía a los en hermanos; lo era mas por Sophia, que hacia solo una hora que se los habían presentado. Para todos resultó ser tan tierno, para los Sullivan, para los Grind, y seguramente debía ser también así para los Sres. Walker, pero ellos no estaban en ese momento. A todos los presentes les alegraba, a todos, menos a la mas joven de la familia anfitriona; a la chica del cumpleaños no le causaba la menor gracias, y en cuando vio el momento propicio, fue en busca de su actual prospectó. Él chico no deseaba alejarse de su nueva amiga, pero cedió por las suplicas provenientes de la que consideraba como su hermanita
-Lilian quiere mostrarme algo, ya vuelvo- dijo Matt alejándose.
Los tres restantes asintieron, y luego volvieron a su conversación. Esto le dio tiempo a Sophia para meditar y observar a Ryan, en su comportamiento para con Ashley. Deseaba averiguar si Ryan se interesaba tanto en su amiga, como ella en él. Casi lo lograba, solo que su pensamiento divagó un poco y en vez de hacer eso, comenzó a compararlo con su hermano, Matt y Ryan eran mellizos, aunque nada parecidos; solo en que ambos eran altos, pero Ryan tenia el cabello castaño muy claro y ondulado, Matt lo tenia castaño muy oscuro y lacio; Ryan contaba con unos ojos color miel que contrastaban completamente con los marrones de Matt.
-vamos por bebidas Sophia- ordenó amablemente Ashley
Así fue, los tres se encaminaron a la barra, donde se hallaba el chico que atendía en la fiesta; sin ganas Sophia miraba como les servia sus bebidas.
-se acabó el hielo, Srta. Grind- avisó el barman
-déjamelo a mi Ashley- pidió Ryan,
A Sophia no le inquieto la respuesta del mellizo Walker; tal vez creía que Ryan iría él mismo por el hielo a algún mini súper, o algo así; no se imagino que el chico los fuera a hacer él mismo. El chico ordeno que trajeran una hielera, donde hubiera agua; solo puso su mano sobre el agua…y esta se congeló al instante.
Sobresaltada, Sophia regañó a Ryan. ¡No era posible que él fuera tan inconsciente, e hiciera uso de sus dones en público!
Ashley comenzó a reír.
-¿Por qué te ríes?-preguntó confundida
-Porque todos aquí tenemos dones…todos- contestó todavía riendo.
-si, yo tengo Criokinesis (control del hielo) y atmokinesis (control del clima con las emociones)- comenzó a decir Ryan
-y Matt tiene súper fuerza e invisibilidad…- dijo Ashley apoyando a Ryan
-no olvides mis campos de fuerza-agro Ryan, volviendo a ellos.
Cuando Sophia iba a comenzar a sentirse completamente tonta, Matt le dijo que él también había creído lo mismo. Si ella algún día hubiera intentando imaginar al chico de sus sueños, entonces…seria igual a Matt; en definitiva, si tenia que pasar el resto de su vida al lado de alguien, entonces lo elegiría sin pensar. Esa afirmación, resultaba bastante apresurada, pero la verdad era que había sido un amor a primera vista; uno de esos amores que entran sin previo aviso y que tardan años en desaparecer, si no es que nunca.
Deseaba con todo su corazón que el tiempo que pasaba con ellos nunca acabara; en esas cuantas horas, un gran cariño por Ryan había surgido, y un amor totalmente desinteresado le había nacido hacia Matt.
-es hora de irnos- avisó Ryan malhumorado
-quizás nos veamos en la escuela- dijo Ashley reprimiendo su tristeza
-¿A que escuela asistes?-preguntó Matt a Sophia
-iré a…Mm.…- contestó sin recordar el nombre
-¿Al Collage Proudly Blue?-inquirió Matt
-no, ahí no- respondió pensando un poco mas
-¿al Colegio Nortwood?-pregunto recordando esa escuela
-no, no- contesto segura -¿a que escuela vamos Ashley?-pregunto cansada de recordar
-a la AM- contesto su amiga
La AM, eran las siglas de la escuela conocida por su gran nivel académico, era la Academia Mixta, la única que como su nombre lo decía, era mixta, pues tanto en Colegio Nortwood, como el College Proudly Blue, eran solo para mujeres. Sucedía que había mas escuelas para chicas, porque la mayor parte de las personas dotadas con dones mágicos, eran chicas; ya que solo uno de cada 50 embarazos tenían un hijo varón. No todos tenían la suerte de los Walker.
Que aquellas chicas asistieran a la misma escuela que ellos, era una gran sorpresa, pues ella tenía la posibilidad de ir a mejores escuelas,
Con todo el pesar de sus corazones, no tuvieron más opción que despedirse, claro, no sin antes prometerse que se mantendrían en contacto. El calor que recorría el cuerpo de ambos, al sentir la mano del otro, en aquella despedida, era sin lugar a dudas, era algo indescriptible. Un calor que Sophia a sus 15 años jamás había sentido ni imaginaba sentirlo.
Vio salir a sus dos amigos que habían robado el corazón de ambas chicas.
-Es…un gran chico- atinó a decir Sophia después de un gran silencio.
- lo es; creo que comenzaré a enamorarme de él…si no es que ya lo hago-dijo Ashley, sin poder reprimir una sonrisa tonta.
Por un segundo, el comentario le confundió un poco, fue hasta unos minutos después que se dio cuenta de que ella hablaba de Matt, y Ashley se refería a Ryan. Ambas disfrutaban las delicias de un amor adolescente, que se te mete por las venas y te quema como fuego.
Algo parecido les sucedía a los chicos; dentro de su habitación compartida, ambos aun pensaban en los ojos de las chicas; en el brillo en los ojos de Sophia o de la rubia cabellera de Ashley… se había enamorada.
-creo que alguien se ha enamorado- molestó Matt a su hermano
-no lo se-confeso Ryan
Los dos se lavaban los dientes, pensando en la rubia Ashley Grind y en la del cabello negro Sophia Sullivan; en la ojiazul Ashley y la ojiverde Sophia. No lo podían evitar.
La felicidad que los embargaba, fue abruptamente rota, o al menos la de Matt; por los pensamientos razonables de Ryan, que hacia uso de su impecable memoria,
-¿Le hablaste sobre Cinthia?-preguntó de golpe Ryan
Fue como si le hubieran golpeado la cara con toda la fuerza posible; causó que dejara caer el cepillo de dientes dentro del lavabo… ¿Cómo pudo hacerlo?
-no-confesó apenado
Se sintió extremadamente idiota; se había comportado sin querer como un tonto son Sophia.
Él salía desde hace dos años con Cinthia Brooks, una chica de su misma edad, poseedora de unos ojos azul intenso, el cabello más delicado y castaño que había visto, una sonrisa impecable y un sentido del humor envidiable…o eso pensaba antes, ya que ahora no parecía todo eso. Pues Cinthia era casi perfecta, pero Sophia de verdad lo era… o al menos para él
-¿Qué harás?-preguntó Ryan, intrigado de verlo tan pensativo.
-quizás, solo fue mi imaginación…seguro solo es porque no he visto a Cinthia, ella es mi novia y a ella la amo- contestó convenciendo a Ryan, pero parecía que se estaba auto convenciendo.
El ojimiel decidió no meterse en el asunto de su hermano; se había encariñado con Sophia y no creía justo lo que Matt le estaba haciendo; ni creía que fuese bueno comportamiento en la fiesta. Esperaba que no la lastimara, pues parecía ser una buena chica, ella no merecía ser tratada así.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Capítulo 2: Dejando el hogar
Los días cada vez pasaban más rápidos, y faltaban menos días para entrar a la escuela; la nueva escuela a la que Sophia al igual que Ashley asistirían, era un internado en Hawai, el único internado mixto en América: la AM.
Un mar de emociones la embargaban día u noche, estaba emocionada por ir a un internado; nostálgica por dejar a sus padres; además de que deseaba con todo su corazón, volver a encontrarse con Matthew Walker.
Pese a que pasarían todo el año escolar juntos, las chicas disfrutaban las delicias de su amistad durante el verano; iban a patinar muy seguido y compraban ropa sin cesar alegando que la necesitarían…

-no necesitaras tanta ropa –dijo Caroline desde el sillón al verlas entrar
-lo sabemos…pero tenemos planes –respondió Sophia agotada por las compras del día
La prima Caroline, profirió dejar a Sophia y a su boba amiguita rubia, para que se elogiaran las compras mutuas, como solían hacer. A Caroline no le agradaba del todo Sophia, la consideraba superficial y tonta; pasaba cada verano con ellos, no por convicción propia, si no porque no tenia otra opción; ella solo tenia a su padre, Edwin Sullivan, que se encontraba en África haciendo algunas investigaciones y volvería hasta después de navidad.
Fue alivio para ellas, que Caroline se fuera de allí por su propia cuenta, pues si no ellas la habrían tenido que correr de aquel lugar. Felices se probaron toda la nueva ropa obtenida.
***
Ya solamente quedaban 3 días para poder mantenerse en casa; luego tendrían que abandonara a su familia por casi un año. Iban a vivir grandes aventuras en la AM, eso era lo único que las alentaba a irse.
-yo también quiero ir- decía Lilian llorándole a su madre
-pero si a ti te encanta el Colegio Nortwood- contestó su madre
-no es cierto- lloraba la niña
Para Sophia era evidente la razón por la que Lilian deseaba cambiarse de escuela. La pequeña amaba el colegio Nortwood, lo idolatraba; estaba tan orgullosa de ir a una escuela mágica a diferencia de Sophia y Ashley, que asistieron a una escuela norma; ahora, solo quería ir a la AM porque Matt iba a ir a esa escuela. Lilian, al igual que Sophia, estaba enamorada de él.
No se impacientó al saber que Lilian le daría una pelea por Matt, pues la niña era bonita… solo que apenas había cumplido 11 y era bastante baja para su edad, su estatura no era la adecuada; y tenia que bajar varios kilos de mas. No era problema para ella.
Ashley y Sophia estaban conversando esa tarde en la sala de los Grind, al tiempo que veían un concierto de Justin Timberlake y comían palomitas de maíz. De pronto, solo el timbre, lo que causo que la rubia tuviera que ir a atender la puerta.
-¡Ryan!- chilló Ashley al verlo.
La voz de su amiga, era a veces muy estruendosa, y su grito le avisó que Ryan había llegado sin invitación y de improviso…y que tal vez venia con Matt. Soportó su intriga lo mas que pudo, y aguanto sus ansias de voltear en seguida y ver su eran ciertas sus sospechas.
-hola Sophie- saludo Ryan al entrar.
-hola Ryan-contestó ella, aun mirando atrás del chico, esperanzada.
-no pudo venir Matt…., se quedó con Cinthia- dijo Ryan al ver su mirada.
Una mueca de desesperanza se formó en el rostro de la chica, creyéndose tonta por esperar ver al hermano del recién llegado. Ante el simple “ah…” que formuló Sophia como respuesta, Ryan dedujo que su hermano no había hablado con la chica respecto a Cinthia.
-Chicos…mejor los dejo solos-dijo Sophia al verlos felices juntos a su amiga y a Ryan.
-no, quédate- rogó Ryan
-si, quédate- secundó Ashley, solo por seguirle la corriente al chico
-es mejor que me vaya, de verdad- siguió diciendo Sophia ruborizada
-por favor, quiero hablar contigo- revelo él.
El silencio profundo e incomodo se formo ante ellos, Ryan sentía su rostro quemar por la vergüenza que le embargaba; por su parte, una mezcla de confusión con celos llenaba a Ashley, pues no alcanzaba a comprender que Ryan hubiese ido a ver solamente a Sophia y no a ella.
-claro- alcanzó a responder Sophia
La consternación al igual que Ryan, la acompañaron hasta el jardín de los Grind, donde estaba dispuesta a escuchar a Ryan…sobretodo, si se trataba de Matt.
Con todo su autocontrol, Ashley consiguió mantenerse firme y fingir que lo que sucedía, no le causaba ningún problema.
Estando ya afuera, Sophia se sentó en la terraza, Ryan la siguió e hizo lo mismo.
-¿Qué pasa?-preguntó Sophia un poco entusiasmada
-¿Matt ya te ha contado sobre Cinthia?- cuestionó Ryan muy serio
-no- contestó ella, dándose cuenta de que la chica era importante
Nuevamente, el silencio se formó; Ryan sostenía una expresión dolorosa, lo que significaba que la respuesta de él hacia Sophia debía ser difícil para él…o para ella. ¿De que podría tratarse? Dio un vistazo rápido la ojiverde a los ojos de Ryan; fue cuando se dio cuenta de que aquella chica llamada Cinthia, sin lugar a dudas tendría que ser…
-dime que no- suplico Sophia
-Cinthia Brooks, y Matt salen desde hace 2 años- respondió abrazándola
-esta bien, no importa- dijo ella, fingiendo que no tenia dolor.

Otra vez la sensación de ser estúpida la invadió de pies a cabeza, aquella sensación era mínima en comparación con el dolor que ahora sentía. Le acababan de clavar un cuchillo en el corazón…metafóricamente hablando; aunque claro, en aquel instante, hubiera deseado recibir los cuchillos en vez de aquella horrible noticia.
La vergüenza se hizo presente, pues sucedía que Sophia contaba con una autoestima elevada, y un ego que no le permitía demostrar a veces lo que sentía. No deseaba verse frágil y tonta. Lamentablemente, así era ella.

Como pudo, haciendo uso de su autocontrol, logro mantener las lágrimas dentro, aunque estas querían por sus mejillas correr.
-me alegra bastante-dijo un poco mas convincente
-no hace falta fingir-contesto Ryan mirándola
-no finjo, Matt es un buen chico, y me alegra que tenga a su persona amada con él- recitó como si lo estuviera leyendo.
Con esto ultimo, el aprecio de Ryan por ella, aumento de forma considerable; Sophia se había mantenido arriba de sus expectativas, se había comportado tan comprensiva, tan tranquila, tan sensible y tan deseosa de que su Matt fuera feliz aun con otra que no fuera ella; que le fue inevitable admirarla de cierta forma. Él en su lugar, habría creado una tormenta eléctrica sobre su casa.
-me alegra que estés bien, yo debo irme- anunció deshaciendo el abrazo
-salúdame a Matt- respondió tranquila
-y tu despídeme de Ashley, tengo algo de prisa- concluyo apurado
Sophia asintió y vio como él se marchaba en el auto de sus padres; ¡claro!, no se fue sin besar ambas mejillas de su amiga, en otra ocasión, ella se hubiera sonrojado lo suficiente como para parecer un tomate, pero no en ese momento; cuando él se fue, las lagrimas rodaron sin detenerse, mojando por completo el rostro de la chica y también su ropa. Lloró en silencio, durante al menos 15 minutos, le ardían y le pesaban los ojos, su nariz goteaba y tanto sus mangas como el cuello de su blusa, quedaron totalmente empapadas.
-¿Por qué Ryan se fue?... ¿Por qué tienes gafas?-preguntó Ashley saliendo de su casa
Sophia había decidido ocultarle su sufrimiento a todas las personas, no era su intención que le guardaran lastima, por ser estúpida y no pensar que quizás él tenia novia. Razón por la cual, se había puesto sus lentes oscuros y no había entrado a la casa de su amiga
-tenia prisa- contestó muy seria
-¿de que hablaron?-preguntó Ashley sin creerle
-de…-dijo pensando que decirle
-me estas escondiendo algo- esa no fue una pregunta
-no, es que…-seguía sin pensar en una excusa
Por la rubia cabecita de Ashley, se cruzaron ideas, que conectadas a los hechos recientes de que él solo fuera de Manhattan a Nueva Hampshire solo por Sophia; que quisiera hablar a solas con ella y que ella le escondiera algo…
-¡¿Cómo pudiste!? –gritó Ashley indignada
-¿Qué?- preguntó confundida su amiga
-sabias que él me gustaba, y aun así…, pero ya lo sabia, desde que estuviste mirándolo en la fiesta. Recriminaba Ashley
-¿Matt?-pregunto Sophia aun sin entender
-¡No!- gritó ella – Ryan, tú me lo quitaste –seguía afirmando
-no, no…el vino a decirme que Matt tiene novia –confesó
-y luego tu fingiendo dolor, te aprovechaste que estaba solos…pero él como me ama a mi, se arrepintió y se fue –decía Ashley bastante furiosa.

Ni tiempo le dio a Sophia para defenderse de las atroces y poco creíbles acusaciones que su amiga le injuriaba. No podía creer que su propia mejor amiga, Ashley, le estuviese acusando de una forma tan tonta pero a la vez, tan hiriente. ¿Cómo podía dudar de su fidelidad? Desde el primer momento en que se conocieron y formaron su amistad; le había demostrado ser digna de toda la confianza. Los celos hacían a Ashley delirar.
Ahora Sophia estaba sola, mojada y desilusionada, y parecía que el clima se acoplaba a ella, pues el cielo se entristeció con ella y comenzó a llover. Era momento de entrar a casa… de olvidarlo todo, de meterse a la cama y esperar lo mejor del siguiente día; solo con la esperanza de poder decir “pudo haber sido peor”.
Sucedía que el tiempo atmosférico había cambiado; a causa de que Ryan se entristeció también. Mientras iba manejando no podía evitar recordar el rostro de Sophia cuando él le dio la mala noticia. Al llegar a su casa, la lluvia había cesado totalmente, y en el vestíbulo su hermano lo esperaba
-¿A dónde fuiste?- comenzó a preguntar
-a ver a Ashley….y a Sophia- respondió sin mirarlo
Subió las escaleras, rumbo a su habitación, con una mezcla de pena por su amiga, y un coraje enorme por su hermano. No entendía como Matt le había dado tantas esperanzas a la pobre chica, cuando él mismo sabía la situación.
-¿Por qué llovía?- preguntó entrando Matt a la habitación
-la tristeza de Sophia era muy grande- se limitó a contestar
No hizo falta que agregara algo mas, para que Matthew se diera cuenta de que Ryan había ido a decirle la verdad a Sophia. De pronto, sintió tanto odio hacia su hermano, por haber hecho sufrir a la chica… pero luego entendió que el único causante de ese sufrimiento…había sido él mismo.
-no debiste- se atrevió a decir Matt
-si, si debí; en 3 días estaremos en el mismo internado; tu, yo, Ashley, Sophia… y Cinthia –respondió con un tono entre reproche y dolor.
El castaño odiaba cuando su mellizo tenía razón. Detestaba que en ocasiones como esa, él se mostrara tan imparcial y sereno. Aunque al final de cuentas, quisiera o no, lo que él le había dicho, era tan cierto como que el sol brillaba; pues era mas que obvia la relación con su “amada” Cinthia.
-Gracias…, entonces- dijo Matt a modo de despedida.
Aunque a lo lejos, y no de misma forma; los 4 chicos sufrían por la misma persona. Y no todos llegaron a la misma conclusión.
Ashley había jurado no volver a hablar con Sophia, por traicionarla.
Ryan deseaba ser una ayuda para su nueva amiga Sophia.
Matt ideaba como abandonar a Cinthia.
Y Sophia solo rogaba ser otra persona, rogaba no ser Sophia. Pues llegó a la solución de que ser ella misma, solo traía problemas y mucho dolor
 
 
 
 
Capítulo 3: La Academia
El lunes esperado por todos, gracias a Dios llegó; por fin la llegada a la AM era inminente.
La dulce Sophia había despertado temprano a causa de las horribles pesadillas causadas por su profundo temor a la nueva escuela. Temía estar sola, ser vista como un bicho raro, y acabar como la “nerd” antisocial que en algún momento fue.

-¿Estas bien Sophie?- preguntó su madre
Tessa Sullivan, era la madre de Sophia; una mujer ocupada y llena de distracciones, demasiado parecida a ella, con el cabello negro azabache y los ojos verde esmeralda. Enamorada de su trabajo, por eso, sus padres estaban en trámites de divorcio. Sophia no la culpaba a ella, pues aunque le doliera aceptarlo, durante mucho tiempo supo que eso terminaría por pasar, su madre no era la persona mas humana y compasiva…Aunque si se esmeraba en ser una buena madre.
-solo estoy algo nerviosa- contestó Sophia
-pequeña, ven aquí- dijo Tessa sentándose en la orilla de la cama

Le hizo caso a su madre y se sentó a su lado; así que Tessa comenzó a cepillar el cabello de su hija y a entonar una canción de cuna que ella a duras penas podía recordar.
-estoy orgullosa de ti; siempre has sido tan independiente y confío en que le harás honor a tu nombres, pues Sophia significa sabiduría, algo que tu posees –le relató.

Aquella corta, pero instructiva conversación, había sido la que Sophia había esperado y necesitado desde hace tanto; que casi podía llorar; se aferró tanto a su madre. Que el suéter de la Sra. Sullivan, había terminado arrugado y agrandado al terminar el abrazo.
-vamos cariño –dijo su madre levantándose –termina de alistarte para que te llevemos al aeropuerto.
Asintió con la cabeza, un poco más feliz y con mucha más entereza que antes. Durante el tiempo que tardó en vestirse y arreglarse, no recordó ningún tormentoso recuerdo ni tampoco sintió miedo; solo hasta que llegó el momento de bajar su última maleta; solo hasta ese instante un sentimiento de nostalgia que había olvidado, la invadió. No iba a pisar su habitación en algunos meses, bueno, en realidad hasta Diciembre; y aun así, iba a extrañar su habitación, a sus vecinos, a sus padres a Caroline incluso…
-¡Se hace tarde!- gritó su padre desde abajo
Gracias a ese aviso, logró volver en sí, recogió su maleta y bajo las escaleras con una sonrisa radiante en el rostro. Estaba llena de esperanza, de una fe que le decía que todo saldría bien y sería mejor.
***
El recorrido fue silencioso, excepto por la música de alguna radiodifusora que Sophia había hecho sonar, y que cambiaba cada 10 segundos. Su madre en el asiento trasero solo veía hacía afuera sin intención de decir algo.
-llegamos –advirtió Alec Sullivan, su padre.
Con grandes ansias, Sophie miró el aeropuerto internacional de Pease, en Portsmouth, Nueva Hampshire. Nunca antes había ido a ese lugar, y mucho menos había abordado un avión; todo eso era totalmente nuevo y emocionante. El señor Sullivan se estacionó despacio, para luego apagar de golpe el motor del auto….los tres al mismo tiempo exhalaron con pesadez.
-tu puedes princesa, serás fuerte- proclamó su padre
Alec Sullivan era un hombre de carácter fuerte pero amable, que no le gustaba dejar las cosas a la suerte. Era un lector de mentes que prefería no usar sus dones, porque confiaba demasiado en las personas como para leer sus pensamientos…aunque, con Sophia en esa ocasión hizo una excepción. Vio todo el miedo de su hija, y solo le resto darle un último consejo, o sea, decirle lo que él esperaba de ella.
Ahora Sophia sabía que su madre le pedía que tuviera sabiduría, y su padre quería que fuera fuerte. Esperaba lograr al menos una de estas.
- es el momento –dijo Sophia convencida

Los tres salieron del auto, rumbo al portaequipaje, para sacar las pertenencias de Sophia. Entre todos lograron bajarlas todas sin mucha dificultad, por lo que rápido entraron al aeropuerto a registrar el equipaje. Miró por última vez la matricula del auto que decía “Vive libre o muere”, esa típica frase que todos los autos de ahí poseían.
-¿Quieres que nos quedemos contigo?- preguntó su madre
Por un instante, estuvo tentada a pedirles que así fuera, pues sin Ashley, ella estaba tan sola y tan perdida. Pero decidió no hacerlo, ya que si pasaría todo el año sola, era mejor comenzar a acostumbrarse.
-no, gracias –respondió
Gracias al donde la empatía de Tessa, y al de la telepatía de Alec, al instante supieron que Sophia mentía, y luego comprendieron que ella tenia sus razones y respetaron su deseo. Cariñosamente se despidieron, con un abrazo delicado y un beso en la frente, en señal de que ella aun era la pequeñita de sus padres.
En la puerta del aeropuerto vio como sus padres regresaban a su auto y la dejaban ahí sin mirar atrás, porque confiaban en ella.
***
Faltan unos pocos minutos para que su vuelvo diera inicio, por lo que decidió sentarse en una de las sillas acojinadas de la sala de espera, tomó un folleto de una mesa, dejó sus cosas aun lado y comenzó a hojearlo.
-hola Sophie- escuchó por detrás que alguien decía.
La sorpresa le causo un leve sobresalto, de inmediato soltó el folleto y se lanzo a los brazos de Ryan Walker, quien acababa de llegar a ella.
-Ryan, que gusto verte- dijo sinceramente después del abrazo
Estuvo tentada a preguntar por Matt. Pero afortunada o lamentablemente, recordó que no debía hacerlo, y tuvo razón; pues en cuando contestó, a ellos se aproximaba la pareja Walker-Brooks, tomados de la mano, demostrándole a todos los presentes lo feliz que estaban de tenerse el uno al otro, sin que les importara todo el daño que a Sophia le causaban por dentro.
Hasta entonces, nunca había visto a la ya mencionada Cinthia Brooks. La pareja saludó a Sophia de forma cordial; en los ojos de Matt hubo un brillo singular que se formo al verla.
-me alegra al fin conocerte, eh oído mucho de ti – comento Sophia con cierto sarcasmo que nadie notó
-espero que hayas oído cosas buenas; aunque también había oído hablar mucho de ti- contesto Cinthia con una sonrisa
Con todas sus fuerzas, Sophia intentaba sonar convincente, no quería demostrar lo que en realidad le sucedía por dentro. No le agradaba para nada esa tal Cinthia, ni un poco, veía el azul de los ojos de la chica tan monótono, su cabello castaño era tan seco, su piel era descolorida y se vestía mal; en fin, la odiaba, y ala vez la consideraba totalmente inferior.
Estuvieran conversando los 4 durante algunos minutos, mientras esperaban que su vuelvo fuera voceado. Ryan hacia un esfuerzo extra por mantener a Sophia dentro de la charla, pese a los intentos de Matt, que hacia lo posible para excluirla “delicadamente”.
Por fin, el vuelvo “326, de primer año, con destino a Hawai” fue voceado, haciendo que todos recogieran sus pertenencias de mano y se alistaran para abordar el avión. Entre toda la gente, Sophia divisó a Ashley rápidamente; recordando que su amiga aun la aborrecía, decidió darle a entender las cosas
-Ryan, allí esta Ashley, deberías llamarla- menciono Sophia a su amigo.
Al instante, Ryan gritó su nombre, lo suficientemente alto, como para que la rubia lo pudiera escuchar. Sin preámbulos, Ashley se dirigió a ellos, para saludar efusivamente a los mellizos Walker, para conocer a Cinthia y dirigirle una mirada de desprecio a su “ex mejor amiga”
-“ultima llamada para el vuelo del primer año”- vocearon otra vez
Los 5 caminaron hasta el pasillo que daba a las afueras; hasta que se toparon con 2 chicas que se metieron a la fila.
-¡hey!- se quejó Ashley.
Ninguna de las recién llegadas se inmutó, en realidad se expandieron mas, como si guardaran un lugar mas de la fila para abordar.
Y así fue, desde atrás, como si un camino secreto e invisible se hubiera formado; una chica rubia iba pasando, sin que nadie se interpusiera en su camino. Era como su una “Barbie” hubiera salido de su empaque y caminara en una pasarela imaginaria por ahí.
-no, con las “tontas” no- se quejó Ashley
-¿Tontas?- preguntó Sophia
-así les dicen, porque así son, son engreídas y tontas- explico Cinthia con aires de sabelotodo.
Sucedió que las 2 primeras chicas, eran Hadley y Hannah; la castaña era Hadley Richman, una chica bonita, y malcriada, tonta como nadie, nombrada vulgarmente como “tonta 3”. La pelirroja, era Hannah Woods, la más allegada a Chloe, mejor que Hadley en cualquier aspecto, terriblemente hermosa y nombrada como la “tonta 2”. Por ultimo, pero no menos importante, la rubia “Barbie” que guiaba a las dos anteriores, se trataba de Chloe Diamond; inteligente, hermosa, caprichosa y la “tonta 1”.
Y también sucedía que a ellas les tocaban los asientos 073,074 y 075 respectivamente, y a Ashley le habían asignado el asiento 072, al lado de alguna de ellas
A ninguna chica le agradaban ellas, les temían, las veneraban, las odiaban, pero ninguna aceptaba a Chloe, ni Chloe aceptaba a alguna. Ashley no quería sentarse con ellas, no por miedo, si no porque eran tan insoportables, y porque quería sentarse junto a Ryan. Viendo esto, Sophia supo como reivindicarse
-si quieres, te puedo cambiar el lugar- se ofreció Sophia
La rubia no pudo menos que sorprenderse, pues a Sophia le tocaba el asiento contiguo al de Ryan. Si de verdad su amiga quisiera algo con Ryan, entonces no le estaría cediendo el asiento a ella. No era coherente.
-¿Segura?- dudó Ashley
-si, dame tu boleto- respondió
Intercambiaron los boletos; y ahora, en vez de ir en el asiento 13 con Ryan, iría en el 072 con las tontas.
Cinthia, Matt, Ryan y Ashley subieron al avión, antes que Sophia, pues sus asientos estaban justo al frente; y la dejaron sola otra vez. Las chicas que con anticipación se habían metido a la fila, ahora esperaban, a unos pocos metros de donde Sophia estaba parada.
Mientras esperaba su turno para abordar, sintió lo que no quería: Estaba sola, y seguramente así estaría todo el año, todos la verían como “la boba chica fea de Nueva Hampshire”.
De pronto, sin esperarlo, se dio cuenta de que alguien la observaba, y cuando volteo para asegurarse, notó que se trataba de un chico realmente guapo. ¿De verdad alguien como él la miraba?; no, no podía ser cierto, solo era su imaginación. Ella no era tan bonita como para atraer su atención,
Decidió moverse de lugar, y se sentó en la fila de sillas mas lejana a la del chico que había visto; apenas se sentó, sintió una suave brisa y luego descubrió que él chico antes mencionado, ahora estaba frente a ella.
-¿Es tuyo?- pregunto él, mostrándole un espejo rosa de doble cara
-si, gracias- acertó a contestar.
Se quedó sin aliento en cuanto tuvo su rostro enfrente de él; verlo así de cerca era tan irreal que no sabia que pensar; ese chico tenia un cabello castaño, abultado, que de forma increíble se acomodaba perfectamente a él; tenia una sonrisa blanca y brillante, tenia un aroma envolvente, una voz apacible y sus ojos….eran quizás los ojos mas hermosos del mundo, eran una mezcla de verde, con azul, gris, un toque de dorado, algo de amatista…no estaba segura de que existiera un color así, pero él lo poseía; era tan alto, que se había hincado para hablarle y era tan… bello.
-¿eres nueva?-preguntó el chico
-si, y creo que tu no-contestó ella saliendo del aturdimiento.
-acertaste, es mi 3er año en la Academia –le dijo él sonriendo
-es una pena que sea el ultimo- dejo salir, sin pensarlo.
-si, lo es…debo irme; mi vuelvo me espera- dijo el chico levantándose del suelo
Sin más, el chico le sonrió una vez más, y comenzó a alejarse, dejando totalmente admirada y pasmada a Sophia, que aun no estaba segura de que fuera real.

