Sinapsis
Publicado en Aug 10, 2010
Prev
Next
 
 
 El rostro de la verdad es un rostro huidizo, endeble.
 Recuerdos. Bruma.  Como un sueño de esperanza, parpadeos de la realidad, fugas de miradas perdidas hacia adentro en la vacuidad. Mundo informe de lucha, de peligro, de angustia, sin final. A merced del viento, en la función de sostenerse solo haciendo fuerzas para no irse, sobre  las marcas de la sepultura. La tristeza siempre fue un acuerdo con el mármol de las tumbas, con las ausencias tempranas. Tratando siempre de conservar la envoltura, como un gusano de seda. Solo conocer ese halito de vida frágil, de débil afecto, esa eternidad del alma, solo poder escuchar esa voz: lo lejano. Ahora comprendo que el  tiempo ha realizado la muda.  Pensar en el rasgo de las ausencias, en los miedos, en el amor, en las heridas.
Una vida en los márgenes. Lo que los márgenes prohíben y permiten.
La enumeración de encuentros y desencuentros. Hacia el interior mi naturaleza verdadera, la que solo yo puedo percibir, protegiéndome de los odios, de las traiciones. Armar y desarmar piezas en el interior de la lejanía para confluir en un paisaje. La tierra llena de hojas de otoño. Mis manos heladas. Un mundo con ojos de hielo y fuego donde se respira el miedo al instante, la plena mordedura del tiempo. Nacer de las penumbras de un tiempo vacío, un tiempo sin nombre. La tierra tiene un sentido seco de tierra agrietada. 
Es bello el silencio. La música del silencio es generosa. Hablo de una música fértil, bondadosa. Solo ella puede con los corazones y las manos, solo ella alcanza el centro de la mirada. No hay beso mas profundo que el silencio. No hay mirada mas honda. Allí se alcanzan los abismos de la reflexión. Es la morada de todos los ríos y todos los senderos.  Tal vez ese fue el trabajo de las palabras, cavar una hendidura, una fosa, un refugio en donde el silencio pudiera escucharse como las pleamares y bajamares de la conciencia.
A un costado los hombres trabajan mientras yo busco apuntalarme,  vivir libre, mas allá del espanto. Pero es un pecado. He rozado el mundo, desde lo maravilloso hasta lo siniestro. En todas las épocas nacen y mueren los caballeros andantes, los soñadores, los locos. En esta época me toca nacer y morir entre veloces cambios de mundo. Yo y el mundo somos una misma cosa sin manos, con los pies amputados. Solo navegamos con la barca hacia los estrechos mas seguros, sin saber a veces donde reposamos.
Sin embargo hay una voz orientadora. Se abre ancha y profunda la voz del espíritu, resonando hacia adentro del cuerpo como la voz de la libertad primordial, la voz del  fuego, de la noche y de la vida.
Es la voz del sendero, la voz del camino, que abre como un arco y una flecha la conjunción del silencio y la palabra.  La soledad habitada. La intima voz de lo interior. Esa voz tiene raíces en el cuerpo y en las manos generosas. Es la mirada del manantial, la mirada del universo intimo.  Es la voz del rostro interno en la oscuridad, el alma en el silencio del refugio, la suave voz del hogar.
Mas allá de la historia, esta en todas partes, en el mundo, en cada rostro,  solo con saber ver en la sonrisa de una mujer o en los ojos de un anciano. La vida solo te pide que sepas ver, que amplíes tu mirada en los entornos humanos, que reconozcas el dolor y la alegría del hombre. En tus ojos esta la llave de una amplia realidad. Miras hacia adentro y ves el alma, miras la mente y pasa tu memoria por circunstancias, rasgos, caracteres de la historia, de los pliegues de un cuento, la mirada de la mente, la imagen. Y cuando la mirada es nítida y pura descubres el mundo de las superficies, de los contornos y de los significados. Puedes ver el territorio de un gran espectáculo, la amplitud y claridad luminosa de las cosas, puedes ver el debate entre las imágenes y los gestos de tu cuerpo como único lenguaje posible de existencia en el mundo, como única esperanza de preciosa vida y plenitud. Hay un compromiso en la felicidad respecto al origen de las cosas. Un compromiso simple. Por fortuna cada signo de un pensamiento lleva como cláusula la libertad. Esto permite entrelazar el espíritu con el amor. Hay una voz materna que resuena como triunfo sobre la vida. Voz de hombre o de mujer es la voz de la afectividad, que llama al sentimiento infantil en un lazo amoroso
y reparador. Hay una mano tendida que encuentra otra mano. Es el triunfo del hombre sobre el desierto.
La raíz del sufrimiento es el mundo inhóspito, la casa vacía. La alegría reencontrada es la virtud de la compañía en la soledad y el dialogo fértil. Que cosas crecen de los sueños como plantas exóticas y milagrosas, nuevas realidades y mundos, nuevas pasiones y entrelazamientos. La locura es construir amores imaginarios para la supervivencia, es abrirse paso a costa de imaginar lo que se necesita y recrearlo continuamente. La locura es el estallido de la pasión por imaginar. Se es espectador del propio mundo imaginario y hay un goce de volar en él, en su cadencia. Es una mirada extasiada en la mente, una mirada sublime sobre el mundo de la invención.  Es la mirada amorosa sobre el desamor. Es la lucha por sobrevivir en la tempestad viva de la aislacion.
El mundo viviente tiene sus códigos, ecos imprevisibles, de dolor, de agitación, de penumbra, ecos de cobardía, de humillación, de sufrimiento, ecos de una soledad insostenible, de un ahogo, de un desmembramiento insospechado. Siempre encontrar en el amor el lenguaje de lo inacabado, de lo imposible, de un fin que se escapa, un juego de a dos donde se representan los ideales del presente y del futuro. El amor que fortalece y el amor que debilita, el que da su verdadera condición de humano al hombre a costa del dolor. Así se atan los nudos de la verdad. Las relaciones te van mostrando sus desajustes. La realidad te va mostrando nuevos desafíos. El rumbo es impredecible. Uno solo puede entrever rasgos, fotografías al pasar del mundo, de personas, de entrelazamientos. Te quedas en el mundo con el fin de sumar, has sido destruido por la división, por la separación. Cuando separas un miembro tuyo sangra. Sientes la fractura del abandono, sientes tu dolorosa condición de ser separado del mundo, de quedarte solo.
El eterno retorno a los orígenes y la espiral del dinamismo. Tu vida a la deriva en un mundo de relaciones vitales. Tu mirada supera los achicamientos, tu mirada no entra en los corrales de las categorías.
Tu mirada, eso te salva, porque ahora sos un ser de palabras ya no estas ausente del mundo, estas en el, formas parte, sos participe.
Este juego integrado de mundo, de relaciones y de espíritu es el juego posible que permite la reflexión y el autoconocimiento.
Y en el se produce el cambio. Los cambios siempre imponen nuevos desafíos, nuevas metas. Una mirada sobre el potencial de la persona es recobrar el mundo personal y sus riquezas. Y también redefinir el espacio de la creatividad. Espíritu y cambio: creación.
El mundo esta lleno de espirales. Una situación de aprendizaje continuo, la vida. A veces uno siente que no vale la pena el esfuerzo.
Uno siente que no esta a la altura de las circunstancias.
Mirar claro el rumbo, la libertad, el destino es finalmente encontrarse. En esa mirada están los caminos, las autopistas, las calles, esa ecología humana del barrio, marea humana que alguna vez percibiste con el ideal de estar allí, de pertenecer. El crecimiento, esa palabra para aprender a usar mil y una veces los tenedores, para finalmente aprender la maravilla del caminar. Construimos una ciudad sobre ruinas, la misma fractura es un aprendizaje, la irremediable caída una pasión del alma en los abismos. Yo te invitaría a recorrer los corredores de la muerte. Una mirada sobre el lecho de la agonía, sobre los estertores del miedo, una mirada sobre el desvanecimiento de la psiquis, sobre su propia aniquilación. Te invitaría a recorrer la jungla de los desposeídos, sus camas, para que afinaras la mirada sobre el hombre. Te  invitaría a pensar sobre la mortalidad, sobre la desintegración, sobre la enfermedad para que pudieras ver en otros ojos el espíritu yaciente. Esa es la capacidad del hombre, convertirse en una charca, en un pozo ciego o en un arco iris. Arrastrarse como una serpiente o volar. La historia del hombre es alegría y espanto, es felicidad y es incertidumbre y miedo, la destrucción salvaje y la creación. Las fuerzas que habitan en el hombre son su naturaleza primordial. Los ciclones y las tormentas, el desierto, las aguas tranquilas del lago, la montaña. Voces que son enterradas, seres humanos que son apartados del mundo en un territorio cercado.
Universo de las grandes ciudades donde hay un mundo para todo, un mundo para correr y otro para morir. La paz que se construye sobre millones de muertos. Los mundos de la especulación, la voracidad, lo que crece y lo que se desintegra, el asedio del hombre en sus desiertos, la gran pobreza humana, con todas sus estampidas, sus revoluciones, sus saqueos. Te invitaría a conocer tu mundo para que vieras que pequeño y frágil puede ser en esa maravillosa ilusión vital de seguridad y de grandeza. Una estrella en el universo que puede detenerse, que puede oscilar, temblar y apagarse. Millones de mundos intercalados, superpuestos, mezclados o solos. Mundos de la libertad, mundos de la esclavitud. Mundos de la palabra y del silencio. Razones para vivir, razones para desear la muerte, en cada encrucijada nos espera una pregunta acerca del destino. El mapa de la navegación por la vida esta dibujado a veces con sangre y otras con prisa y ligereza. Nos define el hábitat, nos teñimos del color del medio, a veces nos destruimos por él. Adonde quiera que vayas siempre veras a un lado del camino los rastros de una humanidad que no tiene permiso de vida, una humanidad que no quieres ver, la humanidad sufriente, postergada, la humanidad que contradice tus ideales de bienestar, la humanidad del dolor que no quieres sentir. Así que el mundo es un páramo como tu mundo puede serlo, como tu mundo puede estar habitado por la sed, por el desierto. Y alrededor la nada, solo figuras que contradicen tu situación. Pero el mundo puede ser un puente, puede ser un camino hacia el encuentro, hacia la ronda de seres humanos que tienen un motivo para estar vivos y juntos. Así que la moneda tiene dos caras, la vista o la ceguera. En ese mirar te encuentras o te desencuentras. Sos libre o sos esclavo. Tal vez no haya rumbo fijo, siempre uno debe corregir el rumbo de la nave.
Y en un cúmulo de preguntas aprender de lo simple. La complejidad de la vida debe llevarte siempre a las cosas más simples. El trabajo del tiempo, de preparar la tierra, de cultivar, de cosechar, es el trabajo de la vida, la preparación del pan y nosotros somos la masa, la levadura. El arte de caminar. De niño uno descubre esa experiencia y se maravilla. Pues eso es lo que tenemos que hacer: redescubrir nuestro camino y nuestro caminar. Redescubrir la ecología de nuestras vidas en el lenguaje y en el cuerpo. Estar en el intercambio, formar parte de ese circuito de miradas y de códigos, envolverse, refugiarse, encontrarse, para desplegarse, para abrirse, para ser como la corriente del rió, que corre, que fluye. Integrados al todo formando parte de lo vital, la historia como el fluir de millones y millones de vidas emergiendo de su tiempo en su tiempo. Y la voz colectiva como una voz que no se detiene, que empuja, que avanza, construyendo nuevas sociedades, enfermando, muriendo y gestando mas y mas vida. Escribo en medio de grandes incertidumbres sociales y económicas. Nuestro país, la Argentina esta en vías de caer y de descomponerse o de transformarse para bien de toda nuestra población. Es un desafío que supone miedos, angustias y nuevas esperanzas y metas, nuevas formas de pensar el entretejido social y la realidad, llámese familiar, grupal o colectiva. Nuestra realidad inestable, de profundo cambio puede llevarnos a graves enfrentamientos o a una unión capaz de regenerar la trama colectiva. Estamos en ese enclave, mientras nuestra pregunta por la supervivencia es una pregunta cruel y violenta también, porque es la pregunta que nos hacemos acerca de nuestro destino como individuos en un mundo cambiante de economías que empobrecen y determinan el devenir de los seres humanos. Vemos la caída en el azar de las políticas de enriquecimiento y al mismo tiempo vemos la descarnada injusticia, vemos el mundo fracturado a merced de la suerte de la lotería del mundo. Vemos y nos interrogamos hacia donde vamos en esta deriva, hacia donde llevamos nuestro destino y el de nuestros hijos, y esta interrogación es una pregunta que muerde en el cuerpo, una pregunta dolorosa, a veces angustiante, que nos da vida y nos mata. Un mundo fragmentado que se arma y se desarma, que se re- articula, el mundo social y el mundo privado, como funciones de una estrategia que emerge del conocimiento. Un mundo donde el cuerpo suele sentirse como antagonista, como enemigo, dentro del poder de la voluntad del cuerpo. La coherencia capitalista que deshace y rehace las ficciones y los dramas, y además, todas las tragedias. Donde el habla queda esposada por los mundos recónditos e intempestivos del riesgo, el peligro y el espanto. Queda el mundo del horror, del hombre despojado, el hombre en la miseria. Queda el mundo del terror, de las luchas armadas por la supervivencia, porque hasta los ejércitos son alistamientos para comer. Queda la Argentina despojada en este vacio que impone el fatal interrogante, quizás el más mordaz y creativo, quizás el más cruel y el más verosímil. Los nombres de una serie de episodios de una nueva historia, de un nuevo cuento. Los nombres de la violencia, del miedo, del enfrentamiento y del terror, de la incertidumbre y la opresión o los nombres de una posible comunidad integrada con los recursos que se tienen, tal vez mas empobrecida pero tal vez mas justa, tal vez más equitativa y, bueno seria, mas armónica. Son las verdaderas jaquecas del liberalismo y las verdaderas atrocidades históricas que cometieron los hombres en su afán de ganancias, olvidándose del contenido social de la riqueza, lo que sí aprendieron otras comunidades, como las indígenas, además de otros pueblos que están siendo exterminados. El caso de México con Chiapas, el caso del proyecto comunitario de la revolución nicaragüense, todas caídas en el mundo del destrozo, de la fragmentación, de la fractura, por este éxito que han tenido las políticas dominantes del sálvese quien pueda. Esa es la enseñanza dramática de la mundialización, esa es la salvaje violencia del mundo, esa es la mirada empobrecida y angustiante del sufrimiento humano sobre lo pavoroso. Cuando el latir del corazón depende de índices, de miles y miles de planillas diagramadas en otros países. Cuando la vida y la muerte de millones de personas dependen de las perdidas y ganancias de los bancos más poderosos, cuando el hombre desconoce que su rumbo cambia mientras el mundo cambia y que las violencias del mundo son violencias sobre su cuerpo, violencias sobre su palabra, sobre su constante agitación y angustia. Agitados desde  el mundo de las sombras, en una puja por entrar y salir, por prepararse al derrumbe se preparan las guerras internas, las grandes impotencias, el gran sufrimiento de un pueblo.
De telón de fondo, entre cada tragedia, se representa un show para producir esa estúpida ilusión de una fantasía perdida y reencontrada.
El mundo amenazado por el hombre. Volvemos a ver aquellos escenarios del miedo donde los hombres temían ser aniquilados por la destrucción atómica en un mundo de televisores y licuadoras.
Ahora, la amenaza es mas violenta, se trata de sociedades enteras, divididas, fracturadas, que se desangran en la pobreza y la enfermedad.
El hombre contra el hombre. El hombre siendo su propio adversario.
La otra cara del  sufrimiento. La otra cara del arraigo del ser humano en la condición que lo deshumaniza. Pienso en los artistas que supieron describir lo que veían sus ojos en medio de guerras, fusilamientos, deportaciones. Pienso en la simpleza y la complejidad de los medios para mostrar las noches soñadas de vincent van gogh. Pienso en Thomas Mann escribiendo su Doctor Faustus en medio de la segunda guerra mundial en Alemania, pienso en Albert Camus, en Jean Paul sartre, pienso en los poetas africanos que supieron hablar del sufrimiento de ser negro y esclavo, de llevar como destino el yugo. Pienso en Miguel Hernández en la cárcel, pienso en Antonin Artaud, en Juan Rulfo y en su desierto mexicano, en sus latifundios y sus niños descalzos con tierra en la boca. Pienso en Alejandra Pizarnik, en ese vacio roto que supe sentir y que era también mi mundo insondable, mi universo intimo de desolación. Pienso en Norman Briski, en Paul Gauguin, pienso en todos aquellos que fueron semilla, en todos aquellos que sembraron un sueño y se metieron en él para revivir los mundos. Pienso en la historia, en la cabeza de los reyes que rodaron tras las revoluciones, en el final de los poderosos que se creyeron dueños y dominadores del mundo.
Pienso en los millones y millones de hombres arrojados a la violencia, bien organizados, unos contra otros por el afán de poder de   gobernantes que determinaban el cauce de la destrucción en el mundo. Pienso en Hiroshima, pienso en aushwuitz, pienso en México y Hernán cortez. Pienso  en el territorio del hombre, en las encrucijadas de la historia donde el hombre conoce en carne propia su propio apartheid, cuando alcanza a discriminarse a sí mismo con la conciencia despectiva de los otros, con la agresión que le confiere el mundo al despojarle su vida y oprimirlo. Pienso en Jabobo Fitjman que busco palabras para encerrarse en sus ilusiones místicas en el hospital neuropsiquiatrico. Pienso en Antonio Berni que  mostró como ninguno como se vive en una villa miseria. Pienso en Argelia, en Palestina, en San Salvador, pienso que definitivamente nos ha tocado en suerte ver caer a Buenos aires a la altura de otras ciudades de Latinoamérica.  Nuestro mundo comienza a tornarse incomodo, ciertas cosas oscilan, se mueven de lugar, temblequean. Es el miedo a la pobreza. Olfateamos lo que significa no tener, ser desposeídos. Esa virtual alianza con Europa desaparece. Tememos caer en la orbita de los conflictos sociales y mundiales de la pobreza y el hambre y ser parte de una historia colectiva de descomposición.
El mundo disociado entre los poderes y los intereses, el mundo en guerra de la estrategia, la táctica, el calculo para avanzar cueste lo que cueste contra viento y marea porque los que vienen atrás son los que pierden y la decisión es implacable sobre la conquista de lo que cada cual entiende por vivir aun a costa de saltar por encima de los otros. Si nuestra sociedad se ha tornado salvaje es gracias a esta fuerza desmedida de poder e ilusiones, a este desencuentro del hombre con el hombre y a esta lucha por la vida que solo significa lucha por la rentabilidad. Este reino donde ganancia y perdida son los reguladores del animo, donde las deudas y la visión del abismo significan ataques de pánico, es el reino del capitalismo que hemos adorado sin comprender realmente el fenómeno de la economía como fenómeno social. La verdad sobre la prisa, sobre el descontento y la amargura. El pensamiento catastrófico como las piezas duras de un ensamble que cuesta reunir y asimilar. El sentido económico de la vida alterando los ritmos de supervivencia, alterando todos los encuadres y las miradas personales. La sensación de despedazamiento del cuerpo en lo histórico, en el acontecimiento social. La ruptura como sentimiento de crisis, de apego a lo real en su vastedad trágica,  como si se sintiera la enfermedad del mundo, la tristeza de lo vivo.
Y es el dinero que se inventa en el trafago de los hechos, en esta hecatombe donde todos podemos sucumbir, el nuevo dinero de fantasía, hecho simplemente para avanzar en el tiempo con las ilusiones y las fuerzas, pero en medio de una ficción dramática, un empapelado político para situarse en un país donde la gente sufre.
Es el dinero para empapelar los agujeros de una realidad inexplicable, de una realidad nacional de seres humanos maltrechos, conquistados día a día por la miseria, lo que queda de los despojos, la mirada gris de los hombres de Amadeo Modigliani, los sueños de un enano, el llanto de un ser humano sin brazos.
La noche se abre llena de tormentas. Veo nacer misteriosas olas y cae la lluvia torrencial y no hay alimentos, las mujeres tienen hambre y hay barro, viento, hay llanto de bebes, huellas en el camino, manos que tiemblan. Hay una escuela al fondo de la calle. Los techos agujereados dejan pasar el agua. Las aulas están vacías. En el piso duerme un hombre de unos noventa años. El viento mueve tristezas del alma. En alguna parte la soledad es un murmullo de pájaros entre los árboles. No habitas tu pasión, habitas tu destino. Apenas recuerdas las voces de tus maestros. Pero sabes que hay caminos ciegos que duelen, sabes que el silencio de un pueblo que sufre es un silencio que se siente en la sangre, en la palpitación de las venas, sabes que estas solo y sin rumbo en una vida desatada por las tempestades. Sabes que callar es morir y ser vencido por todos los aguaceros. Sabes que no habrá descanso mientras sientas ese dolor en el alma, ese dolor de futuro, esa forma de parir el tiempo con tu sangre. Sabes que no habrá grito, porque ya no estas echo para el grito, sino para la entrega, pero en la entrega te sientes prisionero de una herida que te hace la vida, una herida que te lastima, que es tu forma de sentir el mundo. Y quisieras no tener mundo, no ser mundo. Quisieras cerrar los ojos, olvidar, no tener memoria. Quisieras cegar tu conciencia, limpiarla. Tu razón ha hecho estragos. Has herido tu conciencia con la mirada del horror, porque te has visto en el horror.
Y no cambias. Simplemente vas rumbo a la vida, descalzo, solitario, a veces en llamas, como incendiado, y tu casa habla por ti, tus sueños, tus pesadillas, las voces que se escuchan a lo lejos en la noche y que son tus voces, las voces de tu sufrimiento. Has engendrado en tu sentir la criatura humana en su camino más difícil, ya no imaginas, solo sientes con tu cuerpo el golpe del mundo en tu mirada. Solo te has metido en esto. Porque en alguna parte habías visto ya tu propio temblor, tu propia agonía. Quisieras olvidar.
Pero ya no hay espacio par el olvido. Hay ecos que  llegan desde la historia, ecos que resuenan en ti. Has tenido momentos felices. Aun sabes amar. Y sabes lo que es justo y lo que es injusto. No quieres lastimarte, aun quieres vivir, quieres sentir alegría, quieres resplandecer. Pero amar te compromete con los otros. Amar tiene un sentido de humanidad que te arroja a las circunstancias. Has tratado de no mirar. Has tratado de volverle la espalda a las cosas. Quisiste encerrarte en ti mismo. Sin embargo jamás fuiste completamente impermeable. La realidad se te metía por los poros. No podías olvidar todas las circunstancias tan cambiantes de tu vida, todos los entrecruzamientos. No podías olvidar las hostilidades, los peligros. Tus fantasmas eran también tus miedos. Voces que llegaban de lejos, tu mujer, tus hijos, tu padre, tu madre. Te atabas a la tierra. Sentías que estabas ligado de alguna manera a la miseria humana aun cuando sonrieras. Sentías que tu dolor era mudo y seco, inhóspito y único.
La molicie, la melancolía, la tristeza infinita albergaban tu cuerpo y así creciste entre los tuyos, como si a tu cuerpo le faltaran pedazos.
Tu cuerpo nacía entre las sospechas del exilio. Pronto serias extranjero al nacer. En tu tierra, en tu infancia, conocerías el destierro. Sin manos, sin palabras para reconocerte en una mirada que verías muchos años mas tarde en los niños de la calle. Algo que nunca pudiste decir empezaba a nacer. Y tu nacías entre tus palabras al cuerpo tendido, a la primera tensión dolorosa de vivir. Ya habías estado envuelto en multitud de pesadillas. Conocías los martillos del odio en tu conciencia. La tierra también podía aniquilarte. Los seres humanos eran muy listos también para resguardarse ellos mismos en el desprecio. La raíz del odio es como la raíz del miedo. Es la herida destructiva de la mente, la amenaza única de exclusión total.
La raíz del odio. Cuando el hombre decide darse la espalda y volverse contra otros. Cuando la tentación de destruir levanta todas las agresiones, las fuerzas irracionales y todos los desordenes de la conciencia, todo el caos, el movimiento interno de la furia.
Y el odio que se vuelve desprecio contra ti mismo por tu impotencia.
Te quedas cercado. Tu mismo has construido todas las alambradas.
Has abierto una zanja en tu cuerpo. Una zanja sangrienta. Has creído en la razón de tu inocencia. Has jugado con tu infancia. Has amado como un niño sin saber que ese sentimiento te llevaba a verte por dentro en un mundo solitario, tierno, de pasión infantil, pero sumamente delicado y frágil, débil. Un mundo inconquistable,
tal vez el mundo de tus espejos, la infancia en la que te refugiabas para ampararte de las bestias. La ficción de una adultez, como un juego de apariencias para ocultar el temblor interno de tu tímida condición humana. En tu mirada querías otra mirada. Con tus manos querías otras manos.  No podía ser tan salvaje el mundo de mostrarte solo un desierto. Y eso era lo que tu veías. Solo el desierto.
Tu solo eras poseedor de la nada. Te buscabas hacia adentro y encontrabas un blanco absoluto y mudo, un blanco seco y mortifero, de silencio, de tristeza, de debilidad. Cuantas cosas habian sangrado en tus huellas. Cuantas muertes inexplicables que amenazabn tu sosten. Esa era tu condicion. Sostenerte  como pudieras. Sostenerte con el miedo, con la angustia, con el silencio. Tu solo te sostenias.
Pero sabias que muchas veces quedabas al borde del precipicio.
