Aquí relajo las razones,
cuestiones de los días en que ando.
Cultivo madurez sembrando silencios,
poblando recreos para el alma.
Poetas huelo de mi lado,
fragancias que no descansan,
pasiones que trabajan,
esculpiendo piedras, coloreando telas,
como si de pronto se comieran el paisaje
y nacieran en  las voces taciturnas
que a lo lejos suenan buenas.
Comunión naturaleza por doquier,
un recuerdo del pasado necesario
por mostrar que había puertos y quimeras,
que un amor de luna llena,
de improviso,
era mas que piel al paso y aunque fuera
de verano la nostalgia sabe atar los cordones
de la fiel evocación para que no duela tanto
el presente sinsabor.
Alelado soy testigo de tu paz inquisidora
de la fiebre polvareda que no deja
de inspirarme cuando tu emoción respira
y cautivo quedo de tu aire.