-Soy Peter Brooks, por cierto- se presentó volteando de pronto, a unos 10 pasos de ella
-y yo soy Sophia Sullivan- le contestó
-quizás nos veamos luego- añadió el y luego se fue.
Esa simple y vana promesa ambigua, basto para que la sangre que le recorría se estancara en sus mejillas, dándole un tono rosado. Se sintió importante…para luego volver a su triste realidad. Estaba sola.
Comenzaron a vocear su turno; así que… era el momento decisivo; el momento de la verdad se estaba presentando frente a ella, porque podía marcharse por todo el miedo que sentía, podía volver a casa, estudiar en una escuela común y solamente imaginarse lo grandioso que podría hacer sido ir a la AM. O podía ser fuerte, mantener la esperanza de que algo bueno sucediera y abordar ese avión de una vez por todas.
Optó por usar la cabeza; si, tenía miedo, ¿Quién no?, tal vez eso la diferenciaba de todas las personas geniales que conocía, pues todas aquellas personas hubieran abordado sin titubear, porque estaban listas para vivir una gran aventura, porque no le tenían miedo a nada ni a nadie. ¿Era su turno de ser como esas personas? Tal vez era su momento, o tal vez no; pero al menos esta vez iba a poder descubrirlo, pues al final, subió al avión.
Pasó de largo el pasillo de avión sin siquiera mirar, que Ryan le dedicaba una sonrisa de aliento, que Ashley le lanzaba miradas de arrepentimiento y que Matt hacia un doble esfuerzo por fingirle a Cinthia que la amaba; siguió su camino hasta donde se encontraban tres chicas, acomodando su equipaje de mano.
-me sentaré con ustedes-anunció Sophia temblando
-claro, con Hadley; Hannah, siéntate conmigo- indicó la que debía ser Chloe
Al instante, Hadley le cedió su asiento a Hannah, y se fue a sentar tras Chloe junto a la ventana; Hannah le cedió su asiento a Chloe y así se acomodaron por fin. Sophia seguía tan roja, que parecía un tomate maduro.
-vamos a despegar; abrochen sus cinturones- avisó la azafata desde el frente,
Desafortunadamente para Sophia, parecía que todo el mundo se conocía; le había tocado el asiento junto al pasillo, por lo que ni siquiera podía mirar por la ventana, y se tuvo que resignar a estar viendo todas las parejas felices y a todos los viejos amigos que se reencontraban.
El sueño casi la vencía, como no había dormido muy bien, se sentia un tanto cansada; solo quería reclinar su asiento y descanzar unos minutos; fue entonces, que escuchó sin querer, que las chicas a su lado, mencionaban al guapo chico del aeropuerto; solo hasta ese momento les prestó atención.
-¿vieron a Peter esta mañana?- preguntó Hadley sin esconder su emoción
-si, llevaba esa camiseta roja… es tan guapo; lo vi el en verano; fui de vacaciones a Londres, y el estaba con su hermana en Oxford Street paseando con ella- comentó Hannah, casi tan emocionada como su amiga.
Las tres se dedicaron a admirarlo y a decir cosas, sobre lo increíblemente guapo que era. Ahora si comenzaba a aburrirse, esas chicas eran demasiado dramáticas para ella; lo estaban retratando como si fuera la propia Afrodita, pero en versión masculina; ya se iba a dormir, pero Hadley pareció notar que aquella chica que tenia a su lado, la había visto, apenas hace unos minutos hablando con ese chico.
-Conoces a Peter Brooks, ¿verdad?- preguntó Hadley a Sophia
Chloe le lanzó una mirada de reproche a Hadley, pues ni ella, ni Hannah, podían hablar si Chloe no lo autorizaba con anterioridad; la castaña sabía a que se atenía, pero sabía que la chica que tenía junto, había llamado la atención de Peter, el cual era mucho más importante que su amiga Chloe.
-lo conocí, hoy…en el aeropuerto- contestó Sophia, un poco confundida
-¡que suerte!- comentó Hannah con verdadera emoción.
Tanto Hannah, como Hadley, se dedicaron a hablar con ella sobre el chico; donde dejaron a notar, que estaban “enamoradas” (mas bien, locas) por Peter; pero solo le habían hablado al chico en una fiesta, y él solo les había saludado, como a todos los demás.
-no nos hemos presentado, soy Hadeline Richman; pero me dicen Hadley – se presentó cordialmente.
-y yo soy Hannah Woods, seguro has oído sobre mi mellizo Alekz- dijo la pelirroja.
Las dos chicas, eran tan amables con ella, que se sintió mal por haber dicho que eran huecas y absurdas; porque, lo eran, pero ellas eran buenas. Chloe por su parte, se dedicó a estudiar a la que podría ser su nueva “adquisición” para su séquito; era linda, había atraído la atención de Peter, y la duda seguía ahí, ¿Iba a ser igual de ingenua y tonta que Hannah o Hadley?
-es un placer, yo soy Sophia Sullivan- se presentó aun nerviosa y colorada.
Desde atrás, Chloe tosió para atraer la atención de sus chicas; al principio Sophia no entendía que sucedía, hasta que las otras dos demostraron tener una conversación telepática con su rubia líder; había visto antes ese tipo de conversación, entre su padre y su madre, solo que cuando eran ellos, siempre eran peleas, que intentaban esconder a su hija.
-ella es Chloe Diamond- presentó Hannah
-es la mejor de nosotras- agrego Hadley, con una risita tonta
Aquella, había sido la presentación informal mas ceremoniosa que había visto en su vida; estuvo apunto de comenzar a reír, hasta que notó que no era un chiste; hacían todo eso con tanta naturalidad, que la intimidaron al borde de caer de su asiento a arrodillarse. La rubia dejó salir una sonrisa ambigua
-y dime, “Sophie”, ¿Conoces a alguien más?- preguntó Chloe, con una voz inescrutable
-solo a unos pocos, Ashley Grind, los mellizos Walker, y a Cinthia Brooks- respondió haciendo memoria
Una risa sarcástica salio de los gruesos y abultados labios de Chloe; las otras chicas la corearon, al tiempo que repetían “perdedores” con tan poca sorna, que la incomodaron.
-no entiendo, lo siento –confesó después de pensarlo un poco.
-los Walker, son lindos, pero ambos perdedores; Grind es la rubia mas tonta que conozco, exceptuando a mi hermana…y la pequeña Cinthia, no será nada sin su hermano, el próximo año – respondió la rubia, con una sonrisa.
Ese comentario si había sido mordaz, Quizás, si solo hubiera escuchado eso, habría creído que ellas eran malvadas; pero no fue así; conforme avanzaba la conversación y Hannah le hablaba de gimnasia, y Hadley le hablaba de todos los instrumentos que tocaba, se sentia aceptada e impresionada; se había imaginado que las chicas así solo existían en las películas de Hollywood, pues en su antigua escuela “B. Franklin Middle School”, no habían chicas así, la mayoría eran femeninas, pero no llegaban a todo el glamour que las llamadas “tontas de plástico” poseían.
-¿Por qué estas aquí, si tus amigos están al frente?- preguntó Hadley, incapaz de retener su duda.
Las “tontas”, podían ser caprichosas, malcriadas, indeseadas, bonitas; pero no solo eso, al parecer, también eran chismosas.
-Cinthia está con Matt; Ashley ronda a Ryan; o sea, que soy el mal quinteto- contestó Sophia, sintiéndose ligeramente absurda. Ni sus amigos la necesitaban.
Al instante, las tres chicas se miraron mutuamente; y a la consideración de Sophia, estaban teniendo otra conversación telepática; estaban discutiendo o algo así, se les veía en el rostro; hasta que al fin, se serenaron todas, al cabo de unos segundos, la rubia volvió tomar la palabra.
-disculpa, es que discutíamos, porque como veras, nosotras somos 3 y las habitaciones son para dos personas; necesitamos conseguirle compañera a Hadley, y no queremos a cualquiera; puedes quedarte con nosotras, si quieres- confesó Chloe, aun nos ese tono que no era ni de maldad, ni de bondad…solo ambiguo.
En otro momento, hubiera rechazado inmediatamente la invitación, para no dejar sola a Ashley; pero entonces, entendió que su amiga iba a tener siempre a los Walker y a Cinthia, y ella no, tal vez ellas fueran las únicas lo bastantemente tontas, para ofrecerle ser parte de ellas. Si las rechazaba, probablemente estaría sola.
-claro, gracias- respondió sonriendo.
-muy bien, entonces, es hora de cambiarnos, ¿vienes?- invitó Hannah.
-mi ropa esta en mi valija- contestó apenada, pero mas tranquila, pues no quería comparar su ropa con la de ellas.
-ven con nosotras, te prestaremos algo- ordenó Chloe.
Acepto ligeramente incomoda; las siguió hasta la parte de atrás, donde estaban los baños y donde al parecer, se encontraban las maletas de las chicas. Hasta ese entonces, recordó que podía usar su telekinesis orbitacional para obtener su maleta; solo que decidió no hacer mención de esto. Sentía curiosidad por las otras chicas.
***
La azafata pidió que se abrocharan los cinturones de nuevo, porque ya iban a aterrizar. Por fin habían llegado al aeropuerto internacional de Honolulu. Ashley tomo a Ryan de la mano con toda su fuerza, a causa de su miedo al ser su primer vuelo; mientras que Cinthia besaba dulcemente la mejilla de su novio, a pesar de que su novio no lo deseaba; en definitiva él no quería estar a su lado, en especial, si su amada Sophia se encontraba en la parte de atrás sufriendo al lado de esas tontas chicas. Matt deseaba ser su héroe e ir a salvarla…o al menos deseaba verla y alejarse de Cinthia.
-¿ya tienes habitación Ashley?, porque yo aun no tengo compañera- invitó Cinthia.
-iba a compartirla con Sophie, aunque ahora no se- confesó confundida.
A Ashley , Cinthia le agradaba mucho; la consideraba una chica divertida, seguro era una buena amiga, aunque eso no quitaba que ella era la “rival” de Sophia, y tampoco quitaba que Sophia había sido su mejor amiga desde siempre, pese a estaban peleadas en aquel momento.
-ya pueden bajar-Avisó la azafata
El avión por fin había aterrizado en el aeropuerto de Hawai; el clima se sentia mas calido, por lo que sus ropas acogedoras y gruesas, estaban totalmente fuera de lugar ahí.
Los cuatro amigos, bajaron en seguida, conversando de asuntos irrelevantes o de la vegetación que veían, pero siempre manteniendo en su cabeza a la misma persona.
Matt anhelaba verla.
Cinthia la odiaba en silencio.
Ryan estaba preocupada por ella.
Ashley dudaba aun si podía confiar en ella.
Entonces, sus pensamientos se cruzaron con la misma pregunta.
¿Dónde esta Sophia?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Capítulo 4: Nuevo año, Nueva Chica.
El avión casi se vaciaba, pero quedaban todavía los pasajeros de la parte de atrás, y por consiguiente, Sophia y las tontas de plástico, aun no bajaban.
Todos los estudiantes de primero, debían permanecer frente al avión, para luego ser guiados a la Academia Mixta; razón por la cual, tanto los Walker, como Cinthia y Ashley, se quedaron de pie, mirando a los que bajaban.
Matt estaba más que ansioso de verla bajar por esas escaleras; solo que en vez de verla a ella, vio a Hannah y a Hadley bajar solas, lo cual resultaba extraño. ¿Dónde estaba Chloe?; unos segundos mas tarde, la rubia despampanante bajaba en uno de sus vestidos color oro que se asemejaban a su cabello; parecía que las únicas que estaban listas para estar en Hawai, eran ellas tres…o ¿cuatro? Después de Chloe, alguien más bajaba.
-Ryan- Matt codeó a su hermano – ¿es ella?- preguntó estupefacto.
Su hermano reaccionó al codazo, al principio confundido, hasta que vio en la misma dirección que Matt.
-es…es…es ¿Sophia?- dudó Ryan también,
Y no era para menos la reacción de los chicos, pues Sophia se encontraba mas bonita que otros días, si bien, en la fiesta de Lilian, se había arreglado, no se comparaba en nada con ese momento. Los jeans acampanados, la blusa rosa tejida y los tenis a juego, había desaparecido, y se veían remplazados por una falda corta, una blusa de tirantes verde, eso solo era la ropa, pues también la habían maquillado casi profesionalmente, era notorio, pero no exagerado; su cabello estaba lacio y sus ojos estaban cubiertos por unas gafas. Las cuatro caminaron hasta la zona en la que los demás esperaban.
-no creo que sea ella- dijo Cinthia, demasiado sorprendida.
-si lo es- dijo Ashley segura.
En seguida, esta última gritó el nombre de su amiga, haciendo que esta voltease y se acercara a ellos; Sophia tuvo unos cuantos problemas para acercarse a ellos, sabia caminar con tacones, pero las miradas atónitas de Ryan y su hermano, la ponían especialmente nerviosa.
-hola chicos- saludó con el tono más tranquilo que tuvo.
-tenemos ante nosotros a la tonta numero cinco –comento Cinthia en burla.
Sophia ni se inmuto.
-¿Eres la nueva amiga de las “tontas”?- pregunto Ashley
-no las llames así, son amables y me ofrecieron ser su compañera de habitación, y yo acepte- confesó
Los chicos ni siquiera escuchaban lo que ellas platicaban; aun no podían creer lo bella que Sophia se podía ver; no se podía comparar con Cinthia, ni con Ashley, y mucho menos con alguna de las tontas de plástico; tenia una belleza mucho menos artificial.
-quédate conmigo, no hay problema- dijo Cinthia a Ashley.
La rubia Grind, le lanzó una mirada asesina e indignada a su amiga y le sonrió a la otra.
-¡Cinthia!- gritaron a lo lejos.
Las tres voltearon para descubrir, que su guapo y perfecto hermano era quien la llamaba, y se dirigía a ellas. Los que le impedían el paso al chico, inmediatamente se apartaron, para dejarle el camino libre; la mayoría eran chicas, que esperaban que éste les hablara.
-¿Sophia Sullivan?- dudó el chico
-hola, Peter- dijo ella, sonrojándose
Por un par de segundos, el chico se había quedado anonadado ante la nueva imagen de la chica; si bien, desde que ella vestía tan fuera de moda, le había llamado la atención; entonces, ahora que lucia tan bien, no podía menos que impresionarse, al menos un poco.
-hey Pete, venias a verme Porque…- decía Cinthia
-si, porque mamá quería que le hablaras en cuanto llegáramos- contestó Peter, con un tono serio y seco.
Cualquiera que le oyera hablándole así a Cinthia, nunca pensaría que es su hermana menor; se parecían un poco, pero solo en el castaño cabello y en la piel blanca y sin imperfecciones. A Cinthia no le agradaba la idea de irse y dejar a “Sophia, la arpía” (como ella le decía) al lado de su hermano; pero no tenia opción y esperaba que Ashley mantuviera a distancia a esos dos, Al final, aceptó ir a llamar a su mamá
-¿Qué tal el vuelo, novata?- preguntó Peter, volviendo a usar su tono dulce.
-muy alto – respondió riendo como tonta –ahora, ¿A dónde vamos? –preguntó sintiéndose tonta por reírse así.
-tenemos que esperar a la Srta. Knight- le contestó divertido.
Al ver Ashley, que era el mal tercio; decidió marcharse en busca de sus amigos y dejarlos solos a ellos; lo cual le costó un poco, no era nada fácil alejarse del chico mas guapo de la escuela (o del país), por decisión propia.
-y…. ¿Que poderes tienes? –preguntó Peter intrigado
-Teletransportación y telekinesis Orbitacional- contestó muy cohibida
-wow, una chica para enviar y recibir- dijo él y se puso a reír
Su chiste. Solo lo entendió él, pero aun así, verlo reír fue algo realmente increíble.
-yo solamente tengo la capacidad de reflejar cualquier poder, también llamado mimetismo; además de controlar las moléculas, con Fragokinesia – confesó el chico.
Él intentó hacer parecer menos geniales sus dones, lo cual no le sirvió de mucho, pues Sophia no era tan tonta, y entendía que con el mimetismo, Peter “poseía” todos los dones del mundo, aunque claro, si no había nadie con un don cerca, el solo tenia fragokinesia.
En medio de una conversación animada; una joven fue a interrumpirlos; era mayor que ellos, pero no tan vieja como Tessa Sullivan, seguramente se trataba de alguna profesora joven de la academia.
-Peter, ayúdame con los nuevos; el profesor Holmes no vino y estoy sola- pidió la joven
-claro; pero antes, le presentó a Sophia Sullivan; Sophia, ella es la profesora Lucy Knight- dijo Peter con ceremonial elegancia
-un placer- contestó sonriendo –tu también ayúdame, por favor, estoy al borde de la locura- pidió la Srta. Knight
Sophia asintió algo confundida; la profesora parecía algo psicópata, y se veía demasiado tensa para su edad, quizás tuviera 24 o 25, pero parecía ser una buena persona.
-¿Que debemos hacer?- preguntó Sophia al chico
-debemos llevarlos-le contestó pensando en otra cosa –ya se, ven conmigo- dijo en cuanto se le ocurrió una idea,
Finalizada la respuesta, él la tomó de la mano, para guiarla hasta un grupo de varones que se encontraba un poco lejos de ellos; la sensación de la mano de Peter entrelazada con la suya, la obligó a fantasear unos segundos, sin mencionar que el hecho de que él no la soltara incluso cuando ya habían llegado a su destino, la hizo confundirse aun mas.
-Callum, ella es Sophia; Sophie, el es Callum –los presentó –él nos llevara a la Academia- indicó a Sophia, como si ésta tuviera 6 años
Callum Tompkins, era otro chico lindo de la escuela; no era tan alto como Peter, tenia el cabello rubio brillante, lo tenia ligeramente largo y despeinado, lo que el daba una imagen de ser el chico problemático y popular de la escuela; evidentemente era compañero de Peter, y por ende, cursaba también el ultimo año. Ese rubio le dedicó una sonrisa a la chica, esto obligo a Sophia a sonrojarse, pero no mas que con Peter; claro que Callum era guapo, pero no lo suficiente, además, si tenia a Peter tomándole la mano, entonces no se iba a dejar seducir por (tal vez) el segundo chico mas guapo de ultimo año (o de la escuela).
-¿Cómo nos vas a llevar? – preguntó la chica inocentemente,
-con Electrokinesia, novata- respondió Callum, con una sonrisa brillante y burlona.
El nuevo sobrenombre que ellos le habían concedido sin darse cuenta, a Sophia; en definitiva, no le agradaba, pues “novata” le parecía una palabra demasiado despectiva, pues significaba que ella era una principiante que no sabia nada de nada (y no es que no lo fuera); solo que estaba acostumbrada a tener el control de todo…o al menos creer que lo tenia.
-entremos entonces- ordenó Peter
Su mano continuaba estando entrelazada con la de ella, contrastaban bastante la temperatura entre ellos; ella estaba helada como un témpano, mientras que el estaba a una temperatura calida y normal; era una sensación nueva y feliz.
Los tres entonces, se encaminaron a la entrada principal del aeropuerto, pasando por donde estaban las “tontas” que le desearon buena suerte en un mensaje telepático de parte de Chloe; y también vieron a algunas (unas 20 ó 30) profesoras Lucys que intentaban controlar a toda la masa de adolescentes de primer grado.
-¿Cómo lo hace?-preguntó Sophia, sorprendida. Nunca había visto que se pudiera duplicar alguien, tantas veces
-es omnipresencia, mucho mejor que los duplicados- le respondió Callum
Nunca había oído hablar de la omnipresencia, aunque a simple vista parecía ser lo mismo que la duplicación recién observada en Chloe; después se dio cuenta de que la duplicación es limitada y consume energía; la omnipresencia es ilimitada y solo es una proyección.
Entraron, dirigiéndose directamente a la zona de los baños, pues aunque habían llegado a Hawai, aun no podía usar sus dones libremente; ya en el pasillo donde están las puertas para ambos baños, encontraron la toma corriente anhelada. Callum verificó que estuvieran solos.
-tómense de las manos… aunque, ya lo hicieron –dijo Callum con ironía –toma la mía –le dijo a Sophia, tendiéndole la mano.
El rubor nuevamente volvió a ella, mientras que Peter ni se turbó de lo que su amigo había insinuado; con algo de nervios, tomó la mano de Callum. Unos segundos mas tarde, sintió un escalofrió que la obligo a cerrar los ojos, fue como si una descarga eléctrica la hubiera azotado. Cuando abrió los ojos, ya no estaba en el aeropuerto.
-Bienvenida a la Academia Mixta- anunció Peter
El rostro de Sophia debía ser muy divertido e interesante, pues Peter no dejo de mirarla ni un momento; esto, a ella no le importó, pues estaba muy ocupada, viendo todo lo que a su alrededor había. Aun no podía creer en donde se encontraban; estaban a un lado de un antiguo teléfono eléctrico, por el que habían salido, pero además, estaban frente a la AM.
La fachada era totalmente hermosa; un pasillo enorme te dirigía a la entrada; a sus lados estaban unos jardines hermosos, con fuentes enormes en cada uno de ellos; en lo alto del edificio de la entrada, se apreciaba el escudo de la escuela. Solo eran las siglas “AM” en letra manuscrita, dentro de un círculo donde se encontraba un lema.
-“Unidad, Fraternidad... e igualdad…”- leyó en voz alta Sophia, con un poco de dificultad.
-“…para un mundo mejor”- dijo Peter, completando el lema.
-la fundadora, o sea, la directora Taylor, creó esta academia, porque cree que separar a los hombres de las mujeres, solo fomenta prejuicios – le instruyo Callum, uniéndose a la conversación.
La chica dio un gran respiro, aliviada porque sus miedos resultaron infundados; ahí en la AM podía sentir una paz enorme, además de que el concepto que los chicos le iban creando sobre la directora Holly Taylor, le ayudaba a no temer; pues ahora quería conocerla.
-¿has visto todo bien?-preguntó Callum
-si, ¿Por qué?, ¿Qué traman?- dijo Sophia, descubriendo el plan
-queremos que con Teletransportación los traigas a todos aquí- respondió Callum, antes que Peter
Durante todos sus años, con sus dones; jamás había transportado con ella a más de dos personas con ella, ni con Teletransportación, ni con telekinesis orbitacional; siempre había temido que a la mitad del recorrido, algo terrible ocurriera, y que alguien terminara partido en dos. En sus ojos, se reflejaba todo el miedo que sentía.
-no la asustes Tompkins- dijo Peter al verla -¿Crees poder hacerlo?- preguntó tomándole suavemente los hombros.
Su miedo se disipó al instante en que las manos de Peter tocaron sus hombros descubiertos. Aquel chico era simplemente el dueño de sus acciones, le transmitía tanta calma y paz, y al mismo tiempo hacia que su corazón latiera como un loco.
-si, creo- respondió tomando aire
-usaré mi mimetismo, y Callum la Electrokinesia, te ayudaremos- explicó Peter, volviendo a tomarle la mano.
Respiró hondo, y luego apretó con fuerza la mano de él. Asintió con la cabeza y le tendió su otra mano, a Callum, para que ahora, en vez de viajar por la electricidad, ella pudiera hacer uso de su Teletransportación. Esta vez, resulto más cómodo el viaje para ella, aunque para ellos fue más que extraño.
Se dirigieron en cuando llegaron, hacia una de las Lucys que había.
-tenemos un plan, profesora Knight- dijo Peter serio.
-bien, también el joven Westman les quiere ayudar- respondió la profesora, llamando a un chico –Nick tiene fluctuación- agrego desapareciendo.
Por alguna razón, Nicholas Westman se le hacia conocido; quizás era porque lo había visto en el avión, porque él también era de primer grado. No era tan guapo como Peter o Callum, aunque feo no era; llevaba unos shorts, tenis, una camiseta azul, y su castaño cabello estaba despeinado, y tenía un buen bronceado.
Peter tomó el liderazgo, como si fuera una especie de autoridad entre ellos, por lo que todos aceptaban sin decir nada, todas sus órdenes, no solos Callum Nick y ella, si no todos los que quedaban. Los de 2do y 3er año se habían marchado ya. Los fueron acomodando a los de primero en 8 grupos de 5 personas, o sea que cada uno, debía hacer 2 viajes.
-es hora, vamos- anunció Peter a Sophia.
El chico hizo que todos los nuevos estudiantes ingresaran a los adentros del aeropuerto. Claro, no sin antes usar la Fragokinesia, para hacer que las moléculas de las personas fueran tan lento, que pareciera que el tiempo se había “congelado”; a esto también se le conoce como “éxtasis temporal”. Esto les permitió usar sus poderes libremente, como Nicholas, que creó un incendio para poder moverse entre las llamas con la fluctuación; al final, solo quedaban Sophia y Peter. Éste ultimo, beso la mejilla de la chica, causando una descarga de adrenalina que se apoderó de la chica. Tomó a su grupo y desapareció con una sonrisa tonta en los labios.
-nuestro turno, Pete – exclamó Cinthia furiosa.
Claramente, Cinthia, Ashley y los Walker habían sido testigos de toda la confianza que habían adquirido Peter y Sophia.
Un dolor indescriptible azotó a Matt, un dolor jamás sentido le había golpeado de improvisto; en vano se revisó con la vista, buscando una herida superficial. Su llaga no era física; si no que le había herido en el corazón la forma en que Peter había besado la mejilla sonrojada de su amiga. No entendía ¿Por qué tanto dolor?; Cinthia era su novia, Cinthia era la chica especial que le había robado el corazón en cuanto la vio…. Sophia, Sophia solo era su amiga, solo una chica más, que había conocido en una tonta fiesta de cumpleaños; apenas había conversado con ella, apenas y habían dicho monosílabos, entonces… ¿Por qué tanto sufrimiento?
Sus pensamientos fueron interrumpidos, por la mano de Cinthia que buscaba la suya. Ya iban a teletransportarse.

-1,2…-contó Peter – 3! – desaparecieron de ahí.
No se sintió nada la travesía, había sido apenas como pestañear; en un solo segundo habían aparecido en la entrada principal de la AM. En el pulso de Matt, aun se sentia el malestar que le producía Peter; {el no culpaba a Sophia de su dolor, si no a Peter, lo consideraba un tonto, que solo iba a usar a Sophia para botarla después; se conocían desde antes, pero desde siempre, Peter no era mas que un engreído que jugaba a ser perfecto.
Cinthia le dirigió una mirada de suplica para que se tranquilizara; y causó el efecto deseado.
Rápidamente, Peter dejó solos a los 5 que llevaba, pues le quedaba todavía un grupo por llevar aun.
Nicholas y Sophia, fueron los primeros en terminar, pues Callum había tenido un corto circuito a la mitad de un viaje. En cuanto ella había acabado, se dirigió hacia sus nuevas amigas, para poder contarle lo sucedido, hacía allá iba, cuando fue interceptada por Nicholas.
-hola, Sophia, ¿no?- comenzó a decir
-si, y tu eres, Nicholas- respondió ella.
-dime Nick- le pidió sonriendo – te vi en el avión, con Chloe y las demás; no pensé que salieras con Brooks- confesó tranquilamente
-no, no salgo con Peter, recién lo conocí- respondió ruborizada.
Parecía como si Sophia se hubiera convertido en el imán de chicos guapos que siempre quiso ser; aunque evidentemente, no estaba acostumbrada a que eso sucediera cada vez que la dejaban sola.
-pues parecía como si salieran desde hace mucho- decía Nick
-de verdad, que hoy lo conocí- repetía Sophia
Nick iba a decir algo, cuando fue interrumpido por la voz chillona de una chica, acompañada por sus dos mejores amigas; sin duda, eran Chloe y su sequito de tontas tras ella.
-¡Nick!- chilló la rubia.
-hola Chloe- saludo Nick, le brillaron los ojos al verla
-veo que ya se conocen, ¿verdad que es un amor?- pregunto Chloe, sin especificar a quien se dirigía
-si claro- dijo Sophia automáticamente
La razón por la cual respondió sin querer, fue porque Matt por fin se encontraba solo. El chico se había separado de sus amigos para ir con la profesora Knight; era el momento de aprovechar, ir a saludarlo y al menos podrían intercambiar palabras diferentes al “hola”, “adiós” y “ok” a las que estaban acostumbrados.
Disculpándose, Sophia se alejo de Chloe y de Nick, yendo rápida, pero delicadamente hacia su objetivo. Ya estando cerca, vio que Matt seguía hablando con la profesora Knight, ahora el problema residía en como acercarse a él, sin parecer demasiado evidente.
Se le ocurrió una idea mala, pero a fin de cuentas, era una idea. Caminó hacia ellos, dándose cuenta de que su conversación llegaba a su fin.
-Srta. Knight….- llamó Sophia
-Sophia, ¿Qué sucede?- preguntó ésta, dejando a notar que la recordaba.
-¿Ha…Ha visto a Peter?-preguntó sintiéndose tonta en cuanto lo hizo
-no querida, aun no lo veo- le contestó
Agradeció, con el rostro rojo de la vergüenza, y vio como la profesora se alejaba, intento hacer lo mismo, pero fue detenida por el comentario de alguien más.
-lo vi con Cinthia- dijo Matt
Esas cuatro palabras ya eran un comienzo, pese a que la última de su enunciado era el nombre de la chica mas odiada para ella.
Se formó entonces, uno de esos silencios incómodos que suelen haber entre un ex pareja que se vuelve a encontrar, lo cual no era su caso; ya que ella y Matt, hasta la fecha no eran mas que simples conocidos.
-¡Sophie!- llamó Peter a lo lejos.
-¡Matt!- imitó Cinthia a su hermano
Los Brooks se aproximaron a ellos; cada uno odiando a la persona que estaba enfrente de su persona amada. Peter había demostrado un sincero y profundo cariño hacia Sophia, y ella alimentaba el sentimiento.
-te estuve buscando Matthew-bonito- se quejó Cinthia, usando una voz de nenita.
Para cualquiera, con excepción de Cinthia, esa escena había sido grotesca, simplemente, algo que nadie deseaba ver ni oír en nunca más. Peter creyó lo mismo, porque su rostro, por primera vez, se turbó.
-es mejor entrar al may, para que puedan ir a sus habitaciones- dijo Peter, mas para que su hermana dejara de hacer eso, que porque quisiera hacerlo.
Los tres restantes asintieron animados, no podían evitar estar entusiasmados de conocer la que seria durante los próximos tres años, su escuela y su segunda casa. Amablemente, Peter los escoltó hasta la recepción, claro, fue por seguir con su hermana, que por el cariño a su hermana.
***
El hall era espacioso, grande, lleno de pinturas y retratos; además, de que en aquel momento, estaba repleto de adolescentes que esperaban a que les asignaran su llave. Todos, sin lugar a dudas eran de primer grado.
-esta enorme la fila- se quejó Sophia
Y no era para menos; la fila estaba en zigzag, llenando totalmente el vestíbulo. Después de todo, había sido una mala idea retrasarse tanto tiempo.
-¿Tu no te formas?- preguntó Cinthia a su hermano
-no, y Sophia tampoco- le contestó
-¿De que hablas?-dudó Sophia
-sus amigas ya tienen sus llaves- dijo él, señalando a las tres chicas.
Y así era; Chloe, Hannah y Hadley se encontraban hasta el frente, llamando con la mano a Sophia desde ahí. Hasta ese momento agradeció de verdad, haber aceptado la invitación de las chicas, pues Ashley y Ryan apenas se encontraban a la mitad de la interminable fila.
-entonces, me tengo que ir- dijo Sophia, sonriendo.
-te acompaño- se ofreció Peter
-nosotros debemos ir a formarnos- dijo Cinthia, para no quedar fuera.
Acto seguido, Cinthia y Matt se alejaron, rumbo a donde Ashley, mientras que Peter seguía a Sophia, quien se dirigía hacia sus nuevas compañeras de habitación.
 
 
 
 
 

Capítulo 5: Nuevas Amistades
Las 3 “tontas de plástico” esperaban a Sophia justo a un lado del mostrador donde les habían entregado las llaves. Sin contratiempos Sophia llegó acompañada de su guapo y popular amigo.
-tenemos la llave Sophie, en el dormitorio… ¿N/E?-dijo Chloe, dudando lo último
-es el dormitorio Noroeste, si quieren, yo las llevo- se ofreció Peter
Sin intención alguna de rechazar una oferta como esa, las chicas aceptaron gustosas, dejando a Sophia aun mas sonrojada de lo que estaba; sentia como si la sangre de todo su cuerpo estuviera solo en sus mejillas. Al instante, se sintió tonta, pues creyó que Peter hacia todo eso solo por ella…aunque, quizás…quizás el hacia esa clase de cosas por todos los chicos nuevos…
-luego podría darte un tour por el campus- dijo Peter al oído de Sophia.
¡Si era por ella!; si ese comentario no probaba que él estaba interesado en ella, entonces solo una propuesta de matrimonia lo corroboraría.
Las “tontas” no pararon de hacer una conversación particularmente aburrida e insulsa para Peter durante todo el recorrido. ¿En qué estaban pensando? Peter era sin dudas el chico mas inteligente de la escuela, con su mimetismo, su fragokinesia y sin mencionar su memoria fotográfica, que no era considerada un don especial; era también el presidente de la mesa directiva escolar, fue rey del baile de mascaras del año pasado, prefecto de 3er año y favorito de todos los profesores, sobrino de la directora e hijo de dos importantes doctores… ¿Cómo creyeron que tres cabezas huecas podrían decir algo importante para él?
-¿Aquí es?- preguntó Hadley
-obvio que si Hadley, no seas tonta- la reprendió Hannah.
-no me permiten entrar a su dormitorio- dijo Peter a modo de disculpa
En realidad, Peter si podía entrar con ellas, pues las reglas no prohibían nada; solo que en ese momento, esas chicas ya le habían colmado la paciencia, y solo buscaba alejarse de ellas.
-tengo un rato libre, podría darte el tour ahora- dijo Peter a Sophia, cuando ya se iban las demás.
-eh, si, claro- contestó cohibida –las alcanzo luego- gritó a los lejos a sus amigas
Las chicas asintieron mientras cruzaban el umbral del dormitorio; un tanto celosas por que la nueva chica se codeaba con el chico mas guapo y popular de la academia.
Sophia seguir ruborizada por las atenciones recibidas por parte de todos era como un sueño bizarro e inverosímil del que no quería despertar aun; rogó en silencio, que fuera verdad.
-¿Dónde comienza el tour?-preguntó ella, solo para evitar el silencio.
-por allá esta el dormitorio N; es el mejor de todos, allí vivimos los de la mesa directiva y algunos alumnos mas-dijo Peter, señalando un edificio a su derecha.
El dormitorio N o Norte; era grande tenia un jardín y una fuente al frente. Según las grandes y antiguas tradiciones, el dormitorio solo le abre las puertas a unos cuantos alumnos, muy selectos y que representen algo importante en la Academia; solo el presidente de la mesa directiva, en éste caso, Peter, decidía quien entraba o a quien echaba fuera; nadie de los que vivía ahí había sido elegido por los demás estudiantes, solo el presidente es electo cada año.
-¿Quieres entrar?- preguntó el chico, al ver el rostro de ella.
-¿Puedo?- dudó, todavía impresionada
-claro que si- dijo Peter, como si ella acabase de decir la cosa mas tonta del mundo.
Él tomo su mano y l hizo pasar por el gran pasillo que lleva a la entrada principal; entonces, al aproximarse, se abrieron las puertas, para dejarlos entrar.
En la planta baja, a la derecha, se encontraba una amplia sala de colores vanguardistas, muchos taburetes y portarretratos en las mesas pequeñas; había una pantalla plana de plasma enorme. A la izquierda se encontraba lo que parecía ser su propio comedor en una amplia cocina.
-¡¿Tienen su propio comedor?!-preguntó asombrada
- solo si no queremos ir al comedor de la escuela- le contestó él.
Al adentrarse en la enorme cocina, se podían apreciar, dispensadores de cereal, de sosa, de dulces, de todo; él la llevo un poco mas adentro del dormitorio, donde estaba el salón de los juegos, en donde había mesas de billar, de póquer y juegos de video.
La sala, en ese momento, estaba siendo ocupada por dos chicos y una chica que estaban viendo una película.
-¡Peter!- chilló la chica al verlo, y se lanzó a abrazarlo
-hey Pete- saludó el chico que tenia el cabello rubio; el otro solo hizo un ademán con la mano.
-hay sangre nueva por aquí-dijo la chica, en cuanto vio a Sophia.
-chicos, ella es Sophia Sullivan- dijo Peter, con un aire de orgullo.
Ellos se portaron amables con la nueva amiga de Peter, y de inmediato se presentaron; no de la forma ceremoniosa como Chloe y las demás, si no mucho mas amigables y menos intimidantes.
-Soy Rebecca Turpin, pero llámame Becca- se presentó la chica
-yo soy Mycroft Swift, y el silencioso de ahí, es Joseph Reynolds- dijo el chico rubio
-Joe Reynolds- corrigió el castaño
Becca era realmente bonita, tenia la piel morena y bronceada, cabello color chocolate oscuro y un cuerpo con muchas curvas, además de que era realmente alta, casi tanto como Peter; tenia un porte magnifico y se veía tan admirable, y mucho mejor que cualquier otra chica, además era poseedora de un grito supersónico y proyección del pensamiento.
Mycroft era guapo, pero a secas; era totalmente pálido, delgado y con el cabello rubio blanquecino, tenia una sonrisa radiante, y unos ojos marrones, aunque también era musculoso e igualmente, muy alto. Joe por su parte, tenía el cabello oscuro, y también era alto, su piel era blanca y menos pálida; pero tenía algo en la mirada que te hechizaba; y en cuanto oyó su voz, sus ojos dejaron de importarle, cada palabra que profería la cautivaba sin que pudiera evitarlo
-ya Joe, basta- pidió Peter
En el instante, ni sus ojos ni su voz le atrajeron más.
-¿Qué paso?- preguntó Sophia
-su sonokinesis te atrapó- contestó Becca, lanzándole una mirada desaprobatoria al chico.
La sonokinesis es capaz de controlar el sonido, y el sonido había sido capaz de aprehenderla sin clemencia.
Rápidamente, una buena relación inesperada comenzó a formarse entre Sophia y los chicos de tercero; cada uno de los presentes sintió un afecto sincero hacia la chica, y ella estaba demasiado agradecida con ellos, como para no corresponder.
El miedo a la soledad, que había mantenido siempre Sophia, se había extinguido; ahora era amiga de chicos mayores, chicos que parecía la aceptaban como era. ¿Qué más podría pedir? Peter tuvo que marcharse unos momentos, dejando a su nueva amiga, con los chicos, pero esto a Sophia no le incomodó, se sentia perfectamente en confianza con ellos.