La muerte de tus padres ocupaba el lugar de lo ausente. Y en esa ausencia habitaba el temor, la mudez, la fragilidad. Tu estabas alli para desposeerte. No podias amar. Solo veias que tus manos se levantaban , que tus manos tambien gritaban. Estabas arrojado a la soledad del mundo y ni siquiera podias llorar. Te morias.
Cuanto buscabas en la ausencia una palabra para decir te quiero, una palabra para tender tus manos y solo veias la penumbra, la tiniebla.
Tus vinculos siempre nacian muertos. Si, conocias la angustia, crecias en ella como en un torbellino. La angustia era tu mundo personal, tu mirada. Todos los horizontes estaban vedados. Solo vivias en tu presente, pero asediado por tus mascaras internas.
Solo vivias para mantener vivas tus manchas.
Han pasado los años y una nueva enseñanza te muestra la dureza del camino y tambien lo que otros son capaces de hacer con sus durezas.
Piensas en estructuras que te limitan en el peligro. Y no descansas.
Pero sientes tambien la plasticidad en tus libertades. Sientes aun que puedes expandirte, cuando ahondas en el camino de lo simbolico, cuando te ensanchas en tus paseos, cuando ves los rostros humanos y su expresion viva. Sientes entonces que aun hay un espacio, que te abres fuera de los contextos, que avanzas con tu espiritu de vida hacia nuevas expresiones de mundo. Tal vez alli resida la fuerza oculta que mueve las piedras, la fuerza que puede desplegar tu trabajo, tu creatividad para vivir en el mundo de lo posible.
Fuera de los relatos de mundo, explorados y sentidos hay un mundo recreado, propio, vivencial, un mundo organizado que puede darte nuevas esperanzas y nuevos rumbos. Como conciliar estas dos miradas, la de lo terrible con lo bello. Tal vez sea la labor del artista.
Pero ademas es el trabajo de lo vivo en su superacion. Y esto has aprendido. El dolor te ha dado tambien la fuerza del movimiento.
Entre el mundo de los otros y tu mundo esta la palabra, esta la cohesion y tambien los sueños, los proyectos. Esa es justamente la creatividad: transformar las estructuras disociadas de lo vivo, las estructuras duras, categoricas y darles forma nueva, iluminarlas, reorganizarlas. Reflexionar con todas las herramientas del conocimiento, para entender lo real y lo posible pero tambien para vivir la libertad del espiritu en la recreacion del mundo y lo vinculos.
En parte el mundo elige su juego y tu contemplas el tuyo como interprete de una realidad que esta en perpetuo movimiento.
Simplemente te adaptas al movimiento de la vida y lees el sentido con diferentes miradas. La sociedad puede decirte: tu supervvencia esta en peligro. Entonces te agitas, temes, sientes el miedo de estar a expensas de lo terrible. Pero el movimiento es continuo. No es un naufragio. No estas solo. Hay millones de personas alrededor tuyo. Te ves en otras miradas, en otros rostros. Dibujas tu dolor o tu esperanza en otras vidas. Aun tienes recursos para luchar, para seguir adelante. Has elegido las formas simples y complejas de lo real para encontrar tu libertad y no perderte, para construir paso a paso el camino, para avanzar palmo a palmo. Te mueves en el cambio. Reflexionas desde adentro. Mueves tus piezas mientras el mundo mueve las suyas. Es como un juego de  estrategia. El mundo te hiere pero te depara la vida, te maltrata pero tambien te da posibilidades.
Entre lo flexible y lo duro, entre el agua y la piedra tu vida late, retrocede y avanza, aprende, enseña. Eres el aprendiz y el maestro.
Dibujas en la piedra tu presente, tu camino, tu devenir. Y la humanidad te acompaña en el desafio. Tu juego es el juego comun, es el la ronda humana en busca de alimento, en busca de si misma, de expandirse y de encontrarse. De tu descenso, de la rigidez de tu sufrimiento nace una nueva forma y movimiento, nace la plasticidad del juego con otros y de ese juego te alimentas. Te recreas. Evolucionas como la musica de una orquesta, piensas tus ritmos, planificas, imaginas, dibujas tu presente en la arena, sientes el tiempo en tu cuerpo latir y avanzar con tu mirada, con tus manos. Eres responsable de tu libertad y de tu vida y ves los ascensos y descensos de la existencia humana, y te encuentras en el interior de ti mismo en un refugio capaz de contener todo el silencio, todo el secreto de tu vida. Refugio de tu alma, de tu espiritu, donde caminas lentamente por la vida y solo ves el origen primordial. Tu palabra y tu silencio.
La mirada que una mujer posa sobre ti. La mirada del deseo. El beso que te da vida, la comunion con el otro. La plenitud desplegada en los cuerpos. Los placeres oceanicos, vitales. La mirada de tu hijo.
La verdad abre grietas profundas. Poseido por el mundo o por la vida ensamblas las partes de un todo que se dibuja en tu interior y cambia de formas y de sentido. No es solo el mundo. Es tu relacion con la vida, es el sentido que posee vivir mas alla de los limites. Es el peligro de la contiguidad de la conciencia, entre lo imaginario y lo real lo que trae todos los avatares de tu desorientacion y tu pensamiento. El desacuerdo con tus realidades, la profunda disociacion que hay entre los hechos y tus sueños, tu pregunta acerca del devenir. Mientras unamos nuestras necesidades, nuestros sufrimientos a otras vidas, a otros misterios. Recorramos la humanidad y busquemos el silencio en el interior de nuestras vidas, lo esencial que hay en nuestra libertad, en nuestro espiritu. Pensemos en la corriente del rio vital, en el flujo del vivir, en que cada caida es una posibilidad aun de movimiento y de aprendizaje.  Los seres humanos siempre tenemos un espacio para nuestras elecciones, aun cuando estamos luchando por la vida. Libertad para la accion y el desafio. Libertad para la profundizacion de la mirada de sí. Se preparan grandes movimientos historicos y sociales. No sabemos hacia donde vamos en este contexto. Simplemente estamos a merced de profundos cambios.
Lo que hacemos y nos destruye es imaginar un futuro incierto, el futuro de nuestra muerte. En el fondo, siempre hay una muerte esperandonos en el futuro. No podemos elegir los mejores momentos para morir. Pensar el conflicto social es estar en el. Pensar la crisis es vivir tambien lo critico, ese rumbo no fijado e historico de penumbra posible, de sufrimiento esperado, de fantasma.
De lo pequeño a lo grande, de lo simple a lo complejo abracemos nuestras contradicciones en la unidad y avancemos con los otros, en lo social y lo individual. No hay solo una marca del mundo en el cuerpo. Somos interpretes de los avances, de las miradas sociales e historicas, somos interpretes de lo real. Hacemos multiples lecturas, pero ademas nuestra conciencia fluye viviente entre los seres humanos, se ve en otras miradas, se encuentra en la naturaleza, no puede disociarse de ella a riesgo de destruirse. Es hombre y cultura pero ademas hombre y naturaleza. De alli conquistamos nuestras fuerzas primordiales, aun de nuestra naturaleza profunfa, nuestra naturaleza primordial. No hay un reino para la salvacion y otro para la destruccion. Mas alla de un relato acerca de la realidad esta lo poetico. Y lo poetico tambien se halla en lo simple. Lo poetico es la vasta percepcion vital de mundo, es una percepcion de lo que evoluciona pero ademas de lo que produce encuentro entre los seres humanos. Es desde la cohesion del amor hasta la union con la totalidad viviente en la libertad. Lo poetico no es solo una mirada de las formas, no esta solo en el lenguaje. Esta en todo hecho estetico natural y sensible que sentimos en profundidad e intuimos con nuestro espiritu. Es el lenguaje de las cosas. Lo que la  tierra tiene para darnos. Lo que podemos cosechar de nuestras acciones. Lo que cultivamos. Es la raiz en el significado de nuestra naturaleza.
Y es ademas un hecho social, un hecho que se comparte.
Vamos de la vida a la muerte, de la integracion a la descomposicion y eso nos ocurre mas de una vez en la vida, en nuestras crisis, en nuestros conflictos, en nuestros desencuentros. Los artistas nos han enseñado a construir ficciones posibles para imaginar o pensar otras verdades u otras realidades. Hoy hay una gran maquinaria de producir ficciones cada vez mas acelerada. Parece que el hombre no puede detenerse. El tiempo del hombre esta marcado por la actividad cada  vez mas desenfrenada. Pero ademas esta el tiempo desintegrador de lo inactivo, es la realidad del desocupado. Las miserias de la desocupacion son las miserias de la destruccion de lo inactivo.
El ser humano sufre su imposibilidad de cohesionarse, esta cada vez mas parcelado, cada vez mas cercado por la realidad financiera y brutal de su existencia. Pero tambien seres excluidos han luchado y han encontrado formas por no quedar fuera de lo social, con las alternativas, con la creatividad y con la union. Somos tocados por la crisis, somos dañados por ella, en este momento que vivimos en argentina. Somos Argentina, pero ademas, somo Latinoamerica.
No estamos solos. Compartimos la historia de millones de personas que sufren y luchan pero ademas viven en la adversidad y recogen lo que siembran aun en la pobreza, construyendo sus realidades individuales o comunitarias. Segun lo veamos estamos en un momento de luchas de unos contra otros o en un momento de oportunidades sociales para transformar nuestra realidad. Hay inestabilidad y cambio, profundos movimientos sismicos, tememos la violencia que puede desatarse, el fin de la paz en nuestro territorio, la guerra.
La mirada politica de nuestra realidad nos constriñe en un mundo apretado, de inmovilidad y abandono, de improductividad y desolacion. No tenemos todas las razones para convencernos de nuestro final. Si sentimos el temor a la fuerza regresiva de todos estos hechos. Sentimos el temor a la disociacion que nos propone el conflicto economico, la guerra economica y social en la que vivimos.
La disociacion que nos contamina, que nos paraliza, que nos destruye, la que sufrimos, la que nos ataca. Mientras, al asalto de los sueños, los orificios nocturnos de la corporalidad. Las raices subterraneas, quebradas o ensambladas de la subjetividad. Los paisajes de la ensoñacion, las realidades imaginarias, las estrategias de la supervivencia, lo que de algun modo invita a la invencion, a pensar nuevos rumbos, imaginando nuevos caminos, a tomar nuevas iniciativas y recrear la realidad.  Es verdad que estas son operaciones de la mente y son tambien estrategias del cuerpo. Las multiples lecturas que pueden hacerse de lo vital, de lo social, de lo individual y de lo colectivo. Las partes de un juego que se ensambla a solas y con el conjunto de lo social. El juego de las posibilidades, de los conflictos, de los duelos entre la vida y la muerte, de las vicisitudes de nuestra mirada de lo real, de nuestro peligro, de nuestras ambivalencias y nuestras elecciones. El juego de nuestras relaciones humanas, de nuestras profundas vivencias, de nuestras expectativas y nuestros intercambios. Los profundos temores, los abismos entre lo real y lo irreal, la sensacion de que debemos desplegar todos nuestros recursos, todas nuestras capacidades para estar a la altura de los acontecimientos. Ser transformado por los cambios significa contemplar los horizontes del hombre. Significa tambien recrear lo imaginario para enriquecer lo real y para comprenderlo. Las leyes de la historia, los relatos de la realidad conforman una vision de mundo, hasta la sensacion de que la mente es mundo, de que el vasto territorio de la tierra es un paisaje imaginario de la mente, donde suceden las guerras y todas las catastrofes. Entre nosotros y los otros, entre nuestras diferencias, en esta tentativa de predecir, de objetivar para poder entender los cambios la mente hace operaciones, discrimina, calcula, asimila, resta y suma, pero ademas imagina, se arriesga a adentrarse en el peligro y a considerar los mundos inestables, las transformaciones, los cambios. Es verdad que todo esto tiene que ver con vivir en la sociedad de la informacion. Es verdad que somos afectados por el mundo a traves de los medios de comunicacion. Es verdad que luego nos movemos en un mundo subjetivo de relaciones, de limites. Pero tambien es cierto que pensamos lo ilimitado, que concebimos lo vital en las formas de nuestra libertad y nuestras posibilidades. Es verdad que siempre consideramos nuestra riqueza y nuestra pobreza de medios, de capacidades y de recursos. Mi libertad es la medida de mi dolor, de mi vida, de mi sufrimiento, pero ademas es la conquista de mis relaciones, la verdad profunda de mi espiritu y  mis sentimientos y  es tambien la forma que me permite la lectura mas enriquecedora, mas creativa. Es la morada del alma y tambien lo que con palabras conjuga al cuerpo con la vida. Es el silencio y la creacion, el universo, entre armonia y caos, en ese flujo de mareas vivenciales de lo profundo, la noche.
Veo el mundo desvanecerse. De pronto es inevitable ver aparecer la realidad con ese signo que marca nuestro tiempo y la quiebra economica en este pais. Se ve en el rostro de las mujeres y de los hombres, en los cuerpos violentados y violentos, en la prisa de las palabras y en las articulaciones de los gestos. Se ve la dificultad, el riesgo de la supervivencia. Se teme, se abraza el futuro conquistando lo mas incierto, aun pensando lo siniestro. Se piensan otras sociedades que han pasado por las mismas ruinas, atravesadas por la emergencia, por el sufrimeinto y la lucha despiadada de unos contra otros. El mundo de las mafias, del crimen, de la guerra y el espanto, el mundo de la pobreza, de la miseria y el frio. Se nos ha partido el mundo en dos. Esa es la sensacion que tenemos. Sentimos la fuerza contraria de todos estos hechos generando cambios en la incertidumbre, entre la justicia y la injusticia, generando luchas, fuerzas contrarias, poderes y dolor. La razon de millones y millones de brazos que se levantan, de los millones de nuevos pobres que alimentan el futuro de la argentina, la razon economica, despiadada, mostrando su verdad, su escasez. La razon de la historia, de lo injusto, del poder construido por unos y otros, poder devastador de despojo de la riqueza. Estos son los contrastes de una realidad en movimiento.  La vida puede hacerse critica, navegamos en esa dificultad, en ese riesgo y lo sufrimos. En nuestra mirada personal tambien se ve el brillo de la crisis social, ese entendimiento con los miedos, con los fantasmas, ese encuadre de la realidad determinada por las dificultades. Al avanzar uno corre riesgos de quedar entrampado. Uno siente que avanza y disminuye su tamaño, que se acrecienta el peligro. La paralisis nos engaña. Tratamos de mantener nuestra fantasia hasta el final porque nuestra fantasia es nuestra libertad. Es decir, la posibilidad de mantener vivo nuestro espiritu, fuente de todo sueño y libertad. Nuestro empobrecimiento limita nuestros medios. Una nueva realidad inesperada acontece, una realidad  que nos obliga a pensar nuevas conformaciones grupales, nuevas estrategias. El mundo vuelto del reves. La otra verdad de los poderes de las finanzas, esta ilusion en la que millones de personas vivian sin saber que apostaban a este futuro de quiebra , por no conocer las leyes de los poderes y los intereses y,  de las fuerzas antagonicas , esta logica de la historia casi programada por los ladrones para conquistar su propio territorio a costa del despojo.
Y pensando en el movimiento de esta realidad, pensando en el devenir, tambien organizamos nuestra resistencia, con los medios que poseemos para seguir creando, para seguir viviendo. Tratamos de evitar el sufrimiento pero el sufrimiento esta alli amenazandonos,  para decirnos que formamos parte de un todo que se nos puede volver en contra, que puede ser regresivo, que puede inmovilizarnos y carenciarnos. Estos son los peligros de nuestro futuro y los riesgos que sentimos en nuestro presente. Como construimos nuestras vidas en esta deriva critica, en medio de nuestras responsabilidades, aislandonos , defendiendonos de la violencia del numero, del desprecio de lo economico por el ser humano. Como batallamos cada cambio en ese movimiento caotico de la lucha por la estabilidad en los abismos. Es esa situacion abismal y violenta la de nuestro continente, la de un territorio regresivo, cada vez mas sumergido en la opresion, entre quienes avanzan y retroceden, el que se adapta y muere en la tentativa, el que avanza con la fuerza de su calculo, de su inteligencia con la herramienta  precaria pero perfecta de su poder para construir apenas un metro cuadrado de vida, un metro cuadrado de ilusion y de sueño, un espacio apartado donde respirar y vivir, un espacio para salvarse del hombre, para ser hombre. Todos soñamos con esos islotes, con esas luces de la individualidad, todos queremos perpetuarnos en esa felicidad sustentable. Luego vienen los desequilibrios, los temblores, vienen los ruidos que producen las fracturas, las dificultades, los riesgos. Viene el mundo a decirnos que no somos simplemente una conciencia suspendida, que nuestro entorno de alguna manera produce cambios en nuestras configuraciones, que se establecen nuevos intercambios entre el medio y el hombre, nuevos vinculos y nuevos espacios de problematizacion. Y alli esta lo social, lo economico, alli esta la ecologia de lo vivo, la cultura, lo linguistico, alli esta tambien ese juego de fuerzas historicas y politicas que definen rumbos reales y metaforicos en el camino del hombre sobre la tierra. Una realidad que puede ser re agrupada, organizada, pensada y vista desde diferentes situaciones, una realidad para interpretar los posibles y para recrear el espacio historico del cambio  y las vicisitudes sociales, los nuevos ordenamientos, los conflictos humanos. Esta realidad se mide en el hombre actual como la perdida o la ganancia, definido el hombre por su modelo social economico de riesgo, de iniciativa privada y por su trabajo, definido en parte por su historia y por el acontecer social.
El equilibrio esta en riesgo. La supervivencia  nos enfrenta con la crisis. Y el rumbo del pais es incierto. Todos tememos que se abra una escandalosa herida de violencia general y de silencio. Las calles estan vacias. Todo esta  desierto. La inestabilidad que se siente, el sentir que cada vida esta en juego, que cada hora es una presion que se siente y al mismo tiempo un interrogante que nos sumerge en el temor,  que la vida puede vaciarse de sentido, que alli esta la amenaza de ruina y de pobreza, que en parte somos responsables de nuestro destino y que padecemos el dolor de lo incierto que nos lleva a los origenes del hombre, sus errores y sus desencuentros. El poder, los intereses, la lucha por la vida en esta presion social, en este vacio donde cuenta solo la supervivencia en riesgo, los limites que trazamos entre hermanos para defender lo nuestro a costa de la indiferencia, de la ignorancia. Asi levantamos nuestras murallas, nuestros cercos, en la forma de nuestra individualidad ciega, cuando nuestra seguridad esta a salvo, ignorando o negando los desordenes de este mundo, viviendo tan solo de sus beneficios y sus posibilidades, pero sin saber que nosotros tambien caminamos sobre el peligro de la extincion, sin entender que lo que ocurre en otras sociedades, en otro paises son realidades que desde lejos nos apuntan.
En que forma somos afectados por los acontecimientos, este mundo de imagenes, de relatos de la realidad, de informacion en parte lo aprendemos y lo convertimos en experiencia. Asi la television nos muestra escenas de situaciones que nos juzgan y nos interrogan, esas escenas que en parte constituyen luego nuestras visiones, nuestros fantasmas y que ponen en juego nuestras ilusiones y nuestros miedos, son las escenas tambien de nuestro espiritu y de nuestra supervivencia material. Es la demarcacion de categorias, de una tentativa de orden en el caos, de pensar en estructuras, de dibujar en lo informe con las palabras, de pensar lo imposible. Es la forma en que nos aferramos a los limites, a las multiples voces que desencadenan nuestrsa persistencia viviente, llamada apego a lo vital, apego a nuestras seguridades. Cuando contemplamos los cambios entre la quietud y el movimiento caotico, cuando permanecemos ligados a la guerra psiquica de la incertidumbre y la vision salvaje del mundo, de la persecucion, de la intifada, de las grandes muchedumbres humanas, nos interrogamos desde dentro como actores de la historia . Pero ademas recorremos otras subjetividades, otros sentidos, aun en el placer, en la reflexion, en la praxis de la vida y en nuestra salud. Recorremos el camino de nuestra libertad, somos capaces de arrebatarle al mundo un espacio vital de movimiento, de transformacion y de aprendizaje. La dificultad aparece como un desafio del pensamiento ante lo vivo, una ruptura en nuestra costumbre, poniendo en desorden la armonia y rompiendo las estructuras, desacomodando las formas, que son formas politicas, formas de renuncia o aceptacion, formas de negacion y de involucion, cuando la amenaza consiste en imaginar la regresion del cuerpo a su expresion minima, vegetal y agonica, entre la fragilidad de la psiquis, la debilidad del espiritu y la mortalidad. Ese es el frio de la existencia, la temible faz que uno ve en los millones de palestinos en los campos de refugiados, es la realidad de miles y miles de enfermos que padecen su estrechamiento vital dia a dia, con el Sida, con la enfermedad mental. Es el declive del ser humano, donde queda suspendido del sufrimiento por una coraza, por un siniestro callejon. En nuestra sociedad se llama enfermedad, tambien se llama exclusion. Las oscuras formas del destino humano en el vaiven de la destructividad y de la creacion. El hombre inerme ante el espectaculo de su desesperacion. La cita fatal con la mascara de los impulsos, de las cobardias, de las rebeliones, los gritos y las pesadillas. La mascara del cuerpo en lucha antagonica con el rumbo de un destino, de una fatalidad tragica, de un acontecer. La raiz de la libertad en el espiritu de la intima soledad, en el espiritu del riesgo, en los tortuosos caminos, en los encuentros y desencuentros.
Cuantas caidas, cuantos fracasos para reparar y conquistar el presente, para integrarse en el dominio cultural a las voces de la memoria, de la estetica, de la religion, para reencontrarse en la cadena de interpretaciones, para reunirse, para agrupar, para escuchar la voz de la propia naturaleza, la voz profunda de ese sentimiento de si, ese sentimiento vital que corre como el rio, ese sentimiento que nos liga a los otros y a nosotros. Ese murmullo del alma, esa musica de nuestra conciencia silenciosa es tambien mundo, es tambien vivencia, es nuestra integridad simbolica, nuestra personal convivencia con lo vital. La razon se mueve en otros planos. Pero donde ahonda el espiritu humano ahonda la libertad, su fuerza, su movimiento, su paz y su creatividad. Y hablamos del universo del hombre, de su mirada terrenal y de su mirada integradora del espiritu, de la afectividad, de la sensibilidad, el hombre en su complementariedad, en ese dialogo generativo, en esa productividad de la palabra y de la accion.
Todos los ecos de la naturaleza en su potencia irracional, cuando los hombres se sorprenden en la lucha, en la destructividad y no se reconocen a si mismos y advienen a la animalidad salvaje y mortifera, toda la violencia del poder destruyendo la naturaleza, extirpando la riqueza en una guerra que genera mas amenaza, mas temor sobre el futuro. El hombre que se pierde y que se encuentra a si mismo, en los abismos peligrosos de los interrogantes, en sus construcciones y en sus temores. El hombre de la herramienta y el hombre del lenguaje, el hombre del devenir y el hombre que adviene a lo humano en su riqueza vital. Y el reflejo de la mirada que reconstruye el significado de lo real discierne y discrimina la verdad objetiva como espectaculo de una aproximacion narrativa, como una escena de situaciones y acontecimientos de la subjetividad.
La poesia y la belleza no estan apartadas del mundo en el que vivimos. Justamente estamos en peligro cuando nos disociamos del sentido poetico , integrador, unificador que tiene lo estetico, la naturaleza, la escritura, la musica y la pintura. Lo real puede fragmentar, las leyes de lo racional, del calculo, pueden dividir.
Hay un espacio vivencial, una corriente que los hombres han olvidado para ir detras de sus ganancias, para asegurar el mundo de sus necesidades; el espacio donde el hombre acompaña a la naturaleza y se sumerge en ella, se siente atrapado por su fluir, por su fuerza. Es el espacio de sus ecos, de sus sombras, de todas sus angustias y debilidades, porque es el espacio de su pequeñez, pero ademas el espacio de sus silencios. Los seres humanos necesitamos de esas redes que nos sostienen, de ese entramado de lenguaje que nos da vida, los intercambios y la cultura. Pero ademas gran parte de nuestra realidad perdida esta en los rios, en los mares, en las montañas y en los bosques, los origenes del hombre se encuentran en este secreto que lleva consigo mismo en el paisaje. Alli esta su prehistoria, el silencio de su nacimiento y de su entorno primigenio, la tierra. Asi quienes habitan lo maravilloso sufren sus tempestades, sus luchas y conquistan todos los secretos que la tierra ofrece para hacer surgir al hombre de sus silencios al lenguaje.
Las distancias que el hombre atraviesa para llegar a su propio encuentro, lleno de esperanzas, ligado a todos los esfuerzos de su cultura para solo ver su corazon, su latir, eso que es tan simple en la disciplina zen, la mirada del hueco profundo del ser, en su honda agitacion viviente y silenciosa, en su vibracion temporal y nocturna, en esa inclinacion hacia la aventura de vivir y hacia su voz, como voz de la libertad, de la inquietud, de lo universal, de la vastedad respiratoria de su espiritu, de su pacifica inquietud por lo bello, por la sorpresa de la forma, de la imagen, en ese caminar que es redescubrir los pasos conquistando a cada momento la delicia de lo viviente, del rostro humano de los transeuntes, la gestualidad secreta del barrio, el mapa de las contiguidades, de los cuerpos en sus transitos por la libertad comun, por el deseo comun de un espacio que se recorre con otros, un espacio de vida que es la vereda, las cercanias, los contornos de un paisaje ciudadano que se escribe con la pasion como un canto sereno y suave, como el volar de un pajaro, si es preciso saber volar para recorrer estos  parajes que son los origenes, los logros de felicidad, de plenitud, de alegria profunda, cuando uno siente el abrazo con la vida, la calidez del encuentro afectivo y el reconocimiento secreto de otras verdades, de otras inquietudes, cuando se alza la multivocidad de lo vivo, lo desparejo, lo diferente y lo semejante, cuando la forma y el color, el diseño original de la escena viviente es en si misma la matriz poetica de lo sensible, de la superacion por la fuerza gradual y persistente de lo debil sobre lo fuerte, en la historia de las olas, los vientos, el empuje de un movimiento que no cesa, que no cede, hacia el encuentro del territorio intimo y el sendero compartido de vidas, intersecciones, proximidades, distancias, metamorfosis, conjugaciones, espejismos y fantasias, atravesando el centro, cavando en las profundidades del alma el espejo de agua, el sueño vital y dulce de la renovacion, de la evolucion universal de uno con las cosas, de uno con el lenguaje y el secreto misterio de otra mirada, de un deseo, de una invitacion a la prisa, a las manos, a los dulces besos y las mordeduras, a los roces del cuerpo y a las penetraciones del alma , del cuerpo y el espiritu en la variedad de encuentros en la forma buscada en las hendiduras, en los pliegues, en las risas y los labios, en ese placer de explorar y compartir lo hondo de un sentimiento que se sospecha como entrelazado en una trama, en un velo, en un descubrimiento de la suavidad, del tiempo de los corazones y las huellas de los ojos en otros ojos, de tu caminar en mi camino, de llevar tus manos en todos los pedazos sueltos de mi vida recorriendo nuevas tentativas, nuevas aventuras, y llamarle verdad, llamarle amor, mundo compartido, reflejo de todas las luces sobre lo viviente, ciclos donde se revive la creacion, donde todas las cosas resurgen con un movimiento suave y despojado de universal fortuna humana. Es el eterno rejuvenecimiento de la posibilidad de amar, de la variedad del nosotros, del tu y el yo, de lo compartido en las manos abiertas de lo humano en su gestacion afectiva  y creadora lo unificador de los lenguajes secretos del cuerpo, la danza intima de la verdad, rodeando el cosmos de la libertad encontrada, de la dicha misteriosa y silenciosa del deseo. Es el valor de la libertad recreada, del espiritu vital del deseo hecho forma, en un acuerdo mutuo que recrea la vivencia en la completud y la ilusion . Mas ligados al cambio y a la transformacion los amantes conocen todas las esperanzas y tambien todas las fallas y decepciones.  El arco tendido de la herida, de todas las renuncias y todas las amarguras, la caducidad de esas formas arraigadas en el querer, en los entrelazamientos. No por nada se habitaron los abismos, los desiertos, como deriva de un dolor venido de la lejania del mundo amoroso, como inquietante corrupcion de lo autentico en lo inautentico, como caida en los infiernos, en el castigo y en la descomposicion. Y las marcas dejadas, la escritura de los hechos, la inexplicable argumentacion en pro de los nuevos mundos simbolicos son la novedosa concepcion cultural de una estetica humana sobreviviente, que vive sus alteraciones inestables, sus enfrentamientos con la quietud, la armonia y el caos. La fantasia de una mujer todo creadora, de un universo femenino de donde emana toda la luz y toda la vida, la concepcion de una mujer madre, dadora de vida, generadora de alimento ha quedado vaciada de sentido, en un callejon de sentido dificil. La renuncia ha abierto nuevas puertas en la percepcion. Quien soy, cual ha sido mi vida, de donde viene mi sufrimiento. Pero ademas: porque es tan inhospito este mundo, porque hay una blanca mancha de angustia que obtura y entorpece todo significado. Armonia en el mundo de las pasiones, donde antes habia ceguera, vanidad, locura ahora hay lenguaje, sentido, paz y afectividad. Pero el amor de los cuerpos  es una musica oscura y secreta que refleja su voz, su temblor, su deseo sobre la raiz corporal en las penumbras del alma, el amor de los cuerpos es un baile prohibido con la invitacion a pensar en una mente nueva, fresca, pero donde la historia acecha con sus interrupciones, sus golpes, sus ocultamientos. El amor corporal ya no es la unica libertad originaria y el unico lenguaje que vuelve sobre los origenes. Hay una sin razon de lo amoroso, una ambiguedad y una crisis de sentido donde necesariamente aparece el disfraz, el personaje, lo artificioso, el juego, las piezas ensambladas de lo infantil, ese deseo de una seguridad que a cada momento se pone en duda, de una proteccion que la verdad contradice, ese conflicto de versiones entre lo femenino y lo masculino en el juego del poder y de la negacion, en esa contienda por la supremacia, por el dominio y el control, cuando la mujer es un obstaculo que persiste en el alma mientras se ama,  como un modelo inconcluso para armar de a dos, una realidad que une, que separa, que disocia, el amor como conflicto.
Hay muchas formas de recorrer una historia, la capacidad de leer entrelineas, de interpretar los oscuros significados, de volverlos del derecho y el reves y de darles vida nueva no es un simple juego.
Pareceria un divertimento, pero es una practica que permite nuevas modalidades de enriquecimiento en la comunicacion y en las relaciones. De hecho la practica del trabajo de lo intelectual, de lo reflexivo es una practica del espiritu, de su libertad, de su creacion y de su posicion en el mundo y en el universo. Es la practica de los ensambles de realidad, de la puesta a prueba de nuevas configuraciones interpretativas , de lenguaje y de corporalidad, de nuevas estrategias adaptativas ante los cambios y las transformaciones culturales y sociales. La realidad amenazante, el peligro de nuestro destino nos llama a una aventura humana donde el desafio es el movimiento creativo, de praxis cultural y social con las herramientas que la reflexion y el lenguaje nos brindan para la accion.
En esta crisis que atravesamos el mundo interpela tambien nuestras capacidades, las fuerzas que desorganizan y desestructuran el tejido social, con todas sus consecuencias de violencia, de desamparo, son fuerzas contagiosas que nos movilizan, que nos interrogan. Dentro de los determinismos culturales, nos paralizamos, pero si nos sumergimos en nuestros interrogantes para ahondar en nuestros conflictos podemos encontrar el cauce y la orientacion como modo de situarnos ante la historia que nos toca vivir. Este teatro politico, de tragedia economica y social nos desplaza, nos disocia, nos lleva a los extremos de la fragilidad, donde  la cuerda se tensa y asoman los peligros, lo que nos vulnera. Pero buscamos en nuestro interior respuestas, buscamos estrategias, acciones posibles, mancomunadas o individuales para disminuir los riesgos y aumentar las seguridades. Buscamos asimilar la realidad no para empobrecernos sino para comprender el juego de esta guerra, para librar nuestra batalla en un quehacer significativo, en un proceso de evolucion contra las fuerzas regresivas y destructoras de lo social y del hombre. Nos realizamos en el espiritu de la creatividad para aspirar a un sentido de nuestra historia y de nuestras vidas, un sentido que arranque a lo real de sus leyes deterministas y produzca variaciones, cambios ecologicos en nuestra cultura y produccion. La realidad esta alli para recrearla, para ensamblarla con contenidos nuevos, con significados de valorizacion, con desplazamientos en el entorno. Estas nuevas direcciones y orientaciones fuera de los estrechos margenes que la ley del dinero configura en cada vida son los espacios del espiritu en su apertura hacia mundos innovadores, hacia el ensanchamiento, el conocimiento y el arte vital que nos posibilita ser aun vivientes, curarnos de nuestras heridas, atravesar dificultades y sumar. A la vida podemos quitarle todo, pero siempre estaremos buscando el sentido en otros ojos, en otra mirada que nos muestre quienes somos, donde estamos y que queremos. Esa mirada tambien la encontramos en nuestro interior, es nuestra pregunta intima, la verdad de nuestro ser en su voz mas sutil, mas perseverante y mas arraigada en el destino.
Es la pregunta sobre nuestra morada, sobre nuestras seguridades, nuestros afectos, es la pregunta acerca de nuestros temores, nuestros fantasmas y nuestras ilusiones. Es la pregunta por nuestra realizacion y nuestras posibilidades, la reflexion interna y silenciosa que amplia el campo de nuestra libertad y nuestro lugar en el mundo. No es solo una vision que atañe a lo economico como determinante de conductas, en nuestras responsabilidades. Es una vision cultural ligada a nuestro desarrollo, nuestros entrelazamientos vinculares, nuestras oportunidades. Entre los margenes de la libertad y la dependencia se abre el conflicto, dos personas enuncian y pujan por sus intereses y en esa lucha desenvuelven su mundo interno, critico, su subjetividad en movimiento, desplegando multiples sentidos, ahondando en los afectos, en las realizaciones imaginarias. En el orden propio del desorden buscando huellas, signos, significado, para variar los mundos interpretativos, los cauces de la mirada, en una tentativa de situarse fuera del peligro, del choque, de la conmocion y la ruptura. Hay mensajes inconclusos, secretos, entrecortados, enunciados dispares y deseos ocultos. Ciertos vinculos trazan en el alma la impronta de los vaivenes de la imagen, de lo impronunciable, de los mundos multiples, de las significaciones cruzadas hasta opuestas. La raiz historica, el origen de lo ofensivo, de los actos de guerra, de las maldiciones y las traiciones, de los malentendidos y los abusos, entre la batalla sin leyes del caos, del aniquilamiento, de la destructividad, en los avatares de la condicion atormentada, como juego de una busqueda de sentido en la disociacion, en la fragmentacion afectiva del espiritu, donde el cuerpo nunca alcanza su pretension de unidad sino en otro cuerpo, fagocitando, en una union que lo devuelve a la vida, al alimento primordial y universal pero que luego lo separa de si mismo, lo obtura, lo disloca. Este juego de encuentro y desencuentro, de union y de fractura, de rechazo y de incompletud, esta aparicion del amor y el odio, como el lenguaje que arma y a la vez destruye, como la mascara de verdad y de espiritu irracional que establece los planes de las pasiones agitadas de la personalidad, es el juego de la tentativa siempre fallida de busqueda de una felicidad que se escapa, que se recrea en la angustia, en la mudez del espiritu, en las sombras de un fracaso que no encuentra palabras para hablar de sus limites, en la busqueda de lo ilimitado, en las libertades ilusorias de su alienacion.
El pensamiento teje realidades en busca de orientacion y de sentido, ademas de busquedas de enlace, de desarrollo relacional y productivo. A expensas de las emociones nacen las turbulencias, los conflictos, los movimientos profundos del alma en agitacion, donde a veces no se encuentran palabras, donde solo esta presente el lenguaje de lo corporal, del deseo, del amor y la inquietud.
Estos idiomas del deseo, de la verdad y del cuerpo, este rostro del amor y de lo vinculante frente a otros modelos culturales de pensamiento, de reflexion y de soledad producen el conflicto intelectual y espiritual mas contradictorio, el de dos opuestos: lo femenino y lo masculino que se atraen y se rechazan en un mismo cuerpo, en un mismo espiritu y hacia afuera, en una rotacion de vivencias, de acoplamientos y de temores, en un devenir historico, en un acontecer vivencial enmarcado siempre por el lenguaje y sus escenas fotograficas, sus re ubicaciones a traves de las palabras en realidades nuevas y experiencias antojadizas y recurrentes.
La conformacion de un mundo de a dos es a veces perder las seguridades y las certezas de una individualidad que traza todo su sentido en la mismidad. Es correr el riesgo de no saber o no poder crecer en la dialectica de los opuestos, de no volverse a encontrar mas en el Uno, en la individualidad que repara las fuerzas, la creatividad y el espiritu, es el riesgo a quedar asimiliado a otra vida, a formar parte de un mundo que se ama, pero que no es del todo un mundo propio, es la creacion de un nuevo asombro maravilloso que muestra nuevos limites y pone en juego nuevas realizaciones y verdades, pero ademas desplaza otros rumbos y significados y plantea dudas, confusiones y posibles crisis, en ese entramado conflictivo de la lucha entre los vaivenes del dominio, el sentimiento de riesgo y de perdida, el poder y su contracara que desestabiliza y pone en movimiento el caos, el conflicto interno, la tension psiquica con el desafio del abandono, del dolor, de la regresion al mundo de la muerte, la somnolencia de lo terrible, el aturdimiento del alma en la pena, la caida en la fragilidad de la tristeza y la melancolia cotidiana.
Pasar de estructuras simples a estructuras complejas, de la univocidad y lo estable al cambio y el dinamismo, de la exclusion a la inclusion, de los ambitos de peligro, los medios de incertidumbre, de la inseguridad a la integracion armonica de sentido, a las leyes interpretativas del mundo imaginario, a la lectura de realidades afectadas, realidades perversas, donde reina la agresion, el movimiento beligerante de las marginalidades, de todo lo que se escribe en los limites , entre individuo y sociedad, en el enfrentamiento o desde la crisis, en los bordes de lo cultural, con las resonancias historicas de un ser despojado, de una tentativa de roce entre hombre y coherencia de mundo, dentro de lo informe buscando las huellas de la significacion, del movimiento a la corporalidad.
Resta pensar en los movimientos culturales aislados de la mente, en las asociaciones y disociaciones con el mundo, lo que es vinculante y suele ser enriquecedor de la identidad y lo que produce conflicto, ruido, en las relaciones humanas, cuanto el cuerpo esta presente en nuestra modalidad de pensamiento, en nuestra aventura exploratoria de las realidades y en nuestra aventura estrategica. Cuanto el cuerpo esta involucrado en el mundo social de manera creativa, desarrollando sus capacidades, con sus diversos lenguajes. Cuanto amalgama y suma en las potencialidades vinculares, en su plan de desarrollo, en su vision evolutiva. En que medida el cuerpo y la palabra conjugan ese mundo operacional y esa situacion en la cultura que distingue a cada ser humano en su entramado social. Cuerpo y palabra produciendo el acontecer de la subjetividad, de lo formal a lo informal, de lo social a lo economico, pasando por las leyes del intercambio que regula a las sociedades en su forma cultural, en sus condiciones de vida y en sus posibilidades, desarrollos y carencias.
La fuerza estructurante de las palabras y los movimientos del cuerpo que despejan y abren campos nuevos en la simbologia del paisaje, en la estetica de la vision, los ritmos internos que fluctuan en el cambio estabilizando, pondiendo orden en el universo caotico, armando nuevas estructuras y proyectando estrategias, nuevos modelos, siendo desafiados por el futuro y al mismo tiempo organizando el pensamiento en torno a nuevas configuraciones de lo real y el imaginario social y grupal. Asi en las vinculaciones re organizamos nuestros mundos y nuestras realidades, las reagrupamos y le damos un sentido que al ser compartido conforman nuevas envolturas afectivas y vivenciales, nuevas subjetividades creativas, nuevas experiencias de lo comunitario. Ya el proyecto de vida integra lo colectivo, el enclave de los agrupamientos, el lenguaje como tejido de encuentros, de ensamblajes, de acuerdos, miradas, rivalidades y tendencias. Los rechazos, las confrontaciones que abren y cierran los discursos en las polaridades, las pautas transgredidas, las bifurcaciones del sentido, donde se establecen otras lecturas posibles, la invencion, la desenvoltura del imaginario en la recreacion del humor, del sentido politico del vivir, de la organizacion individual en lo cultural. El silencio se sostiene en los contenidos internos del lenguaje, el panorama del espiritu en un marco cuyas raices estan en el arraigo a la vida, en los limites de la palabra, en el juego de las superficies y las profundidades de la experiencia. La marca de la cultura en el cuerpo en un entrelazamiento de sentido que une al hombre con su medio, en sus transitos por lo natural. En sus origenes el descubrimiento secreto de los movimientos del alma en la vivencia de todo lo que ha permanecido intacto en la naturaleza, en sus flujos, en su profunda serenidad y quietud, en ese abrazo del hombre con su planeta, el significado pleno de su incomensurable espacio, de su libertad para explorar, cuando alcanza a intuir el significado majestuoso de la montaña, el sendero en el bosque, los movimientos marinos, la verdad del rio. Los chinos hablaban del Tao como ese movimiento del universo, esa significacion profunda del devenir de lo vivo en el cosmos, la estatica de lo que permanece y de lo que fluye, la trama del significado de verdad en el hombre, su naturaleza sometida a cambios, lo que hay de inefable en el camino de su espiritualidad, como las huellas profundas del movimiento de su ser en la corporalidad. Y el Budismo como experiencia de la mente en la mente universal, en la mente hecha cosmos, en su vivencia de ser conciencia de una totalidad de silencio, de libertad profunda, en la fuerza integra de la luminosidad y en la mirada del pasaje interior del pensar , del destello de lo imaginario hacia lo intocable que tiene el espiritu en el movimiento de su quietud, donde la experiencia primordial de la creacion y lo primitivo se encuentran con la dimension corporea de los origenes del hombre, de la cultura y de lo absoluto. En esa dimension religiosa el hombre encauza el descubrimiento de un mundo interior que abraza el centro de su libertad y su experiencia, mas alla de sus calculos, de sus determinaciones y sus esquemas. Las raices del hombre estan en el  espacio donde el silencio se articula con el lenguaje en un paisaje que une a la naturaleza con la cultura. El hombre como observador al mismo tiempo que se transforma a si mismo en contacto con su realidad y sus vinculos, pero ademas en un significado de si que viene de su profundo contacto con su libertad viviente, con el movimiento de su espiritu, de su lenguaje simbolico, de su soledad creadora, en el arraigo a las imagenes que lo sostienen en el devenir, los sitios de su entorno que lo orientan respecto a su cultura y sus posibilidades. Esa interpretacion de la imagen que constituye el contacto transformador con lo real es el puente hacia los intercambios basicos, hacia la gestacion de todos los mundos posibles, los sueños, las ilusiones y los grandes desafios.
Los contornos del mundo, sus superficies y su hondura, las leyes del orden y del caos, los transitos en la conciencia de un mundo que no termina nunca de leerse y de descubrirse en esa mente que para adaptarse avanza interrogando, transformandose con el mundo en creatividad, en reflexion, en silencio, en evolucion y nuevas complejidades grupales y familiares. Este mundo que se recorre por los bordes o por el centro y que muestra sus seguridades y sus abismos, este mundo donde la supervivencia se toca con el suicidio y la peligrosidad, en tanto la psiquis es atacada en su consistencia, en su estructura por las mismas leyes de interpretacion que dañan, la raiz del sufrimiento en la influencia cultural, la amenaza, en la interrogacion sin respuestas de estar entre el margen y la pertenencia en lo social, sin desconocer la marea de los sucesos economicos que producen la exclusion, donde nos preguntamos sobre nuestros metodos para seguir el curso vital de las aguas, la cohesion que necesitamos para permanecer en la posicion de arraigo, porque navegar en los margenes es volver a los interrogantes de la distorsion, de la fragmentacion, del dolor y el abandono. La trama colectiva del dolor de un imaginario social sumergido en la actividad historica, en un movimiento cultural desintegrador de polaridades subjetivas de poderio y de dominacion frente a modelos que intentan restaurar la rotura en el tejido comunitario, en las relaciones entre hombre-naturaleza y cultura en el lenguaje de una praxis cotidiana de exploracion de la subjetividad grupal y de reconstruccion del lazo primordial entre el ser humano y su entorno. En esta concepcion ecologica del hombre tanto en sus desafios, en sus problematizaciones y en sus hallazgos cabe un espacio para la reflexion del ser humano desde su naturaleza intrinseca, desde su original pertenencia a lo animal como a sus habitos y a sus saberes, capaz de recrear y de dar luz en el mundo a nuevas experiencias generadoras y vitales. Asi como la vivencia humana de  unidad se recrea en la naturaleza en comunidad con otros, asi como la cultura se forma acorde a los intercambios sociales , la humanidad se transforma en las polaridades del deseo, del poder y de la palabra buscando hacia afuera en los bordes del ocultamiento de lo descifrable y hacia adentro en la pregunta que interroga por el sentido y la articulacion de la experiencia social con lo vital, tanto en la cultura como en el espiritu. En esa tentativa de produccion de si mismo y de su historia el ser humano es afectado por su entorno, lo construye y se modela segun el, a veces sin saberlo, por su contiguidad con otros, por sus cruzamientos y sus roces, por sus necesidades y tambien por sus posibles. Y en su dimension ecologica el ser humano contribuye en la cultura con otros, en su capacidad de entretejer su destino al de su comunidad, su facultad para integrarse, para comprender o modificar otros lenguajes, su vital intercambio con un espacio, la naturaleza o la cultura , que le traza sus limites, su pertenencia, que le muestra sus dificultades y sus hallazgos. Solo el ser humano que se elige a si mismo es capaz de soltar la piedra que lo ata a la esclavitud y hacerse libre en su eleccion, optando por el camino que lo llevara del dolor a la creatividad y a la emancipacion.
Tratese de un rumbo politico, de una palabra maldita, de una denuncia, siempre el hombre puede revelar el profundo significado de su epoca, de su existencia, de su rumbo y elegir con libertad que destino esta dispuesto afrontar desde su deseo, su pensamiento y su historia.  Todo ser humano reconoce en si la posibilidad de arrojarse en una aventura nueva, en una conquista, un desafio, que muestra los espacios inexplorados de su mente, espacios que lo condenan o le dan vida, espacios de la luz o de la oscuridad. Nuestro espiritu critico modela el mundo segun un criterio de lo real que es medicion por contrastes, por significados, tambien por el sentido de lo aberrante, de lo justo y de lo injusto. Nuestra racionalidad toma aspectos de la realidad, reflejos, interpretaciones. Alli crecen nuestros temores, los fantasmas, las reverberaciones de nuestra personalidad en lo que nos circunda. Pero la racionalidad es un aspecto de nuestro intelecto entre otros. Es apenas la mirada discriminativa que nos permite el juicio segun lo que otras miradas nos cuentan sobre la realidad. Es una de las formas en las que nos entendemos con la informacion que recibimos sobre determinados sucesos. Para muchos seres humanos es la unica realidad que cuenta, una realidad comun sujeta a polemica, a critica, lo que determina, lo que configura el pensamiento en torno a una sola lectura, donde al fin, todos nos encontramos rodeados de las mismas angustias y los mismos principios. Nos podemos formar una idea del mundo en el que vivimos, una idea mas o menos objetiva, una idea que nos viene de la informacion que recibimos a traves de los medios de comunicacion , pero la imagen que nos formamos de lo real nace de la logica y el arte que utilizamos para interpretar, para analizar y discriminar. Este movimiento en la trama textual e imaginaria de la cultura que nos transporta a todos los rincones del mundo donde se producen los conflictos nos hace vacilar, dudar, estremecer, nos vemos proyectados a otros escenarios sociales y politicos, sumergidos en una comunidad imaginaria de espectadores de la historia viviente del hombre, como testigos, como complices y tambien como responsables de lo que esta ocurriendo. Somos responsables en la medida en que nos sentimos participes, sujetos a una trama, creadores y transformadores de nuestro medio. Nos aventuramos a leer en los hechos historicos, a formar parte de esta diversidad cultural y pensamos y somos transformados por esta capacidad que tenemos de interrogar el mundo y de interrogarnos a nosotros mismos.
 Si pensamos que lo real es tambien nuestro proceso creativo, nuestra capacidad de transformacion, si pensamos que podemos revertir las leyes deterministas y afrontar el mundo segun nuevas construcciones, dar vuelta y recrear los modelos, los patrones de pensamiento y reencontrar nuevos significados, productivos y sociales, de conocimiento y de accion, el mundo puede tornarse diferente en su diversidad multicultural, en su complejidad, en sus fines, aciertos y desaciertos.
Nuestras perspectivas pueden variar acorde a los criterios que utilicemos para observar. De alguna manera estamos configurados por el espacio y el tiempo, siempre somos cuestionados por nuestros medios para sobrevivir, en tanto que pertenecemos a una especie.
Tratamos de perfeccionar nuestras herramientas para aprender mejor acerca de lo que nos rodea y de como relacionarnos. El mundo de nuestros intereses abarcan el ruido politico y social en el que juzgamos y pensamos la realidad, segun nuestra clase, nuestra formacion y nuestro criterio, profundizando en los entretelones de la propia irreflexion, en la logica de una mirada que es capaz de indagar en los subterfugios, mirada que despliega su lectura de mundo sobre lo irrazonable, desde lo primitivo que alimenta y sacude las formaciones internas de la psiquis hasta los ecos de la maquinaria de circulacion de dinero y poder, en un dialogo vivo con los contrastes historicos, con los acontecimientos que suponen la crisis y transformacion cultural de lo vivo en lo social, en una dialectica dialogica con otros, mas alla de los bandos, sumergidos en lo colectivo, heridos por su interrogacion, pero al mismo tiempo abiertos a la espacialidad liberadora del espiritu, capacidad transformadora, enriquecedora, que supone la posibilidad de la mirada de un otro que me rebela su condicion despojada, su condicion dolorosa en la que sucumbe a merced de las fuerzas dominantes de su cultura, condicion del vivir, la pobreza, que muestra la irrealidad de otras realidades, el fulgor de una fantasia siempre en movimiento, fulgor de una clase que retrocede y que se acerca a sus miedos, al sentido de peligrosidad, de riesgo que supone la perdida de sus propias seguridades. Es la Argentina en el corralito.
La sensacion de configuracion de realidades nuevas, entre las tradicionales reglas del juego que sacuden la economia, de politicas que siempre quedan achicadas entre dos movimientos, lo social con su agitacion y los intereses sectoriales en su puja maquiavelica por obtener la mayor ganancia y provecho. Lo que ha sido puesto en cuestion es el ideal mas o menos asimilado de un individualismo que, ademas de ser ciego ha provocado en su olvido y en su tentativa de conquistar la riqueza la expulsion de otros, la exclusion social.