-La cena ya va a empezar, vamos – avisaba una chica, con un tono mandón y marcaba mucho la R, como si fuera un acento francés, solo que ella no parecía francesa
Parecía ser la típica chica engreída e insustancial que buscaba ser el centro de atención, o sea, todo un cliché; tenia el cabello rubio con raíces oscuras, ojos azules brillantes, vestía poca ropa…
-Iremos cuando así lo queramos, Daphne – contestó Becca, sin prestarle mucha atención.
Daphne hizo un gesto feo y se preparaba para decirle algo grosero a Becca, pero antes de que pudiera decirlo, se percato de que había una chica más entre ellos; ¡Una chica nueva!
-¡¿Qué hace aquí?! Nadie debe entrar si no es de aquí- protestó Daphne
-ella es nuestra nueva chica, Sophia Sullivan- contestó Mycroft, en defensa
-no me importa quien sea, háganla salir de aquí ahora mismo, o se lo diré a Peter- amenazó la chica.
-¿Decirme que?- inquirió Peter, que volvía a la sala
Con una sonrisa malvada, Daphne les dio a entender a Becca y a los chicos, que le diría “todo” a Peter y que seguro éste se molestaría con ellos. Los demás no dijeron nada, pues sabían que lo que pasaría sería demasiado cómico para evitarlo.
-Peter, han traído a una chica desconocida- se quejó exagerando
-¿En serio?- le siguió el juego Peter –no es posible-,
-solo quiero saber cual tonto la dejo entrar, para que yo misma me encargue de darle un escarmiento- decía Daphne
-si deberías hacerlo, pero ¿Sabes que?, yo se quien fue- le confesó
-¿Quién fue?-preguntó emocionada
-yo mismo, así que “Daphnie” deberías darme el escarmiento a mi- dijo Peter, con una expresión ligeramente enojada.
La cara de la rubia, se puso roja como un tomate maduro, acto seguido, bajó la mirada y evito las burlas de parte de Becca y los chicos. Peter se limitó a sonreír por lo bajo y se acercó a la pequeña Sophia, que aun temblaba por lo que acababa de suceder.
-no han sido presentadas, Daphne, ella es Sophia Sullivan; Sophie, ella es Daphne Diamond- presentó Peter
Daphne aun estaba exageradamente roja y cohibida para articular palabra; no obstante, no estaba roja por haberse equivocado, si no porque estaba iracunda en contra de todos ellos, que le habían tomado el pelo. En vez de darle la mano a Sophia, solo le dedico una mirada desdeñosa, como diciéndole que probablemente la mataría mientras dormía, o algo así.
-ella estará muy seguido por aquí querida, así que, deberías irte acostumbrando- añadió Becca, con una sonrisa irónica.
Sin que pudiera hacer otra cosa, Daphne salió de la sala, totalmente humillada, y totalmente fuera de sí; si ellos no fueran lo máximo en la academia, hacía mucho tiempo que ya les habría hecho alguna jugarreta, pero desafortunadamente para ella, Peter era lo máximo en la academia.
-¿viste la expresión que puso?- pregunto Mycroft en burla
-claro que si – se reía Becca –espero que ya deje su actitud “Snob” -.
-¿Snob? – dudó Sophia
-la palabra viene de una contracción de la frase “Saint Nobilite” que quiere decir “sin titulo nobiliario”; se usaba para denominar a las familias que querían actuar como la nobleza, pero sin un titulo – explicó Peter, con un aire sabiondo y terriblemente atractivo.
-lo que quiere decir, es que Daphne se comporta como si fuera la reina de Inglaterra, y no es más que una muchacha corriente- dijo Becca, cuando notó que Sophia veía a Peter, con una expresión perdida

Siguieron riendo unos minutos más, hasta que se dieron cuenta de que la cena se iba a retrasar mucho si ellos no llegaban a tiempo; y como si hubieran planeado todo, en solo 5 minutos todos estaban radiantes, bellos y bien vestidos…lo que hacia sentir ligeramente fuera de lugar a Sophia.
-genial, ahora tendremos que correr- se quejó Joe, anudándose los cordones.
-no, Sophia nos llevará- dijo Peter, poniéndose una chaqueta negra que le daba un estilo de chico malo
Al instante, todos la voltearon a mirar; tanto con duda, como con admiración y expectación, El rostro de Sophia, enrojeció tanto, que su cuerpo empalideció.
-¿Puedes hacerlo?-dudó Mycroft
-…si- contestó Sophia
No muy convencida le ordeno que se tomaran de las manos; Peter ya se le había adelantado y le sujetaba la mano antes de que ella lo pidiera; Mycroft tomo la otra mano de Sophia, Becca tomo en seguida la del rubio y Joe fue el ultimo en tomar posición.
“1, 2…” repetía los números en su cabeza; tomo aire profundamente y se dedicó a pensar en la entrada del comedor comunal, que había visto hace apenas unas horas. “¡3!” gritó en su mente; todos sintieron que el espacio los consumía, y cuando abrieron los ojos, ya estaban en los hermosos jardines que custodiaban al comedor.
-eres brillante Sullivan- la felicitó Becca
Aunque quisieran haberle dedicado mas alabanzas a Sophia, por su excelente trabajo, no pudieron, ya que necesitaban entrar al comedor y hacer acto de presencia cuando la directora los necesitase.
-…sin mas, sean bienvenidos- terminaba de decir la que debía ser la directora Taylor – ahora recibamos, a nuestro presidente, Sr. Brooks, suba- pidió.
Sin dudarlo, y con toda seguridad, Peter se alejó de ellos para subir al estrado a recibir el micrófono que la directora le cedía.
Mientras la directora se dirigía a su mesa, no pudo evitar mirarla; ella pensaba que su directora iba a ser una cuarentona gruñona, que sufría la menopausia y que solo deseaba regañar a los alumnos…o al menos así era la Sra. Buckerniseen, la directora de su antigua escuela.
Mas, en cuando la vio, pudo apreciar que ya no era joven, pero no era vieja; debía tener unos 34 años, tenia el cabello castaño claro, una mirada triste alta y tal vez, antes fue bonita; además de que, a juzgar por las caras de los presentes, de verdad había dado un buen discurso introductoria.
-bienvenidos sean todos; mi nombre es Peter Brooks, y como su presidente, es mi deber anunciarle a los miembros de la mesa directiva; Rebecca Turpin, es la vicepresidente, Mycroft Swift es nuestro tesorero y Joseph Schoofield nuestro secretario; como vocal de tercero está Daphne Diamond- dijo Peter
La mirada de Sophia se dirigió a esa rubia “Snob” que se había levantado para saludar a todos como si hubiera sido nombrada “Srta. AM”; Ella se rió por lo bajo, y volvió a depositar su mirada en él chico.
-lo que nos deja con dos vacantes, un vocal de 2do y otro de primero- agregó él
-¡No Pete, Ya tenemos vocal de primero! – avisó Becca con una sonrisa
En cuando lo oyó la chica, no pudo menos que sentirse mal, pues ni siquiera podía probar suerte, para ver si ella tenía lo necesario para vivir en el dormitorio N y codearse con ellos. Bien, fue bueno mientras duró, pero Sophia debía hacerse la idea, de que probablemente nunca fue para ella.
-Nuestra vocal de primero es la linda Sophia Sullivan- exclamó Peter
¿Qué?, ¿De verdad el había dicho “Sophia Sullivan”?; por un momento, la chica creyó desmayarse, creyó estar en un sueño extremadamente fantástico, en donde Peter creía que ella era linda.
-Felicidades- le dijo Mycroft
Él la abrazo tan fuerte, que Sophia comprendió que no había sido un sueño; sonrió tanto que se le entumieron las mejillas. ¡Era un sueño!; ella pensaba que probablemente él elegiría a su hermana Cinthia, Sin embargo, Cinthia no era la única que se había creído con el derecho suficiente de ostentar ese puesto, ya que Chloe Diamond en seguida se levanto, con un aire furioso hacia Daphne. ¡Eran hermanas!, hasta ese momento fue, que recordó lo ligeramente parecidas que eran. ¡Seguro que Chloe deseaba su puesto!
Aún sin creerlo, decidió aceptar lo que ocurría; su vida había dado un giro de 180º, de pronto había pasadote ser la pobre chica solitaria del aeropuerto, a tonta de plástico, para llegar a ser “lo mejor” de la academia.
De inmediato, y sin perder el tiempo; las “tontas” se acercaron a ella, y no en plan de felicitación, si no con una mueca de profundo odio. Sobre todo Chloe, que casi echaba chispas.
-¡Ese era mi puesto!- exclamó Chloe
-pues Peter me eligió – se defendió torpemente
-pero yo estaba destinada a dormir en el dormitorio N – se seguía quejando con un tono de desesperación.
-Me eligieron a mi Chloe, A mi- especificó lo mas clara que pudo, aunque sentía miedo.
Era mas que evidente, que Sophia tenía razón; el presidente y toda la mesa directiva la habían elegido por unanimidad, y en cambio Chloe era aborrecida por ellos.
Sin más que decir, Chloe le tiró una bofetada a Sophia, dejándole totalmente roja la mejilla.
-¡cuidado!-gritó Matt en cuanto vio que Chloe lo volvería a hacer
Para protegerla, formó un campo de fuerza frente a Sophia, lo cual impidió que Chloe lograra su cometido. Él debía proteger a su amada Sophia.
Totalmente avergonzada, Chloe chilló con ira y le hizo señas a su sequito para que la siguiera, y salieran de ahí. A la rubia aun le costaba creer que esa perdedora de ojos verdes le hubiera robado su sitio. Las cosas no se quedarían así.
-¿Estas bien?- dudó Matt.
-si, gracias…por salvarme-contestó frotándose la mejilla.
-Felicidades Sullivan- la felicitó Cinthia. Era pura ira con la que hablaba
Cualquiera que pudiera ver, debía notar a simple vista el rubor que se producía en Sophia cada que su mirada se cruzaba con la de Matt, y el brillo en los ojos de él, cuando ella le sonreía. Se amaban mutuamente, eso era obvio; pero también era más de lo que Cinthia podía soportar. Ahora de verdad, odiaba a Sophia, no iba a dejar que le arrebataran lo único a lo que de verdad amaba y era suyo.
-Felicidades Sophia- felicitaron Ryan y Ashley al mismo tiempo.
Cinthia ni siquiera intentó aparentar que no estaba furiosa; tomó a Matt por el brazo y lo haló hacia un sitio apartado de la muchedumbre que se acercaba a felicitar a Sophia.
-¿Qué haces protegiendo a esa…”usurpadora”?- riñó Cinthia, poniéndose roja, como jamás la había visto.
-Sophia es mi amiga, y debía defenderla- contestó sin ánimos.
-¡yo soy tu novia!, y a esa solo la conoces desde hace unos días- seguía reclamando.
-no se porque lo hice, pero fue así, y tendrás que vivir con eso- dijo con un tono fuerte y amenazante.
Ante esto, no le quedó otra opción a Cinthia, que tragarse toda su ira y seguir aparentando que todo estaba bien; y debía pensar en algo pronto para retener a Matt a su lado, ya que si no lo hacia, era mas que probable a que brazos correería Matt a llorar. No podía permitirlo, recientemente ella le había quitado su lugar en el dormitorio N, que Peter ya le había prometido; le estaba también robando a Matt y a su hermano…o quizás solo a su hermano, y éste quería ser robado.
Mirando hacia Peter y Sophia, viendo como él la abrazaba afectuosamente… Se le ocurrió una idea.
-¿Por qué te preocupas por ella, si tiene a mi hermano? –volvió a preguntar “inocentemente”
-¿Tiene a Peter?- cuestionó sin entender.
-Si, ellos salen desde hace mucho, creí que ya te lo había dicho- le contestó.
Como si le hubieran dado un golpe en el estomago, él se quedó sin aire, la garganta se le secó y se cerró para evitarle decir algo. Una roca pesada le cayó en el estomago, causándole el peor de los vacíos; era un dolor inexplicable él que le azotó silenciosamente de pies a cabeza.
¿Qué dolor será peor? ¿Él que te obliga a gritar y a pedir que ceda, cuando es el físico quien sufre?, ¿O aquel que te obliga a callar, sin opción de ceder, y que es tan interno que no sabes específicamente en donde te lastima más?
-¿Estas segura?- preguntó Matt
-claro que si- contestó ella.
A primera vista, la mentira recitada por Cinthia, no estaba lejos de la realidad. Parecía como si se conocieran desde hace tanto tiempo, y fueran íntimos amigos y amantes. Peter la trataba con tanta familiaridad y con más amor del que trataba su propia hermana. Eso era por parte de Peter; aunque no parecía lo mismo por el lado de ella, se sonrojaba igual que con Mycroft y le sonreía igual que a Ryan; no había nada que a Peter le alentara.
La cena de bienvenida resultó como todas olas anteriores; sin grandes conflictos, con algo de murmullo y muchas presentaciones
-es hora de que se marchen- voceo la Srta. Knight.
Inmediatamente los alumnos comenzaron a levantarse, para dirigirse la salida. Becca y los chicos hacían lo mismo, con excepción de Sophia, que no se movía ni un centímetro y sostenía una mirada de terror,
-¿Qué pasa?- preguntó Becca
-no tengo dormitorio, seguro Chloe no me dejará entrar- respondió sin quitar esa expresión.
Bastó una mirada silenciosa entre los miembros de la mesa directiva, para tomar una decisión.
-demos un paseo Sophie- invitó Peter
Los demás le sonrieron y la invitaron a que aceptara caminar con Peter; al final, acepto un poco menos nerviosa, pues pensaba en lo maravilloso que podría resultar, pasar su primera noche de su estadía en la AM al lado de Peter.
Se levantó de un salto y salió del comedor, con una mano entrelazada con la del chico.
-¿Planeas llevarme con tu hermana?- preguntó Sophia, sin lograr evitar ese tema
-no creo que le guste la idea, pero eso es irrelevante- le contestó
-¿A dónde me llevas entonces?- volvió a preguntar; no estaba asustada, solo emocionada
-toma mi mano- le espetó
Confundida hizo lo que él le pedía; una pequeña descarga de electricidad le recorrió de pies a cabeza al tiempo que se teletransportaba con ella.
 
 
 
 
 
 
 
 

Capítulo 6: El Dormitorio N.
Gracias a que Peter poseía mimetismo, logró hacerle eco al don de Sophia y llegaron por medio de Teletransportación a la entrada de lo que parecía ser el dormitorio N.
-¿Qué hacemos aquí?- cuestionó ella.
-sígueme- dijo sin prestar atención a su pregunta.
Desmolecularizando la puerta, ambos entraron. La sala al igual que toda la planta baja, estaba sumergida en completa oscuridad y silencio,
-parece que no han llegado- comentó Peter para si mismo.
Con un movimiento de su mano, y sin mover ningún apagador, se pendieron todas las lámparas del lugar. El mimetismo era sin lugar dudas el mejor don del mundo.
-¿Dónde están los demás?- preguntó
Apunto estaba él de contestar, cuando la puerta se abrió, dejándoles pasar a Becca, Joe, Mycroft, Callum y la dama de la recepción.
La amable señora les saludó a los dos, para luego dirigirse a la parte de arriba del dormitorio. Sophia aun no entendía que hacía ella ahí, además de que el cansancio la ponía de mal humor.
-quiero dormir ya, así que si no piensan ayudarme, será mejor que vaya a rogarle a Chloe- dijo desesperada y cansada.
-Bienvenida al dormitorio N- le respondió Becca
-trajimos, bueno, yo traje a la Sra. Vanderbilt para que prepara tu habitación- agregó Callum
-¿Trajiste?- preguntó Callum con ironía –todos la trajimos-.
Una pequeña discusión se formó entre ellos, Callum decía que gracias a el, la Sra. Vanderbilt había acudido, mientras que Mycroft alegaba todo lo contrario, y que había sido trabajo de equipo.
-no importa quien haya sido- dijo Sophia para calmarlos. Sus gritos la hacían enojar.
-lo que importa, es que ya es una de nosotros- dijo Becca, con una sonrisa.
¿Una de ellos? Todo había sucedido tan rápido… Nunca hubiera creído que ella iba a ser la elegida para ocupar el lugar disponible entre ellos. Sophia no era extraordinaria, en realidad era como cualquier chica, sin ningún talento que la hiciera especial o fantástica. Nunca había sido popular, ni tenia muchos amigos; sin Ashley ella estaba sola… Entonces, ¿Cómo ocurrió?
Aun bastante emocionada, miró a los presentes para estar segura de que no era el más hermoso de sus sueños; vio a Becca, a Joe, a Callum, a Mycroft, a Peter… y eso fue todo. Al segundo parpadeo, perdió el conocimiento y estuvo apunto de chocar fuertemente contra el piso; solo que, gracias a la fragokinesia de Peter, su cabeza nunca golpeó el suelo, ya que hizo que sus molecular fueran mas despacio, logrando un “éxtasis temporal”, como se le conocía a la acción de “parar el tiempo”.
***
A la mañana siguiente, Sophia despertó temprano, sin intención de abrir los ojos; y el tiempo que más pudo, los mantuvo cerrados. Tenía miedo de que al abrirlos se diera cuenta, de que todo lo que había pasado el día anterior había sido un sueño.
-¿Sophie?- alguien llamaba a su puerta.
La voz no le sonó familiar, así que la chica pudo deducir que sería alguien que había conocido el día anterior; era obvio que se trataba de una chica, así que quizás se trataba de Hadley, que la despertaba para que bajaran a desayunar todas juntas y saludaran a Chloe, que era la nueva miembro de la mesa directiva.
-Soy yo, Becca – añadieron tras la puerta.
De golpe abrió los ojos.
Si Becca estaba tras esa puerta, solo podía ser prueba de una cosa: ¡De verdad se había unido al dormitorio N!, de verdad había sucedido.
Se levantó de un salto y corrió a la puerta, en donde al abrirla encontró a Rebecca Turpin, que venia a revisar que se encontrara mejor.
-hola Becca- saludó Sophia, recobrando el aliento.
-¿Estás mejor?, te ves sobresaltada- preguntó Becca, con legitima preocupación,
-si, estoy de maravilla- se apresuró a contestar.
La chica le dio una mirada significativa, y luego la desvió para admirar la habitación.
-creímos que seria un chico él que se uniría, por eso es azul- comentó Becca, adentrándose.
Se sentaron las dos al borde de la cama; para así poder conversar sobre todas las cosas que habían sucedido, mientras Sophia estaba inconsciente.
-en cuanto te desmayaste- narró Becca –todos se pelearon por traerte hasta aquí; pero por supuesto, Pete los venció.
-debieron dejarme en el sillón, siento mucho lo que paso- se disculpaba, roja como un tomate.
-te desmayaste porque casi no cenaste; baja ya, si no tampoco vas a desayunar – sentenció Becca.
Sophia asintió con la cabeza, y la vio salir. Aun tenía puesta la ropa del día anterior; se dirigió al armario, pero éste estaba completamente vacío, así que por ende, sus pertenencias seguían en el dormitorio N/E, en donde había sido asignada al inicio. Haciendo uso de su telekinesis orbitacional, hizo aparecer su equipaje en la cama.
-amo esta escuela – murmuró feliz.
Totalmente cambiada bajó a la cocina; claro que antes tuvo que pasar por las escaleras y pasillos por donde los habitantes le lanzaban miradas de reproche, desprecio o de pura indiferencia, pero todos la miraban.
Al llegar, recorrió con la mirada el lugar, e inconscientemente estaba buscando el rostro de sus amigos, para luego darse cuenta de que no Ashley ni Ryan vivían ahí.
-¡Sophia!- dijo Mycroft. Fue el primero en notarla.
-¿Estas mejor?- preguntó Callum
-de maravilla- le contestó simplemente.
Aunque durante el día anterior ella había sido el centro de atención, aún no estaba acostumbrada a que todos la miraran y preguntaran sobre su salud, o si se encontraba a gusto en el mejor de los dormitorios; deseaba poder pasar desapercibida al menos los primeros días. Ser nueva ya era algo duro, pero ser nueva y ser el centro de atención crea mucha tensión.
-siéntate querida- le sugirió Becca
Con cuidado tomó asiento sin dejar de clava su mirada al suelo; sentía que todas las miradas apuntaban a su cabeza, y esto no le ayudó mucho; sin querer terminó en el suelo antes de que Becca le sirviera el desayuno.
-perdón, perdón- se disculpó, volviendo a su asiento.
Ella no era coordinada, pero tampoco era tan propensa a los accidentes; lo que sucedía era que la ponían nerviosa.
En cuanto le pusieron el tazón de cereal en frente, le clavo la mirada el máximo tiempo que pudo, y no se atrevió a pronunciar otra palabra.
-¿Qué clase tienes hoy?- le preguntó Mycroft
-Historia- dijo con voz apenas audible.
-yo tengo entrenamiento, te puedo acompañar- se ofreció Callum en seguida.
Seguramente, si Joe fuera un poco más extrovertido, habría hecho alguna propuesta similar; aunque claro que Callum solo lo decía porque Peter no se hallaba presente.
-¿Y Peter?- preguntó Sophia
-salio temprano- contestó Becca sencillamente.
El desayuno pasó en silencio, todo gracias a la sutil pregunta de Sophia con respecto a la ausencia de Peter; de esa forma, Callum podía notar que a ella el único que le interesaba era el presidente de la mesa directiva.
No obstante, la esperanza es lo que muere al último, y la propuesta se mantenía en píe.
-debemos irnos ya, se hace tarde – comenzó a decir Becca
Rápidamente, todos dejaron la cocina, y se dirigieron a la sala, en donde todos recogieron sus pertenencias. Sophia tuvo que ir a su habitación, recoger lo primero que encontró con forma de libreta, y lo metió en la primera bolsa que vio. Bajó corriendo las escaleras, tan rápido que no le importó que una chica señalara su ropa e hiciera un gesto de burla.
Salió por la puerta principal, con Callum y Joe a su lado; con ellos se sentia como si fuera una “top model” famosa que todos querían mirar o una estrella de cine que había estrenado una película.
-¿Quién vive en el dormitorio N?- preguntó a Callum después de un rato
-la mesa directiva, y los líderes de los deportes importantes- contestó él.
-¿Eres líder de algún deporte?- preguntó curiosa, Callum no tenia aspecto de líder.
-soy capitán del equipo de football americano- dijo orgulloso.
Se sintió ligeramente mas importante; la vicepresidenta la iba a despertar, el capitán de football la iba a dejar a su clase y salia con el presidente de la mesa directiva… ¡un momento!, ella no salía con Peter, claro que no. Ella no quería….
-aquí es- indicó Callum
Habían llegado al comedor comunal; el día anterior, con toda la prisa que llevaba, no se había dado cuenta de que el comedor solo era la base de un enorme edificio; sobre éste, estaba un edificio de 7 pisos.
-los salones tienen letras y números, pero van en orden ascendente, el edificio A-21 está en el primer piso, y así siguen; no subas al piso 5, ahí están los despachos de los profesores y no les gusta que los visites, el piso 6 esta lleno de secretarias y expedientes, y el 7 es el piso de la directora, no se que haya, pero no entres- explicó Callum
Toda esa información quiso escribirla, pero Callum la había dicho tan rápido, que apenas y le dio tiempo de recordar que no debía subir a los pisos superiores al 4.
-gracias- dijo sinceramente
Le dedicó una sonrisa, y se alejó de él. Se acercó al ascensor y presionó el botón, teniendo todavía en su cabeza los consejos de Callum; entró a este y oprimió el 1 en los botones, tarareó la canción que sonaba, era “And I Love Her” de “The Beatles”; la melodía la relajó un poco, lo cual fue un alivió que acabó pronto, ya que en cuanto se abrieron las puertas, se olvidó por completo del dormitorio N, y regresó a la realidad de la escuela: Era la chica nueva,, y además de ser: nueva entre los nuevos, también era “la nueva que no socializaba con sus compañeros”
Salió del ascensor, y caminó en silencio hasta el edificio H-23. Sonrió feliz, ya que creía que si no conocía a nadie, entonces nadie la voltearía a mirar… gran error; pues, aun así la miraban al pasar; lo que la obligó a apresurar el paso mientras conservaba la mirada en el suelo.
Al entrar, notó que afortunadamente conocía a tres personas en esa sala que no la querían ver, desafortunadamente se trataba de “las tontas de plástico”: Chloe, Hannah y Hadley, que se encontraban en las bancas de enfrente y todas recibían un masaje de manos de tres clones de Chloe.
Compartir clase con ellas, era tentar demasiado a su suerte; por lo que apunto estaba de salir del aula, cuando la puerta se lo impidió, pues olvido que la puerta abría hacia adentro y alguien ya la estaba usando. En el momento en que ella salía, alguien entraba…y ya que ese alguien poseía fuerza sobrehumana, ella no pudo más que caer.
-auch- se quejó desde el piso.
-discúlpame- le dijo Matt, totalmente avergonzado.
Le estaba ayudando a levantarse; solo que la puerta otra vez se abrió, haciendo que ahora, además de que Sophia volviera a caer, Matt le cayó encima. Por azares del destino, Matt no solamente cayó sobre ella, si no que también quedó a escasos 5 centímetros del rostro de la chica; podían sentir mutuamente las respiraciones ajenas, y un impulso los hizo enmudecer del dolor. Y aquel impulso no podía ser otro, que el de besar en los labios a la otra persona; y el dolor se resumía a que tenían que ser fuertes ambos para no hacerlo, ya que Sophia sabía que Matt seguía con Cinthia, y Matt “sabía” que Sophia y Peter se amaban,
Aquel segundo, fue el más doloroso y pareció eterno, en el cual ninguno podía proferir palabra alguna sin que eso los delatara de alguna forma.
-Levántate Matt- exigió Ryan.
Gracias a Dios, solamente se trataba de Ryan; pues si hubiera sido Cinthia, Sophia no habría podido tener tanto autocontrol para no golpearla sin razón aparente. El mellizo de Matt, estaba totalmente conciente de toda la tensión que existía entre ellos, razón por la cual él fue quien levantó a Sophia del suelo.
-Gracias Ry –dijo Sophia, sacudiéndose el polvo -¿Vendrán también Ashley y Cinthia?-preguntó. Le costó pronunciar el segundo nombre.
-las clases se dan en orden alfabético, a ellas les toco en la sección de la “A” a la “F”, y a nosotros de la “R” a la “Z”- contestó tomando asiento,
-no te vimos en el desayuno-comentó Matt, sentándose atrás de Sophia.
-desayune en el dormitorio N, es asombroso- dijo Sophia, dando a notar lo emocionada que estaba.
El brillo en la mirada de Sophia, no pudo menos que lastimar a Matt; y es que nunca antes la había visto tan feliz. Cada adjetivo que ella le asignaba a su “glorioso dormitorio N” le resultaba como un golpe bajo; era como si le estuviera reprochando que todas esas cosas las había conseguido gracias a Peter, y que él era solo un perdedor más. Y sus pensamientos solo lo llevaron a una conclusión realmente dolorosa: aunque él terminara su relación con Cinthia, y aunque Sophia también lo quisiera….no podría alejarla de todo eso, ella merecía los lujos y atenciones que recibía. Y si ella era feliz, entonces él también lo estaría.
La puerta se abrió de golpe, y todos ocuparon sus asientos. Él que entraba debía ser el profesor de historia; aquel hombre parecía tener alrededor de años, era alto y delgado, con piel nívea y su cabello era oscuro y rojizo al mismo tiempo. Estaba usando un traje color negro que hacia juego con sus zapatos, una camisa blanca y limpia, y una corbata negra sin ningún adorno; casi parecía haber sido sacado de un funeral; no obstante, nadie dijo nada, ya que su rostro bonito lo hacía inmune a las críticas.
-buenos días a todos, mi nombre es Stephen Holmes, y seré su profesor de historia- se presentó.
Al mismo tiempo, en el pizarrón un marcador se movía de un lado a otro, escribiendo con letra legible y totalmente elegante “Prof. Holmes”. Los murmullos comenzaron entre los alumnos, y Sophia alcanzó a escuchar que una chica le comentaba a otra, que había oído que el profesor tenía visión remota.
-¿Qué es visión remota?- le preguntó a Ryan en un susurro.
-puede ver lo que miramos, o sea que…sin que te des cuenta en este momento puede que este dentro de tu cabeza viendo que me estas…viendo- trató de explicar.
Le recorrió un escalofrió; pensar que había gente capaz de violar la intimidad sin ser detectados la ponía mal. Además de que la obligaba a poner atención durante la clase. ¡Que bueno que Matt se había sentado detrás de ella!, de esa forma, no había nada que la pudiera distraer…no es que él la distrajera….
-Srta. Diamond, ¿Qué hace usted aquí?- preguntó cortés, pero fríamente el profesor.
-Nick Westman y yo cambiamos nuestros roles, seguro que notara que me encuentro en su lista asignada- contestó Chloe con un tono pomposo.
No muy convencido, el Sr. Holmes le dio una rápida mirada a su lista, y comenzó la parte introductoria de la clase; haciendo toda clase de referencias a la directora Taylor.
-Durante mucho tiempo, nuestra gente fue asesinada y acusada de brujería; lo cual estuvo mal interpretado, porque como sabrán, nosotros no hacemos magia- decía.
La historia comenzaba, con la primera escuela para personas con dones especiales; un grupo de jóvenes importantes y poderosos lo crearon. Su nombre era “El Colegio Universal” que se localizaba al norte de escocia, y era solamente para mujeres.

-¿Por qué?- preguntó Ronnie Crown.
-porque durante muchos siglos, solo nacían mujeres y en raras ocasiones un hijo cada 6 u 8 generaciones- explicó.
A ese colegio asistieron tres jóvenes importantes: Holly Taylor, Eleanor Nortwood y Rosalind Hudson-Blue; esas tres señoritas se hicieron grandes amigas, y una misma idea tuvieron: crear una institución nueva, y que le abriera las puertas a un solo tipo de personas. Si bien tuvieron la misma idea, no tenían los mismos ideales; Eleanor Nortwood creía que las mujeres no necesitaban aprender ciencias lógicas, y que solo servían para una cosa: casarse. Rosalind Hudson por su parte, confiaba en que una educación severa es lo que necesitaban, por eso soñaba con una escuela sin lujos, a donde las señoritas fueran únicamente a estudiar. Al final, aunque siendo en realidad la precursora, Holly Taylor creía que con la unidad y la igualdad eran lo único que podría darnos una educación de verdad.
Y así, al finalizar su educación, cada una se dedicó a construir y formar sus propias instituciones; la primera en acabar, fue Rosalind que ahora llevaba el apellido de su esposo: Griffiths, fundó el “College Proudly Blue” e hizo realidad su sueño de crear la escuela más estricta y disciplinada de este lado del mundo. Eleanor fue la siguiente, dándole su apellido a su escuela, el “Colegio Nortwood” donde la educación era feminista y donde solo se enseñaban artes a las damas de más elite en la sociedad. Estas dos escuelas se hicieron especialmente para mujeres, ya que los hombres seguían escaseando.
-y al final, Holly logró terminar en el año 2000 la AM; y nos dio trabajo a todos los profesores hombres que en otras escuelas no éramos aceptados-concluyó.
La campana sonó, lo que marcaba el final de la clase.
Para la mayoría de los estudiantes esa historia era vieja; la habían oído unas veces, a todas las madres les gustaba contarles a sus hijos lo maravillosa que había sido su escuela, por ende, a nadie le resultó interesante la primera clase de historia, exceptuando por supuesto, a Sophia. Su madre se había educado en casa, y su padre había ido a una escuela común y corriente, y ambos se mantenían alejados de todos los asuntos políticos y sociales que concernieran a personas con dones como ellos; así que no contaba con alguien que quisiera contarle la historia de las primeras escuelas.
Se quedó sentada en su asiento, mirando en horizonte mientras en su cabeza proyectaba las imágenes que su loca imaginación le concedía; y mientras ella miraba el cielo por la ventana, alguien a ella la observaba. Ese alguien, consideraba que era la criatura mas bella y perfecta del mundo, pensaba que ella era la máxima expresión de la belleza pura; ese alguien solo podía ser Matt, que deseaba lo mejor para Sophia, deseaba poder verla feliz, y sabia que esa felicidad ella la conseguiría si se alejaba de él. Y si eso era lo que tenia que hacer él, lo haría; se limitaría a admirarla desde lejos.
-termina tu relación con Cinthia- dijo Ryan a su hermano en voz baja.
-no puedo- contestó.
-si puedes, tú amas a Sophia y ella te ama a ti- insistió.
-ella está bien con Peter, y yo no quiero arrebatarle la felicidad-respondió para convencer más a si mismo que a su hermano.
Ante la terrible terquedad de Matt, lo único que Ryan pudo hacer, fue asentir y tenderle la mano a su hermano para que pudieran salir de clases. Y con un movimiento similar, Matt le ofreció su mano a Sophia, quien la aceptó un poco sonrosada… Sentir la mano de Matt fue como si una descarga eléctrica le hubiera recorrido toda la medula ósea.
-así que…tendremos que compartir clases con “Ladrona Sullivan”- le dijo Hannah a Chloe cuando pasaron cerca de ella.
-pensé que se llamaba Sophia- replicó Hadley.
-¡Olvídalo Hadley!- gruñó Chloe y salieron las tres “tontas” del aula.
Las vieron salir, y nadie rió ante la ignorancia de Hadley. Matt se sentía tan estúpido por no haber hecho algo para defenderla, que estaba callado.
-siempre supe que Hadley era una mejor persona que Chloe y Hannah- comentó Ryan.
-si, ella si es humana- añadió Sophia, sin ningún resentimiento en su voz.