Ha sido puesto en cuestion la forma cultural que supone el crecimiento de unos en desmedro de la destruccion o aniquilacion de otros, la forma en que la burguesia se siente implicada en un proceso devastador que la amenaza. Primero es el desempleo, la ruina, donde en la realidad confronta esta burguesia con leyes a las que se ha sometido para su subistencia, leyes que siempre hicieron  a sus convicciones, mas o menos liberales; luego a la constatacion de que las reglas del juego suponen el azar, el caos y la armonia, tambien su propio empobrecimiento y sufrimiento. Esto que amenaza supone distinguir la voz de nuestros interrogantes, de nuestros miedos, de nuestra paralisis para adentrarnos en nuestros posibles. Para muchos argentinos se trata de imposibles. Muchos construyen sus realidades desde la accion de sus imposibilidades. Y construyen con fuerza un colectivo que se abre paso, que avanza, tratando de definir su rumbo, entre acuerdos y desacuerdos respecto a los fines, pero en una tentativa politica de transformacion social con equidad, donde se entreveen los poderes y las fuerzas antagonicas de dos modelos opuestos a la democracia capitalista: el fascismo y el socialismo.
Estamos ante una realidad que va conformando la puja entre tres modelos de convivencia social, segun las fuerzas y los intereses que estan en juego, entre ricos y pobres. La democracia ya sufre dificultades para reciclarse acorde a los intereses que representa la clase politica. Algo nuevo se va conformando, se va reagrupando, se consolida como union, pero sin saber hacia donde puede dispararse en funcion de los avatares de otra realidad que va acorralando: la economia. Alli en ese campo se define la lucha, las presiones, las sacudidas, los desplazamientos. Se define el signo del poder politico acorde a la situacion social e historica y acorde a los intereses que son capaces de dominar, normalmente dentro de un contexto mundial
de intereses capitalistas. Que espacio para la reflexion cabe dentro de este acontecer que modifica, que perturba, que cuestiona nuestro saber acerca de las cosas. Que nuevos espacios se abren para el pensamiento y la accion, que cosas se dejan atras, que cosas nuevas se conquistan, que aspectos de la realidad configuran una nueva mirada, una nueva politica de la supervivencia acorde a los tiempos, a los ataques del tiempo, a las posibles desazones, angustias, empobrecimientos, que suponen la confrontacion historica y politica con lo real, en el enclave de una situacion despojadora de raices y significados. Resiste acaso la mirada positiva de la creatividad y de lo poetico las acechanzas brutales de un mundo economico que se desmorona y se fragmenta, abriendose paso con crudeza hacia un destino violento de enfrentamientos sangrientos, como pueden imaginarse en el futuro. Quisiera no adentrarme en los mundos dantescos que imagino. Desconfio de la bondad del hombre y de sus buenas intenciones cuando de la historia se trata, de la riqueza y los intereses. La otra cara de muchas morales bondadosas ha sido la opresion, la tortura, el crimen, el terror; en nombre de un orden, de un mandato ejercido para salvaguardar los bienes de unos contra los intereses de grandes mayorias. El dominio del terror, del salvajismo del hombre contra el hombre lo vemos en nuestra historia desde los diferentes poderes que han ejercido la politica en nombre de ideologias de derecha o de izquierda. Pero la democracia occidental no ha sido menos despiadada en su ajuste de cuentas con la sociedad, arriconando al hombre en los margenes de la exclusion, sometiendolo a poderes que deciden sobre sus vidas y sus muertes, poderes economicos que disponen del presente y el futuro de millones de seres humanos. Es capaz el hombre de crear sociedades nuevas, mas justas, en medio de un mundo cambiante, de una voragine de acontecimientos que lo sacuden, de injerencias, de presiones, de influencias o seguira en el movimiento de transformacion que supone enfrentamientos sangrientos, crisis, conflictos, muertes y aniquilacion. Quienes son los que deciden el valor de otras vidas humanas. Hay vidas cegadas, hombres y mujeres condenados sin justicia, el reves del mundo que muestra que aun hoy los campos de concentracion existen, que no ha terminado el sufrimiento de millones de personas excluidas, encarceladas en prisiones inhumanas. Es la diferencia entre sentir el mundo acabado, impregnado de sentido o de sentir su fractura, el dominio de su destructividad y enajenacion. No olvidamos el lenguaje de la horca, de la guillotina, de las camaras de gas. No olvidamos el exterminio, porque hacemos de la memoria un recurso para adentrarnos no solo en la historia sino en los aspectos mortiferos del ser humano cuando es capaz de ejercer el poder con su omnipotencia sea estatal, sea privada, en esa irracionalidad que los seres humanos no alcanzan a percibir de si mismos, que los violenta, que los arroja a la crueldad.
Esa irracionalidad que puede ser organizada con una logica politica como lo fue durante el nazismo, o durante el proceso en argentina.
Este uso del poder para enajenar vidas aun no ha terminado.
Aun se puede hablar de un enmascaramiento de la realidad que no permite ver lo que hay en la antesala, justamente porque la antesala es la cara de un sufrimiento que el hombre prefiere ignorar para construir su confort. Al ser humano le incomoda ser testigo del sufrimiento y el infierno de otros. Prefiere vivir en la ilusion de que ese es un sufrimiento merecido. Evita cuestionarse ese doblez que supone la constatacion de la injusticia y el dolor. Especialmente a la burguesia le molesta corroborar que el mundo no esta del todo hecho a su medida. Prefieren cegarse a la posibilidad de entrever otras realidades y explorar otras circunstancias, se limitan para vivir el azar de una situacion que siempre tienen en sus manos, como si dominaran su propia realidad y fueran dueños de si mismos. No lo son. No hablo de que sean responsables por ignorancia de lo que sucede a sus espaldas, pero contribuyen a la complicidad y al silencio. De hecho gran parte de la comodidad humana se sostiene en la indiferencia. Pero que hay de la diferencia. Y que hay de la igualdad, de la semejanza. Que hay de la mirada que puede extenderse para mirarse en otra mirada, otra clase de mirada, no por ser de otra clase sino por ser otra mirada. Quitarse los atavios europeos para ver el origen indigena de la mirada de un niño que viene del Chaco, de Santiago del estero, de Formosa. Reconocer a un Boliviano como a un vecino, saberse vecino, reconocerse inmigrante, reconocer el origen de pobreza que trajo la inmigracion, reconocer el hambre y las guerras que devastaron europa y que trajeron a estas tierras a nuestros abuelos. No. La historia de la riqueza siempre es la historia de lo que se hizo con el dinero, de cuanto se compro y cuanto se tuvo. Pero hay otra historia, una historia que cada familia suele enmascarar como puede o negar, una historia tabu, justamente lo que no pudo adquirirse, lo que salio del reves. Los placeres permiten esa ilusion huidiza de un poder que se tiene a veces sobre otros. Eso es lo que hace de un capitalista justamente lo que es. Solo que el poder es una maraña de realidades ilusorias que se pueden perder.
Las ilusiones van y vienen entre una realidad y otra pero cuando el mundo se alarma resuena lo temible, se hace manifiesto y aparece la señal que provoca todas las angustias. Ser arrojado a la guerra, a la lucha fraticida entre unos y otros mientras hay personajes que bailan, se divierten con mascaras y disfraces. De alli que las palabras queden surcadas por el horror. Porque hay un vacio en la mirada que distingue los mundos privados con asombro cuando hablan de la eterna indiferencia humana hacia el sufrimiento. Hay una maquinaria cultural del despojo que esta asociada a la indiferencia. Y esta maquinaria obra segun un saber. Saber que le permite poner aparte para efectuar su ganancia. Es el aparato de poder que excluye en cada grupo al que piensa diferente, tambien al que enferma. El que enferma no renuncia a ser el portador de una verdad secreta que el grupo no quiere oir. Verdad de su historia, de sus entredichos, sus circustancias y sus conflictos. Testigo viviente de un secreto, un enigma que no tiene palabras para realizarse en la verdad que oculta, para decir aquello que lo ata a su propia miseria por ser solo signo del espanto, la huella marcada de la historia social que le toca vivir en su memoria, mudanza corporea de una crisis que marca los pasos sobre el vacio de una identidad historica, fracturada, despojada de su logica, abismada en la eternidad.
Cuantos seres humanos salen de los textos escritos de Dante y su infierno para adentrarse por las calles de Buenos aires, palpar la basura, comer de la podredumbre a la vista de insolitos transeuntes que pasan de largo temerosos de ser alcanzados por una siniestra daga. El loco que por dentro murmura: me estoy muriendo y alcanza en su eco a la voz de un niño en alguna parte, durmiendo en una vereda de noche, diciendo las mismas cosas, al embate de todos, sin confrontacion con nadie, en la eterna soledad mortecina de un islote, de una penumbra que tiene el ruido de la nada, de la eternidad, en un paisaje ciudadano de diferencias, abismos, parcelas, metros cuadrados de conciencias utilitarias y utilizables para todos, enfocadas en si mismas pero que ahora comienzan a despertar al mismo agobio de los apretujones, las largas filas en los bancos, la incomodidad y la estafa, por una realidad que se desdice politicamente y que dibuja el panorama de la quiebra. Cuantas sombras se levantan entre las pesadillas de la desilusion para soñar como soñaron otros pueblos con un dios que levante su pulgar e imponga el orden ante la temible rafaga colectiva que con su fuerza amenaza con devorarlo todo; ese cuadro que Goya supo pintar no solo de matanzas y fusilamientos sino del hombre devorado por el hombre, en busca de una riqueza que ya no tiene, de una riqueza que debe aprender a generar y que sirva para todos, una riqueza comunista, donde no estemos expuestos por nuestras carencias o nuestras debilidades a ser despojados de la tierra, a vivir en los basurales del planeta, inundados o invadidos, cercados, locos.
Que espacio queda en este mundo para crear y dialogar entre el hombre la cultura y su tiempo, pero ademas para recobrar el sentido vertebral de la naturaleza y el espiritu, para detener el abuso criminal que significa la explotacion voraz de la tierra y el avance de la destructividad del planeta, la contaminacion de las aguas, la destruccion de los bosques. Que espacio queda para dialogar con otros pueblos que tienen una palabra sumergida pero vital para entender lo que nos sucede como seres humanos. En tiempos de globalizacion hay solo una mera ilusion de llegar a todas partes. No se llega a ninguna. Solo se escucha una voz que llega de lejos, voz ininteligible que habla de cosas secretas, invisibles, voz virtual de un circuito, de una red que tiene sus programas abiertos y cerrados pero que obtura la capacidad de la mirada, solo reconoce los acuerdos posibles en las similitudes, en los roces de una circulacion luminosa, en la informacion. Circula la palabra en tanto se comparte la misma escena domestica. Una casa abierta al mundo con la ilusion de la gran antena. Con la ilusion del vasto planeta en el mundo de la tecnologia.
Esas luces se enciendan y se apagan en nuestro hemisferio sur. No nos toca en suerte estar en la mesa de los que gozan eternamente de la riqueza del mundo. Estamos en el sur para ser como otros pueblos mas o menos lejanos, los olvidados, los pobres, como alguna vez se llamo, el tercer mundo. Esta tecnologia de la que gozamos puede ser apenas un simulacro de vida. Nos permite la comunicacion en redes de mundos mas o menos paralelos politicamente hablando. Pero estamos atravesados por los cambios sociales, por la ganancia y la perdida, por la quiebra, y por la realidad que implica vivir en un pais donde todo tiende a ser desabastecido. Debemos sostener el precio que nos permite aun la convivencia con otros, sin rasgarnos; pero estamos en la demolicion viendo como todos caen abruptamente en el vacio, mientras cae la economia. Esta sensacion de que todo se detiene, esta mirada del vacio, del abismo, supone no solo la conciencia de lo horroroso, de lo siniestro, sino la posibilidad de la creatividad en el agrupamiento, en lo colectivo. La pregunta es: que sucedera a medida que sigamos cayendo. Tal vez algo que ya conocemos en el interior de nosotros mismos, algo que intuimos, cuando pensamos en el interior de la argentina, en las provincias.
Ahora vemos el pais. Antes le dabamos la espalda. La eterna lucha entre el centro y la periferia. Ya sabemos lo que pasa en Corrientes, en el Chaco, en Cordoba y en Santiago del Estero. Esas provincias que ya hace tiempo estan en una situacion terminal de pobreza y hambre ahora significan algo para nosotros. Ahora comenzamos a escuchar en ellas lo que nos pasa. Porque la realidad de esas provincias se traslado a nuestra ciudad y sus alrededores.
Ahora la pobreza de Santiago del Estero esta en la Matanza, en Avellaneda, en la Boca; circula entre otras pobrezas mas o menos ataviadas tejiendo sus poderes.
Bertold Brecht lo imaginaba ya hace muchos años. Sucedio en muchas partes del mundo. Ahora nos sucede a nosotros.
Solo que no era de imaginar en un pais como este, con baja densidad de poblacion y con un gran territorio lleno de riquezas naturales.
No hay forma de permanecer a un costado de esta realidad.
El aspecto material de la vida traza una linea demarcatoria entre realidades y realidades. Estar afectado significa saber que de alguna manera pertenecemos a esa clase de seres condenados a muerte, como lo enunciaba Camus. La esperanza supone vislumbrar un camino sin heridas en medio de un contexto complejo. Realidad que se abre paso pulso a pulso entre la expectacion y la incertidumbre en una accion  decisiva en la vida de todos. Supone que en estos momentos se estan jugando los hechos que definen nuestro futuro. La base material sustenta nuestra mirada. El campo de nuestras posibilidades se disputa con nuestro sentimiento de inseguridad frente al destino. Nos enfrentamos al hecho de que nuestras vidas son hoy y tal vez mañana ya no. Y ademas, la amenza de vivir en vida a perpetuidad un sufrimiento que reconocemos en otros y que no nos merecemos: la miseria. Ver dentro de esa amenza es reconocer que el mundo en parte nos ha traicionado. La condicion de objetividad la poseiamos desde una posicion mas o menos privilegiada, desde una ventana abierta con capacidad de movimiento y de reflexion. Pero las estrecheces constriñen la subjetividad, producen esa sensacion de aprisionamiento, de hundimiento, de dolor. Las antiguas religiones hablan de esa insalvable condicion de los pobres, condenados por su destino historico al sufrimiento y de la tentativa de hallar dentro de si mismos una libertad que supere los limites de la realidad y abra nuevos espacios. Entregarse a la meditacion donde la vastedad de la mente silenciosa ocupa el espacio total puede ser una forma de actividad del espiritu en el cambio, en las osilaciones intempestivas del medio. Pero ademas sin despojarse de la posibilidad de intervenir en la causalidad de los hechos, en su interpretacion y en su desarrollo.
Hablo de religion porque la historia del hombre ha sido atravesada por esta dificultad que han tenido los seres humanos con su supervivencia y su sufrimiento, su esfuerzo, su lucha. Y las religiones han ocupado un espacio para encontrar un significado, un sentido al vivir. Asi el Budismos habla de la interdependencia como de un tejido vital que sostiene al conjunto, las partes y el todo estan interrelacionadas y la mente pequeña es la gran mente, materia y espiritu se interrelacionan mutuamente y se alimentan. Mas alla de los sutras el Budismo Zen propone una practica, una disciplina que supone el vivir en la practica meditativa, en la posibilidad de observar el movimiento interno del espiritu en su accion conforme a su silencio, a su quietud y al pasaje de los pensamientos. Pensamiento, realidad, cosmos, son las formas en las que interviene el espiritu con su percepcion en el entretejido de la vida, en la libertad y en el quehacer cotidiano. La dimension corporal, como en casi todas las disciplinas orientales ocupa un lugar privilegiado. La trascendencia del hombre en esta concepcion es liberarse de los determinismos. La mente puede alcanzar un estado de liberacion que le permite ver la vida, lo viviente, mas alla de su constreñimiento y de los condicionantes que la realidad le impone en su manera de pensar el mundo. En parte las religiones orientales se basan en los movimientos de la naturaleza y el universo mas alla de la cultura, incorporando a la cultura como una formacion, un tejido de lo vital que interactua entre los seres humanos entre el dia y la noche, en el aire, en la luz, lenguaje del cosmos. Eso inefable que es el Tao es la naturaleza primordial de las cosas, lo inconsciente pero a la vez el sendero, la huella en la gran vastedad oceanica del universo en eterno desplazamiento entre quietud y movimiento. Lo natural se funde en toda vida entre lo limitado y lo ilimitado, por eso somos lo individual y lo colectivo, formamos parte de un todo que se desplaza en un movimiento incesante entre lo vital, en sus redes y en su soledad, donde finalmente morimos. Hablo de esta busqueda como de tantas otras, la escritura, la poesia, la musica, la filosofia , el psicoanalisis. Creo en la situacion del hombre en el mundo pero ademas hablo de la voz interior del espiritu del hombre que no decae en ninguna circunstancia, aun en la opresion. La religion puede ser la busqueda de si mismo en el ser humano que le posibilita como la reflexion encontrarse, en el sentido de su vivir, de su existencia, en la plenitud que lo comunica con otras vidas, en una trama donde lo vital y el espiritu se recrean mas alla de la libertad. Abriendo nuevos pasos de significado entre las palabras y las cosas, mas alla del concepto entre lo historico y lo que es presente a perpetuidad, o sea entre subjetividad y objetividad se abre un camino trazado como aventura humana, no solo del conocimiento y de la verdad sino de encuentro de cuerpo y espiritu, de lenguaje pero tambien de silencio. No solamente hablo de esa forma mas o menos eficiente que tenemos para comunicarnos con nostros mismos y de reagrupar y crear nuestras realidades. Hablo mas alla de la memoria de la experiencia, de la capacidad de liberarnos. Capacidad de estar y formar parte del cuadro del paisaje, de ser el paisaje, de estar en el, vivos. Y cuando hablo de paisaje hablo de los rostros de los transeuntes, de las calles, las veredas, los parques, no solo hablo de montañas y de rios hablo de hombres y mujeres, hablo de pajaros, hablo de piqueteros, desocupados, hablo de pobres y de ricos. Mas alla de la mirada cultural que supone los atravesamientos interpretativos hablo de la mirada del deseo, la mirada vital. Y mas alla de la lectura politica la posibilidad del encuentro con la lectura psicologica, con esa dialectica que produce el intercambio entre dos zonas mas o menos diferenciadas del discurso politico, de distintas perspectivas para ver el poder y los intereses segun la ubicacion de cada cual. Hablo del movimiento del espiritu que hace que el hombre justamente sea interpelado por su situacion en el mundo , reconstruyendo su realidad a partir de los pedazos y las huellas que encuentra en si para darle un sentido y significado a su vida. Es un movimiento que le da la libertad de su experiencia, lo que ha aprendido, pero ademas es un movimiento de valorizaciones corporales, de su cadencia viviente en la accion de pensar y pensarse a solas y con otros. Y en esta inefable manera de encontrarse con lo poetico el hombre alcanza la mirada clara del sentido de su libertad y ese sentido le llega desde la experiencia de su espiritu. Hay un pasaje entre la vida imaginaria que presta su sentido a los acontecimientos sociales, y la vida personal donde el hombre se refugia y busca los contenidos secretos de su yo.
Es decir, en estos pliegues de palabras, de reflexiones se encuentra el rumbo ahistorico y el rumbo historico. Es una conjuncion de los tiempos y un vivir el presente en sus formaciones transformadoras.
El pasado es memoria que reconstruye sentido y experiencia en una reformulacion creativa que brinda la posibilidad de una nueva temporalidad y una nueva proyeccion. El presente es la posibilidad misma de la intemperie, de la sensacion angustiante o es tambien, en la otra cara, la posibilidad  creadora, de espacialidad abierta, de un flujo de percepcion abierta a la vida, libre, con un sentido univoco y vital de relacion con las cosas, no con el mundo. Es donde el mundo desaparece para dar lugar a la mirada directa, la mirada despejada, acultural. En una clara intuicion, ese destello fugaz que en el Zen llaman Satori, aparece en su realidad manifiesta en la conciencia y produce de por si un cambio transformador. Se entrevee un misterio innombrable de la naturaleza de las cosas en su realidad, en su superficie y se recrea un nuevo pensamiento respecto a la accion.
No excluye al pensamiento pero si pone entre parentesis la validez de jerarquias y categorias que son necesarias para la comunicacion humana. Y ademas, realza la profundidad de lo insondable, el lenguaje pictorico de la imagen que habla por si misma diseñando la actividad de la mente en la percepcion de las cosas. El zen nos enseña que hay una percepcion clara de la realidad acorde a nuestra postura corporal, que la realidad es negada o percibida conforme al sentido que le damos a nuestras limitaciones, que es posible lo ilimitado, la espacialidad clara y abierta ademas de la lectura y la interpretacion.
Es un no pensamiento basado en la posibilidad del pensar y en la accion de los opuestos . En esa naturaleza del percibir se cuelan y se transfiguran las realidades y se dispersan y desvanecen en la quietud y el silencio de la postura corporea, en la fijeza y al mismo tiempo la dura pesantez y flexibilidad del cuerpo. Para pensar tanto la ocurrencia como el mundo y para entrar en la vastedad de una conciencia que emerge del silencio del espiritu hacia las cosas.
Es una aprehension de la realidad que supone una constatacion de lo simple y lo complejo que puede ser vertido en el lenguaje con palabras, pero que debe formar nuestra mirada y nuestra estetica de lo real, la transformacion de la naturaleza de la realidad, no solo la lectura sino la experiencia vivida. Supone una actitud de movimiento reflexivo y de interiorizacion y de apertura, de percepcion y de escucha. Ademas supone el movimiento dinamico de la vida y el cambio en una practica que es verdad de si, verdad de la nada.
Zazen es un sendero de aprehension de la realidad en la vastedad de la conciencia vital y en la profundizacion espirtual acorde a la totalidad, llamada cosmos. El mundo de lo viviente tiene sus leyes y aprehender esas leyes supone no solo el pensar los cambios sino la posibilidad de vivirlos y entregarse a ellos. Aun cuando estemos a expensas del riesgo, la realidad  nos expone siempre a la posibilidad del sufrimiento y aun el sufrimiento puede ser una instancia de creatividad y transformacion. Es verdad que la inseguridad del mundo tiene que ver con sus velocidades y sus cambios. Adecuarnos a el supone una adaptacion cada vez mas forzada, segun como pensemos nuestras vidas y nuestros horizontes. Cambiamos en lo que permanece, esta es la realidad que apenas notamos a veces en la relacion que hay entre el movimiento y la quietud de las cosas, entre la seguridad y la inseguridad. Formamos parte de un texto llamado historia pero en verdad somos una estructura de seres vivientes mas o menos complejos en relacion mutua, con intercambios que fluyen, con necesidades y carencias, mas o menos en peligro, en una aventura que desconocemos en parte a expensas de un mundo que apenas entrevemos. Podemos estructurar un sentido objetivo de ese mundo para ordenar un discurso e interpretar la realidad, en realidad lo que hacemos es ubicarnos como interpretes, es leer la produccion del discurso politico como una produccion mas entre otras producciones, artisticas, filsoficas, cientificas o politicas. Estos esquemas nos ubican, nos orientan, nos brindan cierta perspectiva y constituyen el armado estructural de un relato que da significado, que estructura palabras, imagenes, realidades y acontecimientos. En el fondo es nuestra necesidad de entender que diablos pasa alrededor nuestro mientras las cosas cambian, pero es nuestra necesidad de entenderlo con otros, de agruparnos en un dialogo posible que incluya la realidad. Lo que vemos es que dentro de la incertidumbre y de la inseguridad aun hay un especio para pensar a pesar del temor.
Surge la realidad no solo como la imagen de un devenir social en gestacion y movimiento. Surge la realidad como la realidad de las cosas, de los objetos, del cuerpo, de la lengua. Es una realidad economica pero en todo sentido, no solo en el sentido material de la palabra, justamente porque la economia siempre implica las leyes del intercambio y del cambio, de la transformacion, de la disposicion de las cosas, de cierto ordenamiento y tambien de cierto desorden. Como que las leyes de la vida estuvieran en plena relacion con esa dialectica entre orden y caos, transformacion, movimiento y estabilidad, riqueza y pobreza de recursos. Ese seria el dinamismo que en parte nos incluye y nos influye. Esas son las leyes que nos afectan.  Nos podemos pensar por fuera y por dentro. Podemos rozar la superficie y entrever el sentido de las ligaduras que tocan la realidad por fuera, lo que nos incumbre, lo que esta relacionado con nosotros en aspectos que hacen a nuestra subsistencia. Podemos entrever ademas la realidad por dentro en una hondura que puede abrumarnos, que puede hacernos desfallecer, en una percepcion corporal que nos define en el miedo, en la angustia, en el terror.
Todas esas cosas pueden pasarnos. Y podemos aun superarlas, encontrar niveles de intercambio con lo real que nos satisfagan, que suponga acciones de transformacion, de mudanza de piel, de nueva conciencia.  La existencia puede sorprendernos en espacios dificiles y al mismo tiempo darnos la posibilidad de la oportunidad y el aprendizaje, esta es la suerte que corre a traves de la libertad por nuestras venas, supone el acontecer del sufrimiento pero a la vez la experiencia de la creatividad. La vida es un arte y vivir en lo vital implica despojarse de los moldes en los cuales, por ignorancia, creemos que debemos ocupar para ser conforme al deber ser de una cultura que nos hemos autoimpuesto para ocultarnos detras de un velo en donde nuestra personalidad se escabulle, cambia en un flujo de angustia y silencio adolescente. Esa prueba de la juventud en la eterna falla y fracaso de la adaptacion por el surgimiento de un mundo que no puede captarse como totalidad sino en sus fragmentos dispersos, en sus sinsentidos y en sus voluptuosas imagenes desbocadas de la perdida de si, el ruido y las ilusiones. Es decir: en el atolladero, entre lo legitimo de nuestras necesidades y lo que la cultura nos propone con sus misterios, sus abusos, sus filtraciones y sus dispersiones. Leer significa saber interpretar y nos es dada la lectura gracias a una aprehension del sentido y de lo simbolico que vamos adquiriendo en la vida en funcion de nuestra relacion con otros. Tambien aprehendemos lo que no tiene palabras, y nos sumergimos en envolturas, en claustros familiares a veces, para morir en un tiempo: el del secuestro. El uso del poder puede significar la enajenacion de una vida en funcion de las necesidades perversas de otro. Todos las domesticaciones entrañan el peligro de la enajenacion de otra manera de sentir y de ser y esto sucede porque los seres humanos muy pocas veces sabemos y escuchamos lo que significa crecer y vivir para un niño. No somos capaces de aprehender esa voz que alguna vez fue nuestra voz, esa voz que emerge, que nace a la vida desde el misterio de una conciencia directa de las cosas que se hace lenguaje, que señala simbolicamente a las cosas. La vida nos señala a nosotros como seres preparados solamente para ser utilitarios, el gran aprendizaje consiste en la posibilidad de descubrir las palabras que inauguran el crecimiento, el desarrollo. No solamente ser cuidadores, descubrir el impacto de la plenitud de amar  a un hijo. En  ese impacto, mas alla de los proyectos puede habitar tambien el dolor por la imposibilidad de abrir caminos, ya que los padres somos dadores de recursos que nuestros hijos utilizan para desarrollarse. El vinculo que forjamos con nuestros hijos es un caminar a veces a solas como padres haciendonos preguntas sobre nuestra preparacion para ayudar pero ademas sobre nuestras oportunidades y posibilidades. Ser padres forma tambien  parte de la aspiracion creativa al desarrollo humano, pero en nuestro compromiso habitamos tambien la dificultad, el miedo, el dolor.
Nuestros hijos estan expuestos a un sufrimiento que no deseamos para ellos y que sin embargo tarde o temprano en diferentes ciclos de su vida deberan afrontar de la misma manera que nos ha tocado a nosotros hacerlo. No somos inmortales. No hay una formula par evitar la muerte. Tarde o temprano nos veran partir. Sabemos que preparamos a nuestros hijos para ser libres y arraigarse, pero tambien sabemos que la cultura nos esta quitando la posibilidad de la pertenencia. Sabemos que la lucha final es la lucha por habitar lo propio, lo que esta en nostros, por alcanzar la medida de nuestras raices y de nuestra libertad. Y no hablo de una libertad cuyo modelo nos propne estar aislados o vivir en una sociedad salvaje. Hablo mas bien de una libertad que implica autonomia y capacidad de percibir el sentido fluyente de lo vital y poder interpretarlo. Hablo de una libertad ligada al lenguaje y al deseo pero no enfrascada en una exteriorizacion permanente. Hablo tambien de la posibilidad de alcanzar la interiorizacion, es decir: no para caer en el ostracismo, sino para alcanzar la raiz que esta en uno, la escucha de una voz que ha permanecido oculta a traves de la historia y que se manifiesta como voz univoca del espiritu, voz creadora del pensamiento, de la reflexion, de la critica, voz que otorga al sentido su dimension visual. voz preformadora del contenido corporal.  El tiempo, el espacio y el cuerpo, las calles, la ciudad, el sentido de tener un hogar, la convivencia con otros en espacios que son de todos, que se comparten, la vereda, los pasillos en los edificios, todos los espacios publicos donde uno tambien se alimenta del mundo comunicandose con semejantes. Este sentido de los cruzamientos en la mirada, la observacion, este recorrido que supone habitar en la sociedad, abrirse plenamente a ella, aprehender su vitalidad, su espiritu colectivo, merece un espacio privilegiado en nuestras vidas para darnos cuenta de que ese otro anonimo con quien nos cruzamos tambien es un otro que pasa fugazmente por nuestro mundo y que nos permite el intercambio. Todas las relaciones colectivas forman parte de los intercambios y entender la libertad es entender el tiempo que nos otorgamos para vivenciar la calidad de estos, su profundidad y al mismo tiempo sus contradicciones. Por eso en esta formacion de red, de entramado de encuentros y desencuentros, de contactos y dispersiones dejamos algo de lo que somos, hacemos circular nuestra palabra, la compartimos, la ponemos en juego, la dejamos abierta y la cerramos al discurso estructurante para permitir otras voces, para escuchar de donde vienen otras voces, como golpean en nosotros.
No somos creadores de nuestra historia, simplemente nos permitimos recrearla, darle movimiento, dinamismo, nos detenemos a encontrar el tiempo que se merece el encuentro con el pensar y señalamos la orientacion respecto al mundo no conforme a una ideologia necesariamente, sino conforme a una mirada, a una lectura.
Sabemos que a partir de los textos podemos entrecruzarnos en un dialogo muy fertil con el conocimiento, que podemos debatir con diferentes interpretaciones en la medida en que nos permitamos ver con los ojos de otro la civilizacion, la sociedad, la economia, la religion , la cultura. Sabemos que finalmente tendremos una palabra propia cuando alcancemos a conocernos y a mirarnos por dentro y tambien a poner en juego en nuestro dialogo lo que somos capaces de intuir acera del amar y el afecto, que ocupan un lugar en el movimiento de lo corporeo. La ruptura de la afectividad humana supone el cruce del sufrimiento.  Construyendo su realidad con palabras el ser humano entra en su afectividad, su cuerpo se constituye como verbal. El silencio que intuye es un silencio habitado por el lenguaje, es una formacion en movimiento de su dinamismo linguistico y corporal.  Aplicamos  criterios, esquemas, formamos nuestro pensar, lo configuramos y lo adecuamos a la realidad de acuerdo a nuestros posibles. Vivimos la espesura y las tensiones que suponen los conflictos y siempre nos arrojamos a una conversion inesperada entre la vida y la muerte segun la naturaleza critica de nuestra existencia.
No voy a dejar de lado la percepcion y la conciencia, la memoria del hospicio. Mas alla de las ocurrencias biologicas se me ocurre pensar en el espanto. Se me ocurre pensar que toda huella trazada por el sufrimiento recorre y traza ciertos caminos, ciertas aventuras y ciertos destinos. Tambien pensar que el hospicio ocupa un lugar en en un pais, en una ciudad donde la gente tiene historia. Pienso en el acierto y el desacierto biologico, en esa pulsacion que mata, que aniquila. Pienso en todas las enfermedades que suponen la abrumadora e insostenible soledad de perro del hombre, pienso en las atrocidades de esa soledad, de esa inevitable angustia  que corrompe la psiquis, que destruye al ser humano, pienso en ese suicidio de la mente, en esa instancia peligrosa de la destructividad, en el estigma, cuya arquitectura supone la ciencia, y el juego dialectico entre victima y victimario, llamense familiares, enfermeros, porteros, policias, falsos amigos, aun medicos. Pienso en la buena y en la mala praxis, moneda de la suerte a merced del viento, tan volatil, tan arriesgada en sus vicisitudes manejando destinos humanos, suertes y desgracias. Pienso en la desconfianza, en el miedo y en el valor, en la fuerza abriendose paso en medio de la tragedia como una tormenta.
Pienso en la espera eterna de la muerte, en la agonia, en el titubeo personal caminando pasillos entre ventanales y puertas en el gran manicomio. Pienso en los sueños carcomidos por las bestias, en las esperanzas asesinadas, en la libertad robada, en todas las prisiones, los encierros, las mordazas, en todas las clausulas, normas, prohibiciones policiacas, en la moral publica que sostiene a los ladrillos, en la bondad de empleados que solo hacen su trabajo municipal con tus pobres residuos, residuos de tu fractura que se profundiza, que se disuelve en la nada......la nada de una muerte que jamas llega, de una eterna espera del momento cumbre y final de la desaparicion.
Desaparecido es aquel que perdio su palabra, que fue aprisionado por la historia, mudo, muerto en vida, sin nombre, perseguido. Yo podria contar otra historia. Deberia empezar por un cuento infantil, el camino marcado con pequeñas piedras en el bosque para que hansel y su hermana gretel descubran el retorno. Retorno a la vida, a la esperanza, a la capacidad de amar y de crear. No todas las piedras fueron quitadas de ese camino y los hacedores de historias reinventan sus relatos y vuelven la vista atras una y otra vez para demarcar los nuevos horizontes, las nuevas realidades. Alguna vez fui una pura sombra, alguna vez fui creciendo como niebla, me fui yendo despacio de la vida como eleccion de un rumbo fijado porque no me gustaban los seres humanos, los sentia demasiado desposeidos, tal vez porque yo lo era. Me sentia a merced de una melancolia solitaria entre festiva y corruptora, infeliz, domesticada, rica, en las penumbras. Yo no queria la riqueza, queria la aventura de vivir, que no compraba con nada, que necesitaba aprender. Simplemente detras de mi mirada crecian otras visiones imaginarias, enclaustradas, otros temores sin palabras, como escudos, como muros, como paredes.  La imaginacion, una simple blancura que define la angustia, el vacio nihilista. Estrecheses del cuerpo, siempre impugnando la rabia, no pudiendose salir del margen. Asi se vive lo abismal. Esa es la horfandad. Contra viento y marea, contra toda sordera, contra toda ceguera solo se recupera la realidad cuando las palabras pueden sacudir otros cuerpos con una verdad que viene de la libertad. A la muerte se la entierra bien enterrada. Quien desentierra a sus muertos se desentierra a si mismo del pozo en el que sufre por no acceder a la vida. Perdidas tempranas, irreversibles. Perdidas que suponen el atraso. Perdidas de lugar, perdidas de destino, perdidas de la orientacion. Atraso. Y una queja dolorosa en la penumbra por una angustia que mata. Cosiendo los hilos de una personalidad encarcelada a perpetuidad en su imposibilidad.
Hay huellas en el camino. Hay cosas que no se olvidan. No se olvidan las manos que quedaron colgadas en el aire pero que eran manos solidarias. No se olvidan las manos y las huellas de mis padres, lo que quedo escrito, los pedazos, los fragmentos, pero ademas la mirada, las pinturas, los cuadros, los libros, las mil y un busquedas por los textos entre renglones, la lectura, el desentrañar el tejido, la red. No se olvida el humanismo transmitido a traves del arte, a traves de la psicologia, una mirada mas abierta del hombre, una mirada que incluye, no una mirada que excluye. La memoria teje y desteje.
En fin. Los seres vulnerables son los que sucumben cuando no estan preparados para afrontar dificultades. Entre el optimismo y el pesimismo puedo sopesar las jugadas que nos hace la vida en funcion de los riesgos que corremos. Se supone que esto es el realismo.
Aluna vez pense que el verdadero libro que habia escrito acerca de mi soledad se llamaba la nausea y habia sido pensado por un señor admirable llamado Jean paul sartre. Tambien pense que un tal Albert camus hablaba con palabras que yo le daba para revelar el misterio de otras vidas, de personajes que se vestian con mi piel, con mi tristeza, con mi desesperacion. La aventura fue recorrer los grandes pasillos de una biblioteca a solas, de noche. Esas palabras que queria tomar, hacer mias. Esas palabras diabolicas, que jamas podia conquistar enteramente, que se me escapaban, que no daban en el blanco preciso.
La imposibilidad del dialogo. Pinceles. Cuadros. Un paisaje sin entender. Pero en fin: un cuadro. Dos historias en un libro: la guerra, la segunda guerra. Un mismo libro leido por dos hermanos de diferente manera. Nazis, comunistas y democratas. Un hermano, otro hermano. Auschwistz. La frontera. Como pasar por el tejido de una historia que se lee desde los extremos, desde los polos. La estupida guerra de Malvinas. Yo hubiera muerto en otra guerra. Quizas nadie lo hubiera advertido. La guerra. Preparado para morir. No para matar.
Lo malo es que uno termina odiandose por ciertas cosas. Y a veces ese odio puede ser visceral. Me odio porque pierdo todos los enfrentamientos, todas las batallas. Me odio porque siempre siento esta fractura que padezco a pesar de los otros. Me odio porque me siento aprisionado en un terror amenazante que es tu odio y es mi odio. Armas. Debo sobrevivir. Debo callar. Proceso. Militares. Hermanos. Porque me he vuelto invisible. Estoy muerto. He partido en un tren por un camino sin final. Amaneci en todas partes, completamente aislado y sin rumbo. En un pobre puerto, miserable.
Esa clase de miseria que significa perder tu idioma. Esa pobre carpa para dos personas oculta en un bosque, con una pequeña radio, una bicicleta y una linterna, un mapa y un  saco de dormir. Ese mundo donde no hay mujer, donde solo hay desierto, esa pobre radio que nadie entiende, ese sueño de infinito sin final. Tu casa. Donde esta tu casa. En ninguna parte. Sin rumbo. A ninguna parte. Pasando el tiempo, matando el tiempo, entregado a la espera, la lenta muerte, sin tierra, solo, despojado. No hay otra mirada, no hay otra voz. Solo, colgado del hastio. Amadeo Modigliani.
Pasa el tiempo. Finalmente llegamos al futuro. Llegamos a este lugar donde hay un clima, una montaña, el mar. Todo se ve  a traves de una ventana que da al patio. Quieren saquear la montaña pero no pueden. No se saquean los sueños, se saquean los almacenes. No se saquean los rios y yo vivo de los rios. Los rios corren por otras miradas. Yo creo aun en las manos. Yo tengo una religion que nadie me ha de quitar, una religion con la vida, con las cosas. Y si.......me gustaria que las cosas fueran comunes. En fin. Uno a veces crece entre miseria y miseria y cuando menos lo piensa da el salto hacia otra cosa, sale del sufrimiento y percibe con una mirada mas clara, tambien mas optimista el mundo que lo rodea. Se navega por diferentes territorios. Al fin esa vida que uno no poseia, esa huidiza vida errante, ese efimero chispazo a lo infinito, esa eterna incompletud, se completa. Las olas van y vienen. Las heridas se abren pero dan agua fresca, viviente. Me debato con la vida. Un manicomio. Apenas salgo. Son ciclos y ciclos. Caminar, respirar.
Andar en bicicleta, descubrir esas cosas ocultas de la ciudad. Ese ojo que se desplaza por el camino. Ese ojo que sabe. Finalmente reconocer el pulso de la esperanza, de las ilusiones. Aquellos irreales que dan un contenido viviente a las cosas, formaciones imaginarias que los budistas llaman bonnos y que tambien inciden en nuestro pensar, en la dimension imaginaria de lo visual, en la aprehension simbolica de  la metafora natural. Y esto para escapar a las rigideces formativas de la realidad, para situarse en el mundo de lo inacabado, no de lo fragmentario sino de lo que posee forma, unidad. Estaba recordando a Jackson Pollock. A todos aquellos artistas, como Joyce en la novela , como John Coltrane en el jazz,  a todos aquellos que buscaron reformular el lenguaje en busca de lo autentico, sin importar los caminos, avanzando y retrocediendo, observando la realidad viviente y acompañandola en su vibrante oscilacion, en su fertil y claro movimiento, aun en su tragico devenir, en sus huellas desesperadas. Esa forma musical de la pintura definiendo el caos y la armonia, en Klee, en kandinski, mundo que renace entre las tormentas, mundo del movimiento, el conflicto, la tempestad. Orden, caos, armonia. Leyes que rigen al arte y a la vida, al universo. Tambien a las sociedades. El mundo apenas roza esa tentativa entre la justicia y la injusticia. Los hombres finalmente perecemos porque si, nos vamos como vinimos concebidos en el silencio, como burbujas de jabon, como gotas de rocio. Y morimos en la tentativa sufriente de quedarnos un rato mas y no poder o en el deseo de fugarnos, de desprendernos, de ir desapareciendo, de evaporarnos y dispersarnos en el silencio total. En un pais dormido como la argentina muchos escribieron sobre patios y parras, sobre bandoneones y mendigos, sobre calles oscuras y puñales, sobra matanzas y secuestros. Horacio Quiroga, Julio Cortazar, Borges, Buenos aires, Europa y el interior, Misiones.
 Gauchos ladinos, epopeyas laberinticas, misterios indescifrables, serpientes asesinas, romances de amores perdidos, de historias cruzadas, de puentes y de calles nocturnas, de besos y jadeos, camas y embestidas, espalda contra espalda entre sueño y sueño a la luz de un farol escuchando jazz en un departamento; en fin, relatos vivientes que circularon en bares, en habitaciones, entre sueños adolecentes y con la mirada puesta aun en la creatividad abierta, en la libertad, recreando un mundo estetico en pugna con tanta avaricia, con tanta voracidad por la acumulacion, por el poder. Y el poder entrevisto mas de una vez en ese sueño shakesperiano que descifra el mundo, las escenas familiares, las conspiraciones, los rumores, las tramas, los secretos y ese ocultamiento de la verdad que termina en la tragedia, ese eterno malentendido que supone el enfrentamiento, el interes, la puja, la presion. En fin, Creo que voy paseando por mi pensar y por mi acontecer como humano, en mi historicidad y mi experiencia. Hay hechos que implican llevar un signo de impugnacion en la psiquis.  Llevar una carta de identidad que en parte significa tu propia sepultura. Lo que supone vivir en una sociedad que acuerda ademas de sus palabras sus silencios. Lo que se mueve de los margenes al centro y del centro a los margenes,.  Verdades relativas, sombras, acontecimientos. La literatura es un rincon vacio, plagado de sueños y de soledades donde uno se busca entre renglones. Luego, conforme al saber, uno comienza a buscarse de otras formas, uno se busca con el cuerpo, en lo viviente, entre relaciones, saberes y percepciones, identificaciones. Pero uno ya no escapa al entramado que supone leer entre renglones, leer desde los margenes, desde lo cultural y lo contracultural.  
El tiempo marca las distancias, las apreciaciones. Hay rupturas y ensamblajes textuales, entre lectura y lectura de la vivencia, a veces escapando de lo primordial para sacudirse en la tierra y en las tempestades. Pero uno varia, entra en las variaciones musicales, uno danza en lo viviente aun a  costa de morir, de interpretar su dolor.
No hay sacudida que despeje las realidades, pero hay una naturaleza vivida de lo real que interpreta acorde a los ajustes mas o menos armonicos que nos permite la situacion de nuestro enclave, nuestro puesto, nuestro refugio, nuestras defensas, a veces con el temor al empobrecimiento, otras, entre rafagas de felicidad, de alegría, de plenitud sin nombrar la marea viviente, simplemente en ella, en su cadencia movediza, espiritual, sin vertigo, sin cansancio, en paz, desde el mirador privilegiado, solitario, de soledad de alma, de espiritu, viendo reverdecer la aurora, poesia inacabada que se descubre en tus ojos, niño de la calle, niño perdido, de ciudad en ciudad, al alba del mundo, esclavo de esclavitud de siempre. Niña que vas para prostituta, niña del pobre zanjon atomico, de murmullos de basura. Todos los ojos, todas las miradas. Espiritu. Veo entre ventanas abiertas y cerradas a un hombre cortandose la oreja, a una mujer ahogandose en el mar, a un hombre muriendo de sida en cualquier parte. Eso esta en mi, en mis letras. A veces pienso que esas cosas se olvidan y se recobran, que uno no puede vivir enteramente en ese mundo, que es el mundo de otros. Pero tambien creo en el ser testigo de la historia, testigo de la aprehension callejera de historias, de relatos del cuerpo, de relatos de la mirada, como murillo tomaba a sus niños empobrecidos españoles para mostrar lo que ocurria en su epoca. Creo que esa exploracion de otros mundos abre los caminos de nuestra percepcion hacia realidades sociales y mundiales mas totalizantes. Esos caminos del relato historico de alguna manera marcan nuestro cuerpos en una posicion a cierta altura del acontecer variando, cambiando nuestros aspectos, en parte nuestras identidades, enriqueciendo o empobreciendo nuestros juicios acerca de las cosas.
No porque seamos una semblanza del exterior, de lo que ocurre en el afuera, sino porque nos permitimos que esos ecos resuenen en nosotros, les damos lugar a otra voces para que se hagan nuestras.
Y en esas voces tambien habitamos cuando en transito urbano reconocemos al otro, humanidad sufriente, en rumbo a la superacion de su conflicto o a la desintegracion. Reconocemos en el otro algo que nos pertenece, escuchamos su humanidad, arrastrandose, muriendo. Nos escuchamos. Y alli estan en juego nuestras libertades, la superacion de nuestros conflictos, la posibilidad de aprender, de conocer, de amar y tambien de odiar. Se abren paso las distinciones, las nuevas posiciones de verdad acorde a un mundo politico que juzgamos a la medida de sus amenazas y sus potencias o posibilidades. Lo juzgamos criticamente siendo protagonistas y transformadores de nuestra realidad abriendonos a los cauces de la naturaleza viviente, la naturaleza social y economica que avanza positiva y negativamente dejando su reguero de sangre, sus multitudes desamparadas y su individualismo mas o menos salvaje.
Como la necesidad de re- encuentro marca esa distincion de la individualidad y sus intereses, sus territorios, sus habitos y como el ser colectivo define los otros campos demarcatorios de lo historico en una interseccion, una circulacion e intercambio de multitudes, de circuitos. Y como ambas cosas no pueden ser separadas. Pareciera que el mundo se vive disputando este antagonismo de lo social y lo individual. La puja por un colectivo para todos y la puja por los intereses de cada cual. Esto marca las ideologias presentes en las formas de vida. Marca mas alla del estilo, nuestro pensar, nuestras necesidades, nuestros intercambios posibles y nuestra conciencia.
Nuestra adaptacion al mundo supone muchas veces su reconocimiento. El mundo puede ser muy vasto dentro de todos nuestros limites, nuestros encuadres. Lecturas que nos permite el conocer y el interpretar, pero ademas tomar posicion politica.
Hacernos libres supone siempre un pensamiento cultural y politico.
Ser libres supone la capacidad de entender otros puntos de vista pero dilucidando los nuestros. No acordar con los enemigos en el desencuentro. Si la posibilidad de reconocerse uno como enemigo, de situarse en la escena de guerra que encauza todo desacuerdo, en la division de aguas, tu.....o yo......y la posibilidad de liberacion.
NO quien es el gana en la partida. Sino una partida multivocal, la familia, donde cada uno hace su apuesta, la quita, la ensambla, la pronuncia y arma el juego, el nosotros, el grupo, que posibilita un crecimiento de identidades, no de trincheras, si de pensamientos fuera de los vaivenes, de los tiroteos, de los odios o de las dialecticas frigidas. Un armado que supone agregar y quitar piezas de acuerdo al pensamiento politico y acorde a la estructura dominante. Pero todos somos testigos de una epoca. Todos leemos los acontecimientos a nuestra manera, intentamos compartir esa lectura, la hacemos rodar y la organizamos como palabras cruzadas que nos vinculan, palabras politicas y palabras vinculantes, afectivas, que organizan, que dan forma a algo que esta cambiando siempre de forma en la manera de ensamblarse, digo, la familia, el grupo familiar.
El tiempo amenaza como una tormenta. El futuro parece cerrarse sobre nosotros. La vida se hace temible, preocupante. Avanza el miedo. Esta es la sensacion de decaimiento que atraviesa la ciudad de lado a lado. El peligro. La caida. Esa mortifera paralisis que incluye la posibilidad del movimiento hacia el cambio, que incluye voces de apertura, voces nuevas entre sombras y amenazas. El frio de todos esos rostros en la niebla para una argentina que decae, que muere.
Esa tempestad agonizante, ese sentimiento de destino, cuando todo se detiene, la agonia, la posibilidad de la tristeza, del dolor a perpetuidad.
Mi mirada cambia entre ricos y pobres. ¿Deberia pronunciarme en favor de alguno? Los limites que marca la clase son los limites de tu situacion. Y siempre es posible un puente, siempre es posible un hallazgo.
 
 
 
En la mirada esa forma movediza y danzante de un femenino cuerpo sutil que se despliega y se abre en la cadencia volatil y musical de la alegria. Como entrever que esas cosas suceden en medio del marasmo social y sin embargo son lucidas formas vivas y bellas de un chispazo candente de felicidad que aun habita en alguna parte, en la noche de la ciudad. Intuirlo peligrosamente con una conciencia que no termina de dar sentido acabado al todo, que viene deteniendose entre sorprendida y asombrada en el tumulto de los acontecimientos, herida por el mundo pero tambien con un rasgo vivo cultivado en cepas a veces mortiferas, plagadas de herrumbre, entre renaceres y muertes, para recorrer el camino unico, el sendero entre los arboles, por laberintos de la memoria, por los espejos sin fin y las vastedades del desierto. Como entrever que esa mirada despreocupada, esa agilidad sorprendida en el movimiento del baile, entre un grupo de mujeres, dispara una habilidad para sorprenderse, para extasiarse en el placer de la mirada como en todos los cuentos, una historia que se escabulle entre los pliegues inconformistas, las delicadas historias arabes de mujeres desnudas, seductoras, en el brillo de todo deseo, de toda luz abierta a la vida como pulso de una campana, de un latido que dibuja en el aire, que serpentea con su forma movediza la acuatica sustancia del cosmos, donde dioses y diosas se abrazan, estrechan sus manos, se muerden, se besan, se abisman en la caida mutua entre los anudamientos del cuerpo, tras una ventana al universo y a la eternidad donde se posa lo femenino y lo masculino sin sombras, sin ocultamientos, fuera de todo misterio en el abrazo mutuo. Quizas la secreta forma de un encuentro donde la union significa vida, naturaleza y mundo, espacio, totalidad, amor y libertad. Alejandra, llamada desde siempre con el nombre del primer sentimiento, de la primera mirada en la envoltura, labrando el nido en el cuerpo de la alegria sin fin de un primer amor, repitiendose en el tiempo en todos los nombres, en todas las experiencias, sexuandose en cada oportunidad como el viento, porque el lenguaje del viento es el renacer de los besos, de las bocas que se buscan en el silencio de sus cuerpos, en el espiritu del otro, espiritu de vida, silencio que deja crecer las profundidades de la noche hacia el alba.