Ella le dedicó una de sus sonrisas al chico; si, una de aquellas sonrisas por las que Matt era capaz de hacer cualquier cosa; una de esas que escaseaban últimamente en Cinthia, que estaba muy gruñona; y de las que faltaban en Ashley que se la pasaba llorando por absolutamente todo lo que ocurría.
-Entonces… ¿Ashley y Cinthia tendrán clases diferentes siempre? ¿No compartirán ninguna con nosotros?- preguntó ella.
-no, solamente las veremos en el almuerzo, no te preocupes- contestó Ryan con una sonrisa
-claro, es que me preocupaba no verlas- contestó con sarcasmo.
Los tres se dirigieron a su siguiente clase; Álgebra I con el profesor Ethan Di Bennedetto, quien a pesar de ser el más reciente miembro del profesorado, era el mas viejo de todos en edad...
Desde el momento en que debajo de su nombre escribió “orgulloso ex-profesor del Colegio Nortwood” todos pudieron suponer que su anterior empleo había sido en ese colegio y que lo había disfrutado muchísimo; mas nunca se les ocurrió pensar que el profesor podía idolatrar tanto su antiguo empleo. Prueba de eso, era que cada vez que terminaba una frase daba un elogio a las “agradables señoritas del Colegio Nortwood” , o se le escapaba una comparación parecida a “En Nortwood todas aprendían más rápido”; lo que claro, hizo que los chicos y chicas comenzaran a pensar en tomar represalias en contra de él y su clase.
La clase pasó sorpresivamente rápida, pero aun así todos querían ya irse de ella, y en cuanto sonó el timbre, salieron todos sin pensarlo dos veces. Solo Sophia y sus amigos se rezagaron, Sophia era ligeramente mala en álgebra y le costaba un poco terminar sus trabajos al mismo tiempo que los demás. Cuando por fin logró acabar, solo quedaban ella, los Walker y un chico pelirrojo al fondo
-Debería casarse con esa tal Eleanor Nortwood y dejarnos en paz- dijo Sophia en burla y con algo de resentimiento.
-pero si le dobla la edad- replicó Matt
Antes de que Sophia pudiera decirle que había sido solamente un comentario sarcástico, alguien la interrumpió.
-para el amor no hay edades- dijo el pelirrojo
Voltearon para estar seguros de que el chico se refería a la conversación que ellos mantenían. Sophia estuvo lo suficientemente cerca de él como para notar, que era un chico alto, de cabello entre rojo y negro, de ojos color café oscuro, de la piel pálida que seguramente tenia pecas, aunque en ese momento no se podían ver porque no había mucho sol. Ella sentia que lo había visto en otra ocasión, o que al menos había conocido a alguien terriblemente parecido a él.
-perdonen mi intromisión, no siempre estoy escuchando conversaciones ajenas- se disculpó el chico, al tiempo que tomaba su mochila.
-no importa, pero… ¿Eres Alekzandar Woods?- no pudo evitar preguntarlo Sophia,
-así parece ser, pero llámame Alekz- le contestó.
-Alekz, eres idéntico a Hannah-dejó salir.
Era bastante obvio que Alekzandar Woods, el mellizo de Hannah, era aquel muchacho que tenía enfrente,
-parece que tuviste el “gusto” – hizo comillas con las manos - a mi hermana, pero no he tenido el gusto de escuchar tu nombre- dijo Alekz caballerosamente.
-discúlpame, es cierto, soy Sophia Sullivan- se presentó ella.
-¡Debemos ir a clases!- anunció Matt muy malhumorado.
En definitiva, esa no había sido la mejor forma de decirle a Alekz que se alejara de ellos, ya que si se ponía a pensar, en todas las clases se lo encontrarían y volvería a inmiscuirse en alguna conversación y terminaría obteniendo toda la atención de Sophia, como ocurría con otras chicas.
-Ellos son Ryan y Matthew Walker; chicos, el es Alekz Woods – presentó Sophia “oportunamente”
Con toda amabilidad, Ryan logró decir que también era un gran gusto conocerlo, aunque no era cierto, él ya había oído hablar sobre él y su fama de ser un “rompecorazones”, y se notaba mucho que ese chico estaba interesado en Sophia. Matt apenas y dijo “hola”, porque Sophia se lo pidió.
-*-*-*-*-*-*-*-*
Asistieron a sus siguientes clases; Lenguas I; seguida de Física, en donde Alekz procuró sentarse a la diestra de Sophia, dejándole el asiento izquierdo a Ryan; Matt por su parte, en su afán de hacer lo mejor para ella, se eligió y se fue a sentar a una de las esquinas que le permitiría admirarla a la distancia.
La clase acabó pronto, y Sophia no podía separarse de Alekz, y el mayor problema era que hasta ese momento, no quería apartarse de él.
-parece que estas bien informado, ¿Qué sabes del profesor Di Bennedetto?- preguntó entusiasmada
-fue un amor imposible; Eleanor Nortwood fue su alumna en el Colegio Universal y se enamoró de ella aunque él le doblaba la edad, pero ella siempre estuvo enamorada de Stephen Holmes, y él a su vez, esta enamorado de Lucy Knight- explicó el chico.
¿Para el amor no hay edades?, ¿En serio? Pues al parecer tanto para el profesor Di Bennedetto como para Eleanor ese había sido su gran problema, y la razón por la que aun seguían solteros; no como Rosalind que se había casado en seguida con Hugh Griffiths…Aunque la Srta. Taylor tampoco se había casado…
El cotilleo resultó ser más interesante de lo que Sophia había esperado, y lo era aun más si era a costa de los profesores.
Llegaron por fin al comedor, donde Cinthia y Ashley estaban sentadas, cada una con el almuerzo de “su” chico y con una silla reservada a su lado.
-hola chicas- saludó Sophia.
-disculpa que no te hayamos guardado un lugar- dijo Ashley, aunque en realidad no lo sentia.
-no importa- contestó viendo que sus amigos se aproximaban –yo no como aquí- agregó con una sonrisa satisfactoria.
Todo esa, Cinthia lo había planeado para hacer sentir mal a Sophia; solo que se había olvidado de la protección que su hermano le ofrecía a la susodicha.
Como si ella los hubiera llamado, Peter, Becca y Callum se acercaban a ellos…en realidad se acercaban a Sophia.
-¿Qué tal tu primer día, novata?- preguntó Peter en burla.
-¿Sigo siendo “la novata”?- preguntó ella siguiéndole el juego.
-¿Todavía eres de primero?- indagó el con su tono serio.
-si- contestó.
-entonces aun eres “la novata”- dijo él, causándole que sus mejillas se sonrosaran.
Capítulo 7: La Propuesta
Habían pasado ya unas 6 semanas desde que habían ingresado a la AM; el mes de octubre casi terminaba… ¡Y el Baile se acercaba! Solo tenían un baile al año, se iban turnando las fechas importantes: halloween, san Valentín, pascua, etc. Ese año les tocaba celebrar la navidad con un baile formal en donde podrían descansar del ajetreo diario de las clases. Y también era momento de que Sophia pudiera servir de una forma activa a toda la sociedad estudiantil, ya que sentia cierto remordimiento por gozar de las comodidades del dormitorio N sin hacer nada para merecerlo.
*-*-*-*-*-*-*
Una tarde, todos se emocionaron por ver desfilar a toda la mesa directiva por el comedor comunal. Era muy raro verlos ahí, lo cual solo significaba una cosa: darían el gran anuncio.
-atención- gritó Becca con su gritó supersónico, para que todos la oyeran.
-En nombre de mis compañeros, les invitamos al gran baile de navidad el próximo viernes 19, así que tienen 16 días para invitar a sus parejas- comunicó Peter.
Inmediatamente vitorearon el gran comunicado; ese baile no se había hecho desde 5 años antes, así que ni los alumnos de tercero ni los de segundo sabían mas que los de primero sobre el baile.
Era un evento sorprendente para todos. El primer baile de Sophia en la AM.
-¡Un baile! – Chilló Cinthia –será esplendido verte de traje Matty- añadió embelesada.
-aun no he decidido si iré- contestó malhumorado.
Viendo esto, Ryan y Ashley prefirieron dejarlos solos; últimamente Cinthia estaba de un humor bipolar, y Matt demasiado susceptible, lo que ocasionaba que se pelearan con mas frecuencia que antes. La separación era inminente, y los cuatro sabían perfectamente cual era la razón.
- ¿Por qué no quieres ir al baile?, tienes que hacerlo, o… ¿Debo recordarte con quien ira “La Srta. Perfección” Sullivan? – dijo Cinthia con un toque de desdén.
-no me lo tienes que recordar- le espetó él.
-entonces, está dicho, le diré a Ashley que vayamos a comprar nuestros vestidos el fin de semana- dijo la chica volviendo a su tono empalagoso.
Para desgracia de Matt; en aquel instante pasaban solo a unos cuantos metros de distancia Peter, Sophia, Becca y Mycroft, y la mano del presidente de la mesa directiva rozaba la mano de Sophia, causándole aquel rubor tan irresistible en ella. Volteando nuevamente a ver a Cinthia, se dio cuenta de lo que su novia estaba tratando de hacer: Sophia había sido desplazada por Cinthia de una forma muy sucia; solo había conseguido ser la nueva amiga de Ashley tras sembrarle cizaña con Sophia; además de que usaba el dolor que Peter y Sophia le provocaban para mantenerlo con ella.
-Si no puedo tener el premio mayor…entonces no quiero el de consolación- dijo Matt mientras se levantaba de la mesa.
-¿Yo soy el premio de consolación?- preguntó indignada.
-no…me equivoque, tu no eres ninguna clase de premio- corrigió.
-¿si?...pues… ¡Ella no te ama!- gritó en medio de la desesperación.
-ese hecho ya no me unirá a ti- concluyó.

Dejando a Cinthia desesperada, sola y en lágrimas, él salió del comedor.
Esa había sido su “sutil” forma de decirle que amaba a Sophia demasiado, y que haría todo lo posible para tenerla con él.
Todavía dentro del comedor, los estudiantes estaban aun mirando a Cinthia, quien seguía llorando y estaba enfurecida, ella no iba a dejar las cosas así, porque a pesar de que él la había ofendido de muchas formas. Ella lo “amaba”.

Mientras para la castaña Brooks era todo odio y tristeza; para la ojiverde Sullivan todo se resumía a felicidad, alegría y amor. Mycroft y Becca llevaban algunos días como pareja, razón por la cual en cuanto salieron del comedor, se separaron de ellos. Sophia estaba encantada con lo que sucedía, y estaba segura de que esa relación era muy prospera.
-Creo que Mycroft, la ama de verdad- dijo Sophia mientras caminaba con Peter.
-la amó desde que la conoció, solo que no reunió valor hasta este año- le explicó.
-¿desde hace cuanto se conocen?- dudó.
-desde primer grado; el desperdició dos años, y yo no me permitiré caer en el mismo error- contestó Peter, dejando de caminar y volviéndose hacia ella.
La mirada del chico se conecto con la suya, ¿Qué era aquel momento?, ¿Peter la invitaría al baile?, ¿Le confesaría que la amaba? No estaba lista para contestar ninguna pregunta.
-Sophia Gabrielle Sullivan….Eres encantadora, inteligente, dulce, y ¿Por qué no decirlo?, eres hermosa; ¿Quieres hacerme el chico mas feliz del campus?- preguntó sosteniendo la mirada.
Una voz potente dentro de su cabeza le exigió que dijera “si” porqué él había hecho mucho por ella, porque él de verdad parecía amarla…Iba a asentir con la cabeza, pero no pudo; otra voz le estaba prácticamente rogando que no lo hiciera, y esa la voz de Matt, era minúscula y apagada, pero sonaba más cierta que la de Peter.
-en realidad, el segundo mas feliz; Cinthia no para de recordarme lo feliz que es con ese chico Walker- agregó él viéndola tan pensativa.
Si ella hubiera conocido el porque Peter había mencionado a Matt; en seguida le habría dicho que no y habría salido corriendo. Solo que en su ingenuidad, creía que nadie podía ser tan malo como retrataban a algunas personas en historias; y peor aun, le parecía inconcebible que una persona que “te ama” te lastimara para permanecer a tu lado. Creía en un amor puro que lo podía todo.
-yo…-comenzó a tartamudear -¿Puedo pensarlo?- pidió muy seria.
-si, claro, no te quiero presionar- contestó apenado y siguió su caminata.
-deberías invitarme al baile por ahora- dijo para suavizar el tema.
-¿Irías conmigo?- preguntó ligeramente emocionado,
-no tenia intención de ir con otra persona-.
Sin pensar en otra cosa que hacer o decir; Sophia se limitó a dedicarle una de sus sonrisas, lo que le bastó a Peter para creer que existía alguna oportunidad con ella.
Continuaron su caminata hasta el dormitorio N sin volver a tocar el tema de la propuesta, y con mucho cuidado de no mencionar algo que pudiera ser alusivo.
-¿Vas a cenar?-preguntó él.
-no, no tengo hambre, iré a dormir, buenas noches- se despidió sin ganas.
-buenas noches Sophie-
Subió las escaleras con la mente en un conflicto. Desde que Peter le había hecho la proposición, no alcanzaba a pensar en algo ajeno a ese tema; se sentia acorralada; todo lo material le decía que se quedará con Peter, porque el era amable, simpático, y la quería…y ella también lo quería; no tanto, pero si un poco; gracias a él vivía en el dormitorio N y conocía a Becca y a los demás; eso era sin contar con el hecho de que él era la mayor joya de la AM, el más guapo, el más inteligente, el presidente de la mesa directiva… “el hombre perfecto”. Era educado, detallista, tierno, sensible, ingenioso, le dedicaba mucho tiempo y no mostraba interés en ninguna otra chica. ¡Todo un sueño!, entonces… ¿Por qué había que pensarlo tanto?, sí era un sueño…no era el suyo. Y todo se respondía con un solo nombre: Matthew Walker.
El ruido de alguien subiendo por las escaleras le hizo dejar a un lado sus pensamientos, a juzgar por el sonido de las pisadas que eran de unos tacones, supuso que se trataba de Becca. No quería hablar con ella, le agradaba mucho y agradecía su compañía, solo que en ese momento prefería no hablarle sobre sus dudas. Usando la Teletransportación huyó de ahí.
-¡So! – Gritó desde afuera de la puerta –Pete dijo que te llevará al baile y…-contaba mientras abría la puerta.
Llevaba consigo una caja enorme de color marrón y dos más pequeñas en color rojo escarlata; como vio que su amiga no se hallaba ahí, no le quedó más opción que dejar las cajas sobre la cama y salir de allí.
En cambio, Sophia ahora se encontraba en la jardinera de enfrente del dormitorio NE, donde dormían las chicas de primer año, y entre ellas debía estar Ashley. En aquel instante Ashley era su único aliento.
Sin pensar en otra cosa, atravesó la entrada principal del edificio buscando el listado de habitaciones que debían tener. Para su mala fortuna, sucedía que ellas no tenían ese listado, a diferencia del dormitorio N, y eso no era lo único diferente, ese edificio se veía austero, solo tenían una sala, una pantalla plana y algunas mesas de billar y de futbolito. Nada extravagante.
-Hola, estoy buscando a Ashley Grind- le preguntó a una chica que se dirigía a la sala.
-Grind y Brooks están en la 9- le contestó
Agradecida se alejó rumbo a las escaleras; el primer piso estaba ocupado por una larga fila de chicas que afuera del que debía ser el baño esperaban. Gracias a las instrucciones de algunas chicas, supo que la habitación que buscaba estaba en el segundo piso.
Cuando logró llegara las otras escaleras, subió y de inmediato se topó con una puerta que tenia un numero 9 en grande, junto con un letrero legible en él que se podían leer “Grind y Brooks”; no prestó atención a esto ultimo y golpeó con los nudillos la puerta; no fue hasta después de eso, que leyó con mas detenimiento: “Grind y…¿Brooks?, ese era el apellido de Peter y de…¡Cinthia!, esa pequeña arpía estaría ahí; seguramente le restregaría que Matt la amaba y a ella no o cosas así que ella no quería escuchar.
Iba a salir corriendo, cuando la puerta se abrió, y fue Ashley la que se asomó.
-hola- saludó nerviosa.
-¿Qué sucede Sophie?- preguntó Ashley.
-eh…necesito…un…consejo- dudó un poco como decirlo
-pasa- respondió confundida y le permitió entrar.
Por primera vez Sophia conocía un dormitorio de verdad o al menos, no uno de lujo. Las habitaciones comunes eran compartidas, y los dormitorios eran solo para mujeres, o para hombres, pero no mixtos como el N.
-¿Qué pasa?- preguntó otra vez la rubia, sentándose en su cama.
Sophia no se atrevía a decir algo; mientras, recorría la habitación con la mirada; era pequeña, sólo tenía un armario grande, dos camas ligeramente separadas, un buró a cada lado, un tocador atiborrado de objetos de uso personal…nada fuera de lugar. Estaba totalmente decorado a elección de Ashley, eso lo deducía porque todo era amarillo, el color que la rubia prefería.
Se sentó frente a ella, sobre la cama que debía ser de Cinthia, respiró profundo, y exhaló.
-Peter Brooks quiere que sea su novia- confesó de sopetón.
-que bien- dejo salir ashley -¿Cuál es el problema?-
-que yo amo a Matt- respondió.
Un silencio se formó, Sophia contenía su dolor dentro mientras veía en el buró una foto de Cinthia con Matt, donde ambos se veían felices; esa simple imagen e provocó unas enormes ganas de vomitar.
Ashley no sabia que decir; Sophia era su mejor amiga desde hace mucho tiempo, y había visto la forma en la que Matt sufría por ella.
-Matt también te ama- profirió de pronto.
Aquella noticia se sentía como una luz dentro de todas esas tinieblas que tanto la atormentaban; como si toda su vida hubiera estado ciega y Ashley de la nada le había devuelto la vista…había vuelto a nacer una esperanza; y con eso se formó una gran sonrisa en sus labios,
.Debes decirle a Peter que si- añadió la rubia.
-¿Qué?-preguntó atónita.
-Peter te ama, y siempre te lo ha demostrado, el no tiene novia, ni te hace llorar- contestó Ashley, con un tono serio que nunca tenía.
Ahora ya no quería decirle que si a Peter; sentía que no merecía ningún reconocimiento por parte de un chico como Peter; ella no merecía todo lo que él le daba, mas aun, ella prefería a Matt por sobre todas las cosas.
-Pero Matt también me ama- replicó.

Era todo lo que le importaba, que él la amara al menos la mitad de lo que ella lo hacia. Dejaría todo lo que le habían dado, por un solo beso suyo. Es más, no le importaba si Becca o alguno de la mesa directiva escuchaba sus pensamientos ahora; nada le importaba mas que Matt.
-Si, Matt te ama, pero tiene novia y no tiene valor para terminar con ella, ¿Es lo que quieres, un cobarde que te destrozará el corazón?- argumentó Ashley.
Cuanta razón tenia, ¡Cuanta estúpida y horrenda razón tenia! Detestaba cuando Ashley de la nada decía algo inteligente; pero lo que más detestaba era que aunque recordara esos momentos en los que Matt se había portado como un patán con ella; no le interesaba en lo absoluto.
-No me importa- respondió convencida.
-pro Sophie…- insistió.
-la gente comete errores, le diré que deje a Cinthia y…- decía mientras se levantaba de ahí.
La última cosa que escucho, fue la voz de Ashley seguida del sonido de la puerta abriéndose, y luego vio a una Cinthia muy molesta y muy informada.
-¿crees que él hará todo eso, solo porque tu lo dices?- cuestionó Cinthia.
-el me ama- replicó Sophia.
-sí así fuera… ¿Por qué no me ha cortado ya?- se enfrentó Cinthia.
-Porqué él no sabe que o amo…e iré a decirle- añadió decidida.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Capítulo 8: La Noticia.
Sin preámbulos, salió corriendo con el corazón acelerado, bajó a saltos las escaleras y empujó a algunas chicas que le impedían el paso, para luego llegar hasta afuera.
No tenia idea de cual era el dormitorio de chicos; sabía que el dormitorio O y E eran para los de ultimo año, el NO y el SO para el segundo año, el S para los profesores, y el NE para las chicas de primer grado…o sea que ¡El S/E era el que buscaba!
Continuó corriendo cerca de 5 minutos, ya que para llegar a ese dormitorio debía cruzar todo el campus, y lo peor era que no podía usar sus poderes para llegar antes, ya que eran las 22:05 horas; y pasada las 22 horas, la Srita Taylor hacia uso de su don y se anulaban todos los demás. Debía seguir corriendo.
Ya nadie más estaba afuera, solo unas cuantas parejas de tercero que se encontraban en los jardines a oscuras; no les prestó atención y solo se dedicó a no abrir la boca para no ocasionarse ningún dolor al correr. Maldijo a sus zapatos altos en aquel momento; aun así, su deseo de confesarlo todo era mucho más fuerte y la hacía continuar.
Carca de las 10: 20 llegó a las afueras del dormitorio S/E; todas las luces estaban apagadas, exceptuando el ligero brillo que se notaba en la parte de abajo; seguro alguien se había quedado despierto hasta muy tarde. Se acercó a la puerta y tocó con los nudillos sin hacer mucho ruido. El chico no se asustó al descubrirla y se acerco para hacerla entrar.
-¿Qué haces aquí?- preguntó sorprendido.
-quería hablarte- contestó.
-aun existen los celulares…y los suéteres, ¿No tienes frio?- preguntó Matt
-no-contestó dándose cuenta de que aun vestía muy ligero.
-¿Qué querías decirme?- preguntó de pronto.
Pasó saliva por la garganta y aspiró muy fuerte. Había pasado esos 15 minutos de su travesía pensando en como debía decírselo, solo que, ahora que estaba enfrente de ella, no recordaba ninguna de esas tácticas; no era fácil, pero prefirió soltar la verdad sin preámbulos.
-Matthew Ewan Walker…Te amo- dijo de frente –y se que tu también-
Ambos mantuvieron la mirada y no la apartaron; con un simple vistazo, el le contestó que era cierto; pero ella quería escucharlo de la boca de él, no solamente suponerlo.
- desde que te conocí, cuando me miraste,… tú robaste mi alma- contestó recorriendo la sala –pero no podemos estar juntos- concluyó.
-¿Por qué no?, ¿Por qué amas a Cinthia?- cuestionó.
-¡No!, claro que no, no la amo- replicó con una mueca- pero tú estás con Peter, y él te da todo lo que te hace feliz-
-pero no me importa él- replicó dando un paso hacia él.
-tú eres feliz con él…solo…síguelo siendo, y olvídate de mi- decía él.
Por una parte, Sophia tenía que reconocer que Matt tenía un poco de razón; nunca antes había sido tan popular, ni había sentido las mieles del poder. Aunque también, estaba segura de que nada de lo que él le decía tenía validez; si ella quería dejar lo que había recibido, era libre de hacerlo.
Ambos sentían un dolor inmenso en aquel instante; Matt tenia que ser fuerte y no debía dejar que Sophia sacrificara todo lo que la hacía feliz por él.
Durante la conversación, sin querer se habían estado acercándose mutuamente; y ahora que se daban cuenta, tenían el rostro del otro muy cerca del suyo; casi podían sentir sus respiraciones… Era la segunda vez que se encontraban inmersos en una situación así, solo que la pregunta ahora era: ¿Podrían resistir un poco más a lo que tanto anhelaban? ¿Qué debían hacer? ¿Separarse? ¿Fingir que nada de eso había sucedido? No, esta vez no podrían reprimir se necesidad que cobraba fuerza…
…Sin poder contenerse, con sumo cuidado, él acercó su rostro al de ella, al mismo tiempo que sus parpados se cerraban y sus labios se encontraban… tomaron mutuamente sus manos…y por fin ¡El sueño se había hecho realidad!
Pudieron haber pasado días, horas, años, o simplemente segundos… que era lo más probable; pero el hecho en cuestión, era que a ninguno de los dos les importó nada en ese breve lapso; por fin eran libres, por fin sucedía lo que sus corazones habían deseado. ¿Había valido tanto sufrimiento? Si, claro que lo había valido; por un beso así, Sophia y Matt habrían dado su vida.
-¡No!- replicó él, alejándola con brusquedad.
-¿Por qué lo haces?- preguntó conteniendo las lágrimas
-es por tu bien- le contestó con voz entrecortada.
-bien, ¡se acabo!- gritó Sophia de pronto –esto es estúpido, tu te diste por vencido, no eres más que un cobarde…y yo ya debo irme de aquí- agrego en un hilo de voz,
Intentando no mirarlo, Sophia se dirigió a la puerta, con los ojos tan rojos por la presión que sentía dentro de su cabeza.
Sin previo aviso, la lluvia comenzó a caer; el cielo se puso tan oscuro y tenebroso, que parecía que al igual que Sophia, lamentaba lo que acababa de ocurrir; esto a la vez le proporciono una forma para que Matt no viera que lloraba. Su cuerpo estaba caliente, sentía caer las gotas de sudor por su frente y mejillas; mas no le importo, decidió correr.
-¡Sophia! ¡Vuelve!, ¡te resfriarás!- gritó el chico desde la puerta.
-Vete al infierno Matthew Walker- contestó a lo lejos, enojada.
Sin prestarle atención a las gotas de lluvia que estaban empapándola, continuó corriendo bajo esta, aun sabiendo que si no se resguardaba de la lluvia pescaría un resfriado terrible. Nada le interesaba en ese momento, no podía sentir nada que no fuera dolor e ira; su entendimiento no le alcanzaba para asimilar la respuesta definitiva que aquel estúpido muchacho se había atrevido a decirle.
Corría y corría bajo la lluvia; las nubes habían cubierto la luna por completo; la oscuridad la embargaba por dentro y por fuera sin clemencia; su ropa se sentía pesada por el exceso de agua, los zapatos estaban inundados por dentro…y a pesar de eso, la herida de su corazón le dolía mucho más.
Los minutos ya habían pasado, las 10:50 PM marcaba el reloj; la lluvia no paraba y la idea de tener que dirigirse a su dormitorio no le hacia mucha gracia; seguramente alguien la oiría entrar y la asaltaría con muchas preguntas, que ella no tenia intensión de responder; ninguno la iba a comprender.
Al pasar por el dormitorio N/E, una esperanza le llegó al ver que las luces de abajo del edificio estaban encendidas, supo entonces, que había alguien despierta, y quizás, si esa chica se compadecía de ella, entonces tendría un refugio para esa noche.
Se acerco a la entrada y golpeó con los nudillos. Rogó en silencio, que no se tratara de Chloe Diamond, pues no soportaría a aquella engreída que se burlaría de ella.
-¿Sullivan?- dudó la chica al abrir la puerta -¿Qué haces aquí?-.
Para su buena fortuna, quien le abrió la puerta, fue Hadley Richman, la más amable de las “tontas de plástico”. Si hubiera sido Hannah, ni siquiera se hubiera molestado en pedirle una explicación.
-necesito tu ayuda Hadley; no puedo regresar a mi dormitorio y necesito un lugar para pasar la noche- expreso lacónicamente
-no puedo, si Chloe se entera, me asesinará- contestó apenada.
En definitiva, Hadley temía mucho a Chloe, razón por la cual, la castaña no aceptaría nada fácil. Aunque Sophia también podía ser insistente, y tenia información a su disposición que le seria muy útil.
-oí que te gusta Callum- mencionó un poco mas amable.
-¡Callum Tomkins!- chillo de emoción –es terriblemente guapo-.
-si me dejas que me quede, te prometo que te invitará al baile- agregó lo más suplicante que pudo.
Por un par de segundos, Hadley miró indecisa a la chica; estaba entre cerrarle la puerta en las narices y subir corriendo a contarle a Chloe lo ocurrido….o… decirle que si y saltar de emoción porque iría al baile con Callum
-bien- dijo de pronto –pero 7:50 estas fuera de mi habitación- accedió fingiendo estar molesta.
Cerraron la puerta y subieron las chicas por las escaleras. Sophia aun se sentía rara y ligeramente culpable por darle a Hadley una cita con Callum a cambio de que le permitiera dormir ahí; se sintió mal por Hadley, no por él, ya que aunque Hadley era un poco torpe y tenia bajas calificaciones; en comparación con Callum, tenia un ego minúsculo. No había razón para que él la rechazara, pero si muchas para que ella lo dejara a la mitad del baile.
-aquí es- dijo abriendo la puerta –tu dormirás en esa- señaló un cama
¡Que buena suerte tenia!; justamente había convencido a la única chica del edificio que tenia una cama de sobra porque le hacia falta una compañera; y recordó, que técnicamente, esa habría sido su cama si no se hubiera ido al dormitorio N. La habitación estaba bien decorada, con un poco de exceso en el color lila y muchos espejos de diferentes tamaños y formas.
-Sullivan, toma- le aventó algo rosa y suave –estas empapada- añadió como excusa.
Lo que le tendió resultó ser un camisón color lila, parecido al que la propia Hadley usaba, y sospechaba que tenía muchos más de esos. Agradeció todo lo que la “tonta” hacia por ella, y se sintió mal consigo misma por seguir llamándola “tonta”; se prometió a si misma dejar de hacerlo; ahora la estimaba más que antes, en especial porque la castaña estaba arriesgando que su rubia líder la excluyera del único grupo donde su falta de inteligencia lingüística y lógica-matemática no influyera.
Justamente esto encajaba, con la teoría de Sophia: Que la bondad es una virtud innata en los seres humanos, y quien no la ejerce, es por necedad. La maldad según ella, no existía; si no que todos se dividían en: buenos y no tan buenos… aunque más tarde comprendió lo errada que estaba.

***
7:40 AM.
El despertador de Hadley sonó y fuerte y claro de su lado, avisándole a Sophia que su tiempo en el mundo de los sueños había acabado. Con pesadez en los ojos, frió, sueño, cansancio y muchos síntomas de gripe, Sophia tuvo que despertar.
-vamos Sullivan, arriba- le dijo Hadley con poco tacto.
-ya voy- bostezó largo y tendido.
Sin la intención de levantarse, tuvo que hacerlo.
Su garganta le ardía mucho al pasar saliva, su nariz estaba muy fluida y fría, además de que le ardían los ojos. Bostezando, tomó su ropa aun húmeda que se hallaba en una silla, se cambió y le regresó el pijama a Hadley.
Se veía enferma, se sentia enferma y, sorpresa ¡Estaba enferma!
-¿Te sientes bien?- preguntó Hadley después de mirarla detenidamente.
-si, de maravilla- estornudó un par de veces –le hablaré a Callum, te lo prometo- contestó.
-si, pero te ves horrenda- rebatió
-estoy bien, en serio, solo…necesito comer- .
Hadley vio salir tambaleándose a Sophia; la chica se veía pálida, húmeda y muy enferma; aun así, lo único que hizo Hadley fue darle un pañuelo desechable y dejarla ir; si Chloe se enteraba de lo que había hecho, le iría muy mal.
Con mucho sueño y adormilada, Sophia bajó las escaleras hasta el hall; ahí abajo todo estaba medio oscuro y vacío, solo algunas hacían fila para usar el baño. Pidió a Dios que Cinthia no estuviera despierta; no tenia el valor para verla a la cara, había dicho muchas cosas la noche anterior….Cosas que ahora no podía sostener.
Su intento por adentrarse a su dormitorio fue nulo, ya que su habitación estaba custodiada por Becca y Mycroft, y no había forma de aparecerse allí dentro, sin que alguien le recriminara lo enferma que se veía y le preguntara donde había pasado la noche.
Prefirió usar su telekinesis orbitacional, y teletransportó ropa seca, para luego cambiarse dentro del baño de chicas. Se puso unos jeans, tenis, 3 playeras gruesas y una sudadera; se sentia terriblemente gorda con toda esa ropa, pero se moría de frío y de hambre. Decidió ir al comedor comunal, sabiendo que nadie de su dormitorio comía ahí y que aun era muy temprano como para ver a alguien conocido.

En realidad, aunque había estado muchas veces antes en ese comedor, nunca antes, había comido lo que servían. Era una experiencia nueva que seguramente habría disfrutado más si su nariz no fluyera tanto.
-buenos días- saludo Sophia a las señoras que atendían la barra de alimentos.
-buenos días querida, ¿Qué deseas?- preguntó una de ellas.
-te ves horrenda niña, deberías ir a la enfermería- dijo la otra.
-solo tengo un pequeño resfriado- contestó de mala gana.
Al ver el mal estado en que se encontraba, las señoras eligieron el desayuno de la chica. Le sirvieron un vaso grande de jugo de naranja, una gelatina y un plato de sopa de pollo.
Después de agradecerles, se marchó a una de las mesas redondas que estaban dispuestas en todo el salón y se dejó caer en la silla. Con pocas ganas, sorbió su jugo, que parecía más bien una lija en su garganta, se comió su gelatina, y sintió el vapor de la sopa de pollo. Tenia mucho frió y ni su gruesa sudadera la hacia sentir mejor. Un minuto más tarde, dejo caer su cabeza sobre la mesa.

Poco a poco, el comedor se fue llenando de alumnos hambrientos, que veían raro a la chica que dormía sobre una mesa en un rincón. Entre ellos, Ashley y Matt se encontraban; recién habían entrado cuando divisaron a la chica.
-¿Es Sophia?- preguntó Matt
-si lo es- contestó Ashley
-sabia que se enfermaría, ¿Qué hace aquí?- comentó el chico preocupado.
-no lo se, iré a verla- anunció.
En seguida, la rubia se acercó a su amiga, le resultaba un poco extraño ver a Sophia justo en ese comedor, siendo que ella misma había odio que en el dormitorio N tenían su propia cocina.
-Sophie- llamó en voz baja, y la meció un poco.
-estoy bien, en serio- contestó sin abrir lo ojos.
No sonaba para nada convincente, y después de lo que Matt le había contado sobre la noche anterior; su primera suposición fue que Sophia no había tomado las cosas tan bien y que estaba deshecha por dentro.
Alekz Woods se acercó a ellas, a saldarla como era su costumbre, solo que esta vez, Ashley en señas le dijo que se fuera, porque se trataba de un lío amoroso.
-te ves muy mal- le dijo Alekz a Sophia.
-las heridas del corazón, son las peores- dijo ashley con un tono muy meloso y estúpido.
-no, lo digo en serio- replicó –tiene fiebre- concluyó al sentir la temperatura de Sophia.
Sin pedirle permiso, la tomó por la cintura para ponerla en su hombre y cargarla hasta la enfermería
-espera- dijo Ashley -¡Matt!-
En cuanto Matt volteó y vio que SU Sophia se encontraba desmayada, corrió en su dirección, y siguiendo las instrucciones de la rubia, tomó en sus brazos a Sophia. A él no le causaba ningún inconveniente llevarla, gracias a su súper fuerza; y en sí, era un honor para él, tenerla en sus brazos.
-yo la llevaré, ustedes vayan a clases- estableció Matt.
Pese a los intentos de Ashley y Alekz, al final, Matt se fue solo, llevando consigo a la enferma e inconsciente Sophia, ella era la chica que apenas hace unas horas había besado por primera vez; ella era la dueña indiscutible de su corazón. El rostro de ésta chica esta chica estaba cubierto por pequeña gotitas de sudor frió que le recorrían, sus mejillas estaban totalmente rojas, fruncía el seño con facilidad y temblaba de frió aunque estaban a 20°. Y sin embargo, toda ella le seguía pareciendo la criatura más perfecta del mundo; todo en ella era hermoso y extraordinario a su forma.
-te amo- decía entre dientes.
“yo también” le susurró el chico, y comprobó que ella seguía inconsciente y delirando en sus brazos. Evidentemente, ella estaba soñando con él.
-Sra. Lambert. Se desmayó en el comedor- informó entrando de golpe a la enfermería.
La Sra. Lambert, inmediatamente le señaló una cama en donde podía depositarla. Le tomó la temperatura, le puso compresas frías en la cabeza y todo eso frente a Matthew, que no quería moverse ni un centímetro de Sophia, o al menos no hasta saber que estría bien.
-se pondrá bien, es solo gripe, en una o dos semanas estará como nueva- notificó la Sra. Lambert.
Tuvo que pasar una angustiosa hora entera para que la fiebre se fuera; Matt no podía dejar de culparse a si mismo por lo que le ocurría a la pobre Sophia, solo descansó hasta que vio que la iban dejando a Sophia los dolores y el delirio que le había causado aquella temperatura tan alta la abandonó. Ya no había más peligro, ella estaba bien y solo tenía que descanzar; era mejor que él se fuera.
-¿Es tu novia?- pregunto la Sra. Lambert.
-no, solo somos amigos- contestó cohibido.
La habría encantado decir que así era; que aquella hermosa chica que tenia enfrente era su novia, y que eran la pareja más feliz que el mundo pudo conocer y que no existía nada en ese mundo que pudiera separarlos.
No pudo decirlo y prefirió irse, con la cabeza baja y la moral aun mas abajo.
***
No pasó mucho para que el chisme del desmayó de Sophia Sullivan se difundiera por toda la escuela. Se rumoreaban muchas cosas, como que Sophia, al igual que Tiphanie Miller iba a morir muy pronto por una gripe complicada; o peor aun, que Sophia estaba embarazada y que por eso se quedaría encerrada en la biblioteca para que pudieran mandarla a un pueblo en Nuevo México donde podría abortar. Eran puros cuentos.
-¿Te sientes mejor, querida?- preguntó la Sra. Lambert
-si, gracias- respondió con la nariz tapada.
-muy bien, porque tienes visitas- agregó.
Tras la enfermera, Peter, Becca y Mycroft entraban, con una mezcla de emoción al verla y con otra expresión de preocupación porque estaba enferma. Tenían locas teorías de que había sido secuestrada o algo así.
-estábamos muy preocupados cuando eran las 10 y no llegabas; y peor cuando comenzó a llover- decía Becca
Rebecca Turpin tenía un espíritu vivaz, jovial y un lado materno muy desarrollado; quería mucho a Sophia, tanto como una hermana, o quizás hasta como una hija. Mycroft apoyó a Becca diciendo que de la preocupación casi no habían podido dormir; excepto Daphne Diamond, que esperaba que nunca volviera.
Peter no dijo una sola palabra.
Un miedo y una esperanza la invadieron. Miedo porque creyó que Peter estaba muy molesto con ella; y Sophia estaba segura de que no quería perderlo, ya que le guardaba un profundo respeto y cariño. La esperanza surgió, cuando recordó las razones de Matt para rechazarla. Si Peter dejaba de quererla y le quitaba todos los “lujos”, entonces Matt no tendría ninguna objeción.
-Peter también se preocupó, no le hagas eso- dijo Becca con un tono extraño.
Muy apenada, se volvió a mirar a Peter; cuando su mirada se conectó con la de él, algo raro paso. En sus ojos, además de ver el reflejo de lo que a su alrededor estaba, veía algo mas… algo nuevo, algo que Matt tenia en su mirada cuando la veía.
¿Por qué cada que habla de Peter, el nombre de Matt siempre aparece? Ese chico idiota era su perdición.
Teniendo a Peter prefería a Matt; teniendo al “presidente perfecto guapo” quería al “raro perdedor” ¿en que clase de mundo vivía?
La Sra. Lambert les avisó que Sophia debía quedarse dos semanas, y luego los despidió. Becca y Mycroft salieron en seguida.
-Peter- llamó Sophia -¿Aun me quieres?- preguntó temerosa.
El chico se regresó, le beso la frente con mucho cuidado, como si se tratara de una pieza de cristal muy frágil, y luego se fue sin decir nada.
 
 
 
 
 
 
 
Capítulo 9: Si Quiero
Las dos semanas dentro de la enfermería pasaron de una forma relativamente rápida y su estadía fue sorpresivamente acogedora. Todos los conocidos de Sophia la visitaban diariamente; y los que no iban a verla personalmente, le enviaban flores, dulces, chocolates, tarjetas y cosas así. Su infección solo fue pasajera.
Peter no había vuelto a verla desde su primer día convaleciendo, ni quiera se había asomado por equivocación.
-no creo que me vuelva a hablar- se quejo preocupada Sophia.
-él te quiere, te envía hermosas violetas cada mañana y hoy te llevará al baile- respondió Ashley, mas esperanzada que su amiga.
Ese era su último día en la enfermería, justo a tiempo para el baile de navidad. Sophia no podía menos que esperanzarse en los acertados comentarios de su amiga; ya que las flores de su mesita, que cada mañana eran cambiadas, no eran de otra persona mas que de Peter; no le escribía nada en la tarjeta, mas que sus iniciales: P.B. Eran violetas siempre, las flores favoritas de la chica., y que de alguna forma extraña, tenían el mismo aroma que Peter.
En cuanto terminaron de hablar, por la puerta entro Becca Turpin, con su reciente bronceado; llevando consigo a Caytlin Shay, otra chica de tercer grado.
-Sophie, es hora- indicó Becca.
-cuatro son multitud, mejor me voy- dijo Ashley levantándose.
-de acuerdo, te veo en el baile- dijo Sophia
Cuando vio salir a Ashley pudo recordar, que ella no había mencionado en ningún momento el nombre de su pareja en el baile; Sophia tenia una buena corazonada, de que iría con Ryan.
Después de que la Sra. Lambert dejara salir a Sophia, usaron la Teletransportación para llegar más rápido a la habitación de Sophia. Ésta se encontraba tal y como la había dejado dos semanas atrás, salvo por tres cajas que Becca había dejado sobre su cama.
-¿De donde salieron?- preguntó curiosa.
-es un pequeño obsequio- contestó Becca.
Turpin y Shay estaban ocupadas acomodando todos los implementos para embellecer, que se perdieron la sincera expresión de sorpresa en el rostro de Sophia cuando abrió la caja marrón más grande.
-Es bellísimo- exclamó.
Lo que había adentro, era una hermoso vestido color negro, ligeramente corto, con algo de tul del mismo color que salia por debajo de la falda, con incrustaciones de brillantes en los finos tirantes que los sujetaban y tenia un listón enormemente ancho que le daba forma a la cintura de color rosa. Era un híbrido entre formal y atrevido.
No se comparaba en nada, con el vestido azul gastado que había planeado usar. Había gastado tanto en su guardarropa antes de entrar, que ahora no se podía costear un vestido,
-¿Te gusta?- preguntó Becca.
-me encanta- respondió maravillada.
-Becca lo diseño, ¿Verdad que es muy buena?- dijo Caytlin.
-es increíble- apenas y tuvo palabras.
En una de las cajas más pequeñas, se encontraban las zapatillas que estaban a juego con el vestido; y en la otra, estaban los accesorios con los que debía combinarse.
-¿Cómo te lo puedo agradecer?- inquirió Sophia emocionada
-sentándote, y aceptando todo- contestó su amiga, señalando una silla frente al tocador.
Sin pensarlo mucho, se lanzó a la silla, para que Becca y Caytlin comenzaran a trabajar. Le lavaron el cabello, le hicieron manicura, pedicura, algunas mascarillas, exfoliaciones, maquillaje, peinado; luego la mandaron a vestirse, le dieron los últimos toques a su cabello…y ¡Listo! A las 7:00 PM ya se encontraba perfecta.
-es un record Cay- felicitó Becca, complacida con su trabajo.
-Sophie ya era bonita, no hicimos mucho- dijo Caytlin.
Sophia aun no podía aceptar que se alguna forma ella fuera bonita, y aun menos, que fuera reconocida por serlo; todos decían que ella poseía una belleza natural, aunque mas bien, ella creía que todo eso solo se lo debía al maquillaje, al vestido y al peinado.
-gracias chicas- dijo alegre.
-bien, nos tenemos que ir a arreglar, nos vemos; y nada de estropear el maquillaje- dijo Becca, esto ultimo no era una broma.
Ambas chicas salieron de la habitación, con todos sus implementos de belleza y en dirección a sus respectivas habitaciones en el segundo piso; dejando a Sophia aun admirándose frente al espejo y tratando de poner en su lugar los accesorios que debía usar. Le gustaba lo que veía, pero no se lo creía.
Mientras se colocaba sus nuevos pendientes, a la puerta golpearon, haciéndola voltear.
-te ves muy bien- dejo salir él.
-¡Peter!- exclamó feliz y emocionada.
El chico se encontraba en el marco de la puerta; usaba un traje negro, bastante elegante y sencillo. Usaba una camisa clara y una corbata que contrastaba. El negro hacía que sus ojos se vieran ligeramente más azules, aunque aun conservaban ese color misterioso que tenía.
-definitivamente la gripe no te mató- contestó él. Esa era una broma que solo él entendía.
Sophia no sabía bien que decir, seguramente Peter estaba todavía molesto con ella, por eso no había entrado como siempre: saludándola y haciéndola sonrojar.
Entonces… ¿Qué hacia él ahí?; el baile todavía no comenzaba, en realidad faltaba casi una hora, no había una razón para que él fuera a verla…a menos que… ¿Le había pedido a otra chica que fuera al baile con él? ¡Si!, tenía que ser eso, era muy obvio; seguro alguna chica de tercero le había llamado la atención y como Sophia estaba en la enfermería por huir del dormitorio, él había decidido invitar a esa chica….tal vez se llamaría Danielle… ¡Si eso debía ser! Claro, ya se lo estaba imaginando; Peter estaba muy solo un día de esos, y esa tal Danielle fue a ver que le sucedía y él, tan triste le pidió que fuera con él.
-te comprendo, no hay problema- dijo Sophia después de tantas suposiciones.
-¿De que hablas?-preguntó confundido.
-de que invitaste a esa tal Danielle al baile- contestó en voz baja.
-¿Cuál Danielle?, no conozco a ninguna- replicó él.
-esa chica rubia, alta y guapa a la que invitaste, porque como ya no me quieres, y porque yo me porté muy mal contigo, ya no quieres ir conmigo- contestó como si fuera la cosa más evidente del mundo.
Seguro que eso era; obviamente por eso Peter no había contestado anda él día de la enfermería.
El comenzó a reír.
-¿Por qué te ríes?- cuestionó enojada.
Hubiera esperado un comportamiento más apenado por parte de él, ¡La estaba des-invitando! , y el solo se reía como si ella fuera estúpida y hubiera dicho la cosa mas tonta del mundo. ¡Se mofaba cínicamente de ella!
Peter dejó de reír ante la expresión de la chica, y se sentó al borde de la cama.
-siéntate conmigo- la invitó él.
-bien- murmuró aun enojada.
-Sophie, estaba molesto, lo reconozco, sabía que irías hacia Walker y eso no me hizo mucha gracia; pero créeme que te amo lo suficiente, como para dejar de quererte solo por eso- contestó tomando su mano.
Si hubiera podido, las lagrimas le hubieran rodado por las mejillas en aquel preciso instante; desafortunadamente no podía, ya que Becca junto con Caytlin la mataría si se atrevía a arruinar su perfecto maquillaje.
Abrazó a Peter llena de felicidad. Lo quería con demasía, y sentía mucho que él se enojara con ella.
Ella lo quería, aunque no lo amaba.
-Peter, ¿Quieres hacerme la chica más feliz del mundo, y la más odiada del campus?- preguntó deshaciendo él abrazo.
¿Qué acababa de hacer? Le estaba dando una oportunidad a Peter; la oportunidad que antes le había pedido, pero que dudaba en concederle. Lo quería mucho, y ahora deseaba que todo su cariño y respeto por él, se transformaran en un poco de amor.
Él más que nadie merecía ser amado.
-si quiero- contestó Peter.
Sus miradas se cruzaron, sus manos se volvieron a entrelazar; sus respiraciones se agitaron y sus rostros se acercaron.
Al instante en que su boca se encontró con los labios de él; no pudo menos que recordar su primer beso, que había tenido lugar apenas dos semanas atrás.
-Entonces ¿No hay ninguna rubia hermosa de nombre Danielle?- preguntó Sophia recelosa.
-ni una; hay muchas rubias hermosas, pero ninguna se llama Danielle- contestó sagazmente- y solo prefiero a las de cabello negro de Nueva Hampshire- añadió viendo la expresión de Sophia.
Aquél beso con Peter, no había sido especial; no era nada comparado con el de Matt. Al segundo en que se separó de Matt, supo que lo amaba de verdad; y cuando se alejó de Peter la sensación de que era un error la inundó.
No quedaba más que hacer, solo esperar a que él baile comenzara; y aun después de que este comenzara, ellos debían llegar “elegantemente tarde”. Se quedaron un rato jugando frente al espejo, y contándose mutuamente lo que habían hecho las dos semanas anteriores,
***
Al momento en el que el reloj marcó las 8 con 20 minutos; los chicos y las chicas del dormitorio comenzaron a salir del dormitorio N; era indiscutible que los chicos importantes debían llegar antes, o sea, todos los que viven allí.
-Sophie- la llamó Callum
-¿Qué pasa?- preguntó
-¿Dónde está el dormitorio de Hadley?- dijo él.
Sophia había tenido que cumplir su promesa a Hadley, y le había sugerido a Callum que invitara a Hadley Richman; el chico aceptó algo reacio, ya que deseaba invitarla a ella al baile; pero al final aceptó, viendo que Hadley había resultado ser muy guapa.
-en el N/E- contestó.
Esa había sido la “táctica” de Callum para ver a Sophia antes del baile; en su ostro aun se notaba una sincera sorpresa al verla tan guapa, y no quería que su actual cita lo notara; así que no salió del dormitorio, hasta que su rostro dejó de estar rojo. Callum conocía perfectamente que las chicas detestaban eso; no deseaba ocasionarle un disgusto así a Hadley, ella era guapa, hueca, pero agradable. Hadley por su parte, estaba más que feliz de ir con él, que no le importaba porque lo hacía Callum.
Los primeros en pisar el baile; fueron los miembros de la mesa directiva: Becca, Mycroft, Joe, Daphne Diamond y Sally Wentz. Solo faltaba el presidente y una vocal de primero, mejor conocida como Sophia.
Enseguida, las parejas de alumnos comenzaron a entrar; algunos eran del dormitorio N, porristas con chicos de fútbol americano, otras chicas sin acompañantes, parejas sentimentales o nerds sin oportunidad… todos hacían acto de presencia. Inclusive, se encontraban Lucy Anbolt y Terry Spinner, quienes se encargaban de hacer el anuario y los boletines semanales.
Matt entró al lado de Cinthia; él en contra de su voluntad y ella muy sonriente, buscando que Lucy tomara una buena fotografía suya.

-¡Terry! ¿Es Alekz Woods?- preguntó Lucy al chico.
-si, con la rubia Grind- respondió.
Rápidamente, la llegada de Ashley con el mellizo Woods causo revuelo; Alekzandar Woods era un casanova en la academia, y en consecuencia, era muy conocido por todos, sobre todo pro las chicas.
Cinthia no soportaba que Ashley fuera el centro de atención, la rubia no se lo merecía; ¡Era ella quien necesitaba esa atención! Ella era la sobrina de la directora, la hermanita de Peter, y era muy guapa…según ella.
-vamos a sentarnos- dijo Matt de mala gana.
Afortunadamente, hasta ese momento, Sophia no mostraba señales de estar presente. Resultaba innegable, que la chica asistiría, siendo ella misma quien había ayudado a organizar esa noche; solo que Matt esperaba poder marcharse sin verla; una punzada de dolor le golpeó, cuando notó que Peter tampoco estaba; o sea que debían estar juntos. Una ola de arrepentimiento golpeó al chico directo en la cara

El baile ya había comenzado, el Dj ponía buena muisca, al tiempo que los jóvenes bailaban en parejas o en grupos. Los maestros por su lado, también habían llegado; el profesor Di Bennedetto bailaba con la Srta. Taylor; en cambio, la Srta. Knight bailaba lenta y románticamente con el Sr. Holmes, que se encontraba mucho mas elegante que en otras ocasiones; se veían hermosos juntos, y se comenzaba a rumorar que pronto se casarían.

…Las luces se apagaron de golpe, todos gritaron, algunos brillaron, pero la oscuridad reinó. Un reflector alumbro la entrada, una música especial sonó y Peter hizo acto de presencia, trayendo tras él a Sophia, que no podía tener las mejillas mas sonrojadas a como las tenia en aquella ocasión.
Todos los aclamaron; sin duda había sido una entrada sorprendente y melodramática; los flashes no se hicieron esperar, y aun menos las grabaciones y las notas de Terry. Peter con Sophia de la mano se acercaba al estrado ¡Era la noticia del año!, por fin Peter “El perfecto” Brooks dejaba la soltería.
En cuanto se aproximaron a la mitad de la pista de baile, los demás miembros les siguieron; para que así los 7 integrantes de la mesa directiva subieran juntos.
-Buenas noches compañeros –comenzó el discurso –es mi deber dar la bienvenida al baile anual; y debemos agradecérselo a la Directora Taylor por hacerlo posible. Diviértanse- concluyó Peter.
Vitorearon en serio el discurso. Todos amaban a Peter.
Continuó la música; era una balada lenta; nadie se atrevía a bailar aun, ya que existía una vieja tradición que Sophia ignoraba, ella miraba hacía todos lados, buscando la razón por la que la pista se encontraba vacía.
-¿Por qué no bailan?- preguntó confundida.
-porque nos esperan a nosotros- contestó Peter,
-¿A nosotros?- preguntó aun confundida.
-¿Me concedes este baile?- preguntó él, inclinándose caballerosamente.
Riendo tontamente, aceptó sin dudarlo. Todo eso era un gran honor: toda una ceremonia porque ella llegaba, todo un ritual para abrir el baile. ¡Era la realeza de la escuela!
Al tiempo que bajaban rumbo a la pista de baile, su mirada se cruzo con la de otro chico. Sus verdes ojos se encontraron con los marrones de Matt; y recordó la razón por la que Matt la había rechazado; a eso se refería cuando le dijo que no le podía dar lo mismo que le daba Peter.
Con Peter ella era la reina. Con Matt menos que una desconocida.
Con Peter tenia todo el mundo a sus pies; tenia amigos importantes, tenia ropa cara, un dormitorio de lujo, fotos en la prensa y cualquier privilegio absurdo que se le cruzara por la mente. Con Matt tendría el vestido azul gastado, una habitación compartida con Hadley; sin contar con que pasaría desapercibida por todos.
Comenzó a bailar lentamente con Peter, el la llevaba con una gracia majestuosa que casi sentía que estaban flotando; los demás bailaron a su alrededor, y no dejaban de felicitarlos por estar juntos.
Por fin Sophia vivía el sueño de toda adolescente: un novio guapo y deseado, ser la más popular de la escuela y que todo el mundo te adorara…
…Y aun así, cambiaba todo lo que tenia por un día feliz con el chico que mas amó.
Si Matt en ese momento se hubiera armado de valor, y le hubiera pedido a ella que dejara a Peter; ella lo habría hecho sin pensarlo dos veces. Tal vez se hubiera sentido ligeramente en deuda con él, pero estar con Matt la haría sentir mejor.
-¿Te estas divirtiendo?- preguntó Peter en un susurro.
-si-
Miró por ultima vez hacía donde estaba la mesa de Matt, y vio como éste se levantaba de la mesa y salía del recinto.

Capítulo 10: El Intercambio
Las festividades habían terminado; las 3 semanas de vacaciones habían llegado a su fin; o sea que era el momento de volver a las actividades dentro del territorio de la AM.
Los amigos se alegraban de volver a verse, los novios se reencontraban dramáticamente….y Sophia solo deseaba ver a una persona.

-¡Ashley! ¡Alekz!- los llamó la chica al verlos.
Pese a que Sophia conocía a casi toda la escuela, cuando los vio a ambos, se dio cuenta de que tenía muchos conocidos, pero muy pocos amigos de verdad.
-Feliz año nuevo- dijo Ashley a modo de saludo.
-feliz año- contestó abrazándola Sophia.
Hizo lo mismo con Alekz. No se sorprendió de verlos juntos y felices, pues se rumoraba que desde el baile de navidad ellos estaban saliendo y sostenían la que parecía ser una relación muy formal; lo que si le sorprendía era que Ashley hubiera olvidado tan rápido a Ryan, cuando apenas un mes antes lloraba casi todas las noches por él.
Las cosas se habían revuelto un poco desde que a Ashley le comenzó a gustar Alekz, y Ryan le llamó la atención la pelirroja Woods.
-mira, aun tengo el periódico donde salimos- dijo Ashley mostrando un diario.
En él, estaba en la portada una foto de Sophia al lado de Peter, con un titulo enorme y llamativo en el que se leía “Tenia que pasar”.
Las siguientes páginas narraban los eventos que habían vivido juntos, desde la elección unánime para tener a Sophia en el comité, pasando por sus caminatas nocturnas, hasta el momento en que Peter mando cada día tulipanes a la chica durante su estadía en la enfermería.
Todo eso, según Lucy y Terry, era una “relación inevitable”. Ambos eran guapos, los dos eran importantes; ella era terriblemente dulce y él era extraordinariamente inteligente. Además de que se alegraban todos de que por fin Peter pudiera superar a la fallecida Tiphanie Miller.
Todo eso era demasiado para los ojos de Sophia; pasaba hoja tras hoja, y solo veía fotos que ni siquiera sabia que habían tomado, y hablaban de ella y de Peter. Sin más, lo cerró de golpe.
-¿Por qué lo compraste?- dudó Sophia.
Aunque Ashley la quería mucho, dudaba que hubiese comprado solamente por el gusto de tener un suplemento de cómo conoció Peter; iba a intentar investigarlo, pero temía que al abrir el periódico se encontrara con ella misma en una foto indeseable.
-porque aparezco en el- contestó orgullosa Ashley.
-aparecemos- corrigió Alekz.
En la ultima pagina, había un pequeño articulo sobre las parejas importantes que asistieron al baile, y entre unas 20 personas se podían leer los apellidos “Woods-Grind” y una pequeña foto. No entendía porque el alboroto por una foto de 3 x 2.5 cm.
-felicidades entonces- les dijo.
Hasta ese momento se percató de que la popularidad si se le había subido a la cabeza. Seguramente, si se hallara en las mismas condiciones que su amiga, habría reaccionado así. Se sintió tonta por unos momentos.
Pero volvió a sonreír en cuanto vio que si existían parejas felices, como las que mencionaban en el articulo, como Ashley y Alekz que recientemente se habían conocido y se habían enamorado… ¿Así seria su relación con Peter?
-¿Dónde está el guapísimo presidente que es tu novio?- preguntó Ashley.
No había visto a Peter desde el último día de clases. Durante las vacaciones solo se habían hablado el primer día, luego, ni un mensaje, ni un correo electrónico, ni una postal…nada de nada. Cualquier novia psicópata estaría desesperada si su novio le hiciera eso, solo que a Sophia le tenía sin cuidado.
-no lo se- respondió sinceramente.
-¿Leíste lo que decían sobre ti?- preguntó Ashley, volviendo a mencionar ese periódico.
-no- se comenzó a fastidiar.
-todos estaban conmovidos porque Peter saliera con alguien; decían que nunca se recuperaría de la muerte de Tiphanie Miller- decía la rubia.
-¿Tiphanie Miller?- dudó, había escuchado ya ese nombre
Tiphanie Miller fue la primera y antes de Sophia, la única novia de Peter; una chica pálida y flacucha, se decía que tuvo una enfermedad respiratoria que le impedía tener una vida normal. Habían salido cuando él recientemente había entrado a la AM y contaba con apenas 15 años, mientras que ella se iba a graduar ese año, contando con 18 años. Su relación no duró mucho, a que la chica había muerto apenas unos meses después de empezar a salir.
-Cinthia dice que era muy inteligente- dijo Ashley.
Por eso, la mayoría creía que había que ser una cerebrito para gustarle a alguien como Peter. Sophia llegaba para confirmar lo terriblemente equivocados que estaban esos rumores.
-veo que te gusta el cotilleo- comentó Sophia.
-no- mintió
-¡te sonrojaste!- exclamó Alekz encantado.
Las mejillas rojas de Ashley eran toda una novedad; usualmente ella estaba tan deprimida que su rostro estaba pálido; por ende, Alekz se maravillaba por ver algo de color en su chica.
Entre risas, Sophia no pudo evitar notar la llegada de Peter al lado de su hermana. Ambos vestían atuendos negros, y por primera vez, estaban tan juntos que se notaba el parecido en sus facciones y en sus rostros…y aun mas en sus expresiones de profundo dolor. Ella lloraba desconsoladamente y él intentaba por todos los medios no romper en llanto.
-¿Peter?- dudó un momento -¡Peter! – lo llamó dirigiéndose a él.
Se detuvo frente a Peter. Él se acercó a ella y la haló para él, dejando salir al fin toda su tristeza en forma de lágrimas sobre el hombre de su amada. Sophia le acariciaba el cabello y permanecía abrazándolo sin saber que hacer, y aun más, sin saber la razón de todo eso.
Cinthia se alejó llorando, dirigiéndose hacia Alekz y Ashley para que la consolaran.
-¿Qué pasó?- se atrevió Sophia a preguntar.
Pasó un largo minuto sin que él se atreviera a responder, le dolía demasiado lo que había ocurrido, y le costaba un poco decirlo en voz alta.
-mis padres…- titubeó Peter –…murieron-.
Una noticia así no podía tomarse a la ligera, y aun menos si no estabas preparada para oír algo semejante. Lo abrazó un poco más y le pidió que se sentara con ella en una de las bancas de la escuela.
Ya sentados, él no podía levantar la cabeza del hombro de Sophia sin llorar; se sentía terriblemente solo y asustado, era una sensación abrumante que nunca en su vida había sentido. Era como si tuviera de nuevo tres años, como si volviera a ser un pequeño infante indefenso que solo busca a su madre; y tuviera la certeza de que nunca más la volverá a ver…
-esta bien, todo estará bien- dijo Sophia con intención de apoyarle.
-¡¿Cómo va a estar bien?! ¡No los volveré a ver!- le gritó con furia.
Peter sentía el mayor de los vacíos por dentro; era tan difícil aceptar que las dos personas que más quería en el mundo de un momento a otro lo hubieran abandonado para siempre. Adeline y Marck Brooks no estaban con él todos los días, no los veía a cada mañana, y en ocasiones ni siquiera los veía en navidad; pero siempre tenia la certeza de que estaban bien, y de que no lo dejaban solo. Aunque estuvieran a miles de kilómetros, sentía que tanto su madre como su padre lo cuidaban. ¿Ahora que le quedaba?

-tu no me dejes Sophie- pidió Peter, en un hilo de voz apenas audible.
-estoy aquí, y siempre lo estaré, te lo prometo- contestó, tomándole la mano y dándole un leve apretón.
Sophia no tenía ni idea de cómo se debería sentir el perder a sus padres; ninguno era perfecto, peleaban por absolutamente todo y planeaban divorciarse, formarían una nueva familia sin ella… pero sabía que no la dejarían sola. Esa clase de soledad que atormentaba a Peter ella no la alcanzaba a comprender, y se limitó a abrazarlo un poco más.
-hola- saludó tímidamente Becca, que se acercó a ellos.
-hola- solo respondió Sophia.
-tenemos que hablar Peter, ahora mismo- pidió Becca.
Aunque Sophia quería negarse rotundamente, Peter se levantó y se fue con ella unos cuantos metros lejos.
-Srta. Sullivan- la llamó la directora Taylor.
-¿si?- preguntó Sophia
-quisiera pedirle, que no deje solo a Peter; esta muy mal, nunca lo vía si, ni siquiera en el funeral de la Srta. Miller- comentó Holly Taylor.
-no lo dejaré, se lo prometo- asintió un poco confundida.
-mañana por la noche daré un cena para Peter y Cinthia, quisiera que pudieras llevarlo, sin ti no creo que asista- siguió diciendo la directora.
-claro, ahí estaremos- contestó.
Sin previó aviso, la directora Taylor le dio una abrazo fuerte y se fue de allí, con rumbo hacia su sobrina, que lloraba desconsoladamente en el hombro de Matthew Walker. Una punzada de dolor y odio la invadió; sabía que Matt no era suyo, y mucho menos de Cinthia; solo que en esos momentos la pequeña Brooks estaba indefensa y necesitaba mucha mas a Matt que ella misma.
Eso era, dejando de lado el hecho de que en verdad parecían inseparables. Siempre volvían el uno con el otro; no importaba lo enojada e indignada que pudiera estar Cinthia, ni lo cansado o aburrido que pudiera estar Matt: era una pareja inminente; y tenia que acostumbrarse a vivir con ese hecho. Si las cosas se mantenían como hasta ese momento, un día serian cuñadas…y luego Matt seria su concuño. Bueno, no podía estar segura, apenas tenia 15 años, y no planeaba casarse en un futuro muy próximo.
Peter volvió a ella, con una expresión de incredulidad y la misma tristeza con la que se fue; solo que en esta ocasión Becca estaba un poco menos triste que él. Se alejó sin siquiera despedirse, y Sophia se dedicó a darle su hombro a Peter para que llorase en él.
Sin lugar a dudas, la alegría que le daba volver a su amada escuela donde se hallaba su gente importante, se veía abruptamente eclipsada por el dolor que Peter sentía.
-Vamos a cenar ¿Si?- preguntó Sophia.
Ya estaba comenzando a ocultarse él sol, y no faltaba mucho para que todo se consumiera en la oscuridad. Sophia quería decirle algo que lo alentara, algo que lo hiciera sentirse mejor; solo quería verlo otra vez entre Mycroft y Becca , con todo ese porte que roba las miradas de todos, con ese desdén hacía todos que él dice no poseer. Le daba tanta pena verlo así.
-si-contestó después de unos minutos.
Mucho más tranquilo y más calmado, Peter se levantó de la banca sin soltar la mano de Sophia. Un miedo a perderlo todo lo estaba invadiendo, un terror a la soledad que jamás había experimentado lo acongojaba…y luego…nada…
La causante de eso, era Holly Taylor.
Detrás de ellos, la directora Taylor estaba intentando controlar las emociones de su sobrino; no le gustaba en lo más mínimo utilizar ese don, pero hacía una excepción en ese caso, dadas las condiciones.
-entren todos al comedor, hay noticias importantes- iba diciendo a los alumnos.
Los tres se dirigieron a ese lugar en un total silencio; solo Peter emitía algunos sonidos con frecuencia, cada vez que su estado de ánimo cambiaba sin previo aviso.
-lo siento, es que nunca quise aprender a usar bien mi don- dijo la directora a modo de disculpa.
Holly Taylor no tenía hijos, no estaba casada, sus padres habían muerto y solo tenia dos hermanas, pero los más próximos a ella eran Peter y Cinthia Brooks, junto con Lucy Knight sus sobrinos, por los que daba su vida. Los quería como si fueran suyos.

Entraron al comedor; y Peter por fin podía mantener una sola emoción; él y Sophia se dirigieron a una de las mesas apartadas en la parte de atrás, mientras que la directora fue hacía el frente, con dirección al estrado, y Becca la siguió.
Llegando al micrófono, la directora Taylor pidió la atención de todos, dio la bienvenida animosamente y antes de bajar de la plataforma, avisó que tenía una noticia importante.
-Como la mayoría sabe, en Enero se hace el intercambio anual; donde el Colegio Nortwood y el College Proudly Blue nos envían una estudiante, y nosotros hacemos lo mismo- explicó ceremoniosamente.
Para los de segundo y tercer grado, era bien conocida esa tradición, y evidentemente, para los novatos era una novedad.
La tradición, como ya la había explicado Becca, era que una alumna de cada escuela llegara en Enero a estudiar lo que restara del año.
-démosle la bienvenida a Amy Johnson del College Proudly Blue y Katie Young del Colegio Nortwood-presentó la directora.
Por la puerta principal entraron dos jóvenes, ambas parecían ser de tercer año. Amy era muy alta y delgada, de cabello castaño y ondulado que le llegaba a la cintura, y se notaba sobre arreglada, como si por primera vez le permitieran maquillarse y no supiera usarlo. Katie por su lado, tenia rasgos asiáticos, usaba lentes y su cabello largo y totalmente lacio le cubría parte de la cara. La primera de estas, saludó a todos como si fuera una reina de belleza; mientras que la segunda se fue a un rincón.
La Srta. Taylor le cedió el micrófono a Becca.
-Soy Rebecca Turpin, vicepresidenta; a nombre de nuestro presidente Peter; quiero darles la bienvenida a la Academia Mixta –todos le aplaudieron –y quiero anunciar, que tanto Caytlin Shay, como yo, fuimos elegidas para este intercambio…gracias por su atención- se le quebró la voz al decir que se iría.
¿Qué había pasado? Becca se estaba yendo de la academia, era su ultimo año allí…el ultimo año que podría pasar al lado de Mycroft, y aun así ella se estaba yendo por convicción propia
-¿Se va?- preguntó sin entender.
Con expresión de “todos lo sabíamos” Peter le respondió. Becca bajó del estrado con rumbo a la mesa de Peter y Sophia, Mycroft la siguió en silencio; y ahora ambos usaban un pequeño moño negro en el brazo en señal de luto y apoyo a Peter.
-Sophie, hola, yo…-dijo Mycroft.
-¿Por qué te vas?- inquirió Sophia, ignorando al chico.
-es necesario- contestó ella.
Mycroft se llevó de allí a Peter.
-¿Qué hay de ti y de Mycroft?- preguntó otra vez.
-por él me estoy yendo- respondió con voz entrecortada.
La razón de su huida parecía errónea. Si de verdad amas a alguien, y ese alguien te ama a ti, entonces no deberías desperdiciar tu tiempo alejándote de tu persona amada; porque nunca se sabe cuanto tiempo les quede juntos.
-Se lo que crees, pero querida, él fue quien terminó conmigo, porque dice estar enamorado de alguien más- dijo Becca.
Su voz se quebraba con cada palabra que pronunciaba, y quería parecer fuerte, pero al final, una lágrima rodó por su mejilla y Becca la limpio con la manga de su suéter.
-¿De quien está enamorado?- preguntó Sophia.
-de ti, igual que Peter y Callum- respondió Becca con una sonrisa amarga.
De todas las chicas que Rebecca Turpin pudo haber nombrado, ella era sin lugar a dudas la ultima en la que hubiera pensado; ¡Dios! Mycroft estaba enamorado de ella, ¿Cuándo había ocurrido?
-Mycroft es el único chico al que he amado, te lo juro- decía Becca entre sollozos.
Los presentes miraban confusos a la glamorosa Becca Turpin, que lloraba desconsoladamente de pie, frente a Sophia.
-yo no quería, perdóname Becky, en serio que no- se disculpaba Sophia inútilmente,
-te creo, eres mi mejor amiga; la única, y se que no lo hiciste apropósito- respondió Becca
-sabes que yo solo amo a alguien…- dudó en decir el nombre del chico.
-estas enamorada de ese chico Walker, lo se, y por eso no te culpo. Y también por eso me iré, no quiero sufrir por el, ni verlo sufrir por ti- agregó Becca, lanzándose a abrazarla.
Parecía que las lágrimas eran imprescindibles ese día, y gracias a Peter, descubrió que un abrazo podía ser la cura más certera para un dolor en el corazón. Correspondió el abrazo con mucha aflicción, y espero que de un momento a otro Becca confesara que solo le tomaba el pelo y que no se iría…
-mañana me voy- confesó en un susurro, sin deshacer el abrazo.
-te quiero mucho Becky- susurró Sophia, soltando algunas lagrimas.
-y yo a ti, pero mañana, no te me cruces, si te veo…no será bueno- le pidió muy seria.
Asintió con dolor, entendiendo perfectamente la razón; se notaba que Becca estaba luchando contra la idea de odiarla, y que además, le costaba mucho.
Continuó el abrazo. Respiró lo más lento que pudo, buscando en sus ideas algunas formas de parar y alargar el instante; o de volver en el tiempo, de no hacer las cosas que a Mycroft le atrajeron… Desafortunadamente, no tenía Cronokinesis.
Debía ser fuerte, y soportar lo que sin querer había causado.
Secándose las lagrimas; Turpin se alejó de ella, pensando que después de todo, ese intercambio había llegado en el mejor momento, pues el Colegio Nortwood era hermoso, y sin chicos idiotas.
Sophia se quedó un momento pensando en lo que su amiga le había dicho: que Mycroft estaba tan enamorado de ella, como lo estaban Peter y Callum; claro; eso era totalmente ilógico; ni Callum ni Mycroft habían demostrado ninguno de esos sentimientos para con ella… ¿O si?
Decidió desviar sus pensamientos; observando sola desde su mesa lo que acontecía a las chicas nuevas: Katie no se había movido de la esquina oscura en la que desde un inicio se había sentado; mientras que Amy parecía haberse hecho de nuevas amigas; y estaba sentada en la mesa con Hannah, Hadley, Chloe y su hermana Daphne, solo que Amy no les prestaba atención y su mirada solo se fijaba en un chico: Peter.
Sophia no era con exactitud una chica celosa, solamente que no quería que SU Peter fuera acosado por una chica nueva sin gracia. Se levantó de la mesa y se dirigió hacia donde Mycroft y Peter estaban hablando.
-Pete, ¿Nos vamos ya?- preguntó Sophia, tomándolo del brazo.
-si, nos vemos- se despidió Peter.
-hasta mañana Mycroft- también se despidió la chica.
De reojo Sophia pudo distinguir que Amy Johnson aun los seguía con la mirada, así que aprovecho esto para tomarlo de la mano y abrazarlo por el costado; Peter correspondió sus atenciones, aunque un poco confundido, ya que la chica nunca era tan cariñosa con él, además de que en esos momentos se encontraba demasiado absorto en sus propias lamentaciones, como para poner en duda los mimos de Sophia. Fueran por la razón que fueran, por él, estaba todo bien.
 