Con que razones mientras estas cosas ocurren circulan las vidas entre gritos, encuentros y desencuentros. Las calles son la penumbra que iluminan el alma con esa felicidad nocturna de un bandoneon en un barrio. Esas calles donde habita el misterio de la noche, entre habitantes que duermen tras sus ventanas al mundo desconcertante de los secretos. Hacerse amigo de los gatos que recorren los rincones en esa percepcion acabada de cada rasgo habitado por la oscuridad, en esas sombras que discurren para el transito nocturno del vagabundo que busca un sitio donde dormir . Que entrelazamiento entre las aguas tibias y ondulantes, paisajes que se encuentran en el alma a la quietud de tus ojos, al brillo y a la luz de tu mirada donde solo veo el resplandor de lo que acontece en mi. Y luego otros cruces, venidos de una realidad que avanza, donde se batalla, se muere, se lucha, donde se digiere al gran monstruo de los sueños y las pesadillas, se devora al hombre como se devora a la tierra en un impulso que va erosionando por dentro a los cuerpos, secandolos de vida, donde habita el sol negro de la muerte, entre cadaveres que vomitan su sufrimiento eterno sin amar, atados a los clavos de la vida, con la bocas abiertas al hambre. En este paisaje abierto de sufrimientos y tempestades se pasa de un mundo a otro circulando por las multiple avenidas y calles, olvidando y reencontrando la historia, la de uno y la de todos. Hay una libertad unica, la del hombre y su destino, la de una historia que se hace con todos y que se va haciendo con uno, una historia que surge de las luchas internas, de los miedos, de las frustraciones y los fracasos y tambien de los delicados encuentros, del descubrimiento de la verdad  y de la aventura de vivir. Hay un mundo que empieza desde la mordedura de una manzana entre un hombre y una mujer, mordedura de a dos, de un cuerpo en otro cuerpo, entre las necesidades y los habitos pero siempre perdiendose en las palabras y en los misterios.
Defendiendo las murallas, atacando, pavoneandose entre los murmullos sin piedad, sangrando, comiendo. Multitud de rostros despedazados en la prisa, bloqueados por la renuncia, cuerpos avidos de vida, fracturados. Cuerpos del olvido en la penumbra, en la siesta de la eternidad donde hay un sol de pueblo, un sol que viste de gris las casas y las calles, que viste de penumbras el alma, que viste frigida toda paciencia en medio de luchas, de pobres temores y mansedumbre. Que lejos de la paz esas violencias cobardes, que lejos del canto esas miradas. Lejos de todo, en la penumbra de las lejanias, de las frias madrugadas intempestivas, bebiendo a borbotones el vaso seco de la necesidad. Como ver los dos espejos, las dos verdades, el vaso lleno y el vaso vacio, el río que corre entre optimismo y pesimismo abriendo los cauces del sueño y de la pesadilla, entre vida y vida, luchando, pariendo, gimiendo a horcajadas por la sangre vencida, por los muertos, por el dolor de la tortura.  Cual es el paraíso inventado, rojo, el paraíso con las marcas del alba, del océano, abriéndose paso entre peces y pájaros desde el grito a la alegría. Ricos y pobres, la eterna historia de algo que se juega entre cama y cama, en un desayuno, en una ilusión. Entre temores y fantasmas, el paraíso perdido, el paraíso ganado. ¿Dónde quedara la historia, quienes hablaran de la verdad sin perder las huellas en el barro, en el fuego caliente del acero templando la memoria? Somos apenas una huella inhóspita en la memoria de esta tierra. Una huella profunda marcada en nosotros mismo con el aliento de lo que debe partir. Hay quienes devoran el tiempo sin poder sostenerse, quienes habitan la intemperie del hambre y la resignación perpetua. Hay quienes con su rumbo abren las brechas por donde habrá de pasar el tiempo de otros, el tiempo alegre o sufrido de una humanidad que avanza ¿hacia donde? Disgregada, caótica, en medio de una armonía que resulta del morir de pie, del morir en la batalla. Entre paz y violencia el murmullo de la historia, con sus calientes hemorragias, con sus desangradas investiduras, sus crímenes, sus asesinatos, sus violaciones. ¿Que mundo podrá  nacer de lo intempestivo? ¿De la mordaza violenta de las sienes y los brazos clamando venganzas, odios? ¿Que mundo en el horizonte nacerá del afán del hombre de mantener en pie su pequeña debilidad con el uso de la fuerza? ¿En que ciudades y reinos los sueños se convertirán en pesadillas, las manos en cuchillos, las palabras en muerte, torcidas, mentirosas palabras de doble sentido, atadas al disfraz, a la tragedia de la sangre de los hermanos matándose entre ellos? ¿Que país será el nuestro en medio de la historia, de la lucha por la supervivencia, del hombre por el hombre y contra el hombre? ¿Que reinos del renacer? ¿Que reinos de la impunidad? ¿Cuantas muertes? ¿Cuantos suicidios?  Cuantas luchas por la riqueza, por los dientes, por los hijos, por la cama y el sillón. Cuanta sed en juego, descarnada, abismada sed desesperanzada abriendo el rumbo, sed de futuro, sed de vida, entre surcos de tierra, entre manos entrelazadas y vivas, con la mirada perdida, pobre, en otras bocas.
Para hablar del oxido, la mente sufriente, la arquitectura del hospicio, los largos pasillos a la nada, a la muerte, los corredores de la más lúgubre lucha humana, el rostro de la voracidad  entre la vida y la muerte. El rostro del conflicto humano, del dolor, del suicidio.
Que hay de la urgencia del amor en el desvalimiento total, en la mísera condición de la torpeza de todo pensamiento, la fragilidad de esa frecuencia inmóvil, rígida. ¿Que hay del desanimo, donde la ciencia deposita solamente sus pastillas en nombre de que? ¿Que diablos hacen las pastillas en pro de lo que jamás llega, de lo interminable del camino, de la vastedad única del desierto?
Legiones de locos durmiendo en la noche en pleno silencio del abandono. En que lejanía puede crecer un halito de vida fuera de la penumbra de una esperanza que significa destierro y que ilumina todo con la luz de la psicosis. Que palabra para lo más lamentable de la condición solitaria, psicosis. Allí donde crecen los fulgores de un espejo y la detención del espacio, allí donde la memoria hace de su llamado un recorrido por la historia, por las huellas de la niñez, corriendo por todos los corredores, los paisajes que se reciclan, que ganan la mente. Los movimientos diurnos y nocturnos de una mente estrellada, de una fosforescencia vital sin habla, de una percepción única, maravillosa, asediada, incendiada. Que enfermedad será aquella que solo habita en los ojos de las cosas bellas, en plena soledad, mirando su futuro, en el recorrido de su pasado, sin nadie, llamando en el mundo al mundo, en un hábitat imposible, en infructuosa búsqueda de compañía con la constatación de una tragedia: ser un desconocido. Que enfermedad que habita en pleno corazón desde siempre como una búsqueda franqueada por el otro, como un paso que nunca das hacia lo conocido, lo que tiene un nombre, lo que habita en una mujer, en un amigo y que ya no esta, que murió, que fue. Que neurona maligna se comporta de tal manera de dejarte en ridículo en todas partes por algo que pides y nadie te da, porque no sabes dónde esta y tú lo sabes, sin embargo, lo buscas y no esta, se escapa, se va, se reniega, huye. Que enfermedad deja ese espacio vacio abierto a todos los sueños, todas las ilusiones, las más espléndidas y bellas como un regalo por todo lo que dejaste ya de ser, por todo lo que quedo fuera del camino y no sabes como reconstruir.
Niegas algo que sabes que es cierto, que esta contigo y no puedes negar. Tu locura fue no haber hecho saber que estabas perdido tratando de reconocer una condición humana que se escabullía.  Tus hermanos,  las personas que querías amar porque si, porque se cruzaban en tu camino, los que querías como a tus amigos. Si, esos desconocidos de siempre, la humanidad, en fuga permanente.
Tu locura fue que otros no supieran tu pedido, tu llamada, que ya fuera demasiado tarde, que tu cabeza había estallado en mil pedazos imaginarios en medio de un éxtasis de ríos, de noches, de luces y de habitantes de la tierra, por fin de seres humanos. Por fin.
Es decir, cual es la fantasía prohibida, juzgada, encerrada que nace de un deseo emergente de estar en todas partes con todos, de adaptarse en fin a una realidad que de otra manera solo muestra una cara, el vacio, el abismo. La biología debe hacer estallar la mente en esos procesos para integrar al ser humano a lo vital, aun dentro de esta forma que algunos ven como anormal. No adhiero a la idea de enfermedad. Solo veo la enfermedad en la condición más infeliz propugnada por la deshumanización del encierro. La enfermedad son todas las secuelas y las extremas dificultades y sufrimientos que produce el estigma. La ciencia insiste que has optado por un camino equivocado para buscar lo que quieres. Que ahí solo encontraras siempre la misma cosa: represion. Esa vastedad ilimitada del delirio, como llamada y como señal de humanidad, de reencuentro con la vivencia y con la memoria parece ser una compleja combinación de neurotransmisores, de sinapsis que te hace ver el mundo, en fin, detrás de tu emergencia, detrás de tu vacio.
Los hechos de la historia me han llevado a una actitud autista en muchos sentidos. Yo solo era un pedido.
Mi pedido quedaba claro en mi intención, pero no en mis palabras que a veces se metamorfoseaban y se coloreaban de otras emociones por no saber bien adonde apuntaban. La vida dejó de ser una aventura para mí. La angustia es aventura. La melancolía es la enfermedad. Tristeza sin fin donde se rumia un eterno proceso de lenguaje que no llega nunca a la posibilidad de una profundización reflexiva. Falta el otro.
 He sido soldado, he sido extranjero, he dormido en estaciones de trenes, he dormido en calabozos, he conocido solo por instantes el eco de una prisión, la escritura en las paredes con nombres de seres amados, llamados libertad, el mundo del afuera. Apenas he entrevisto eso. Nada material me ha faltado en la vida, sin embargo me ha faltado todo. Me he sentido el más pobre, el mas carenciado, en los limites, desposeído. Mi  enfermedad fue caer en lo más inhóspito de un mundo interno frío, sin nadie, en un desierto que habría de cruzar solo entre otros seres vivos.
Solo algo irracional. La absoluta necesidad y ausencia del acto de pensar, de poder simbolizar. Una queja eterna, brutal por la pequeñez, por la condición a la que había sido arrojado.
Mi voz no es mi voz. No tengo voz. Solo me llevan alzado por no tenerla, porque no puedo decir que soy, que sigo siendo.
En el desacuerdo viví por años, en el desajuste. La realidad era un eterno padecimiento de la pobreza infinita del alma, de su muerte.
Nunca me quise abrir a los golpes. Y sin embargo luche. No encontraba paz, solo lucha despiadada. Tan difícil sentir que ahí, del otro lado, había una mirada, había una mano. Tan difícil sentirlo mientras se viviera fuera del mundo de las palabras.
La visión de islote jamás fue aceptable. Aislado moriría. Lo que he leído y lo que se sobre los ciclos del delirio tienen que ver con esto.
La manía se recicla cuando no hay una profunda dialéctica entre uno y el medio. Dialéctica que  esta vinculada al lenguaje, al cuerpo, a lo social. No es solo un fenómeno químico. Al mismo tiempo no dejo de sentirme sorprendido por las declaraciones de los psiquiatras que he leído sobre esta enfermedad, hablando en términos de "devastación de la personalidad" lo cual no deja de ser cierto y hasta cierto punto aun influenciado e inducido por las grandes o pequeñas instituciones clínicas del encierro. No dejo de sorprenderme cuando corroboro mi recuperación al leer otras miradas, positivistas, en el ámbito único de la observación de ciertos casos que darían la pauta para lo general, es decir, la mirada del psiquiatra que solo ve un aspecto mas o menos dilucidado, el neuroquimico, variable que acepto como básica, como primordial pero que no refleja la complejidad cultural y estructural que configura además al ser humano en un grupo con sus posibilidades abiertas al cambio, a la transformación. Que lugar juega el aprendizaje, que espacio ocupa el conocimiento, lo adquirido que puede actuar sobre la misma enfermedad modificando su curso y a veces su lógica. Si lo comprobado a través de los años es que las relaciones positivas, la reflexión, el ejercicio, una buena calidad de vida modifican y suman en favor de la salud y del cambio hacia una nueva vida, quiere decir que hay compensaciones internas, aun neuroquimicas que posibilitan una vida diferente sin las determinaciones cerradas, aun obstinadas de ciertos "observadores".
La vida afectiva regula vínculos, relaciones, corporalidades, tramas, redes, significados y usos del lenguaje, tonos musculares, miradas, pensamientos y descubrimientos de lo real, lo simbólico y lo imaginario. Sin una estructura vinculante las relaciones se pierden en la nada, no reorganizan la realidad, ni modifican pensamientos o puntos de vista. Y una estructura vinculante supone ir hacia el otro, llegar  con una mirada que lo toma como sujeto y que es capaz de convertirlo en metáfora de un instante percibido como totalidad, como único momento de atravesamiento dual o grupal, entre líneas, fugaz, interpretaciones y lecturas posibles.  Esto es lo que queda devastado en la enfermedad, lo que tal vez jamás estuvo y necesariamente debía ser organizado para complementar y desviar la lógica del desarraigo por otra de mayor creación, lógica de lo posible de la evolución, de la maduración, del desarrollo, lógica que toma como única referencia a sí la relación con los demás.
El encuentro de la cercanía, de la nitidez de la forma, de la piel, de la mirada, la manera en que el cuerpo dibuja la situación con palabras, intencionalidades, gestos, todo esto es una apertura positiva a los cauces de la recreación, al desarrollo. La poética de la mirada, la imagen desplegada, única, urbana, imagen de la calle, del transeúnte, de la vida de la ciudad que corre como savia por el tejido social con un significado que todos aprehendemos a nuestra manera, con nuestros avatares y nuestras modalidades interpretativas.
Cuerpos de la renuncia, cuerpos de la guerra, cuerpos que atraviesan la ciudad desgastados, profanados, con todas las tendencias míseras y las perdurables esperanzas. Y allí, entrar en el manicomio, ver la mirada tendida en el piso, la ultima pena de muerte a perpetuidad, la molicie, queja de los abismos, de todas las desesperaciones cercadas, corroídas por el alambre, por la púa, acantonadas, como prisioneras todas las verdades mutiladas, expuestas a la sombra, desangrándose en el vacio, entre tormentas, sienes, perforaciones en el cerebro, la mente de hierro doblegada, la mente fracasada, herida, lastimada, en la huella de una quimera llamada estigma, llena de ventanales y guardias, policías, secretarios, planillas y silencios. A puro silencio abriéndose paso la muerte entre alegría y alegría como un espantapájaros. Un bebe que llora la muerte que acecha, un bebe que llora la locura, la locura, el strip tease del alma a los relámpagos de las cabezas fragmentadas, las cabezas sucias de la ciudad, torcidas, emblemáticas, pobres cabezas de apestadas villas miserias, cabezas de pobres y de ricos, cabezas locas, silenciadas, amuralladas, prohibidas, cabezas asediadas, asesinadas, de muerte contranatura en la elipse del viento final, el susurro, el rumiar grito tras grito en cada prisión salvaje, en cada cama, mordiendo los pedazos de la angustia, en las paredes acariciando la baba negra de la ultima tristeza, la ruina de toda verdad, la cara desesperada de todo juego macabro. Cabezas imaginarias, en pleno estallido de anuncios de amaneceres rojos, de cantos y homenajes a la vida; al fin cabezas desplazadas de lugar, amontonadas, muertas cabezas para la eterna mezcla de sueños y recorridos, la memoria atizada en la belleza, la invasión de la memoria dejando solo una huella profunda de su volcánica erupción en la mente, la mente que no se detiene, que acecha, que explora hacia adentro de sí misma que se busca y se pierde, dándole la mano a los horizontes y los senderos del alma, dándole la mano equivocadamente al alba para terminar de sepulturera recogiendo a los muertos, siempre llevando en su carro a una multitud de blancos cadáveres. La vida y la muerte en la boca, la paz, la violencia, la guerra.
 Un refugio, la cabeza, a merced de los temporales, entre sublimes encuentros devastados por lo absurdo, el loco, que no se comprende, que habla otro lenguaje, que solo ve con sus ojos maravillados el virtuoso fulgor de la vida, aprehendiendo en el hechizo de lo bello las formas luminosas y arbóreas de su memoriosa imaginería, de su sueño vivido, solo, entre luces y tinieblas, como un eco, con la alegría del asombro sobre el asombro, la magia fugaz de las correrías, de calles, autobuses, y miles  de automóviles que corren y corren como si atravesaran tu sangre, atrapado en pleno laberinto, millones de luces y sombras que circulan, que bailotean,  palabras para mundos habitados en la perplejidad, mundos donde por fin nos encontramos unos A otros en la ilusión de que algo es verdad, mundo de posibilidad, de vida. Se enreda el mundo, ovillo del mundo, flor, crisantemo, imagen de la esperanza, de la fe habitada. Suelo caer a veces, no me mates, no me arrojes a la angustia, al infierno temible, no me muestres ese otro mundo del desasosiego, de la pasión del dolor más incisivo, más penetrante y oscuro, muéstrame solo el alba interminable, la canción de la vida, sin hacer daño, una bella canción, un bello augurio de nuevos principios, una nueva promesa, del opio, de la locura, del haschich.
La normalidad supone la maquinaria. El ajuste. Supervivencia.
Geografía del desamparo. Exclusiones. Manicomios.
Maquinaria del dólar, de las finanzas. Ganar y perder. Estar aquí o no estar aquí, entre la vida y la muerte, el equilibrio. Ganar para controlar, la vida computada, la organización. De eso se trata.
Capitalismo. Signo del control. La sed que se bebe a sí misma como un cáncer, la tierra, fuera de la ilusión, en algún lugar perdido, en algún desierto. Amputaciones. Miembros colgados. Signos de la furia, del odio. Solo hay ventanales y pesadas cadenas, solo hay apestosas murmuraciones y quejas. Lucho por no ser del todo un desaparecido de esta tierra, de este país. Esclavitud, manicomio.
Tener un hijo, nacer al significado de estar aquí, nacer en el otro como una prolongación y sin embargo padecer un final injusto, una absoluta estupidez e insignificancia, nacer al nacimiento de otro de una pura provocación, la moral, el sustento, la comida y yo se que no
voy a ninguna parte, que estoy aquí y que no soy, que solo mi mascara lleva los atributos de mi personalidad ausente, a morir, a morir aquí, por el deseo, por el no deseo, de estar, de no estar, de morir. Y ser el hombre que lleva aun a sus cadáveres. Ser el hombre de la muerte, buscando el rumbo entre las sombras y las luces, por eso enloquecer al alba, comulgando con el frío y con el viento, a pesar de los otros, los ausentes, los que se fueron, vivos, los que no están, los que han escapado. Ser el hombre que se detiene en el tiempo y que retrocede, retrocede, sin jamás poder avanzar, solo surcado por el sueño, por el dolor, por la prisa de una mujer que corre, mujer onírica. Mujer en el océano del deseo.
Y morir de muerte artificiosa, morir de sufrimiento a plena luz, con la vacuidad de todo reflejo, con la eterna vacuidad, donde nada reposa y sin embargo es el eterno instante vacio, innombrado. No el instante del Zen. Otro instante. El que solo reposa en la angustia. El que se abre paso en el rasguño del tiempo presente tratando de abrir un tiempo, perforando el tiempo. Es el espacio del vacio del cuerpo, vacio demoledor de una ausencia, un cuerpo ausente, que no ocupa lugar, sin pesantez. Espacio sin fin. Infinito del dolor de la psiquis.
Los ojos han sido vaciados de su mirada para ya no ver. No ver el espectáculo prohibido de la belleza sin fin. No ver el opio, el sueño despierto. Paredes blancas. Solo paredes. Vacio. El alma rota.
Alma despedazada, mordida por los perros. Pobres gusanos. Descomposición. Desorganización. Destructividad.
La mente que se vuelve sobre esos dos tópicos: la creacion o la destruccion, el movimiento hacia adelante o la regresion.
Un espacio para morir. Un hospital. Ecos. Gritos. La noche.
Lamentos. Creación destrucción. Espirales. Cosmos.
Será apenas un recorte de lo que alguna vez estuvo, de lo que alguna vez fui, caminando a través de las arboledas, en un angosto sendero entre cañas,  sintiéndome vivo. Un recorte de realidad. La conclusión de que la soledad, la tristeza y la melancolía pueden llevarte a mundos impensados y que toda tentativa de salvarse desde la individualidad supone la amenaza y el peligro de disolverse en el todo. Disolverse en la belleza y morir. Un orgasmo visual.
La división, el coma de la conciencia, la falla donde se nubla el dominio de sí y se entra en otro espacio, espacio virtual. Que metamorfosis de conexiones profundas, de circuitos que desencadenan en la mirada la vastedad de otro mundo, lo imaginario, lo simbólico. Donde la percepción se pierde en si, en los caminos de su movimiento mnemico, de sus huellas, en su experiencia sin encontrar la interlocución posible, la otra mirada que devuelve.
Además, de alguna manera condenado a la metamorfosis, abriéndose paso entre puertas y ventanas que se abren al mar, al espacio, a la urbe. La química que intercepta en el vacio la imagen poderosa y sublime de la belleza física del espacio, la química que voltea del lado de los muertos al cuerpo, destruyéndolo, vaciándolo. Química que se abre a la exploración de los absolutos y a la posibilidad de la inteligencia, entrelazando significados, afectividades, emociones. Química del cuerpo, entrelazamiento del conocer y el lenguaje donde solo allí se hace posible la realidad mientras se la nombra, se le da un sentir, se dibujan los trazos, las marcas. Y donde la experiencia avanza, crece en espirales, en entramados que permiten a la psiquis el despliegue de la zona de su cuerpo.
 
 
 
El zen abre el campo de la conciencia al silencio, a la atención plena del Samadhi.
 Ese rostro de la conciencia en la totalidad viviente,  en la amplitud espacial que abre la mirada es lo que nos toma de sorpresa, lo bello que esta inscripto en el vivir, ese espectaculo que se abre como un rio, que se vivencia como una plena apertura a lo que se intuye del universo en la forma de la plena vivencia, en el arraigo de la conciencia y en su inmensa libertad.
El zen, apenas un trazo, un dibujo del cuerpo en la nada, en la inmensidad, el universo. Sin palabras, solo el mundo de lo visual, de lo corporal para intuir el significado de la forma en un destello, satori , que se abre como una luz a la conciencia vital.
Ahondando en el mundo de lo viviente se llega a la naturaleza de lo real, la semiologia del signo, abierto a la amplitud de la no lectura, la percepcion vasta, envolvente, mas alla de lo universal en plena intuicion silenciosa, silenciada. Vastedad del tiempo, la marca que hace la paz en el tiempo, sin naufragios, como una arborea significacion del espacio vital, el espacio que se vivencia desde la corporalidad. Para esto solo hace falta un caminante. La experiencia del caminante es la de saber hacer del camino su propia creacion.
No deambula por caminos perdidos, ni por caminos imaginarios.
Va del pensar al vivir y del vivir al pensar. Se encuentra consigo mismo en su interior, se encuentra con otros que cruza en su camino, se ve a si mismo como viviente entre vivientes, en un fluir, el fluir de su ego mas alla de si y con otros, en el pensarse, en el hacer su pensamiento fuera y dentro de su cultura, de momento a momento con su naturaleza profunda, con su superficie, manos, silencio, nada en la nada, sentido, vivencia. Mente en movimiento dentro de la quietud, lenguaje profundo en el silencio, palabra socavada en el territorio de las profundidades del ser, cuerpo que se despliega en la meditacion dentro y fuera de la atencion y la memoria como un cuerpo presente que muere y vive en el samadhi. Mente que se hace agua y oceano profundo, cuerpo de la hierba, significado del espiritu innombrable, lo inefable, cosmos de la mente. Mente que es lenguaje y que es espiritu de la luz y de la sombra en el cuerpo que es arbol, que es raiz. Cuerpo que ataja al viento, que toma en la conciencia de su arraigo la profundidad de su espiritualidad y su libertad en plenitud. Eso es Zazen. Fuera de la orbita de lo cultural, el signo del cuerpo, de la naturaleza intrinseca, de la pura subjetividad del instante en el ahondamiento de estar, solo estar, el movimiento del cambio y el tiempo de la eternidad. Esa atencion y concentracion que  brota del espiritu como agua de lluvia, la realidad mas profunda, la inquietud que eleva al cosmos donde el todo contiene a la parte, donde en el todo esta el cuerpo y donde esta el cuerpo no hay nadie y  sin embargo anclado, se reaviva el espiritu en su forma, en su dinamica, entre el pensar y el silencio. Brevedad que muta entre lo inefable y la consistencia de un pensamiento, entre la afirmacion y la negacion del pensar, como mareas maritimas, olas en la playa y aire nocturno. No hay palabra, solo experiencia y por momentos un entrecortado bosquejo de lenguaje y una gran intuicion que abraza los contrarios: pensamiento-no pensamiento, accion no-accion.
Una practica para el arte de vivir, para la inscripcion en la vida de una
accion creadora, en la revolucion del cambio y en la estabilidad de los movimientos, lo que muda y lo que perdura, la mutacion y la inscripcion del signo en el cuerpo.
La cultura occidental con su ciencia, su tecnologia es una cultura hermeneutica. La cultura oriental abraza al cuerpo en el dominio del alma y del espiritu, lo que es lenguaje de la imagen y lenguaje de la palabra sin la injerencia de lo cultural sino de lo vivo, la relacion de lo viviente con lo viviente. Es cierto que todas estas concepciones son atacadas por los modelos de vida modernos, por la maquinaria del tiempo, por el trabajo, la vida en las ciudades. Nuevamente el capitalismo como un determinismo social que aun puede vencerse, superarse a traves de las practicas del cuerpo.
 
 
 
Hablo de mi, hablo de los otros, mientras veo circular a cada paso la vida y siento temor, dudas y al mismo tiempo una entera felicidad.
Siento como todo argentino una amenaza, como si mis pasos estuvieran marcados por el destino hacia un final inevitable. No hay manera de escapar. Quizas el Zen sea una manera de asumir el hacer frente. En la accion otra manera de reunirse, de ligarse, de no quedar aislado. Se que es una doble cara la que me ha mostrado la vida, entre la comodidad y la incomodidad, lo presente y lo ausente, la tarea del sufrimiento que carcome como el gusano la manzana, sufrimiento que al mismo tiempo termina por engrandecerte, por hacerte mas humano. Se que hay muchos espacios donde deberia estar, se que finalmente me acomodo en mis envolturas, en mis mundos protegidos, los que me han permitido sentir la libertad y un hogar.
Que significa para un huerfano un hogar al calor de una chimenea, con un libro, una lampara o con la mujer amada. Que significa la envoltura del silencio en la noche, el cuerpo nocturno, azul, escrito por la luna, por el sillon en el patio, por la musicalidad del pensamiento desde su origen. Que significa estar, ser, sentir la propia voz interna como algo vivo, que tiene luz y hondura, que viene de otros como un eco, como el agua de manantial de la vida de otros ojos, de otros encuentros fortuitos, entrecruzamientos, ligaduras, pequeñas caidas, chispazos, en fin, lo azaroso brindando cierto orden
armonico y lo ruidoso, lo que se presta al movimiento del desajuste, al conflicto.
Hay pasos que hieren y uno teme ser herido por la eternidad, uno teme ser condenado por la vida a perpetuidad, no morir sino arrastrar una enorme piedra, sacrificandose en la injusticia, en el dolor y no terminar, no concluir, sin esperanza, solo morir y no poder morir.
Otros señalan el camino de la lucha por donde se avecina aun la vida con otras palabras y otras formas, la de las necesidades. Los pobres avanzan con una señal que decide sobre nuestro  futuro, sobre la violencia o la paz, sobre el miedo, la inseguridad, las dudas. Avanzan sobre la vida y a cada paso tambien nos enseñan con su rumbo el nuestro, el posible. En ellos vemos el futuro de un cambio entre fuerzas, un cambio esperanzador o el espanto que nadie se atreve a nombrar y que supone el miedo, el terror. Ellos son portadores de una voz templada, no escuchada, que se alza ahora sobre otras voces, la del poder, voz del mundo, de los que tienen, de los que quieren asegurarse a toda costa el rumbo de la riqueza.
Para ser un revolucionario ya no deberia tener opcion alguna.
Tal vez ese momento aun este lejos. No lo se.
Se que la burguesia me ha enseñado como debo "no ser".
Se que el lento aprendizaje del condicionamiento burgues ha sido una forma de encasillarme, de ajustarme a ciertos principios de fuerza mayor, llamado principios catolicos, para  obturar la posibilidad de reinvencion, de crecaion del mundo y del conocimiento.
El mundo burgues aplaca todas sus angustias en sus intereses, en su riqueza y en sus placeres. Es al mismo tiempo el mundo que separa a unos de otros  en los casilleros, que ordena con las categorias del dinero, que solo se siente satisfecha con la posesion del status.
No estoy lejos de sentirme mas o menos infiltrado por ese mundo.
Ese mundo en parte me pertenece culturalmente, habla de mi diferencia respecto a otros, habla de mi desigualdad.
No me creo determinados disfraces. No estoy bien en algunos escenarios domesticos. No comparto cualquier cosa en la mesa.
Se supone que esto ocurre en todas partes. Solo que se lo margina al ambito del secreto. Si todo el mundo tiene el sueño de alguna vez llegar a ser como es un burgues yo tuve el sueño alguna vez de poder ser yo mismo, sin las formas heredadas, culturales, que hacian a la manera de comportarse con otros, a las diferencias de clase. Yo solo trataba de entender cual era el recorrido para llegar a casa mas alla del origen. La llama de la vida. No vivir en la ceniza.
No morir lentamente en un dialogo impronunciable, la eterna sordera, donde solo ser discute por lo que se pelea entre unos y otros, todos en la rivalidad, jamas compartiendo.
Pero se que vengo de alli. Se que hay cosas vivas en mi que tienen que ver con esta mirada del tener, de aun poder elegir. Se que esto tiene un sentido aun de vida. Pero aprendi, creo, a no mentirme al respecto, a no encapsularme en los formalismos de la vanidad, de la omnipotencia. Aprendi el juego entre lo simple y lo complejo, entre el movimiento de esas dos aguas y ya no me rebelo pero tampoco acepto la univocidad de una clase para con la otra.
Ya no hay rebelion. De mi clase surgian las impotencias, el no poder referirse a ciertas cosas politicas sin ser tachado de "comunista".
Las diferencias apaciguadas por los afectos, las esclavitudes y los contratos contraidos, crecer en un pais entre el dolor y la indiferencia, entre el silencio y la comodidad, crecer en fin con los codigos de la adolescencia, entre amistades y bailes, entre la ficcion de la conquista y la introversion. Que hay de comunista en estos aspectos?
Pero si distinguirse de ese afan de status que puede dar el dinero.
Distinguirse de las diferencias en donde los demas pretenden comprar cierta fama a costa de lo que tienen. Todos aquellos años fueron años de psicoanalisis. Yo buscaba algo en mi que no lograba encontrar en medio de mis inmadureces. Cambios. Jamas lograba una perspectiva. Solo cambios de piel. Momentos de angustia. Angustia que tironea del cuerpo, de la voz. Angustia de un deseo que se reprime, de una tension y un movimiento que no tiene espacio sino en el vacio. El vacio. Mientras, salvandose por lo circundante. En aquellos años vivia con mis hermanos. En parte eramos una tribu.
Aprender tenia que ser otra cosa, no solamente referida a un futuro sino a un presente siempre inconcluso, a un problema.
Aprender de la voz, aprender de las tensiones y movimientos del cuerpo, de la danza corporal de un saber que se arraiga en ciertos vinculos familiares, en ciertos actos de palabra. Solo que yo lograria estos encuentros muchos años mas tarde. Mi alejamiento era defensivo. En mi familia se proponian diferentes conflictos por edades, algunos violentos que yo percibia como fuera de sus limites propios, trataba de salvaguardarme de ellos y mantenerme protegido.
Estar protegido, en mis envolturas fue siempre para mi la tentativa que me llevaria al desarrollo. Asi lo senti. Tal vez suene narcistico.
Tal vez lo sea. Lo que se es que en mi repliegue intentaba en parte salvar mi pellejo ya que me sentia mas de una vez, en la amenaza, en peligro. Puedo hablar de otras influencias. Solo puedo decir que agradezco infinitamente la sensibilidad de mi padre al buscar apoyo para sus hijos en gente mas o menos preparada en la psicologia.
Para mi fue la busqueda de significado en el laberinto. Tal vez las cosas esten mucho mas proximas, nunca mas alla. Tambien sentia eso, la proximidad inevitable y los limites. Me sentia una persona limitada. Acaso no tenia una palabra, solo era una tentativa estupida e insignificante acercarme al dialogo. Jamas lo lograba. En si, el unico dialogo posible que fui encontrando fue el dialogo hermeneutico con los textos. La interpretacion de la obra literaria termino siendo un juego, un refugio para aislarse y a veces para comprender al ser humano y al mundo. Nada veia a mi alrededor. Todo parecia demasiado confuso. No se podian precisar ni los bordes ni los limites de una realidad cada vez mas dificil de tolerar. En el fondo estaba solo entre otros, con un sentimiento de soledad que demarcaba la inconsistencia de la isla. Suponiendo que las individualidades se construyen asi siempre quede amarrado a ese modelo fallido. Creo que la mala interpretacion fue mia. En fin, la psicologia que se aplicaba conmigo pretendia ser introspeccionista. En el fondo sentia miedo, miedo de mi  mismo. Y hablaba y hablaba para levantar un gran telon, pero habia un fondo que no se resolvia. La horfandad, mancha sin nombre, dolor no reconocido, temblor de una cirunstancia que me amenazaba, estaba irremediablemente solo y por el momento las cosas se resolvian, vivia en una familia de dinero, por lo tanto no habria problemas, pero: ¿hasta cuando?. Cuando llegaria el momento de quedar completamente deshabitado. En parte ya sentia que el mundo era diferente e inalcanzable. Los limites de la verdad eran inalcanzables. Se trataba de la libertad a la que habia sido arrojado. La irresponsabilidad de mis propios medios. Me sujetaba en mi temor, siempre atado a mi libertad y mi temor, en mis represiones.
Del otro lado violencias, impunidades. Puedo decifrarlas. Aun las sigo viendo. Forman parte de lo que fui descubriendo luego como un caracter de ciertos ambitos de esta sociedad. La emergencia de la agresion, de la violencia. Lo reprimido, lo cultural. Finalmente uno arma su cuerpo con sus corazas, sus escudos. Uno se refugia en sus mascaras, en sus falsedades. Y siempre va tras la busqueda infructuosa de una autenticidad que se escabulle, porque uno es falto de medios para encontrar, para encontrarse. Solo se descubre en los textos. Solo descubre un eco de si que fue dicho por otros, con las palabras de otros. No hay enseñanza posible. Y el aprendizaje es una apariencia truncada. La verborrea una mera apariencia. Solo existe en el fondo un ser temeroso, limitado, una melancolia y una tristeza sin fin que busca en el medio de la niebla la psoibilidad de amar y ser amado. Solo que el cuerpo tiene sus codigos. Y el sexo sus vitalidades, sus necesidades, sus deseos. Y se abren las murallas, las controversias, los problemas. Se abre el callar. Ente el cuerpo y las palabras se arma un nudo, el cuerpo va para un lado y las palabras van para el otro. No hay posibilidad de concepto, de metafora. Tampoco existe la simbolizacion. Solo aplacar una angustia sin fin alojada en la necesidad del otro y en su busqueda infinita. Como si en el otro estuviera la respuesta que uno busca para poder encontrarse. Verdad incuestionable del amor, de la resonancia de lo afectivo que por aquellos años tenian un significado muy especial y trascendente.
Por la literatura se reinventaba el encuentro. Luego vino el arte dramatico y la realidad de ser soldado, la vida colectiva en el cuartel, los duros inviernos, la mala comida, las muertes de compañeros, el no entender, el vivir y no entender y por momentos la percepcion de una realizacion, de un avance hacia la vida, inefable, sin concepto posible, sin nombre, en la pura vision estetica del vivir, en la belleza de la existencia, en la posibilidad de la felicidad. Esos momentos surgian inesperadamente. Siempre surgieron como abriendose paso en medio de la maleza, como la contracara posible de otras vivencias.
Paso en el ejercito, paso en medio de duelos por la muerte de mi padre, en casa, con mis hermanos. La libertad inesperadamente me regalaba ese sentido del fluir de la vida, esa sorpresa, ese satori.
Quien diria que como un relampago esas huellas tambien se abririan en mi pintando en un taller, a los ocho años,  andando en bicicleta en la plaza de mi infancia. Si no podia sumar nombres al menos podia sumar experiencias. Se abrian los cauces del presente ya no en la angustia sino en la percepcion estetica de mundo, algo que mas tarde descubriria como el fenomeno intuitivo que es capaz de captar en el lenguaje lo exterior, la imagen que esta enclavada en el simbolo, la metafora perceptiva del encuentro con lo real que el zen tanto realza como el unico encuentro que abraza la vida.
Los libros que leia mi padre trazaron en mi un surco. Yo fui descubriendo durante años los caminos recorridos de su lectura.
Jamas olvidaria los titulos mas importantes. Tomaria por esos caminos no solo para encontrar a mi padre sino para encontrarme. En aquellos libros habia verdades profundas y huellas de la historia. Un libro era un objeto en una mesa, en una habitacion. Era el libro que alguien dejo sin terminar o el libro releido. En parte sabia que mi padre habia muerto pero que me estaba enseñando a leer. Sabia que las huellas que habia dejado me daba las herramientas para interpretar la historia, esas herramientas las encontraba en el desciframiento permanente de los laberintos del psicoanalisis y en la tentativa etica de la formacion de mi personalidad. Sabia que me padre se habia ido pero quedaban pedazos que yo intentaba reconstituir, fragmentos que eran mios. Lo mismo sucedia con mi madre. Habia descubierto su vocacion por la pintura no solo en sus manos sino en las mias, habia descubierto en mi mirada parte de su mirada, mientras me hundia en la experiencia del color transitaba su experiencia. Asi que durante esos años sentia que algo crecia sin nombre en mi pero que ocupaba un lugar respecto a los otros, un lugar diferenciado, una experiencia unica, silenciosa, vivida, explorada con la vista y con las manos, pero que no tenia una palabra posible. Recuerdo como en los cuadros de el greco buscaba otras huellas, recuerdo que buscaba otra vida que se habia ido en esas noches de Domenico Theotocopuli. Se que mi padre se dio cuenta de que por esa mirada surgian secretas preguntas.
Y termino regalandome la coleccion de libros de arte.
Todas estas cosas fueron posibles en parte gracias a vivir en una familia que tenia una buena situacion economica. Solo que muchas veces pense que mi padre habia quedado atrapado solo bajo los escombros de una fabrica y que aquel acontecimiento que nos tocaba profundamente a nosotros, sus hijos, en parte, fue silenciado.
El psicoanalisis me hizo mas responsable respecto a ciertos cuidados que creo que finalmente terminaron salvandome la vida. Siempre reconoci los limites propios de ciertos excesos. Fui cuidadoso con el uso de las drogas, jamas probe las duras, sino las llamadas drogas dulces. Sabia que a cierto tipo de drogas quedaria atado de por vida. No las use. Me negue a probarlas. Sigo afirmando que en las condiciones que utilice otras, como la marihuana o el haschich, no fui tocado de una forma nociva, creo que en  mi ya habia defensas contra ciertas sumersiones y en el fondo me arraigaron mas en ciertas amistades que fueron necesarias para vivir afuera, en un mundo extraño. Fuera de la lengua, en francia, en los paises que visite con un ingles muy empobrecido, me hallaba en la insula, avanzando en lo incierto, sin horizonte, sin llegar a ninguna parte, viajando interminablemente, como suspendido en el mismo lugar mientras me movia por ciudades y pueblos. Solo Francia me mostro ya raices posibles aun cuando quedaba atrapado en la inmediatez y en la perspectiva de la ignorancia. Un tiempo sin tiempo, solo interminables caminos y rutas y muchas amistades. Alli encontre los paisajes mas bellos que fui descubriendo solo, en bicicleta, en tren.
Francia era un pais acogedor, solidario. Los franceses me hicieron sentir en su pais y en el mio.  Pero fueron otros tiempos. Aun asi, mi contacto con la lengua es un contacto de agradecimiento espontaneo, de una naturaleza propia sentida con las venas. El sur de Francia, arles, aix en provence, estallaba en señas imaginarias, paisajisticas, de los mundos de van gogh y de julio cortazar. La literatura y la pintura habian encendido el fuego necesario para amar esa tierra, esa historia, esa gente. Lo mismo ocurriria luego con españa. Los poetas iluminaban el camino. Y aqui en buenos aires seria el jazz y piazolla, la historia de evaristo carriego, la escuela secundaria , las caminatas y la bicicleta.
Siempre estuvo en cuestion el ser social. Solamente por una dificultad creciente en el ejercicio del dialogo y el intercambio, por la actitud defensiva, ante la amenaza, por la diferencia, por la imposibilidad de la mirada, por la incapacidad de someterse a las reglas de la palabra, a la gramatica metodica del pensar con otros.
Escuchar es otro de los ejercicios mal entendidos. Cerrado a otras opciones, en medio del juego de los poderes, estaba en la clasura.
Asi, la imposibilidad de escuchar coincidia con la falta de ejercicio del habla, la comprension, la estructuracion de sentido. En la familia, en medio del juego del poder estan los que ganan y los que pierden, los que quedan a un lado de las decisiones, los que dificilmente recobran su espacio. En la palabra se da la tentativa del dominio, del ejercicio de la fuerza sobre otros o la posibilidad dinamica de un juego en el que todos participan. Y esto tambien tiene que ver con la Argentina, un pais dominado con dominadores hacia adentro, un pais que recibe del autoritarismo un modelo politico de ejercicio del poder en el estado y tambien en la familia, hablando de nuestras anteriores generaciones. Entre los que tienen y los que pierden la palabra, los que quedan a un lado como excedentes, como marginales, los que pierden en la posibilidad del compartir, a ellos, solo les queda la alternativa de conformarse con una aislacion individualista que los pierde, que les quita el horizonte vital, el espacio con otros. Ellos son los que ya no recuperan su posibilidad de encontrarse, porque esa palabra, mismidad solo es posible en la otredad. Solo la otredad establece el puente necesario entre lo privado, lo intimo, lo simbolico y lo secreto. Y en ese puente que establecemos con palabras, con nuestros cuerpos, estatuimos el caracter de nuestro yo, lo dinamizamos. Asi que toda la exclusion que nos quita del mundo de los posibles, es un arrancarse del dominio del lenguaje hacia la imposibilidad de ser, de coexistir, de vivir en la dimension de la libertad y la espiritualidad, amando lo circundante.
Como un espacio vivo, de deslumbramiento, que nos ha sido quitado, la existencia nos arroja al dominio del sufrimiento donde una y otra vez renacen los sueños y las esperanzas de recobrar lo perdido. La lucha por la vida se transforma en una batalla en donde se juegan todas las partidas por la salud, sacando de la enfermedad todas las fuerzas para producir cambios. Nuestros cuerpos entran y salen de lo vacio a lo lleno, de lo deshabitado a lo habitado, entre la penuria de muerte y la alegria vital de los momentos felices. Lo decisivo se juega a cada momento en las entradas y salidas de diferentes opciones y modalidades, configuraciones vitales que operan como relaciones, simbolos, metaforas de cotidianeidad. Se acierta a dar en el blanco del espiritu cuando se habita el lenguaje, la otredad y el silencio en un vasto espacio que demarca los limites de lo vital superandolos libremente en la mirada que recrea el paisaje, la belleza, la totalidad.
La meditacion ocupa un lugar. Porque lo inefable esta cubierto por la vida en la aspiracion descubridora y silenciosa que marca el sendero, la mirada directa que nos propone el zen, en la percepcion de las cosas tal como son, donde habita el absoluto, las fuerzas que dan lugar a la vida, donde creacion y destruccion se transforman en arte, donde un pequeño camino conduce a la verdad de la totalidad, tao viviente de los contrarios que intercambian sus fuerzas, femenino y masculino, vida y muerte, estabilidad y cambio.
Visto asi, la vida, entre avances y regresiones va de organizacion en organizacion superandose, encontrandose o desintegrandose tanto individualmente como socialmente. Es otro aspecto de la realidad.
Otra mirada. El sentido economico que contribuye al desarrollo o a la muerte. La comunidad que sigue el recorrido vital del individuo, con sus enfermedades, sus amenazas y sus logros, hacia atras o hacia adelante, entre la vida y la muerte, armonica o disociada.
 
Hemos inventado las grandes ciudades, los grandes torbellinos humanos, con el afan de la conquista. Nos hemos alejado del modelo de vida que nos acercaba a la naturaleza para sentirnos mas comodos en estas concentraciones humanas multitudinarias. Evitando el aislamiento finalmente construimos mas muros virtuales y domesticos. Construimos mundos comodos que se hacen incomodos de la noche a la mañana. Perdemos nuestra base territorial, las raices.
La ciudad nos ofrece la cultura dispersa y enciclopedica. ¿Adonde ir?
¿Al campo? ¿A la montaña? ¿ al mar? La eleccion parece venir de las individualidades. Algunos huyen. Otros se encuentran en las canchas de futbol. En esta desordenada velocidad caotica hay un orden. Sin embargo el costo de vidas humanas y de sufrimiento es altisimo.
No todos alcanzan los niveles de vida esperados. Grandes mayorias viven desplazadas, no logran ubicarse en la promesa de calidad de vida que como oportunidad ofrecian las ciudades, al menos en el imaginario social. Asi el hombre vive como depredador. El capitalismo es depredacion salvaje de recursos, naturales y humanos.
En su ley caotica hay un orden. En su desorden hay una logica de poderes. Sociedades humanas mas o menos devastadas por otras sociedades que extirpan sus riquezas. ¿La realidad muy lejos de las utopias? Acaso la fuerza de la historia es la creacion y destruccion del tejido social, viviente, la reproduccion y muerte, el trabajo y la aniquilacion y la utopia ocupa solo un lugar imaginario, de busqueda, de tentativa de conciliacion con los valores superiores del ser humano, la vida?
La naturaleza solo alimentando al hombre mientras el hombre la explota indiscriminadamente para sus fines dejando grandes manchas despobladas de muerte donde se avizora un futuro de pobreza y muerte para las generaciones que vienen. Hombre naturaleza y cultura viven desajustados, de ahi que su desarrollo no encuentre la armonia necesaria para vivir y crecer en libertad y en grupo. Es en el dominio de los recursos de la organizacion social y humana para la destructividad, en el dominio de su forma de producir y generar riqueza donde encontramos la indiscriminada batalla por los modos de vida, los estilos, las busquedas y las aspiraciones. El ser consumidor como ser de la civilizacion, el tener las puertas del desarrollo abiertas en casa, esa parece ser la meta de toda vida, la pelea final. Gozar de los beneficios del progreso sin encontrar los otros beneficios, los que surgen de la capacidad de interioridad parece ser la superflua ambicion humana donde el poder acapara sin fines, solo para hallar seguridad entre las cosas.
Entre materia y espiritu hay una correlacion inevitable. Materia y espiritu es el yin yang de toda existencia, tanto social como individual. Hay un dialogo mutuo entre estas dos instancias, una forma de añadirse y entremezclarse, una forma de dialogar y atravesarse una en otra ya sea en la realización de una vida como en su fracaso.
Conciencias vitales o sumergidas en el marasmo. Conciencias de que hay un dialogo fecundo entre la vida y la realización, llamada libertad, creatividad, aun en un mundo que se muestra fragmentado, disociado.
La pregunta es: ¿se puede vivir unificado en un mundo disociado? Creo que a veces si.....otras no. Pero es bueno ser flexible. Es bueno tambien interrogarse.
Uno y el mundo tambien es como uno y la materia, como uno y el espiritu. Esas cosas no estan disociadas. Cuando el mundo nos llega con sus atrocidades significa en parte que el daño a llegado a nuestras habitaciones. Entonces el mundo se constata como despojador, como excluyente tambien en nuestro espiritu, en nuestra conciencia. Cuerpo y espiritu es una amalgama. Si sabemos otorgarle a esa unidad un significado individual y social podemos encontrar un sentido de trascendencia superadora de las crisis en las que el mundo actual se encuentra. La naturaleza, la cultura tienen un lugar en nosotros. Pero nuestra naturaleza interna puede ser superadora.
 
 
Han pasado los dias. Los acontecimientos en el pais se han agravado.
Se nota un clima de tensión en las calles, un aire enrarecido, como violento.
De noche esta todo desierto. Ya no se habla de la misma manera. La crisis esta en boca de todos, a cada momento. No puedo dejar de lado las cosas que ocurren.
Defenderia hasta morir la paz. Sin embargo estamos viviendo un clima de luchas violentas. ¿Qué se prepara en este caldo de cultivo social? Que clase de nuevo pais, de decadencia o surgimiento?.
Las cosas se ven diferentes. En un año han cambiado. Cambio esta ciudad.
Ya nada garantiza que pueda seguir viviendo con las mismas garantias y seguridades. Habia recuperado sobre el final la sensación de estar definitivamente en mi pais. A veces pierdo esa percepción sujetándome a la obsolescencia del todo, lo que ha quedado arruinado, destruido, mismo la mirada peligrosa de ciertos pobres que me comerian vivo de un bocado al menos para sentir un pedazo de vida gratificante en sus platos. Muchos de ellos no dudarian de hacerse un buen festin conmigo. He dicho muchas cosas. A propósito de la clase, lo que compruebo es que uno cuando nace ya se esta como impregnando de esos rudimentos precarios que son sus lujos, sus privilegios, sus maneras de andar, de vestir, de usar el tiempo y de hacer amigos. Uno marcha silenciosamente por el mundo de las diferencias. La verdad es algo bastante ingrato, al descubrir que estas diferencias nos habitan en todas partes, que por ellas somos tambien lo que somos. No siempre nos es dado tomar partido en un sentido contrario a nosotros mismos. A menos seria poco dialectico. Pero confrontamos nuestra realidad con la sociedad en la que vivimos.