 
 
 
 
 
 
 

Capítulo 11: La cena
A la siguiente mañana, Sophia bajó a desayunar como habitualmente lo hacia; saludó a los pocos que se encontraban en el dormitorio y se sorprendió de ver una cabellera rubia muy conocida entre esos que no habían ido a despedir a Becca,
-Buenos días Sophie- saludó el rubio Mycroft.
-buenos días- respondió cohibida.
Por un momento dudó en preguntarle por qué no estaba con Becca; pero recordó la conversación del día anterior y se sintió mal consigo misma.
-yo…debería ir a ver a Peter- comentó Sophia para irse.
-claro- musitó el chico con tristeza.
No le gustaba causar eso, y menos aun causárselo a Mycroft; el chico había sido de los que desde su primer día se habían portado gentiles y amables con ella. Sophia aun creía que no merecía todas esas atenciones, ella no era importante, ni guapa, ni talentosa, ni rica, esos chicos merecían algo a su altura…Callum merecía a alguien tan bella como Caytlin; Mycroft debía ser feliz con la inteligencia y elegancia de Becca, y Peter… bueno, el merecía a alguien tan perfecta como parecía serlo él… O al menos eso pensaba Sophia mientras subía por las escaleras, para dirigirse a la habitación de Peter.
Toc-toc. Llamó a la puerta, para luego esperar a que le abrieran la puerta como de costumbre.
-adelante- contestó desde adentro.
Se confundió un poco porque la puerta seguía cerrada y con el cerrojo puesto. Un par de segundos mas tarde, por “arte de magia” o mejor dicho “por arte de fragokinesia” todas las moléculas que conformaban la puerta se separaron y dejaron pasar a Sophia. En cuanto ésta la cruzo, se volvieron a unir las moléculas, dejando la puerta como estaba.
-¿Cómo te sientes hoy?- preguntó Sophia.
-mejor- contestó desde su cama -¿Te quedarías conmigo hoy?- preguntó con un tono bajo y melancólico.
De ninguna forma se iba a negar. En sus manos estaba la oportunidad de devolverle la sonrisa al más hermoso rostro de la escuela.
En seguida asintió con la cabeza; se acercó a él, besó su frente, se sentó a la orilla de su cama y besó la mano del chico, luego la acercó a su corazón y así se quedó unos segundos. Peter parecía más muerto que vivo, y sus ojos demostraban menos brillo. Era una escena horrible de apreciar.
-¿Hay alguna forma de ayudarte?- preguntó cuando se quedó sin ideas
-ya lo haces- le respondió el chico
-pues parece que no hago un buen trabajo- contestó divertida.
La primera en sonreír por su propio comentario, fue Sophia; le mostro lo bello que podía ser el mundo con una sonrisa. Para el chico, el simple hecho de tenerla enfrente, aun cuando pensaba que se encontraba ya solo, era maravilloso; tenerla a su lado, era un prodigio que no debía desaprovechar; y haciendo uso del mimetismo, le devolvió la sonrisa.
-eres mucho más guapo cuando sonríes- dejó salir Sophia sin querer.
En el tiempo que llevaban juntos, jamás se habían comportado como la típica pareja; ni ella le hacia cartas tontas, ni él era un celoso sin limites. Para Sophia su relación con él, era algo entre amistad y amor, en donde no hacia falta demostrar con abrazos o besos vacios algo que ya sabían de antemano; y para Peter, su relación era algo mas allá del amor juvenil; era una relación de entendimiento, en donde ella estaba cuando él la necesitaba, y en donde ella representaba todo para él.
-y tu eres mucho mas bella cuando te sonrojas—dijo Peter.
Como si hubiese sido una orden; la sangre que pasaba por sus venas y que regaba todo su sistema sanguíneo, se estancó en ambas mejillas; causándole ese color rojo encendido en su pálido rostro. A Sophia no le gustaba que esto ocurriera, pero como vio que esto a Peter le gustaba, se limitó a sonreír y a besarlo nuevamente en la frente.
-ya que no iremos a clases, al menos da un paseo conmigo- le pidió la chica, levantándose de la cama.
Había algo en el verde de la iris de Sophia, o en el brillo de sus ojos, que le hacia imposible a Peter negarse a algo que ella le pidiera.
Sophia era su dueña en cuerpo y alma… tal vez más de lo que le hubiera gustado que alguien lo poseyera; aun tenia cierto orgullo, y no era tan feliz al no poder ser libre, y aun mas, porque no podía hacer nada en contra de eso.
Al final, asintió con la cabeza; y siguió con la mirada a la chica, que ya se dirigía a la puerta.
-te espero abajo- avisó ella, saliendo de allí.
Bajó las escaleras un poco más feliz porque Peter estaba mejor; él había hecho todo lo posible para que ella se sintiera bienvenida en sus primeros días; ahora ella debía retribuírselo.
Se sentó en la sala, apareciendo con su telekinesis orbitacional su libro favorito: Orgullo y Prejuicio de Jane Austen. En general a Sophia le gustaba leer toda la literatura inglesa que pudiera; admiraba todo lo relacionado con ese tipo de literatura, desde los sonetos de Shakespeare, hasta Cumbres Borrascosas de Emily Brontë, y aun más la saga de Harry Potter de J.K Rowling.
-vamos- dijo Peter, bajando por las escaleras.
Apenas había leído unas pocas páginas; y como lo estaba volviendo a leer, recientemente había llegado a la parte en que Mr. Darcy desprecia a Elizabeth Bennet en el baile. ¡Como amaba a Mr. Darcy!
-listo, vámonos- dijo Sophia, cerrando el libro.
Salieron por la puerta de atrás en silencio, ya que Peter aun no tenia muchos deseos de mantener una conversación que quizás giraría en torno a ser fuerte tras la muerte de sus padres; y Sophia no sabía muy bien que podía decir y que no.
-¿Qué leías?- preguntó Peter después de un rato de caminar.
-Orgullo y prejuicio- respondió dudando si él lo conocía.
-así que lees a Jane Austen, ¿Te gusta?- Peter parecía muy entusiasmado.
-si, me gusta mucho, y de ella, además Orgullo y Prejuicio, me gusta La Abadía de Northanger, Persuasión y Mansfield Park- contestó compartiendo su entusiasmo.
-La Abadía de Northanger es muy cómica, sobre todo por las ideas de Catherine Morland- comentó él.
Sophia, por mucho que no quisiera sorprenderse, debía hacerlo. Jamás en la vida se le hubiera ocurrido que un chico podría disfrutar la lectura de Jane Austen; usualmente los varones consideran ese tipo de novelas como “novelas rosas” o novelas para mujeres. Pero la verdad era que no todos comprendían el sufrimiento silencioso de Fanny Price por Edmund Bertram en Mansfield Park ; o el arrepentimiento y la desesperanza de Anne Elliot por el Capitán Wentworth en Persuasión, Muy pocos chicos tenían tanta sensibilidad como para si quiera intentar leer una obra así.
La mayor parte de su conversación en ese paseo, fue sobre Jane Austen, pues ambos admiraban la fluidez de sus palabras y los comentarios levemente irónicos que manejaba, aun cuando su tiempo era muy diferente al nuestro.
-¿Crees que deba ir muy elegante a la cena?- preguntó Sophia, recordando la cena de esa noche.
-debes ir como siempre, a mi tía eso no le importa- contestó él.
Quería causarle la mejor de las impresiones a la Srta. Taylor; porque si Cinthia ya le había ido a “envenenar” la cabeza con sus cuentos…entonces tendría que esforzarse mucho mas para caerle bien, después de todo.
-le agradarás mucho- la animó Peter,
-no creo, a las chicas casi nunca les agrado- se quejó.
-eso es lo mejor de esto, porque ella es demasiado adulta para verte como posible competencia- dijo en burla.
Después de tanto sufrimiento, al fin una sonrisa burlona se había formado en su hermoso rostro.
Sophia había conseguido que Peter volviera a sonreír.
-¿Ya te había dicho que eres mucho mas guapo cuando sonríes?- volvió a preguntar Sophia.
-ya, pero yo no te había dicho, que tu eres la única razón por la que eso ocurre- respondió sinceramente.
Había sido tan tierno todo ese tiempo, que Sophia no resistió el deseo de besarlo, además… ¿Qué tenia de malo? Era su novia desde hace un mes, lo podía besar cuando y donde quisiera. Era SU Peter después de todo.
Sin embargo, y en contra de su voluntad, todas esas atenciones, todos los detalles, absolutamente todo lo que Peter hacia y decía… se encontraban por debajo de Matt ¿Cómo era posible? El presidente de la mesa directiva le hacia regalos caros, tenia toda clase de atenciones con ella y buscaba verla feliz…aunque no siempre cumplía con su propósito; en cambio, Matt con una sola mirada, o con un solo saludo bisilábico podía hacer que todo el mundo dejara de girar…tan solo para ella.
Era tiempo de olvidarlo, él había tomado ya su decisión, y ella debía vivir con eso; Peter era su brillante futuro, además de que en ese momento, quien mas lo necesitaba era Peter; el único deseo de Sophia era mantener al chico con una sonrisa en esos tiempos difíciles.
Pasaron todo ese día, juntos, en los jardines abandonados de atrás del gimnasio; ese sitio nadie lo ocupaba a causa de que era muy difícil llegar a él; pero para Peter nada era imposible, y el junto con sus amigos habían hecho de esos jardines un lugar esplendido, en donde decidieron permanecer aislados de los demás. El sol había brillado en ese día de una forma esplendida, y en cuanto Sophia notó que la luz comenzaba a extinguirse, y que el viento soplaba con mayor fuerza, miró su reloj y vio lo tarde que era.
-debemos volver ya- indicó Sophia, mientras se levantaba del césped, donde estaba acostada con Peter.
-vamos- respondió Peter,
Con pesadez salieron de esos jardines; y cuando iban hacía su dormitorio, se encontraron con el club de los voladores, que son un grupo de chicos y chicas con eolokinesis (control del aire). Taranee McMillan era conocida de Sophia, y aun más de Peter, por lo que se quedaron hablando un rato, hasta que el sol se ocultó por completo.
Después de que Taranee y su grupo dejaron ir a los chicos; se marcharon inmediatamente hacia su dormitorio por medio de la telekinesis orbitacional. Se cambiaron la ropa rápidamente. Mientras Sophia se vestía, notó que una caja en su cama estaba, y al abrirla, vio que Becca le había obsequiado otro vestido, menos elegante e igual de bonito, para usar en esa ocasión. Le agradeció en sus pensamientos.
Faltaban solamente dos minutos antes de que el reloj marcara la hora pactada; y gracias a la fragokinesia Peter logró que pasara mas lento el tiempo y así no llegaran tan tarde.
Sophia bajó con paso acelerado, para luego tomar la mano de Peter y teletransportarse al dormitorio S, que es en donde residen todos los catedráticos de la academia; tenía algo de curiosidad por conocer los aposentos de la extravagante directora.
Por un instante, creyó que la Srta. Taylor habitaba dentro del dormitorio S; fue hasta que Peter la desvió, que se dio cuenta del edificio justo detrás del dormitorio. No lo había visto antes.
-vaya- exclamo al ver la entrada tan lujosa de la residencia.
-mi tía es algo excéntrica- atinó Peter a decir
Con toda cautela por parte de ella, entraron a la residencia de la Srta. Taylor; no podría evitar sentir algo de nerviosismo, porque cenaría con la directora y al mismo tiempo la tía de Peter. Evidentemente, la idea de terminar su relación con él estaba más que descartada.
-¡Peter, Srta. Sullivan!- exclamó Holly Taylor al verlos entrar al comedor.
-hola tía- saludó Peter jovialmente.
-buenas noches Srta. Taylor- respondió Sophia ruborizada.
Justo en el instante en que Sophia creyó que su buena fortuna había vuelto, escuchó la voz estridente de su “casi cuñada” y comprobó lo errada que estaba.
-Cinthia, veo que has traído compañía- mencionó la anfitriona.
Sophia estaba de espaldas a los recién llegados, por lo que la identidad del acompañante de Cinthia aun estaba en suspenso para ella; tenía una sensación que conocía muy bien, y que solamente una persona le producía…
-Sr. Walker, no había tenido el gusto de conocerlo- saludó la Srta. Taylor –le diré a mi ama de llaves que ponga un lugar más en la mesa, con permiso- salió de allí.
La mirada con la que la Srta. Taylor había inspeccionado a Matt era despectiva: mas Matt ni se inmutó y mantuvo su expresión de fría. Por un momento, Sophia se quedó mirando al chico, embelesada por la forma en la que Matt estaba ahí parado sin que nada le importara lo suficiente.
¡Rayos! Sophia desvió tanto la mirada, que al hacerlo se vio mas obvio que estaba mirando al joven Walker; enrojeció por completo y se sintió ton enojada con toda la estúpida situación en la que ahora se veía inmiscuida. ¡Genial! Ahora además de tener que estar nerviosa por causarle una buena impresión a la directora, tenía que procurar no estar tan pendiente de mirar al acompañante de su casi cuñada.
-vamos a cenar ya – indicó la Srta. Taylor al volver.
Todos le siguieron rumbo al comedor; la habitación resultaba espaciosa, y de inmediato, Sophia comenzó a preguntarse porque la directora necesitaba una casa tan grande, si se suponía que ella vivía sola… quizás solo fuera porque le gustaba el lujo, o porque recibía muchas visitas. Cualquiera que fuera la razón, a Sophia no le incumbía.
Todos tomaron asiento en el gran comedor de la directora; y como Sophia fue la ultima en entrar, le tocó sentarse justo en medio de Peter y la directora, y en frente de Matt. Con todo su auto control tomó asiento y no se quejó.
-¿Srta. Sullivan, conoce al Sr. Walker?- preguntó la Srta. Taylor con amabilidad.
-si, tengo el placer de compartir clases con él- contestó Sophia sin darle mucha importancia.
Sin poder evitarlo, Sophia miró de reojo a Matt, quien había perdido su expresión fría, y ahora se mostraba contrariado. ¿Por qué le molestaba que Sophia no hablara de su amistad? Si después de todo, él le había pedido a Sophia que lo olvidara y que fuera feliz con Peter.
La cena continuó en silencio; Cinthia y Peter aun se consumían en sus propios pensamientos tristes, y Matt parecía estar en otro lugar.
-debo felicitarlos por el baile de navidad-comentó la Srta. Taylor para romper el silencio.
-hubiera salido mejor si Sophia no hubiera estado en la enfermería-mencionó Peter.
-¿Por qué te resfriaste? Esa noche te veías muy sana- dijo Cinthia metiéndose en la conversación.
¡Que golpe bajo! Ni siquiera en un momento así Cinthia dejaba aun lado la guerra personal que tenían, sus padres habían muerto y parecía que solo le importaba mantener a Matt a su lado, y por supuesto, si en el transcurso de su plan lograba podía poner a Sophia en vergüenza, lo haría.
-yo…-titubeó, dio una mirada rápida a Matt –estaba corriendo por el campus, y llovió de repente- contestó tratando de sonar segura.
En realidad, no mentía, porque si había estado corriendo por el campus, y claro que llovió esa noche ¿Cómo olvidarlo? Resultaría más fácil olvidar 16 años de su vida aburrida, que a esas dos horas que tardo en hablar con Cinthia y con Matt.
-lo importante es que ustedes se veían realmente bien esa noche-dijo la Srta. Taylor.
Con una sonrisa Sophia le agradeció que cambiara de tema. Aunque a duras penas la directora lograba sacar un tema del cual pudieran conversar sin que a Cinthia o a Peter les trajeran malos recuerdos. Al final, la directora decidió hacerle algunas preguntas a Sophia, al tiempo que ignoraba por completo los débiles y absurdos intentos de su sobrina por inmiscuirse en la platica.
Se notaba que a Holly Taylor no le agradaba del todo Cinthia, pese a que era su sobrina.
Ser el centro de atención, no era algo a lo que Sophia ya se estuviera acostumbrando; por lo mismo, se sentía extraña e importante, sin poder esconder sus mejillas que se sonrojaban ante tantos halagos de la directora.
-se está haciendo tarde-comentó Cinthia muy aburrida.
Nadie le prestó atención, ni siquiera su acompañante. Matt se hizo el sordo y se limitó a continuar mirando a un lugar diferente al de Sophia y a volver perderse en sus pensamientos, tratando de dejar de lado el hecho de que tenía a la chica más bella, inteligente y buena que había conocido, además de que intentaba sacarse esos sentimientos que verla le producían. Ella era su todo…pero un todo que no era para él. Y debía hacerse la idea ya.
-¿Tiene mucha comunicación con la Srta. Nortwood o con la Sra. Griffiths?- preguntó Sophia de pronto.
-no en realidad; cortamos comunicación el día en que fundé esta academia: el 7 de febrero del 2000, a ellas nunca les agrado mí idea de enseñar también a los hombres-respondió sinceramente.
Sospechaba que Holly Taylor se había vuelto más sincera tras tomar la tercera copa de vino. Le contó también que ni la fundadora del Colegio Nortwood, ni la fundadora del College Proudly Blue tenían la menor intensión de establecer amistad nuevamente con ella.
-¿Por qué hace el intercambio entonces?- preguntó Sophia.
-se estableció hace 6 años, las tres discutimos que seria bueno para los alumnos, y aun me odian, lo aceptaron-contestó sirviéndose más vino.
-¿La odian?-siguió preguntando Sophia. Le intrigaba todo eso.
-creo que odian más a la academia que a mi; cuando fundé esta escuela, ambas juraron acabar con la Academia, y ese mismo día, murió Warren Briggs-relató con algo de pesar.
-¿Fueron ellas?-se atrevió a preguntar. Había miedo en su voz.
-yo creo que no, solo fue casualidad, Warren estaba enfermo del corazón, no creo que lo hayan hecho- dijo más tranquila.
La serenidad con que Holly Taylor justificaba la perdida de un chico y defendía a Eleanor Nortwood y a Rosalind Hudson-Blue, era escalofriante.
No temía por la seguridad de sus alumnos, aunque claro; todos en la academia tienen un don con el cual podrían defenderse o esconderse en él día, y en la choche el don de negación de la directora los protegía. Todo estaba en orden.
-deberíamos irnos ya- dijo Peter mirando el reloj.
-si, tenemos clases mañana- secundó Sophia.
La Srta. Brooks aburrida de no ser el centro de atención, se había quedado dormida sobre la mesa, y Matt solo jugaba con su celular bajo la mesa.
-Cinthia, vámonos- la despertó Matt con firmeza.
-¿eh?- preguntó Cinthia, confundida al despertar
Matthew le ayudó a levantarse, se despidió de la directora y él junto con Cinthia, salieron antes. Holly apenas y los miró, aun estaba concentrada en la felicidad que Sophia le brindaba a su sobrino.
-muchas gracias por la cena, directora- agradeció Sophia.
-espero que ustedes dos me visiten más seguido- mencionó.
Haciendo lo mismo que la otra pareja, Sophia y Peter se dirigieron a la salida; cerca de la puerta principal, Sophia se encontró con una ventana muy grande, que dejaba al descubierto el cielo, y pude apreciar, que la luna brillaba intensamente. Fue cuando deseó que en vez de estar con Peter, pudiera estar con Matt.
Cada minuto que pasaba, se aseguraba de que Matt era lo que ella necesitaba y merecía, no a Peter, Peter era demasiado perfecto para ella.
-¿Tienes frio?- preguntó caballerosamente Peter.
-no- contestó bruscamente y continuó caminando.
Mientras salía, su mente y su corazón le decían una cosa: ¡Solo quería estar con Matt!, ¿Por qué Peter no se alejaba de ella?, si Matt viera que ella y Peter no son nada, entonces no habría ningún inconveniente en estar con ella.
¡Como detestaba a Peter en ese instante!
-discúlpame Peter, es que tengo sueño- se excusó, siendo razonable.
Peter no merecía ese trato; fuera culpable o no, él merecía ser tratado con todo el respeto que él le brindaba a ella. ¡Que tonta era!
El viaje de vuelta al dormitorio N fue corto, pues llegaron en cuestión de segundos con la teletransportación; eran más de las 10 PM, pero gracias a que la Srta. Taylor no deseaba que se tomaran tantas molestias, le permitió a Sophia usar sus dones después del toque de queda.
-Buenas noches Peter- se despidió Sophia.
Como cada noche, la chica se acercó a el para besar su mejilla; pero esta vez, él se apartó con brusquedad y se dirigió a las escaleras sin siquiera mirarla.
-Buenas noches- se despidió sin mirar atrás.
Capítulo 12: El ataque.
Estaban a mediados de marzo; el 12 de ese mes exactamente. La primavera casi comenzaba; lo que significaba “adiós” al invierno, y “hola” al cumpleaños numero 16 de Sophia.
La chica no podía menos que emocionarse al pensar lo que seria cumplir 16; pronto sacaría su licencia de manejo y podría hacer muchas más cosas.
-¿tendrás fiesta de cumpleaños?-preguntó Ashley, que paseaba con ella.
-no lo se, nadie ha comentado nada- contestó Sophia.
A raíz de la pelea entre Sophia y Cinthia, Ashley se había acercado más hacía Sophia. Las lealtades estaban reorganizándose, sobre todo en lo que se refería a “las tontas de plástico” , pues habían pasado de ser solo 3 a ser 6: Daphne Diamond era la tonta numero 4, que con tal de molestar a Sophia hacia todo lo que su hermana le dijera; la numero 5 era la nueva chica del College Proudly Blue, Amy Johnson, quien se mostraba como la típica chica resbalosa que trataba de coquetear con Peter; la numero 6 era Cinthia, quien había logrado congeniar bastante bien con esas chicas a causa del odio que todas sentían hacía Sophia.
Y Ryan había olvidado a Ashley; claro, si es que alguna vez sintió algo por ella, pero al menos por ahora estaba saliendo con Hannah Woods. Y, ¿Qué había sucedido con Matt?; él se había aislado de sus amigos, de toda vida social y sobre todo, se mantenía muy lejos de Cinthia.
-¡Matt!- llamó Sophia, cuando lo vio pasar.
Él no volteó.
-aun no te habla- no fue una pregunta.
-es tan terco- contestó Sophia, ligeramente enojada.
A ella le molestaba que Matt hiciera como que no la conocía, sobre todo, porque eso era en venganza a lo que Sophia hizo parecer en la cena con la directora.
-¿Qué tal todo con Peter? No los he visto juntos-preguntó Ashley, para desviar el tema de Matt.
-esta distante, y no se porque- contestó con tinte de melancolía en su voz.
Desde la noche en que habían vuelto a su dormitorio después de cenar con la directora, él se había mostrado muy distante, frio e insensible hacia ella, lo cual era de preocuparse, él no era así, ¿Qué le podía estar sucediendo?
****
Llegó el 14 de marzo. Era un buen sábado, cálido con una brisa refrescante y un sol brillando en el cielo; así era como Sophia imaginaba la mañana de sus “dulces 16”.
Despertó temprano, segura de que sus amigos le preparaban una fiesta sorpresa; y decidida a no estropear todos los preparativos, se quedó en la cama más tiempo del que le hubiera gustado.
9:30, 10:25, 11:05 y nadie iba a despertarla, ni tampoco se oía como si estuvieran preparando una gran fiesta. “Tal vez quieren que baje cuando quiera; porque la fiesta no será aquí” se dijo así misma para sentirse mejor. Esa idea no era muy posible, porque él sitio más genial de toda la academia era ese dormitorio. Decidió bajar, ya no tenía sueño y no tenia caso seguir esperando sin una razón.
El comedor del dormitorio estaba vacio; solo algunos veían la televisión en la sala, y otros lavaban ropa en el cuarto de lavado.
-Sophie, feliz cumpleaños- dijo una voz tras de ella.
Era Callum quien le hablaba; bajaba las escaleras en compañía de Peter, Joe y Mycroft. Aunque él fue el único que se acercó a abrazarla y a desearle unos dulces 16.
-gracias Callum- agradeció confundida.
Un rápido vistazo fue lo único que necesitó para darse cuenta de que a ninguno de sus otros amigos les importaba el día en que se encontraban.
-voy a ir a la biblioteca- dijo Peter secamente.
Salió con una expresión fría, sin mirarla. Joe lo siguió un poco más atrás, y cuando se aseguró de que Peter ya estaba lo suficientemente lejos, se abalanzó a los brazos de Sophia.
-lo sentimos Sophie, si recordamos que hoy es tu cumpleaños, felicidades-dijo el chico soltándola.
-pero…-Sophia sabia que dirían eso.
-Peter esta demasiado dolido, y nos pidió solidaridad-agregó Mycroft también abrazándola.
-¿Dolido? ¿Por qué?- inquirió molesta y confundida.
-habla con él- respondió Joe.
¿Por qué estaba dolido? Ella no recordaba haberle hecho algo lo suficientemente ruin como para hacer que él obligara a sus amigos a olvidar su cumpleaños.
-ustedes no la felicitaron por miedo a Peter, no por solidaridad-dijo Callum subiendo la voz.
-fue lealtad-se defendió Mycroft.
-si fueran leales, no me estarían hablando ahora- replicó Sophia.
Tanto Mycroft como Joe enrojecieron al instante; Callum solo se sorprendió un poco de ver la frialdad con la que Sophia les había dicho eso. Estaba muy enojada, y aun más herida, ¡ese era su día! Solo ese día cumpliría 16, y definitivamente así no lo había soñado.
-voy al comedor- anunció.

Bien, si ellos no querían estar con Sophia en su cumpleaños, ella bien podría ir con alguien que si la valorara. Tal vez Ryan… no, él seguramente estaría con Hannah y ella no quería ser él mal tercio; la única que le quedaba era Ashley.
Aun molesta, se dirigió al dormitorio N/O para las chicas de primero; no le entusiasmaba ir precisamente allí, porque era mucho más menesteroso a lo que su propio dormitorio le había acostumbrado; pero la perspectiva de tener a su mejor amiga le sacó una sonrisa…que se borró cuando notó que ella no era la única que desidia visitar ese dormitorio. Un chico estaba tocando a la puerta, y quienes lo recibían eran Amy y Chloe; la primera de estas como siempre se mostró más que amigable, pero el chico solo quería hablar con la rubia.
Chloe y Peter se alejaron un poco de Amy, y por la expresión del dicho, lo que decía ella no era muy amable; él parecía muy angustiado.
-¿Peter?-preguntó Sophia, sin querer lo había dicho en voz alta.
El chico volteó en busca de la persona que había dicho su nombre; y cuando notó a Sophia de pie frente a él su rostro mostró lo penoso de la situación. Pero en seguida se repuso y le dedicó la misma mirada fría.
-¿Qué sucede “Sophie”?-preguntó Chloe tan hipócrita como siempre, mientras posaba su mano en el hombro de él.
-eso mismo quiero saber-contestó conteniendo su ira.
¿Por eso Peter estaba así? ¿La había cambiado por la rubia tonta? Estaba mucho más molesta que antes, y ahora, además estaba bastante indignada. ¡La estaba cambiando! No, ella no se merecía algo así.
-claro que lo mereces, pequeña hipócrita-dijo Chloe. Había fiereza en sus palabras.

Al principio Sophia no entendía a que se refería, hasta que recordó que el don de Chloe era la telepatía, y que seguramente había leído sus pensamientos. ¿Para que lo había hecho? No estaba muy segura, pero Chloe era lo suficientemente arpía como para tener siempre segundas intensiones con todo lo que hace.
-déjanos solos, por favor-pidió Peter, y le retiró la mano.
Sin ganas de marcharse, Chloe aceptó; se veía que Chloe pensaba que Peter ya era suyo; y antes de irse le dedicó una sonrisa hostil a la chica.
Sophia apenas y se inmutó; no entendía del todo lo que sucedía, pero su furia aumentaba conforme Peter no decía nada. ¡Se burlaba de ella!
-¿Puedo preguntar, qué pasa?- se atrevió a preguntar ella.
-siéntate-dijo Peter.
En contra de sus instintos bélicos, se calmó: Tomó asiento en la banca junto a él; y por poco las lágrimas de enojo le recorrían las mejillas. ¡Dios! ¿Qué tanto sucedía?
-¿Qué pasa?- ella volvió a preguntar.
-¿Alguna vez me has culpado por el hecho de que tu y Walker no estén juntos?-preguntó con mucha jovialidad.
-eh,- una voz dentro de Sophia grito “si, todos los días” –no-mintió.
-¿Estás enamorada de Walker? –preguntó viéndola directamente a los ojos.
-yo…-esa misma voz le gritó “por supuesto”-no, por supuesto que no-.
-¿Estás enamorada de mi?-él estaba muy serio.
-por supuesto…- pero esa voz nuevamente gritó “no; claro que no”.
El rostro de Peter tenía una expresión terriblemente dolorosa, y lo peor de eso, era que Sophia tenía la ligera sensación de que ese dolor era por su culpa. ¿Qué pasaba? Él nunca podría saber que ella le mentía; amenos que… ¡Dios! Él estaba mimetizando el don de Chloe para leer los pensamientos y ahora él leía los suyos… “dime que no” pensó.
-estas en lo cierto-contestó con sarcasmo fuera de lugar.
-¿Por qué?-dudó un poco Sophia en preguntar.
-Chloe leyó tu mente, y me hizo dudar de ti; pero no me quede con esa incertidumbre-respondió él con un tinte de culpa.
¡Genial! Así que la que había sembrado cizaña en todo eso, había sido la pequeña Diamond; lo pudo haber esperado de Daphne, esa rubia artificial que cada mañana en el dormitorio N trataba de llamar la atención de Peter, pero ¿Chloe? Esa chica tenía todo, ¿Qué podría celar de Sophia?
-vi tus pensamientos la otra noche; recuerdo bien que pensabas “Solo quiero a Matt ¿Por qué Peter está conmigo? Si Matt viera que no estoy con Peter entonces no tendría ningún inconveniente ¡Como detesto a Peter!”- repitió él.
Por un momento, toda la ira que tenía dentro de sí se vio sofocada por la sensación de haber hecho algo terriblemente estúpida. Él había leído el pensamiento más terrible, y ahora no había nada que se pudiera hacer. Y la situación se hacía cada vez más bochornosa porque apenas hace unos segundos ella lo había negado sínicamente.
-lo siento-dijo en un hilo de voz apenas audible.
-¿Qué es lo que sientes? ¿Sientes el hecho de que yo te descubrí; o que no puedes estar con Walker?-Peter estaba siendo muy duro.
Si él le hubiera reclamado todo entre gritos, o le hubiera gritado insultos como cualquier chico adolescente que se entera de que su novia en realidad nunca sintió más que amistad por él… no se sentiría tan mal. La forma en la que Peter le vio, fue muy cruel, y cuando se marchó sin decir una palabra, fue desgarrador. Pero no lloró.
“adiós” se despidió Peter en la mente de Sophia, y a la chica no le salía la voz; se le había secado la garganta y se sentía muy débil y sin aire.
No se iba a quedar a llorar frente a ese dormitorio; aun le quedaba algo de dignidad, que la obligaban a no permitir que Chloe y sus amigas disfrutaran del caos que habían creado.
-¿Sophie?- alguien abrió la puerta del dormitorio.
Cuando oyó que la puerta se abría, estaba apunto de teletransportarse a un lugar lejos, muy lejos de allí; pero entendió que esa voz era la de la única persona que le brindaría su apoyo.
-Ashley- dijo Sophia al tiempo que se lanzaba a abrazarla.
-¿Qué sucede? Chloe y las tontas están muriendo de risa adentro ¿Qué te hicieron?-preguntó Ashley tan confundida como de costumbre.
-ellas hicieron que Peter leyera mis pensamientos…sobre Matt-confesó, rompiendo en llanto.
No hicieron falta más palabras para que Ashley supiera perfectamente porque Sophia lloraba. Ella conocía perfectamente toda la tensión amorosa que existía entre Sophia y Matt; pero todos esperaban que Peter siguiera fingiendo que no conocía esto.
Y es que cuando Peter le había repetido sus propias palabras, se sintió tan vulnerable y tímida; el hecho de que alguien expusiera tus sentimientos más profundos era más que grosero, era cruel; incluso para Peter.
-no se que haría sin ti- se atrevió a decir Sophia, todavía llorando en el hombro de su amiga.
Ashley no estaba muy segura de que hacer; usualmente ella era la que lloraba por todo y Sophia era quien la consolaba, si, pero usualmente Ashley lloraba por cualquier trivialidad que a los cinco minutos ya no le importaba; no podía consolar a su amiga, porque Sophia se sentía culpable. La empatía de Ashley descubrió que Sophia creía merecer cada una de esas cuchilladas imaginarias, creía que su estúpido “enamoramiento” por Matt había sido su ruina, y peor aun, se comenzaba a preguntar si eso podía ser un enamoramiento. ¿Podía serlo? Tenía apenas 15 (16 ese día) y no tenía mucho conocimiento de esa materia para afirmar algo así…
15 de Marzo. Al fin el 14 había acabado, y a pesar de haber sido esperado y anhelado durante casi 15 años por Sophia, y aunque ella había esperado guardarlo en su memoria por el resto de su vida… ahora era él que con más ansias deseaba olvidar. El peor de sus cumpleaños había sido ese, mucho peor que la vez en que cayó sobre su pastel a los 12 por tratar de impresionar a Nathan Wolff. Mucho peor.
***
El domingo por la mañana, estaba brillante, y se veía prometedor…para todos, menos para Sophia. Solo habían pasado algunas horas desde que ella y Peter no estaban juntos, pero las consecuencias eran demasiado obvias para no fijarse.
Para empezar, en el baño de chicas la encerraron “sin querer”, y por supuesto que la culpa la tuvo Daphne Diamond, que estaba más feliz de lo usual cuando le preguntó si era cierto lo que se decía sobre su relación con Peter.
Al bajar al desayuno, pese a que existían 13 asientos para cada integrante del dormitorio N, no tuvo ningún asiento ni la atención de los presentes.
En cuanto pudo salió de aquel horrendo lugar que antes le había parecido tan acogedor; para refugiarse con Ashley, lo que tampoco le salió muy bien, ya que las chicas del dormitorio N/E tampoco se mostraron muy amables, y tanto como a ella como a Ashley las bombardearon con tantos insultos que era imposible no hacerles caso.
Optaron por pasar su domingo encerradas en la biblioteca.
Y los siguientes días de esa semana, fueron tan insoportables como el domingo. Muchas de sus pertenencias desaparecieron, y su asiento nunca regresó a la cocina del dormitorio. Aunque al menos Callum le hablaba, su vida en el dormitorio era desagradable. Si no se iba era para molestar a todas las que querían que se fuera…pero ahora, ya no estaba tan segura de que fuera ella la que las molestara y no al revés.

-¿Qué haces Sullivan?-preguntó Callum cuando entró a la habitación de ella.
-me mudo, me largo de aquí-contestó mientras metía su ropa en su maleta.
-¡no puedes!- casi le da un ataque al escucharla.
-no pertenezco a aquí, no soy como ustedes- dijo sencillamente.
Y tenía razón. Ella no era atlética, ni rica, ni se destacaba en nada; solo era una chica que había tenido suerte al encontrarse con Peter en el aeropuerto. Y ahora que no lo tenía, ella solo era Sophia, solo Sophia Sullivan la chica sosa de Nueva Hampshire. Si tan solo hubiera estado Becca allí, podría soportarlo, pero Callum no valía todo ese tormento.
Salió muy decidida hacía la oficina de la directora Taylor, mientras repasaba una y otra vez las excusas que daría para que le permitieran abandonar el dormitorio; debía inventar algo, porque no podía decirle que su relación con Peter era la culpable. Cuando de pronto, un grito proveniente de dentro de la oficina la asusto.
Apenas y pensó en que debía hacer, abrió la puerta de golpe, y encontró a la directora de pie con expresión de miedo y sorpresa.
-¿Qué pasó?-exigió igualmente asustada.
La directora solo le señalo hacía la pecera que tenía enfrente, donde todos los pese se encontraban muertos en la superficie.
-solo…se derramó el café en el agua y…murieron todos-contestó titubeando.
¡Alguien había intentado envenenar a la directora!, pero ¿Quién? Bueno, por ahora no importaba. Como pudo, Sophia trató de tranquilizarse y tranquilizar a la directora, quien estaba conmocionada por su casi muerte. ¿Qué debía hacer? ¡Maldición!, sabía lo que hacer en caso de sismos, o incendios, incluso en un paro cardiaco, pero no existían pasos a seguir para explicarle a una persona que no moriría, o al menos no tan pronto.
La puerta se abrió.
-Matt- quiso gritar su nombre, pero sonó más como un susurro.
-Katie Young y las tontas me dijeron que habían escuchado cosas aquí adentro-contestó él, yendo hacia la directora.
Los dos se quedaron con la directora hasta que la Prof. Knight, el Prof. Holmes y la Sra. Vanderbilt llegaron a encargarse del asunto, y luego los mandaron a ellos a sus respectivos dormitorios.
Ya afuera, él pensaba huir.
-Matt, no te vayas-rogó tomando el antebrazo del chico.
Matt quería marcharse, quería estar lejos del alcance de su tentación, pero no pudo hacerlo. No podía hacerse el sordo frente a la chica que más quería en el mundo.
No dijo una palabra, pero se quedó.
-Peter terminó conmigo, aunque eso ya debes de saberlo, todos lo comentan-confesó Sophia.
Una mezcla entre alegría y pena se formó dentro del chico. Estaba feliz de que por fin Peter dejara de posar sus labios sobre los de Sophia, pero también le preocupaba lo que le sucedería a la chica.
-vi como te trataron –comenzó a decir –te humillaron porque no aceptas lo que es para ti.
¿Qué?, ¿Había oído bien? Ella le acababa de decir que era libre, que ambos eran libres de cualquier compromiso o de preocupación social, y él solo le contestaba que ella era una terca. ¡Dios! ¡¿Que le sucedía?!
-deja de preocuparte por lo que perdí ¿Cuál es el problema? No me importa nada que no seas tú-contestó ligeramente enojada.
-no quiero ilusionarme, para que luego te arrepientas y vuelvas con él- respondió.
-¿Por qué no puedes estar conmigo? ¿Por qué no quieres? Yo se que si, cuando me besaste…- iba a empezar a decir lo que sucedió, el la calló.
-un beso hace tiempo que dejó de ser importante-contestó lívido.

Ni Matt se creía lo que le acaba de decir, él no quería lastimarla, pero deseaba verla feliz; y él muy bien sabía que su felicidad estaba con quien podía darle todo lo que deseo: con Peter.
-¿No es importante?-sentía que lloraría.
-ni un poco-añadió yéndose.
Una apuñalada por la espalda habría sido más factible, y quizás menos dolorosa; él le acababa de decir que quizás ese beso lo hizo para callarla, o por diversión… ¿a quien le importaba? Pues para regocijo de Matt; a ella si.
La policía fue a investigar la siguiente semana. Todo referente al intento de homicidio en contra de la directora Taylor.
Todos caminaban por el campus yendo a sus clases. Colaborando con los detectives y oficiales; todos menos Sophia, que se había encerrado en su habitación a llorar día y noche, noche tras noche; sin ninguna intensión de parar.
-Sophie, tienes que salir- le pedía Callum fuera de su puerta.
El único que mostraba interés de que saliera de su habitación, era Callum. Mycroft y Joe lo intentaron una vez a escondidas de Peter, pero no volvieron. ¿No que estaban enamorados? Al parecer Mycroft ya estaba arrepentido de dejar ir a Becca.
-ya vete Callum, no saldré-contestó llorando.
La razón que por la cabeza de todos pasaba referente a la depresión de Sophia, era que apenas comenzaba a dolerle su fin con Peter. Y solo tres personas: Sophia, Peter y Matt sabían que cada una de esas lágrimas eran por culpa de Matthew Walker, solo por él.
Callum no soportaba verla llorar, quería ver su sonrisa iluminar la habitación y a sus verdes pupilas mirarlo; y él estaba casi seguro de que el culpable era su ex mejor amigo Peter.
-habla con ella, lleva días así-insistió Joe, quien se sentía culpable.
-si llorara por mi, te aseguro que la haría parar- se limitó a responder.
Pese a que Peter mostraba mucha indiferencia a todo lo que tuviera que ver con Sophia, por dentro el también sufría. Becca en seguida habría visto ese dolor en la falta de brillo al mirar de Peter, ¿Por qué se tuvo que ir Becca? Ahora él sufría la perdida de su mejor amiga desde la infancia, que siempre estaba para él, y quien lo orientaba siempre. Si ella estuviera, entonces ella habría entendido a Sophia y haría que dejaran de culparlo a él.
Pero ya que no estaba, no quedaba mucho quehacer; no podía ser insensible, después de todo, le prometió que la iba a querer siempre, y ella estuvo ahí, apenas dos semanas atrás cuando sus padres murieron, ella lo reconfortó, y ahora le tocaba hacer lo mismo.
Sin decir una palabra, se dirigió solo hasta la puerta de la habitación de Sophia, donde Callum seguía intentando sacarla, sin muchos logros.
-por favor, sal-seguía pidiendo Callum.
Peter detuvo a su amigo antes de que siguiera golpeando la puerta; debía hablar con la chica a solas. Bastaron solo unos segundos para convencerlo de que se fuera, y ya que estaba muy cansado y aburrido, cedió.
-Sophia, abre la puerta- dijo Peter con un temblor en sus labios.
-vete, estoy bien; no es por ti-especificó desde dentro.
-eso ya lo se- contestó son su tono jactancioso.
Peter había sido su mejor amigo todo ese tiempo; no su novio, solo había sido su mejor amigo, y a ese amigo era al que necesitaba.
Él se sentía muy tonto por esperar frente a una puerta, y comenzaba a dudar si ella estaría lo suficientemente desesperada para abrirle la puerta. Planeaba alejarse, cuando la puerta se abrió.
Con algo de pena, se acercó a ella; Sophia estaba tan deplorable, pálida, lívida y triste; sus mejillas que casi siempre estaban sonrojadas ahora tenían las marcas de las lágrimas al caer, y sus ojos estaba rojos de tanto llorar.
-¿Qué ha pasado contigo?-preguntó con una mezcla de pena y dolor.
El nudo que se había formado esa tarde que habló con Matt aun se encontraba atorado en su garganta, y no le permitía formular ninguna palabra. Solo le lanzo una mirada vacía y le invitó a sentarse con ella. Al instante, él se sentó en el suelo a su lado, y la abrazó compartiendo su dolor.
-lloras por Walker, lo se-se atrevió a decir Peter, con el mismo temblor.
El apellido casi la hace llorar un poco más, pero solo asintió y se acomodó en el pecho de Peter. Así estuvieron un rato, ella estaba demasiado cansada para seguir llorando, y el tener a su mejor amigo a su lado, la hacía sentirse segura; apunto estaba de quedarse dormida…
-¿Por qué eres tan débil?-preguntó de pronto Peter.
-¿Qué?- dijo ligeramente indignada.
-si; yo violé tu privacidad leyendo tu mente, y fuiste tu quien se disculpo; Walker te dice una frase hiriente, y tu lloras sin parar-contestó como si fuera muy obvio.
¿Tenia razón?...quizás si, de acuerdo, si tenía razón. Viéndolo desde la perspectiva de Peter, la hacia ver como la chica más absurda del mundo, pero no lo era, ¿o si?
-es que soy demasiado amable-se defendió.
-esa no es amabilidad, eso es… estupidez, o tontería-contestó escéptico.
-tu me consideras tonta porque siempre obtienes buenas notas-esquivo lo mejor que pudo.
-no, te considero tonta porque así te comportas-contestó muy tranquilo.
No tenia otra opción, u otra respuesta; así era de débil y sentimental, no había nada que se pudiera hacer.
Por unos segundos, su tristeza se vio opacada por la ira que tenia contra los comentarios mortíferos de Peter, él llamaba tonta, pero no era así, ¿Qué se creía ese chico?...o será entonces que ¿Peter estaba en lo correcto?
El rostro de Sophia reflejaba toda ese pelea interna, entre creer o no.
-debes cambiar Sophie, debes…-le aconsejaba aun abrazándola.
-ser fuerte- susurró Sophia, recordando lo ultimo que su padre la había dicho.
¡Esa era la lección!, tenía que aprender a ser fuere, no física, si no emocionalmente. No debía derrumbarse ante cualquier obstáculo, debía mostrar de qué estaba hecha, si no la vida sería un continuo martirio.
-gracias Pete- dijo sonriendo después de mucho.
La sonrisa volvió a sus mejillas, causándole dolor a Peter. Nunca podrían ser más que amigos.
Capítulo 13: Recuerdos.
Todo ese sufrimiento y dolor acabó junto con esa tediosa semana. Era un lunes hermoso de primavera, con un buen sol, un viento favorable y una nueva Sophia salía a sus clases, después de haber faltado un poco.
¿Nueva Sophia? Se veía idéntica, tenía el mismo cabello negro azabache, mismo verde esmeralda, misma tez apiñonada…pero había algo más en su rostro; se veía mucho más feliz, había más brillo en sus ojos, y sostenía una sonrisa en sus labios. ¿Dónde estaba ese rubor que le producía la vergüenza de ser mirada? Se había ido, para mostrarse solo en los momentos importantes.
-miren quien viene, “la dejada Sullivan”-se burló Amy Johnson, al verla entrar.
Había esperado que Amy fuera de tercer año como Becca, pero no fue así, y tenía que compartir las mismas clases; además de que Amy parecía encantada de sentarse muy cerca de ella para molestarla.
-buenos días Amy, Hannah, Hadley, Chloe- saludó a las 4 tontas con mucha serenidad.
La reacción con la que Sophia les respondió las dejo ligeramente confundida ¿Por qué no les había hecho caso? Quizás no había oído bien, o no le importaba. Lo cierto era que, ellas no conocían a esa Sophia que caminaba con ánimo hacia su banca y que saludaba con familiaridad a Ryan, a Alekz y a Matt.
-buenos días chicos- saludo feliz.
Desde siempre ella saludaba a todos al entrar con una cálida sonrisa, esta vez ellos pudieron ver algo nuevo e importante en su amiga. Un brillo de libertad y fuerza se notaba en su mirada.
-veo que estas mejor Sophie- mencionó Ryan, divertido.
-mejor que nunca- respondió aun sonriendo.
-¿no ves algo distinto en Sophia, Matt?-preguntó Alekz.
Desde que Ashley salía con Alekz Woods, este se había familiarizado aun más con los chicos, aunque aun no se enteraba de los “escondidos” sentimientos de Matt por Sophia. Su comentario fue inapropiado, pero no mal intencionado.
-quizás tenga otro color de lápiz labial-respondió Matt, fingiendo indiferencia,
-lo notaste, que atento- contestó Sophia, dándole por su lado.
¿Y el drama? ¿Y las mejillas sonrojadas? ¿Por que esta Sophia no se comportaba como siempre? Alekz la había puesto en una situación difícil, y ella ni se inmutó; Matt había “fingido” no prestarle atención, y ella respondió con una broma. La reina del drama se había ido.
9:20, 9:35 AM. Y el profesor Holmes aun no llegaba; usualmente era alguien muy puntual que siempre asistía a sus clases, pero en un día como ese, todo podía suceder.
La puerta se abrió de golpe, dejando entrar a la profesora Knight, que se veía pálida y preocupada.
-Srta. Sullivan, venga conmigo- pidió la profesora.
En otro momento, hubiera pensado lo peor; solo que ya conocía a la profesora Knight lo suficiente como para saber lo intensa que era. Se levantó entre murmullos, recogió su mochila y la siguió hacia afuera.
Caminaron a prisa, en silencio; lo cual no era normal, Lucy Knight era muy locuaz, sobre todo con ella.
-¿Qué sucede profesora?-preguntó cuando no pudo contener su curiosidad.
-es Peter, lo atacaron-contestó muy seria.
¡Ya no era su novia, y aun tenia que recibir las malas noticias!, un momento… ¿Qué acababa de decir?, no era posible que hubieran atacado a Peter, él era el chico mas inteligente y mejor preparado de toda la academia, sin contar que el “casi” poseía todos los dones posibles. No era posible.
La profesora Knight la guió en silencio; Peter era su alumno favorito, además de que ellos siempre habían sido muy unidos. Le dolía a la profesora esto, mucho más de lo que demostraba.
Llegaron hasta la enfermería, que ya era un lugar muy conocido para Sophia, siempre le traía malos recuerdos, y ahora aun, peores.
-¿Peter?-dudó al verlo.
El chico estaba tendido sobre una cama, con muchos vendajes en la cara, brazos y la mayor parte del cuerpo; se veía terriblemente afligido por dolores inmensos, y deliraba un poco a causa de la fiebre. Sophia se acercó al él, con los ojos brillantes por querer llorar, ¿Qué le habían hecho?, su bonito rostro estaba ensangrentado.
-…ie…-murmuró levemente,
-aquí estoy Pete- respondió Sophia tomándole la mano.
Lo que Peter murmuraba no era muy entendible, pero todos habían creído que buscaba a “Sophie”, e inclusive la propia Sophia había escuchado su nombre; a quien se refería, por el momento no importaba, Peter estaba ardiendo en fiebre mientras la enfermera Lowndes le ponía compresas frías en la frente. Pobrecillo, había sufrido mucho últimamente. Y aunque la “nueva Sophia” ya no era sentimental, no podía ser insensible ante su amigo.
-¿Qué le ocurrió?-preguntó cuando entendió que ella no podía hacer nada.
-no sabemos, la directora fue la única que estuvo presente, y en este momento esta con la policía- respondió Lucy, al borde de las lagrimas.
-¿Por qué me llamaron?-inquirió confusa.
-porque creemos que es tu nombre el que susurra-contestó.
Lo noticia del mes, había sido la ruptura oficial del guapísimo Peter Brooks con la novata Sophia Sullivan, que hasta los profesores habían notado que no eran tan cercanos como antes. Sophia no pudo tomar a mal el comentario de la profesora, sabía bien, que ella tenia buenas intensiones que no concordaban con las suyas.
Una hora fue suficiente para que la fiebre junto con el delirio terminaran; por fin esa arruga en la entre ceja de Peter había desaparecido. Definitivamente se encontraba mucho mejor; ya lo podía dejar solo, pues ella aun tenia clases y deberes, dejando de lado, que ella ya no tenia ninguna obligación para con él.
Apunto estaba de irse, cuando sus pensamientos fueron abruptamente interrumpidos por el sonido de la puerta de la enfermería abriéndose, y por esta entraba la directora con una expresión de pena y remordimiento.
-¡Sophia!, ¡que bueno que estás aquí!-exclamó abrazándola por sorpresa.
-si, Srta. Taylor- atinó a decir, un tanto confundida.
-no sabes lo que ocurrió, fue horrendo-decía apoyándose en ella.
La razón, por la que la directora Taylor se sentía con culpa, era porque nuevamente, había sido atacada, o de hecho, el ataque al que Peter estuvo expuesto, no era para él, si no para la directora. Él la había defendido, luchando contra la que debía ser una chica.
-¡Es mi culpa!, lo siento Pete- gemía la directora.
Así que, según parecía, una chica era la que intentada dar muerte a la directora, pero ¿Por qué? Nadie era tan gentil como ella, que se desvivía por su escuela, y que no hacia nada malo a nadie; ni siquiera pedía una colegiatura totalmente elevada... ¿Quién podría ser la asesina? Si bien, había algunas chicas que dejaban mucho que desear con respecto a su actitud, todas parecían admirar a la directora.
-la Srta. Diamond, y la Srta. Young me ayudaron a traerlo-agregó limpiándose la nariz con su pañuelo.
Mientras veía la triste imagen de la directora, y el terrible rostro de Peter; por la cabeza de Sophia cruzaron muchas ideas; como por ejemplo, la gran coincidencia de que Chloe se encontrara cerca de la escena del crimen por segunda ocasión, asimismo últimamente ella y sus amigas estaban actuando más raro de lo usual.
La directora lloró casi por media hora sobre el hombro de Sophia; mientras que la profesora Knight no se movía de allí, y casi ni parpadeaba. Todas estaban atentas en el chico.
-¡Tía!- una voz interrumpió el silencio -¿Qué paso? ¡Peter!-agregó escandalosamente Cinthia.
Cinthia había llegado a ver a su hermano, no sin ir acompañada de Matt, que gracias a sus artimañas había logrado volver con él. Nadie notó cuando terminaron, Cinthia pese a ser la hermanita de Peter, no era para nada relevante.
-¡Abrió los ojos!-chilló Lucy emocionada.
El escándalo de Cinthia había logrado hacer que Peter despertara. La primera en abalanzarse para abrazarlo había sido Lucy, seguida de Cinthia que no paraba de auto-alabarse por llegar a tiempo, y al final, la Srta. Taylor.
-¿Cómo te sientes?-preguntó la enfermera.
-me duele la cabeza-confesó ligeramente asustado.
-¿Qué te ocurre, querido?-preguntó la directora al ver su expresión.
-discúlpenme, pero, no se quienes son ustedes- respondió aun más asustado.
Todos se sorprendieron, ¡Peter había perdido la memoria!, no recordaba ni a su tía, ni a su prima ni a su hermana, ni a su rival, y mucho menos a…
-¿Sophia?-preguntó Peter viéndola.
Enmudecieron al instante. Ella había querido pasar desapercibida en un rincón; lo cual, evidentemente no le salió como esperaba, porque ella era la única a la que Peter recordaba. ¿Por qué? nadie lo sabía.
-¡¿La recuerdas a ella, y no a mi?!-preguntó Cinthia, con su habitual drama soso.
-no lo presiones Cinthia-la reprendió Lucy.
-¡Soy tu hermana!-gritó indignada.
A Peter no le importó. Seguía sin apartar sus ojos de la chica que había logrado recordar; durante su desmayo y delirio había soñado con una bella joven, en realidad con dos; pero solo una de ellas se encontraba en la habitación.
-¿Eres Sophia?-preguntó nuevamente.
-claro que lo es, ¡Es tu novia!-tomó la palabra la directora, que estaba más que emocionada.
Para quedar bien con la directora y para hacer sentir mejor a Peter, pudo haber respondido que así era, y volver a su antigua relación, donde todo era perfecto, mágico y bello. Pero estaba cansada de fingir; y si a alguien le tenía que doler, por primera vez no seria a ella.
-no lo soy-aclaró muy seria –si soy Sophia, pero no soy tu novia-rectificó.
Los presentes volvieron a mirarla; la directora la miró con desconcierto, Lucy le hizo entender que la comprendía, Cinthia la fulminaba con la mirada por robarse la atención, y Peter adoptaba una expresión de frío desinterés. En su sueño, pese a que habían dos chicas, la que le llamaba la atención no era Sophia, si no la que debía ser Becca, por tanto, ni se inmutó.
Demasiados ojos sobre ella, y no pudo resistir. Se marchó corriendo de la enfermería.
Bien sabía que correr lejos de ahí no resolvería nada, pero de todas formas, corrió y corrió; con un poco de coraje y algo de pena por Peter; el pobre chico había perdido la memoria, se veía débil, tan vulnerable que no parecía ser el mismo Peter del baile.
Se detuvo en seco, ¿para que correr?, nadie la seguía, nadie la acusaba; estaba huyendo de un problema inexistente, y ella era la única que “hacía una tormenta en un vaso de agua”. Que absurdo. Pensó en volver, y se arrepintió en seguida, al recordar al acompañante de Cinthia, ¡Tonto Matt!
Se dirigía hacia su dormitorio cuando “la nueva Sophia” reaccionó, esa nueva actitud no le permitía molestarse por un comentario insignificante, ni tampoco le permitía sufrir más por Matt; su nueva yo le dijo que volviera a disculparse por su absurdo comportamiento.
Haciendo caso a su voz interna, caminó de regreso a la enfermería, donde seguían los mismos a los que había dejado, más otra chica: Claire Moore, una chica de 3er año, bastante sosa y sin muchos amigos, que le agradaba Sophia.
-disculpen mi anterior salida, me sentía muy indispuesta- se disculpó al entrar.
La directora asintió; y su mirada se fijó en Peter. Él apenas había notado esa salida tan desastrosa, porque a pesar de todo eso, él aun tenía en su cabeza a una sola persona: Rebecca Turpin.
-Srta. Moore, será mejor que se acerque a Peter, no recuerda muy bien como usar el mimetismo- pidió la directora.
El plan era que Peter copiara el donde Claire (que era la recuperación mental) y así él podría recuperar todos sus recuerdos, además de descubrir quien era la homicida. Sophia casi apostaba que era Chloe Diamond, pero aun no tenia pruebas para culparla.
Tardaron alrededor de una hora y media, para que Peter recordara la mayor parte de sus memorias, solo lo más relevante. Desde su graduación en “El Colegio del Rey de Nuestra Señora de Eton”, donde era parte de la Selecta Sociedad de Eton, seguido de su entrada a la AM, su relación con Tiphanie Miller, una chica llamada Stella, y poco a poco se acercaban más al presente. Fue especialmente vergonzoso para Sophia, cuando él recordó los momentos que vivieron juntos, lo que significaba que estaban a pocas semanas de llegar a donde debían.
-en tus mismas palabras, “solo quiero a…”decía Peter en voz alta.
Era la conversación de día en que él y ella habían terminado, y él estaba apunto de decir frente a todos que ella estaba enamorada de Matt. Los presentes sabían que Peter hablaba con Sophia en sus recuerdos, solo hacia falta ver el tono que usaba.
¡Y la suerte le sonrió! De improviso Peter se calló antes de poder mencionar Matt, la razón era desconocida, pero Sophia le agradecí internamente.
Recordó unos cuantos sucesos más, conversaciones insustanciales con sus compañeros, algunos temas que vio justo esa mañana y…
-¡Auch!-se quejó tocándose la cabeza.
Un horrible dolor de cabeza le azotó por dentro; una migraña demasiado intensa lo obligó a gritar en busca de auxilio. Las chicas se asustaron, y la directora solo pudo hacer uso de su control sobre las emociones para quitarle el dolor, llevándolo lo más cerca posible de la “felicidad”.
-dejémoslo descansar-sugirió la enfermera, después de calmar al chico.
Todos asintieron. La directora salió conversando con la profesora Knight; Cinthia se aferró al brazo de Matt, y Sophia sintió que había algo sospechoso en lo que ocurrió. Si Peter había recordado todo, entonces seguiría enojado con ella, entonces...
-¿Peter?-preguntó cuando la enfermera se marcho.
-¿si?- contestó sereno.
-¿Por qué censuraste tus recuerdos?- preguntó de golpe.
No hizo falta que diera más detalles para que supiera a que recuerdo se refería.
-con la poca memoria que tengo, se que nadie en esta habitación quería escucharlo, ni siquiera yo-contestó sin abrir los ojos.
Aun con todas las cosas que seguramente había recordado; Peter había sido mucho más maduro y fuerte de lo que ella fue al irse corriendo. Eso le hacía mucha falta.
-referente a eso, se que tal vez ya es tarde, pero, lo siento-se disculpó en voz baja.
Él no lucía molesto.
-ya paso, nadie lo recuerda- contestó con ironía.
Su sentido del humor irónico y sabihondo, estaban impecables. Agradecía a Dios por mantener a Peter con bien; él era su mejor amigo, incluso más que Ryan desde que este salía con Hannah. Se propuso a si misma rezar mucho esa noche para agradecerle todo.
-¿Le has escrito a Becca?-preguntó él de sopetón.
-no, yo no he tenido el valor para hacerlo-contestó cohibida.
No hacia falta que le explicara la razón por la que Becca se había ido. Rebecca Turpin había sido la mejor amiga de Peter, pero con el paso del tiempo, Sophia la había suplantado, pero ¿era cierto esto?
-debo irme-dijo Sophia.
-hasta luego- contestó.
Sophia se levantó del sofá, despacio esta vez, su propósito era no salir corriendo; estaba muy feliz por que todo tomaba un cause amable. Deseaba guardar ese momento, y que durara lo suficiente.
Tener buena actitud quizás si había arreglado las cosas.
-por cierto, siento lo de tu cumpleaños- le dijo al verla salir.
-ya paso, y nadie lo recuerda-contestó citándolo.
Ambos rieron al mismo tiempo; ahora recordaban las razones por las que estuvieron juntos, claro, dejando de lado las superficiales.
Sophia se regresó, besó la frente de él, y salió a toda prisa. Pero sus mejillas no volvieron a estar rojas en mucho tiempo.
Eran casi las dos de la tarde, su mañana la había pasado sin querer dentro de la enfermería. Le quedaban aun las clases de la tarde, pero no tenia muchas ganas de ir.
Se sentía demasiado extraña, con una serie de sentimientos encontrados, y muchas dudas que antes no tenía; además de que la perspectiva de tener todo el dormitorio para ella sola era excitante.
Llegó hasta su habitación, donde de inmediato se tiró sobre su cama, cerró los ojos, y sin abrirlos, (usando su telekinesis orbitacional) llevó hasta ella su i-pod. No tenia ganas de hablar, solo de escuchar. Se quedó dormida unos minutos después, y soñó lo mismo de siempre: Ese sueño donde ella era la asesina de la directora.
Despertó sobresaltada.

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Mayo había llegado; el día de las madres había pasado, y ese mismo día Sophia recibió una mala noticia que había esperado: Oficialmente se habían divorciado sus padres. Aunque ese tramite había empezado muchos mese atrás, la noticia fue devastadora.
Claro, no todo iba mal, si bien ella ya no era la “futura Sra. Brooks”, había ocupado el puesto vacante como “mejor amiga” de Peter; los chicos pudieron seguirle hablando, y ella un alejaba a las chicas locas que lo acosaban.
Y aun quedaba la duda pendiente, ya que Peter no logró recordar nada de ese día. ¿Quién era la supuesta asesina? Sophia casi apostaba su brazo derecho a que Chloe y su sequito de “tontas” estaban implicadas.
Eran casi las 4 de la tarde; la clase en ese momento era “Algebra I” con el profesor Scorpio, quien no era tan malo, pero era bastante tedioso. La clase casi acababa; solo había sido un repaso, con algunos signos, muchos números y garrafales errores
Cuando avispo que podían salir, Sophia no tenia nada en mente que le hiciera apurarse. Su siguiente clase con la Sra. Linley era en el laboratorio de química que estaba aun lado del edificio. Salió con pesadez, que cambió en cuando vio en la puerta a su amigo Peter.
-Sophie, ven aquí- la llamó.
Ahí tras la puerta, estaban él y su acompañante, que al inicio Sophia no pudo distinguir. Se dirigió a él, con una sonrisa…que se extinguió cuando reconoció el cabello rubio brillante de la chica que frente a ella estaba.
-hola Sophie-saludaba Peter.
-¿Chloe? ¿Qué hace ella aquí?-preguntó confusa y molesta.
Seguía sin tener la menor consideración por Chloe Diamond, ella solo buscaba hacerle daño, aun cuando Sophia nunca le había hecho nada.
-tranquila, viene en paz, a aclarar algo- contesto Peter.
¿En paz? ¿A aclarar algo? ¿Qué se suponía era esa “escenita”? Chloe nunca podría ir en “paz” con alguien, y mucho menos con ella; igualmente no comprendía porque Peter estaba apoyando a esa “rubiecita ingrata”.
Iba a desaparecer, cuando recordó que “la nueva Sophia” era capaz de darles una segunda oportunidad a las personas.
-bien, te escucho- dijo de mala gana.
-se que quizás no me creas, pero estoy arrepentida-confesó Chloe angustiada.
-¿Qué sucede?- Sophia comenzaba a asustarse.
En loco e imaginativo cerebro, una hipótesis rápida se formó. Seguramente que en su afán por acabar con la directora; Hannah, Hadley, Amy o Daphne se habían lastimado gravemente…o algo peor.
-no es lo que piensas-dejó en claro Chloe indignada –no es sobre la Srta. Taylor-añadió después de leer su mente.
-¿no?-dudó Sophia.
-no-corroboró Peter.
-por lo que yo vengo, es para advertirte que Amy las demás te van a sabotear, por ellas vi tus pensamientos, y créeme que siento mucho-contestó Chloe.
¡Eso era todo! Las chicas solo confabulaban en su contra, pero ninguna de ella quería asesinar a la directora; era un gran alivio, porque aunque no le agradaba ninguna de ellas, no deseaba ver a ninguna en la correccional. Solo que, si ella no era las culpables, ¿Entonces quién lo era?
-yo también debo discúlpame, pensé lo peor de ti, pero estoy equivocada-se disculpó muy en contra de sus creencias.
Ligeramente confundida, Chloe aceptó las disculpas y ambas hicieron las pases; solo porque se notaba lo arrepentida y angustiada que Chloe estaba.
-¿Por qué decidiste traicionarlas?-preguntó Peter.
Los tres iban caminando, y Chloe no tardó en responder.
-yo ya no soy parte de ellas, yo no soy mala, Sophia no nos había hecho nada malo en realidad, y fue cruel separarte de Peter-confesó.
El cerebro las el “plan” en contra de ella era Daphne Diamond, debía suponerlo; esa chica estaba loca, y Amy le tenia coraje porque Peter nunca le hizo caso. Típica venganza estudiantil.
Los dos miembros del dormitorio N, dejaron a Chloe en el suyo. Sophia estuvo callada casi todo el recorrido, algo inusual en esos días.
-¿en qué piensas?-preguntó él, cuando ya estaban solos.
-que si Chloe no fue, entonces, ¿Quién?- pregunto consternada.
Lo único que había falta era buscar sospechosos. Bien. ¿Quién estaba además de Chloe en el primer ataque? ¿Quién estaba con Chloe cuando Peter perdió la memoria? Debía ser alguien silenciosa, que no llamara la atención, alguien que se pudiera mover sin ser detectado, alguien con un don capaz de estropear la mente de Peter, una chica influenciada por alguien malvada…
 
Capítulo 14: La chica misteriosa.
¡No podía ser! La homicida la habían tenido todo ese tiempo frente a ellos; compartía sus clases con ellos, y era lo suficientemente nueva como para que nadie la mirara.
-¡Es Katie Young!-exclamó segura y alarmada.
-Sophie, deja eso a la policía; que no te agrade no la convierte en una asesina-contestó Peter, un tanto exasperado.
¡Era ella! Todo apuntaba a ella; Chloe era tan inocente, como Katie era culpable; pero Peter no le creía, y cada minuto que pasaban era de vital importancia. Necesitaba avisarle a alguien, necesitaba prevenir a la directora; necesitaba una clase de apoyo que su amigo no podía darle.
Sin decir una palabra, se teletransportó lejos, hasta la entrada del dormitorio E/S, donde Vivian los varones de primer grado. Tocó con mucha fuerza a la puerta, temía que él tampoco le creyera, pero aun así debía verlo; él era su único recurso.
-¿Esta Matt?-preguntó ella en cuanto se abrió la puerta.
-no, pero aquí viene-contestó el chico.
Tras Sophia, Matt recién llegaba de su clase de deportes, acompañado de Alekz y Roonie Crown.
-¡Matt!- chillo emocionada.
-¿Qué pasa?-preguntó ligeramente preocupado.
-es Katie, ella intentará asesinar a la Srta. Taylor-respondió lacónicamente.
-¿de verdad?-él le estaba creyendo.
-si, ella fue enviada por alguna directora, ¿recuerdas lo que nos contaron en la cena? Es muy evidente –ella estaba tan segura.
-bueno, dijeron que la Srta. Nortwood y la Sra. Griffiths habían jurado acabar con la academia-contestó recordando ese día.
-ellas mandaron a Katie a hacer esto, casi estoy segura-contestó.
-¿tienes pruebas?-preguntó Matt.
-no-se sintió desolada, creyendo que él no la apoyaría.
No obstante, tanto Matt como Sophia se conectaron; cada pensamiento, palabra o comentario, los dos lo compartían.
El destino les estaba diciendo que estaban hechos el uno para el otro.
-¿Por qué no te acompaña Peter?-indagó él, dejando a notar sus celos.
-porque él no cree en mi, no como tú-contestó muy segura, y le tendió la mano.
Sí él tomaba su mano, significaba que le creía, y si le creía era porque de una forma u otra, él sentía algo por ella. Si no la tomaba, significaba que él no era para ella.
Su corazón latía rápido, un poco porque no sabía que pensar sobre el chico, y otro poco porque aún tenia que ir en busca de la directora,
-estamos perdiendo el tiempo aquí-contestó Matt, tomando su mano.
Sintieron una fuerte descarga eléctrica al momento de tomarse. Nunca supieron si fue por la teletransportación, o si solamente fue su imaginación.
En segundos llegaron a la dirección de la escuela; donde los despachos de los profesores se localizaban; justo arriba del comedor comunal se encontraban los profesores de primer año, luego los de segundo, seguido de los de tercer año, los prefectos, los talleres; y en la parte más alta se hallaba la oficina de la directora.
Y como Sophia nunca había ido a aquél lugar, a lo máximo que logró llegar, fue a los pasillos de profesores de primero.
-hay que correr-tomó la palabra Matt.
Aun sin soltarse, corrieron los 3 pasillos y las 4 escaleras; para llegar al pasillo de la oficina, donde su secretaria los retuvo.
-buenas tardes, buscamos a la directora-informó Sophia, usando su voz dulce.
-no se encuentra, iba a reunirse en su residencia con las Srtas. Johnson y Young; no la interrumpan-les advirtió la secretaria.
¡Ese podía ser el momento más esperado por Katie! Si ella se deshacía de Amy, podía quedarse a solas con la directora y asesinarla. ¿Cómo lo haría? Eso era aun desconocido, pues hasta ese momento los dones de la chica eran desconocidos.
En cuanto se alejó de la secretaria, buscó su celular, y le llamó a Hadley; ella y Amy eran muy cercanas últimamente, tal vez incluso la había llevado con ella a su reunión.
-¿hola?- contestó Hadley un poco confusa.
-hola, soy Sophia- trató de sonar tranquila.
-hola, ¿Cómo estás?-preguntó jovialmente.
-bien, pero tengo que preguntarte si Amy está contigo-preguntó.
-no, está en la enfermería, tuvo que cancelar su reunión con la Srta. Taylor- respondió.
Ni siquiera se despidió; cerró su teléfono y le contó todo a Matt; Katie asesinaría a la directora en menos de una hora si ellos no hacían algo.
Trató de pensar en alguien que le creyera, en un adulto que fuera lo suficientemente crédulo para confiar en la palabra de una joven de 16 años. Y nadie llegó a su mente.
-¿Cuáles son los dones de Katie?-preguntó para hacer un plan.
-espera- contestó Matt. Él ya tenía un plan.
Si hubiera parpadeado, no se habría percatado de que Matt no había desaparecido, si no que estaba totalmente invisible, todo él, incluso su ropa. ¡Ya entendía! Los expedientes de los estudiantes estaban en la oficina de la directora, y si Matt lograba entrar siendo invisible, entonces tendría toda la información necesaria para actuar. Katie debía ser fuerte, aunque algo tonta, como para no haber logrado su cometido.
Entró sin ser descubierto, gracias a que la secretaria esta ocupada con una larga fila de estudiantes de último curso haciendo sus trámites legales.
Pasó largo rato antes de que saliera, eran las 6:50 PM, así que Matt debía salir antes de las 7, si no la secretaria cerraría todo, y no habría forma de salir.
1,2 y casi 3 minutos pasaron; la secretaria ya estaba ordenando sus cosas para poder irse a dormir.
-¡Ah!- gritó Sophia, asustando a la secretaria –llaves-dijo, y parecieron en su mano.
-dame mis llaves-pidió la secretaria.
-no- contestó y salió de ahí.
Eso le dio el tiempo suficiente a Matt para poder salir sin ser visto; Sophia dejó las llaves tiradas y se teletransportó a la residencia de la directora. Su teléfono celular sonó.
-sus dones son privación de los sentidos, y armas psíquicas- dijo Matt rápidamente.
-bien, ven aquí rápido, ya estoy en la casa, la protegeré el tiempo que pueda, pero no puedo sola- le pidió. Casi se sentía como una agente secreta.
-voy para allá-colgó.
Mientras esperaba a que le abrieran la puerta, entendió que las armas psíquicas habían arruinado la mente de Peter, y por ende no recordó nada del ataque. Definitivamente debía proteger a la directora de esa niña, el problema era que ella no era fuerte, ni tenía los medios para hacerlo, sus dones eran apenas para teletransportarse…para huir si quería.
-Sophia, que agradable sorpresa, pasa, adelante-le abrió la puerta la directora.
-solo venia a saludarla, espero no interrumpir nada- contestó.
Fingir que no conocía el plan, resultó más difícil de lo que pensó. Porque se tuvo que sentar en la misma mesa que ellas, y no podía ocultar su tensión frente a la chica asiática que tenia frente a ella.
-¿me permite ir al baño?-preguntó Katie, cuando ya no soportó las miradas de Sophia.
-esta arriba, al fondo a la derecha-respondió la directora.
Katie estaba comenzando a sospechar de Sophia; además de que no estaba para nada contenta de que “doña perfecta” fuera a estropear sus planes.
Por su parte, Sophia estaba “hablando” con la directora, aunque en realidad, estaba más pendiente de su celular; esperaba oírlo sonar, lo esperaba tanto que ni siquiera escuchaba de qué le hablaba ella. Su teléfono vibró sobre la mesa, era Matt; no se escuchaba nada… y no era su imaginación; era cierto que no oía nada.
Era obra de Katie, ella había decidido que su iba a acabar con la directora, también podría acabar con Sophia.
Capitulo 15: En problemas.
La chica estaba usando la privación de los sentidos, y por el momento, el sentido del oído fue el primero que perdieron. Era una sensación vacía, fría y dolorosa; gritó, gritó y gritó con todas sus fuerzas. La impotencia que sentía al no poder escuchar su propia voz era atormentadora.
El sentido del tacto fue el segundo en irse.
Katie quería hacerlas sufrir, y lo estaba logrando; trataron de correr, pero la horrible sensación de no sentir nada las detuvo.
Sophia gritó más fuerte, o eso creía hacer. Todo había acabado; bueno, al menos moriría sin sentir nada; su deseo de morir viendo el rostro de Matt no se cumpliría. Cerró sus parpados muy lentamente, ya no tenía ninguna forma de ayudar a la directora, le había fallado, tal como el sentido del gusto también la abandonaba.
¡Matt! ¿Era Matt quien entraba por la puerta? ¡Si era él! Una sonrisa de esperanza iluminó su rostro, él iba a salvarla. Matt le tendió la mano, la abrazó fuertemente y poco a poco, sus sentidos volvieron.
-¿estas bien?-preguntó preocupado.
-Katie esta usando la privación de los sentidos- dijo de golpe.
-no puedo proteger a más gente, mi campo de fuerza es débil-le aseguró él.
Al inicio no captó, pero luego entendió que el campo de fuerza era lo que le devolvió sus sentidos.
-debes salvar a la directora, no a mi-estableció.
-no puedo dejarte-contestó.
-me teletransportaré, traeré ayuda, pero tu protege a la directora el tiempo que puedas- ordenó, aunque a ella también le dolía dejarlo.
-la salvaré, lo prometo- aseguró apretándola más en su abrazo.
Con un beso en la frente, Sophia se despidió. Matt estaba agotado, había usado mucha fuerza para proteger a Sophia, y ahora debía conseguir mas fuerza interna para cumplir su promesa de proteger a la Srta. Taylor, no fallaría. Se acercó a la directora, tomó su mano y concentrando toda su fuerza, logró que la Srta. Taylor recobrara los sentidos.
-¿se encuentra bien?-preguntó Matt jadeando.
-si, ¿Qué sucede?-cuestionó aterrada.
No pudo contestar su pregunta; con cada palabra que decía perdía más fuerza, que necesitaba para protegerla. Debía decirle que usara su anulación de los poderes para salvarse; pero si decía una sola palabra más, la Srta. Taylor volvería a perder sus sentidos.
-¿Quién hace esto? ¿Es Sophia?-preguntó alarmada.
Él se limitó a negar con la cabeza; sus piernas fallaron, haciéndolo caer. Debía ser fuerte, y usar toda la energía que le quedara para protegerla; dejo de protegerse, y lentamente perdió el habla, luego el odio y el tacto; pero se aseguro de que la Srta. Taylor se encontrara bien.
Era todo lo que importaba.
-¿Por qué lo haces?- una voz le preguntó.
Matt de pronto volvió a oír; y era Katie la dueña de esa melosa voz, y le preguntaba porqué hacia eso.
-porque se lo prometí a Sophia-contestó tajantemente -¿Por qué lo haces tú?-cuestionó.
-porque se lo prometí a la Srta. Nortwood-respondió a la distancia. No estaba en esa sala.
-yo no romperé mi promesa porque quiero a Sophia, ¿Por qué no rompes la tuya?-volvió a preguntar.
El sonido de una niña llorando se comenzó a escuchar; sin lugar a dudad era Katie quien lloraba, pero no dejaba de usar su don. Matt sintió mucha pena por ella; porque él tenía una razón poderosa para cuidar de la Srta. Taylor, no porque fuera su directora, si no porque a Sophia le importaba cuidar de ella. Katie lo hacia por miedo y lealtad a una mujer que la había mandado a una misión suicida.
-llegamos-anunció Sophia, desde la otra habitación en voz baja.
Traía de la mano a Peter, aun no lo soltaba; y eso ya no le dolió a Matt; él la quería, y mucho, y si no era reciproco, no le importaba. Solo debía cumplir con su palabra. Katie seguía llorando estruendosamente.
-Peter copiará el don de la Srta. Taylor, y anulará el don de Katie, la policía la espera afuera-dijo Sophia.
Para Matt, la pena que sintió por Katie creció. Ella apenas era una jovencita, y según decía su expediente, ella era la protegida de la Srta. Nortwood. Por eso la habían elegido para asesinar a la Srta. Taylor, si Katie fallaba, nadie la extrañaría estando muerto, y si lo lograba y llegaba a la cárcel, nadie se ocuparía de ella. Era muy cruel.
-¡Katie!-gritó Matt.
-¿Qué haces? Nos descubrirá- lo reprendió Sophia.
-¡Katie!- volvió a gritar.
-no quiero- contestó la chica.
-deja a la Srta. Taylor-pidió Matt.
-la Srta. Nortwood me lo ordenó, si no lo hago, nunca me dirá donde están mis padres- confesó llorando.
Todo apuntaba a que Matt había obtenido mucha información en su expediente. Y haciendo uso de su “encanto” y sensibilidad, estaba logrando que Katie desistiera sin necesidad del don de la Srta. Taylor.
Sophia se sentía avergonzada, por no pensar en lo que pudo haber orillado a Katie, y le maravillaba lo que hacia Matt.
-no estás sola, la Srta. Nortwood tendrá que decirte donde están, y si no lo hace, yo te ayudaré-añadió Matt.
-¿De verdad?-preguntó ilusionada.
-si, te ayudaré, pero debes dejar a la Srta. Taylor- volvió a pedir.
Hubo silencio de nueva cuenta, Katie ya no respondió; solo se escucharon algunas pisadas, que fue la señal para dejar de usar el campo de fuerza con la directora. Katie se presentó frente a ellos, y Matt se acercó a ella.
-no vayas-le pidió Sophia.
-no hay de que preocuparse-contestó tranquilo.
Katie aun lloraba; parecía como si en cualquier instante fuera a desmayarse; Matt cumplió su palabra de proteger a la directora, y ayudó internamente a la chica. La abrazó delicadamente, porque era tan delgada que creía que podía romperse en cualquier comento.
-debes ir con la policía-le susurró.
-no, no puedo, ¡No!- gritó.
Matt cayó al suelo, tomándose la cabeza y gimiendo de dolor.
-¡Ahora!-ordenó Sophia.
Peter, usó su don e hizo eco al don de su tía, y anuló el don de Katie; ella había usado su arma psíquica para sobrecargar la cabeza de Matt, pero gracias a Peter, lo único que logró, fue que perdiera el conocimiento.
Sophia se lanzó a atrapar a Matt; no dejó que su cabeza tocara el suelo, y recibió algo de ayuda de Peter, que hizo que las moléculas fueran despacio, dándole el tiempo exacto.
La directora y Peter, sacaron a Katie a la calle, donde la policía ya la esperaba. Sophia se sintió mucho peor. Pensó en marcharse de ahí con Matt; pero viendo su rostro, prefirió quedarse con él; estar inconsciente le daba una expresión de inocencia y ternura. Él había confiado en una chiquilla que no conocía, y casi le costó la memoria. Pese a eso, ella se sentía muy orgullosa de él.
-te amo-susurró Sophia.
Besó su frente y se quedó en el piso. Velando los sueños de su amado.
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La policía investigó a Katie, quien era la hija perdida de Brandon y Katia Young, quienes residían en Alaska. Eleanor Nortwood la había robado con el fin de que ella algún día le sirviera de algo. Y aunque Matt y Sophia abogaron por ella, para que no fuera a la correccional de menores; existía un delito que no conocían: Katie había asesinado a los Sres. Brooks.
-al menos ahora sabes quien fue-animó Sophia a Peter.
Toda esa investigación le había abierto esa herida interna a Peter, que aun tenia por sus padres.
-yo creí, que cuando conociera a su asesino, podría acabar con él, pero…Katie, es una pobre chica-contestó confundido.
La relación entre él y Sophia se había mantenido en pie. Claro, su relación de amistad, porque Sophia estaba saliendo por el momento con Matt, y Peter con Becca. ¡Por fin Peter le había confesado todo a su amiga!
Gracias a la policía, fueron detenidas la Srta. Nortwood y la Sra. Griffiths por conspiración; por lo que Becca pudo volver antes, y hacer las pases con Sophia.
-pobre Callum-murmuró Peter.
-¿Por qué?-preguntó ella.
-porque planeó todo el año besarte-contestó en burla.
Ese comentario le había recordado que aunque todos estaban preparando ya su equipaje, ella volvería el año siguiente, mientras que Peter se iría a la universidad, una normal, y sin problemas, quizás.
Después de la ceremonia de graduación de los de tercer año, ninguno volvería, y tal vez no se volvieran a ver. La mayoría de ellos Vivian en Nueva York, Pensilvania o Massachusetts, pero casi nadie en Nueva Hampshire como ella, y menos aun como Peter, porque el vivía en Fullham, Londres, Inglaterra; y ahí planeaba volver, pues había sido aceptado en Oxford.
-será mejor despedirnos ahora-dijo Sophia para romper el silencio.
-te extrañaré Sophie-dijo él abrazándola
El abrazo duró mucho; ninguno se quería soltar; al final se separaron un poco, solo lo justo para que sus rostros quedaran uno frente al otro (Peter se agachaba mucho) Quitó con su mano un mechón del cabello rebelde que ocultaba la mejilla de Sophia, y tomó su rostro entre sus manos.
-¿puedo?-preguntó caballerosamente.
Ella asintió, y son delicadeza, como si se tratara de la flor más rara y bella del mundo, él beso su mejilla.
Era la despedida.
Capítulo 16: Dejando la escuela.
La ceremonia de graduación, se llevaría a cabo esa noche, y a la mañana siguiente, los de primer y segundo grado se marcharían. La tarde casi terminaba, debían haber concluido de acomodar su equipaje; Sophia aun no acababa de llenar sus maletas.
-por primera vez entro a este lugar- comentó él.
-¡Matt!-adivinó sin voltear.
Sophia no estaba convencida de que marcharse durante el verano le hiciera bien; ella amaba la academia, no quería irse. Se sentó en la orilla de su cama, donde Matt la siguió.
-¿Nostalgia?-preguntó son perspicacia.
-un poco-confeso sonriendo tímidamente.
-pero nos veras a mi, a Ryan, a Chloe, a Ashley, ¿ya te mencioné que me verás?-dijo divertido.
Con ese comentario, logró sacarle una sonrisa; al menos así Sophia no tenia que dar los nombres de la gente que le causaba ese sentimiento, ya que eran chicos en su mayoría.
-vamos al comedor-sugirió Matt.
-ok-ella asintió.
En vez de teletransportarse como de costumbre, optaron por caminar. Querían sentir que de verdad estuvieron ahí, y que no se trataba de un bellísimo sueño.
Aun no se llenaba el comedor, muchos seguían despidiéndose de sus amigos, llenado sus maletas…Chloe y Ashley estaban en la puerta.
-hola chicas-saludó Sophia.
Desde que Chloe había traicionado a sus amigas, se había vuelto realmente inseparable de Ashley, y aun más de Sophia.
-que pena que Cinthia no está-comentó Matt a propósito, para molestar a Sophia.
Pero ese comentario hizo más que molestarla, la intimidó. Días antes, había tenido una terrible conversación con Cinthia, donde ella le había hablado de un fatal final para alguien, que sospechaba era Matt. No le creyó al principio, pero ahora… sucedían cosas que ella había dicho que sucederían.
-lo siento-se disculpó Matt, viendo su expresión.
-no, no te preocupes-respondió volviendo a sonreír.

Poco a poco, todos fueron llegando; los de tercero tenían togas purpura y birretes al mismo color; se quedaban todos de un solo lado del comedor, como si una línea imaginaria e invisible los estuviera separando, haciéndoles imposible socializar con ninguno de los grados menores.
-ahora vengo-anunció yéndose.
Como siempre, Sophia rompía una de las tradiciones; los de tercero se debían aislar la última hora antes de la cena de graduación, absteniéndose de hablar, ni siquiera entre ellos. Y ya que Sophia era la novia “del salvador de la escuela” nadie dijo nada.
-¡Callum!-llamó Sophia.
-te busqué todo el día-dijo Callum –yo quería saber si…
Sin previo aviso, Sophia tomó el cuello de la toga del chico, lo haló hacia ella, y lo besó frente a todos, y en especial, frente a Matt.
-felices vacaciones- se despidió Sophia.
Los presentes que habían visto lo ocurrido, se preguntaban si Sophia estaba loca. Incluso Ashley y Chloe desconocían la razón; únicamente Matt y Sophia conocían el porque.
Campante, la chica volvió a Matt.
-¿Un beso no es importante?-preguntó Matt, serio.
-tu lo has dicho-respondió con picardía.
-me extrañaba que no lo hubieras usado antes- dijo él.
-esperaba el momento adecuando-respondió.
Su intensa plática pudo haber seguido, solo que entró la Srta. Taylor por la puerta y se dirigió al estrado. Era el momento.
-jóvenes, jovencitas y docentes-comenzó –esta vez, antes de comenzar la cena, planeo dar un premio especial, al joven Matthew Walker, por actos que todos conocemos-dijo maravillada.
Todos en la escuela, conocían las hazañas que se suponía Matt había hecho el día en que salvo a la directora; claro, como toda verdad, fue siendo distorsionada cuando pasaba de persona a persona. Unos decían que con su supe fuerza había obligado a Katie a que se rindiera, otros creían que con su invisibilidad había entrado por sorpresa, capturando a Katie dentro de un campo de fuerza. Eran buenas ideas, bastante más gloriosas de lo que había sido en realidad.
Cada estudiante que conocía “la verdad” admiraba a Matt; y de muchas formas, en esos momentos, él era mucho más importante que el propio Peter Brooks.
La Srta. Taylor mandó a hacer una medalla para su salvador, entregándosela ese día.
-yo no lo hice solo, Sophia fue quien lo descubrió, y Peter fue quien la dejo sin armas-replicó en el micrófono.
A Sophia no le importaba que la escuela supiera que ella había deducido a la asesina; y a Peter le importaba mucho menos. Con una seña, ambos le dijeron que no importaba: esa era su noche
Los estudiantes no prestaron atención a esas declaraciones; Sophia y Peter habían sido lo más importantes todo el año, ahora debían enaltecer un poco a uno de los chicos más humildes.
-ahora, prosigamos con el discurso de su presidente, Sr. Brooks, venga aquí- pidió la Srta. Taylor.
Walker bajó del estrado, dejando pasar a Peter, que subía de la mano de Becca, a ellos les seguían Joe, Mycroft, la insufrible Daphne, y también Sally Wentz.
-¿Por qué no subes?, aun eres miembro-cuestionó Matt, cuando llegó con ella.
-prefiero quedarme aquí-contestó simplemente.
Acabados los aplausos, aclamaciones, y gritos que las chicas le tributan a Peter, el chico pudo comenzar con su discurso.
-Compañeros graduados –comenzó pensativo –eh de sincerarme, diciendo que no escribí un discurso; este año creo que fue lo suficientemente explicito. La casi muerte de nuestra directora, ejemplifica nuestra propia mortalidad; debemos recordar que nuestros dones nos hacen fuerte, no invencibles-culminó.
Los acontecimientos y el discurso, dejaban a notar el miedo enorme que Peter sentía; él había vivido pensando que sus dones, especialmente el mimetismo, lo hacían inmortal e invulnerable; hasta ese momento se daba cuenta lo errado que estaba; para su buena fortuna, Becca estaría con el todo el tiempo. Ambos se querían mucho.
-¡Vamos generación 2008-2009!-dijo Becca en el micrófono, entusiasmada para suavizar la situación.
-¡Generación 2008-2009!- gritaron a coro.
Todavía quedaba la entrega de diplomas; a los de primero parecía no importarles, ya que algunos comenzaron a marcharse después de cenar, principalmente los varones, pues las chicas se quedaban para ver por última vez a Callum, Peter, Mycroft, e incluso Joe.
Por su parte, Sophia se mantenía ahí, porque el tiempo de su estancia en la academia estaba acabando; quería aprovecharlo a cada segundo.
-¿Nos extrañarás Sophie?-preguntó Becca acercándose.
-claro que si Becky-contestó sonriente.
Rebecca Turpin había sido una gran ayuda para ella, al inicio, cuando no era nadie aparte de ser ella misma; Becca estuvo cuando Ashley estaba enojada, cuando las “tontas” la echaron del dormitorio. En fin, ella fue su mejor amiga casi todo el año.
-Debes escribirme muy seguido- declaró Becca abrazándola.
-solo cuando haya que contar-contestó divertida Sophia.
Debía despedirse de sus amigos de tercero esa noche; ellos se marcharían en tan solo unos minutos. Cada año, el vuelo de los graduados, salía la noche de la graduación rumbo a un gran baile, donde solo los de tercero asistían.
-¡Sophie, aquí!-la llamaron dos chicos.
Eran Mycroft y Joe, el primero acompañado por Caytlin Shay, el segundo por Claire Moore.
-espero que nos veamos luego- dijo Mycroft.
-yo también, los extrañaré mucho chicos-admitió abrazándolos.
-Callum dice que te robará en el verano-comentó Joe en broma.
-veamos que pasa-contestó también jugando.
¿Por qué no estaba Matt con ella? Seguro que él habría dicho algo para defender su titulo como “novio de Sophia”.
-Walker lo hará pedazos-dijo Joe.
-no lo creo, terminamos hace unos minutos-informó muy seria.
-¿Terminaron?-cuestionó Claire, metiéndose en la plática.
-es lo mejor- se limitó a contestar.
Casi habían salido todos del comedor; la Srta. Knight era el ultimo docente que se encontraba todavía ahí; Joe y Mycroft estuvieron algunos minutos, tratando de convencer a Sophia de ir al baile.
-Creí que solo los de tercero iban-dijo a modo de escusa.
-los de tercero, y la mesa directiva- dijo Joe.
Mycroft, y Joe estimaban a Sophia, y querían verla en uno de esos bonitos vestidos que Becca la obligaba a usar.
A Sophia le convenía salir, es más, tal vez ese era el mejor momento para irse, pero ¿Para que salir? Si no estaba escapando de nada; escapar significaba que tenia miedo a lo que venia, y ella no tenia miedo; era fuerte y libre. A veces la libertad se refería a elegir quedarte donde estas.
-estaré bien aquí-contestó tranquila.
Ante eso, solo quedo despedirse, con mucha nostalgia.
Vio como se iban sus amigos, y estuvo tentada a decirles “mejores amigos”; luego volvió a pensar. Estaba segura de que habían sido amables, y atentos con ella, los iba a extrañar, pero eso no significaba que fuesen sus mejores amigos. Para ver a los que de verdad lo eran, solo tenia que voltear.
Atrás de ella, sus queridísimos amigos la esperaban; Ashley estaba del brazo de Alekz, Ryan de pie…; la escena resultaba extraña, como si el destino le estuviera dando a entender que algo sucedería ¿De verdad Ashley y Alekz iban a estar juntos?
-¡Alekz!-lo llamó Roonie Crown.
-ya vuelvo Ashley-se disculpó.
La escena cambio significativamente, las manos entrelazadas de los supuestamente enamorados se separaron; ni una gota de pena por alejarse de Ashley reflejó la mirada de Alekz.
Seguramente Ashley se iría con Ryan, o eso Sophia pensaba, se sentía rara por el hecho de que Ryan y Ashley nunca pudieron estar juntos.
-hola Ashley-saludo un chico que pasaba.
Nuevamente la escena cambiaba drásticamente; Ryan estaba a escasos metros de Ashley; pero el nuevo chico se interpuso entre ellos.
-hey Jake- saludo Ashley sonrojada.
¿Sonrojada? No se imaginó ver a Ashley de esa forma; ella había sido tan poco sensible con respecto a esas cosas. Él chico era ligeramente conocido.
-¡Jake Freeman!-dejó salir sin querer en voz alta.
Aquel chico era de segundo grado; el mejor jugador de baloncesto en la academia; era alto, guapo, de rasgos hermosos, de ojos verde/azul; con luz en su mirada, y su cabello era negro, muy oscuro.
-Sophie, ven-la llamó Ashley.
Con poca seguridad se acercó a su amiga; en los ojos de Ashley podía notar un brillo especial; ella no quería ser “el mal trió”, quería irse, pero algo en él le atraía.
-hola Ashley, y ¿Jake- saludó fingiendo no saber quien era él.
-si, el es Jake Freeman, y ella es Sophia Sullivan- los presentó Ashley.
-oí mucho sobre ti-dijo Jake.
El rubor que hace tiempo la había abandonado, con sus palabras, volvió. Fue raro, sintió que necesitaba a Matt en ese momento; pero también algo en Jake la incitaba a mantenerse junto a él.
-espero que hayas oído cosas buenas-respondió sonriendo.
-oí que terminaste con Walker-dijo él.
-¿Terminaste TU con Matt?-preguntó Ashley sorprendida.
La rubia no comprendía porque su amiga había terminado su fugaz relación con él que ella siempre había soñado. Sus pensamientos estaban tan concentrados en la ruptura de sus amigos, que ni notó las miradas que los otros dos frente a ella intercambiaban.
-iba a ver al entrenador, ¿me acompañas?-pidió Jake.
-claro, nos vemos luego So- se despidió Ashley.
Los vio alejarse, sintiéndose sola. Sin Peter, sin Becca, sin Callum, sin Ashley y sin Matt, ella estaría sola. Su miedo se volvió realidad. Tal vez fuera así, tal vez no; no le importaba en realidad. Usando su sabiduría aprendió que era de sabios rectificar. Ella ya había superado su temor. Era una nueva Sophia.
-¿Qué tal So?-saludó Ryan.
¡Ryan! Lo había olvidado por completo, claro, Ryan la había olvidado antes; cuando estaba con Hannah. En realidad, la relación entre él y la pelirroja era la única que se mantenía estable.
-que bueno es volver a verte-dijo muy feliz.
-ya se que me desaparecí, lo siento-se disculpó comprendiendo la indirecta.
-disculpa aceptada-rió tontamente.
Ryan se sintió bien de tener cerca a Sophia; todo el tiempo que él estuvo con Hannah, sentía como si fuera una pasión desenfrenada. Pero con Sophia, era un cariño tranquilo.
-¿me estas escuchando?-preguntó Sophia, consternada por su amigo.
-¿Eh?-contestó volviendo en sí.
-¿Qué si has visto a Matt?-preguntó otra vez.
-se fue al dormitorio, bastante raro-contestó, evitando preguntar por el fin de su relación.
Ella se lo agradecía internamente; no quería dar ninguna explicación, porque no encontraba palabras para definirlo, y quizás no le creerían. Pero ella lo había hecho por una buena razón.
-hay un clima tranquilo-dijo Sophia, haciendo referencia al don de su amigo.
-ya se, estoy muy bien esta noche-contestó apenado.
Solo él entendió porque se apenaba.
La noche estaba totalmente ennegrecida, una luna estaba brillando en lo alto; era una luna llena, solo que unas nubes estaban tratando de ocultar al astro. Ryan viendo como Sophia ocultaba su sonrisa como las nubes a la luna, usó su atmokinesis y logró una brisa suave, alejó las nubes, y logró su cometido.
Ella volvió a sonreír.
-me gusta tu sonrisa- dejó salir sin querer.
-gracias-contestó sin sonrojarse.
-volvamos a nuestros dormitorios-sugirió.
Sophia asintió, aun se sentía extraña; había renunciado al que se suponía era su primer amor; se había negado a vivir un feliz romance de verano. Pero ese presentimiento de que algo malo sucedería la obligó a no pensar más en eso.
-¿te sientes bien?-dudó Ryan.
-si, solo…nada, olvídalo-contestó.
No planeaba hacer que Ryan se preocupara por una profecía absurda; continuó su caminata en silencio. La clarividencia no era exacta. Nada le podía dar la seguridad como para asustarlo. Decidió callar.
Esa noche nostálgica al fin acababa; no pudo dormir bien, cada sueño que tenia, la llevaba a un escenario horrendo; y en cada uno de ellos, veía como su amiga moría.
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La mañana fue igualmente contradictoria, el dormitorio N hacia sido hogar para los alumnos de tercero, los de segundo se habían marchado, y ahora, Sophia se quedaba sola.
Aquella soledad, no le molesto ni un poco; se sentía libre de correr por los pasillos, de bajar las escaleras y llegar a la cocina sin ser observada; también la consumió el sentimiento de perdida.
Entrar a la cocina ya no se asemejó a una pasarela; bajar las escaleras no fue una alfombra roja. Todo volvía a la normalidad, o al menos a la normalidad que ella esperaba tener.
Desayuno despacio, quería despedirse oficialmente de todo el edificio; el siguiente año no sabía si volvería a unirse a la mesa directiva.
Resultaba más conveniente y menos doloroso no esperanzarse tanto.
Terminando su cereal y su jugo; subió despacio a su habitación del tercer piso; recogió su maleta, para dar un ultimo vistazo a su habitación.
Su corazón latió muy rápido, era hora de decirlo.

Adiós.
 
Epilogo.
El reloj marcaba las 9:50 AM, todos debían subir al avión de regreso en punto de las 10; la gente se despedía, las sonrisas y las lágrimas se intercambiaban por doquier. Sophia llegó tarde.
-¡Sullivan!-la llamó Chloe.
Corriendo se acercó a su amiga, junto a Chloe se encontraban Ashley, Alekz, Ryan y Nicholas. Se sorprendió un poco al ver a éste ultimo en vez de a Matt.
-hola chicos- saludo tajantemente, no planeaba decir todos los nombres.
-adivina a quienes tendremos en el vuelo-dijo Chloe a Sophia, no muy contenta.
Si hacia memoria, en el vuelo de ida le había tocado sentarse con…
-¿Hannah y Hadley?-preguntó, dejando ver su inconformidad.
-exacto-contestó malhumorada.
En un principio, cuando Sophia vio que Daphne y Amy se marchaban, que Chloe las abandonaba y que Cinthia se había ido separado de ella, creyó que “las tontas” se habían acabado.
Su sorpresa fue enorme, al saber que Hannah ahora guiaba a Hadley
Justo ambas chicas iban pasando; sintió lastima por Hadley. Ella merecía ser la que guiara su propio camino.
-será difícil-comentó Ashley.
-podemos con eso-contestó Sophia.
La confianza era todo lo que necesitaban. Confianza mesclada con la sabiduría y la fortaleza de Sophia era igual a un viaje placentero.
Abordaron uno a uno el avión; Sophia estaba rezagada, tan pensativa en su sueño que no notó la nueva relación de Chloe con Nicholas, y la frialdad con la que Ashley trataba a Alekz, y en sentido inverso.
¿Dónde estaba Matt? Fue su última pregunta en tierra; se preocupó al no verlo; deseaba que no estuviera dolido. Sus pensamientos fueron equivocados; Matt llegó a última hora, con una renovada jovialidad.
Así fue el ultimo día; tan lleno de contradicciones necesarias. Una vez un hombre sabio preguntó: ¿Qué era felicidad sin dolor? ¿Qué era frio sin calor? ¿Qué era amar sin odiar? A lo largo del año, Sophia estuvo más que de acuerdo con estas preguntas; y además, se encontró con su yo interno, aprendió que la sabiduría y la fortaleza la tenían todos. Y que el equilibrio es la base de todo.

Con una sonrisa, por la ventana se despidió de su amada escuela; llevando en su corazón el mismo deseo que la mayoría: volver a la Academia Mixta
 
 
 
 
 
 
 


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Foto del autor Alondra Alucci
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Descripción

Sophia es una chica comn entre gente especial; es poseedora de dones especiales, que todos sus conocidos tambien poseen. Recientemente, gracias a su amiga Ashley, conoce a los Walker, un par de mellizos (Matt y Ryan) que vuelven locas a las chicas. Despues de esto, entran a la Academia Mixta, donde conocen gente nueva, entre los que estan Cinthia y Peter Brooks; cambiando por completo la vida de Sophia, ya que esta estaba enamorada de Matt, pero Matt esta saliendo con Cinthia....y Peter est enamorado de Sophia

Palabras Clave: la academia mixta

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasa


Creditos: Alondra Aluci

Derechos de Autor: Alondra Aluci

Enlace: www.laacademiamixta.blogspot.com


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