No podemos pensar cualquier clase de cosas. La justicia muchas veces es un imperativo, ligado a la verdad y a la libertad. Hablo de los juicios, de las opiniones.
Uno siente las barreras culturales. Las siente por ser uno quien es, por una cuestion de identidad. Los pobres y los ricos, los explotados y los explotadores, este mundo lleno de atrocidades y nuestro eterno afan de vivir al menos por un tiempo en la posibilidad del placer, de lo agradable, del conocimiento, los valores y ademas de la seguridad, esto que empieza a tambalearse,a no ser ya garantia de futuro para nadie, que esta en todos los sueños y todas las pesadillas. Esto, cambiara? Sera para mejor? Para peor? Sucitara en nosotros lo que vemos en otros, la caida mortal, la imagen del abismo? No es esa imagen un fantasma que nos persigue, que nos acorrala, sin sentido, sin razon de ser? No es en el fondo la angustia de no querer ser, de no querer estar en el lugar al que van las mayorías? Es imaginarse las opresiones y enfermarse solo imaginariamente. Vaya fantasias y temores.
Todo el mundo con sus panicos. Este estado de cosas pone en juego la individualidad, la somete a todas las pruebas en medio del riesgo. Aparecen todos los interrogantes. El pais atenta contra toda posible indiferencia. Sin embargo uno se pregunta: donde esta ese espacio donde vuelvo a reencontrarme con lo que soy, ese espacio que me da la luz y la oscuridad bendita del hogar, ese sitio en el mundo que es mi sitio, rodeado como estoy de otros parajes que me aseguran la sensación de libertad y crecimiento espiritual. La pregunta es ahora colectiva. Hacia donde avanzamos. Hay un mundo sin leyes, un caos que nos sumerge. Escuchamos voces diferentes en todas partes. Voces desde todos los rincones. Lo que quieren unos y otros. Las salidas que cada uno imagina para si y para todos. He tratado de trabajar en Argentina. Me ha resultado imposible. Este pais siempre ha sido un reducto de ventajeros. En la escalada competitiva cada uno mirando y luchando contra el otro sin ley. He padecido eso. No lo he vivido en otros paises donde he trabajado aun sin tener derechos. Cada uno lucha aquí por su lugar y el otro, pues que caiga en el vacio. Yo no he propugnado esa clase de individualismo. He bregado al menos por una individualidad mas sana. En los limites uno siempre se pregunta por esta conflictiva entre la vida social y la soledad, lo que uno necesita y que esta en relacion  a otros y lo que reclamamos de nosotros mismos, nuestro espacio.
Hay momentos que solo pueden vivirse siendo uno una persona comun.
Hay conflictos que solo tienen una salida cuando uno se separa del constreñimiento político para ver y sopesar la realidad tal cual es, transitarla y pensarla desde otros meridianos, los esteticos, los afectivos, los que se amparan en la identificación, los que trazan puentes entre mundos mas abarcativos, los mundos que tienden a sumar, a hacer fuerza de conjunto entre gente simple.
Esta fuerza que integra los pedazos, que establece pautas para pensar los recortes y aun para ese rincón donde se escrudiñan los angulos agudos, aquello perspicaz que descifra en la sociedad los vaivenes del juicio, de una tentativa de racionalidad que finalmente se impone como norma ideológica y política, esta fuerza critica que interpreta a la luz de las clases sociales sus antojos, sus gustos, sus acechanzas y sus sospechas, entre los juegos de verdad y mentira, armando un mundo de sus posibles y un mundo de sus imposibles; digo, esta fuerza no debe ser olvidada ni dejada en el trasto de los viejos muebles. Sin embargo es esta simplemente una cerradura desde donde se espia en la alcoba de ciertos seres humanos sus miserias, sus entredichos, sus convenciones y sus mascaras. No todo en el mundo que construimos puede estar ligado a la sospecha. Con la hipótesis de la perversidad de un sistema solo montamos una verdad hiriente y perversa como calculo, como ideología certera pero destructora, aniquilante, forjada a la luz de los sufrimientos humanos pero aspera, carente del sentido vital que hace falta para dar a luz una forma integra de concebir el mundo. La ideología tiende a la categorización que entre limite y limite separa, resta y divide. Le quita al mundo la posibilidad de la unidad. Se identifica con la escisión, la ruptura, la realidad cortante, el fragmento la rotura para hacer una narrativa razonable de cómo son las cosas.
Sin embargo no podemos escapar al medio ambiente ciudadano que nos muestra a los villeros que se amontonan a la salida de los restaurantes a pedir comida.
No podemos escapar a esa sensación que nos produce la inseguridad de andar entre seres humanos hambrientos que se ven en su desesperación obligados a actuar de formas mas o menos sospechosas entre el delito y la basura. Eso ocurre en nuestros barrios, eso nos hace ricos mientras tengamos algo que aun nos preserve frente a miles de personas, entre ellos niños, ancianos, mujeres que luchan por su supervivencia. El medio ambiente ahora incorpora estas realidades sociales como realidades políticas que tienen una voz que se hace sentir desde su miseria, y como individuos de una clase sentimos toda clase de peligros, de amenazas cuando intuimos el mundo que puede avecinarse, las formas caóticas del dolor, la irrupción violenta de la humillación y de la opresión que busca la libertad en la lucha, en la apertura hacia delante.
Escribo sobre realidades que debo incorporar de alguna manera a mi mundo.
Debo aceptar los cambios, pensarlos, integrarlos. Cambia mi barrio, cambia mi familia y mi relato. Cambia mi historia. Hay cien ventanas abiertas para verla desde diferentes caminos. Esa es la libertad de mi pensamiento. Mi voz me lleva desde los desérticos cañadones de Puerto deseado hasta los eternos paisajes de hielo de narvik, en noruega. ¿Qué paso en esos interminables caminos, en ese avance incesante de miles de kilómetros y soledades, entre lenguas extrañas, ciudades desconocidas y rumbos imprecisos? El avance en la huida termino con las tentativas de arraigarse en alguna parte y alli encontrar las piezas de hotel, otra soledad librando batallas, a veces contra gigantes, entre avenidas y calles y espejos y muchas figuras humanas pero siempre la angustia.
No seria diferente Buenos aires. Escapar de esta ciudad significaba la ilusion de encontrar rumbos vinculantes. Una larga travesia por los desiertos me llevaria hasta la feria artesanal de avignon, un camping que parecia campamento de refugiados y una ciudad donde convive la violencia con el espectáculo, el lujo con la marginalidad, la noche y el alcohol, la juventud con la pelea.
Fui espectador del mundo en el que vivi. Me sentia rico y endeble, a veces indefenso, siempre solitario. Ya casi no tenia recuerdos. El futuro era un avance, un movimiento de fuga, de eterno nomadismo. Era mas un personaje que una persona, solo me ataba a la ilusion de un mundo fantasioso que me mantenia vivo. Y esa era mi guerra. Lo imaginario persistia como posibilidad siempre viviente de estar, de surgir y sobrevivir en el movimiento. Siempre hacia delante, sin parar por las interminables rutas, vias de tren y caminos. Me habia despedido de la mesa familiar. Ya no encontraba nada parecido. Fui a dar a una piezucha en avignon donde la sensación de detenerme provoco el espanto, la visión del abismo y la pesadilla depresiva. Asi estuve un tiempo hasta que encontre una pareja que fue la tabla de salvación durante 7 años. Creo que ella arrastro mi cuerpo y le dio vida, me dio la felicidad que necesitaba para sentir por primera vez la presencia de un ser amado. Solo que nos unia una inmensa distancia, nos unia el dolor, el origen, el pais, nos unia el idioma que ya no sabiamos hablar. Nos encontrábamos siempre en esa mordedura voraz del tiempo, en ese permanente destino de nudo, desatado en nuestros zapatos. Solo estabamos para reconocernos y mantener nuestra distancias a pesar de nuestros cuerpos. Era terrible. Fue mutuamente una forma de buscar la compañía, el amparo, pero nunca pudimos salir del silencio y eso termino con nosotros, tan fugaces nos desencontramos siempre, ajenos el uno al otro y amandonos como desconocidos en los umbrales, en los precipicios, dando vida y muriendo en los brazos del otro, siempre  cayendo en alguna parte a sabiendas y siempre murmurando el episodio final, un nuevo capitulo cada vez mas gastado, mas viejo que ya se tornaba mentira, falsedad.
Llevábamos una pasión que nos sostenia aislados. Juntos fuimos improvisando nuestra vida con unos pocos pedazos de realidad y asi luchábamos simplemente para seguir estando en pie en ese cambio perpetuo que llevábamos hacia delante.
Tocamos dos o tres experiencias de hogar y fueron exitosas. Pero estabamos anudados y solos, aislados del mundo. Recreábamos el amor en la soledad, en la penumbra, en la oscuridad nos hablábamos con la voz del misterio, explorábamos nuestros cuerpos como una aventura interminable, pero nuestras palabras nunca eran certeras, siempre daban en los margenes. Siempre cuidábamos en el fondo esa posibilidad de ser desconocidos para el otro.
La ciudad de Parana me muestra ese mundo inconquistable y extranjero, esa permanente aberración de la mirada lanzada a las circunstancias familiares no elegidas y aceptadas, esa negación sin superacion posible que se hace conciencia ilusoria. Cambiábamos de mundos y de rumbos y todo cambiaba en nosotros e ibamos juntos con este cambio que nos llevaba hacia lo incomprensible.
La velocidad de los cambios manifestaban la fuga. La velocidad aparecia como destino. La libertad era del cuerpo y del murmullo. Una zona oculta guardaba los viejos amores familiares. En la distancia y los viajes prosperaba el recuerdo como negación. A merced de los vientos, con la seguridad imprecisa que da la riqueza, a solas, sin verdad, me hacia libre por la impotencia.
La historia es circular, las calles se van poblando de seres hambrientos, viejos, niños, mujeres y hombres recogen y comen de la basura. El tiempo pasa. Pasan las paginas de esta historia. Se abren y se cierran puertas. El futuro roza los cuerpos y los quiebra. Llego el frio diezmando la ciudad. Las palabras retorcidas se sublevan a veces, se fundan nuevos territorios, la vida avanza, avanza el misterio.
No hay verdades enteras y por enteras fatales. Cadavérico es el final de cada uno inesperadamente quien sabe en que rincón y cuando. No hay sufrimiento ni negación del sufrimiento. A veces los ecos de la calle se sublevan contra los ladrillos de estas paredes. Este hogar comienza a absorber el clima que generan las multitudes. Mi historia comienza a ser una historia mas entre tantas otras. Mi voz resuena inquieta ante el dolor extraño y extranjero. El argentino hoy es un ser dolorido por el tiempo, se va quebrando, se va como muriendo asaltado por una fiebre inaudita, por una peste voraz. Lo sublime queda perdido en el fondo.
Empiezo a caminar por las huellas de otro destierro humano. Observo el sacrificio, contemplo el hambre, se que estoy aquí, provisoriamente , en mi refugio, la vida puede hacerse difícil nuevamente, el espacio bailotea, se mueve en un cumulo oceanico entre la prisa y la tempestad. La levedad surge por momentos ante la riqueza de la vida y el dolor conquista nuevamente el cuerpo ante las calles vacias y los estertores famélicos de los habitantes de estas tierras. Recobro la seguridad para permanecer latiendo, en este minuto que aun me muestra la poesis abierta y desplegada como una fruta viviente, feliz y sangrante. Reposa la noche en la conciencia de ser uno con todo, ahora disuelto en la gran ciudad, en el entero universo, llevando el tiempo de todos con las marcas de este territorio que compartimos como perdiéndonos. Ya reposa mi alma en lo colectivo, a veces en el daño hirviente de la fragua de esta historia humana otras veces en los senderos de la microhistoria, camino de la posibilidad, sembradio del refugio, de la estrella sagrada de la leve intimidad. El tiempo avanza inesperadamente solo, a veces acelerademente agita los pasos, se desenvuelve, se aloca. El tiempo avanza y el espacio se amplia o parece estrecharse, tomar la forma de un pasillo estrecho, de un tunel peligroso. Los hombres hablan del abismo como si olieran la muerte proxima.
Mientras se sacude el mar entre tranquilidad y tormenta la vida continua para algunos en la mordedura de la pelea insistente, para otros en lo inesperado de una amenaza y de una pobreza que se hace persistente. Ya no puedo escribir solo de mi.
Soy testigo de un mundo .Mi mente es este mundo que recorro, que bordeo, que abrazo y que abandono. A veces recupero la inocencia y a veces caigo en la conciencia de la tempestad. Mi mente se mueve de un mundo al otro, entre la intima experiencia de sí hasta los murmullos vitales de lo colectivo. Desde un cuerpo fundado en el lenguaje habito la encrucijada colectiva y la hago propia. Al mismo tiempo inauguro paso tras paso una nueva posibilidad  viviente y poetica en los pasos de mi devenir, en mis propias envolturas generadoras y creadoras.
Se abren nuevos desafios, el movimiento vital surge de otras conexiones internas fugaces, disueltas en el absoluto, en una cosmología de la ciudad, en el universo intimo de la casa y el patio. La belleza cobra el significado de un estallido que reordena el acontecer social en una dinamica inclusiva imperecedera, ligada a los circuitos, a los transitos, a la mundanidad y al encuentro.
Del mundo surge la magia y lo fantasmatico, la morada de la luz y la sombra, el errar entre escollos y ruinas y la vision mitica del arbol y del pajaro. Es la alborada de otros reinos de la libertad humana donde en medio de la lucha habra aun fuegos encendidos para el calor y alimento para los que no tienen. El mundo de la materia no puede separarse del mundo de las ideas, el espiritu alcanza en la vastedad del rayo la rigidez absoluta de la piedra. Libertad y esclavitud es la oposición de luz y sombra que proyecta la palabra: aprendizaje. La mente es un mundo, su territoriedad tiene significados especificos, vetas y senderos que conducen de la vida a la esperanza y de la esperanza al morir. Los otros mundos, las otras mentes, circulan por vastedad de caminos y desiertos, a veces apegados a sus silencios y sus humillaciones, esclavos de sus aconteceres y de sus impotencias.
Cada mente inaugura en su verdad parte del misterio de su naturaleza, entre luces o sombras. Cada mente se enlaza con otras vidas para surgir a lo viviente como fuente inspiradora de nuevos recursos y fuerzas. Mentes para parir infiernos, mentes para concebir el terror, la destructividad o el odio. Mentes entrelazadas entre creación y vida para abrir paso a nuevos rumbos, a nuevos mundos. Mentes aquejadas de falta de palabras, mentes torcidas, obtusas, dislocadas. Mentes abiertas al cuerpo vivo del lenguaje, a los molinos donde el sol habita en las palabras y las miradas y tambien en los cuerpos, para acariciar el alba del hombre en sus circunstancias felices.
Cierta ráfaga de viento hiela el tiempo cubriendo las distancias.
Por los caminos de francia, en nevers, dormitando al borde de los caminos, en una carpa y con una bicicleta apenas exploraba el mundo, las viejas comarcas. Me he echado a andar sin detenerme, sin prisa, tomando distancia de otros seres y encontrándome en el mundo de los paisajes campestres, a orillas del Loire, entre castillos y palacios. Ese sueño colmado de pequeñas instancias infantiles me lleva a los reconditos resplandeceres y surgimientos donde se esconde una vieja alegria y una sensación vital de triunfo. Subo a pie las montañas de Saint etienne, llevando a cuestas el cansancio del esfuerzo para arribar a la cima y de alli bajar como volando entre valles y sembradios en mi bicicleta. La bicicleta deja ver el mundo en  su estilo de sondear el paisaje y el camino recorriendo con su velocidad las sinuosidades del cuerpo, como si escribiera en el placer del tiempo sus huellas en la memoria y en el centro de una vision panoramica.
De niño la bicicleta era el instrumento de navegación para conquistar el mundo, el barrio de Palermo. Deslizarse era una aventura para mi insospechada hacia el descubrimiento de otro reino, de pleno movimiento, de cadencia, de danza en el camino, una manera de sentir la ciudad, una forma de ver y de percibir las cosas.
Años mas tarde tendría la misma intuición con la canoa en un rio de gualeguaychu de noche, pescando, mientras en la orilla, en mi vieja camioneta amarilla dormia mi mujer y mi hija. El camino es un rio. Navegar, como decia chico buarque, es preciso. Creo que siempre tuve la intención de construir un plano de navegación del mundo, algo asi como un mapa de la realidad. La unica aventura impensada fue partir y encontrarme del otro del mundo y sentirme perdido y tambien en parte condenado. Fueron tiempos de ir para adelante sin poder formularse una pregunta, perdiendo el trazo de las palabras, solo persistiendo en los interminables recorridos de trenes a traves de Dinamarca, Suecia, Noruega, francia, España. Ir mas alla, perderse en los horizontes, dejar atrás el tiempo, persisitir en el avance, sin palabras, con ese blanco incesante en la mente, esa borrosa mancha imaginaria, llamada ilusion, en el fondo un océano o un oasis en medio del desierto.
Queria llegar a esas tierras del circulo polar artico donde los dias duraban 24 horas, queria llegar alli , al fin del mundo quizas porque en esos parajes habitaba alguna mujer generosa en amores que me invitaria a dormir en su igloo junto al fuego, comiendo carne de alce y haciendo el amor entre risas y humo con olor a pescado.
Las mujeres eran inalcanzables. Mis sueños se marchitaban. No habia idioma posible aun en los pobres gestos, retorcidos como ramas. Me hubiera quedado alli en tantos parajes donde las mujeres rubias y bellas sonreían para mi sin entender mis pobres palabras. Mis afectos parecian petrificados, solo vivia con los ojos y un murmullo incesante y blanco, como de hielo, de la eterna mudez.
Paría imaginariamente el tiempo, sin nadie, como en un amanecer siempre hacia un ocaso, habitando el rincón mas solitario del mundo, bebiendo del alcohol de mi juventud, haciendome aspero, vacio, rapido y cuidadoso pero siempre en el umbral de un destello imaginario incesante, una imaginación sin imágenes, una pura y blanca morada de irse desarraigando, sin familia, comiéndose el pasado, olvidando.
Luego llegaron algunos amigos necesarios, me cruce con ellos y ya forme parte de los paises desconocidos, ya balbuceaba mi estomago algunas necesidades verbales que se confundian con el idioma hacia un incierto mensaje, roto y fragmentado.
Llegaba por pura necesidad a hablar con otros tratando de emplear todas las constucciones y trampas posibles para hacerme entender. Conseguia hablar pero al precio de causar destrozos en mi. Mi espiritu se sentia completamente sumergido en una tragedia mientras trataba de explicarme en ingles o en frances. Asi que solo asimilaba una cultura visual, auditiva y lectora. Eso se escurrio aun en los caminos de Buenos aires. Ya no recobraba mi vieja capacidad de la elocuencia. Los fragmentos en parte me habian dejado a expensas de una imposibilidad, la de hablar, la de poder pensar y asi fue como en mi ciudad tampoco pude dibujar el recorrido de ese mapa de mundo que tanto deseaba.
Hay muchos puentes que unen este mundo y el otro. Hay muchas bellezas secretas y perdidas en los Bosques de Santa maria de Palautordera. Alli teniamos una bellísima casa con una gran chimenea para cocinar o calentarse, muchhos dormitorios, un gran comedor y un lindo patio. Habiamos encontrado el lugar esperado, la ubicación justa, el recorrido perfecto. No nos quedamos mas por cuestion de dinero. Alli tenia mi laboratorio de fotos, mi taller para trabajar la madera, en un altillo y ademas teniamos buenos amigos que venian los fines de semana a vernos. Habia un bar en una esquina, el irremplazable bar que esta en todas las esquinas de mi vida como un lugar desde donde nace lo social.
Como puentes en el aire la vida nos llevaba a mercedes y mi , con los caprichos de la brujula y con mis propios caprichos hacia los territorios mas seguros pero tambien los mas inhóspitos, cuando nos trasladamos a la Argentina, en pleno campo a una casa lejanísima y sola que habia sido el chalet de mi padre en el medio de la pampa. Confiaba en que no me costaria nada vivir, soñaba con la granja, con las colmenas, con ese olor del néctar que desprendian los enjambres con la floracion del eucaliptus. No teniamos autos y nos arreglábamos con un tractor para llegar hasta el pueblo. Luego compramos un citroen y atravesábamos a duras penas los canales atestados de agua para poder salir al camino abierto.
En mi vida habia un niño que debia portar algo diferente a lo que era mi destino.
Ese niño se llamaba Laurea. Iba a todas partes con nosotros y yo queria que el viera mas alla de nosotros por el como yo no podia ver por mi. Muchas veces me senti ciego. En mi ceguera solo contruia castillos de locas fantasias que yo ponia en el lugar de las realidades. Pero alli tambien habia una mujer, una compañera, un poco mas grande que yo y tambien con otras experiencias que yo intuia peligrosamente. Ella se acomodaba a mi pero yo siempre me debatia entre el amor y la penuria, en esa imposibilidad que me daba la eterna sensación fugaz de las cosas, esa intuición de lo inasequible, de lo escurridizo y solitario, aislandonos los tres, ella, yo y su hijo en un refugio que yo habia inventado contra todo, inexplicablemente. Mi amigo cabral, un carpintero del pueblo, tenia esa destreza que yo habia perdido y que en le fondo le envidiaba, la de poder hablar con tranquilidad, con sinceridad y con alegria, tambien con economia de palabras.
Recorrer el pueblo de Laprida era una forma de atravesar el desierto. El pueblo siempre habia sido un misterio para mi, un enigma. Su gente era hermética y tranquila, cada uno viviendo en su nicho, con curiosidad y algun que otro chismorreo.  Tranquilidad aparente porque por dentro de los pobladores a veces bullian pasiones tragicas y suicidas. Se hablaba poco y se jugaba mucho y los frios inviernos desnudaban al mas mentado en plena calle, con una zozobra de hielo y penumbra. Asi era Laprida.
Pero me inclino a pensar en episodios mas o menos fotograficos, en secuencias automaticas que van y vienen de una lado al otro del tiempo, como sin razon de ser pero que gatillan en la memoria un instante secreto, pleno de significado simbolico, como en los sueños. Asi inesperadamente salgo al encuentro de un destello de infancia para amanecer en la otra punta rodeado de gente en la semana santa de andalucia, entre espectadores y fieles, llevando luminarias, vírgenes y santos.
¿Qué diablos hacia yo ahí presente en ese tumulto extraño, entre fanáticos y turistas, mirando una procesión sin sentido para mi, es decir, perdido en el medio del mundo, como extraño y ajeno al acontecimiento humano entre miles de personas arrebatadas en la ensoñacion de la fe. Todas esas cosas tendrían luego un sentido oculto de locura y de misterio, en alguna parte de mi se albergarían como tempestad recondita, como mundo subterráneo de procesiones fantasmaticas, imaginarias.
No habria horizonte posible mas que la plena faz de lo invisible, del ocultamiento del cuerpo en pleno transito entre mundos y diferentes culturas, entre barrios, paises, mares, rios y caminos. Asi despejaria la mirada y haria un mundo para mi, aislado del resto pero condenado a la soledad viviente y luminosa, sin palabras, sin dialogo posible, sin retorno alguno. Y el secreto seria un estallido, una palpitación del misterio ambulante, de la expectación feliz y sagrada de lo maravilloso.
De adolescente amaba el cine. Mi refugio eran aquellas películas dramaticas que mostraban sin desenfado desde las tragedias domesticas hasta las mas aberrantes perversiones. Creo que todas aquellas representaciones contagiaron mis conductas.
El hombre debia ser eso: quizas una tormenta, con esporádicas felicidades interrumpidas. La relacion entre el arte y la vida era muy estrecha. Tomaba al arte como maestro de mis principios y mis deseos. El arte estaba impregnado de peste, de angustia, de sofocados e intempestivos malhumores. Luego dibuje el tiempo con la estetica solitaria de lo gris, lo melancolico. Y alli en los rincones comulgue con el unico lenguaje posible de hacerme resurgir a lo bello: la poesia.
Pasaba por diferentes escenarios humanos sin obtener una respuesta acerca de mi propia verdad. Me quedaba estatico, inerte, ante un tiempo que cedia sin prisa entre voces familiares con sus luchas, sus reacciones, sus insolitas preguntas.
Tal vez en algun momento sería esa voz que escuchaba desde lo hondo del texto como voz propia, voz de mis origenes y de mi situación en el mundo, voz de mi libertad, de mi espiritu y de mi verdad. Los textos de Camus y de Sartre hablaban por mi, como refugiendose en los pliegues de mi soledad para aparecer en la superficie tal como yo era con palabras prestadas, pero originales y bellas.
Sucumbia en la realidad de esas palabras, en el acontecer de esa belleza donde se rozaban los significados mas reconditos, entre la vida y la muerte. Los unicos personajes que habitaban mi vida vivian en la literatura y en el cine. Los otros, prohibidos, eran angeles etereos de un mundo que apenas intuia y que amaba pero que me resultaba vedado por las palabras. Yo estaba anclado al sufrimiento por un eterno espiritu de condenación y de misería, que se forjaba en dias y noches de eterno aislamiento. Desde mis origenes me enroscaba en el nido de seda, en el capullo viviente y protegido de mis dias solitarios. Los vinculos rozaban la sensación de desprotección, de intemperie, de peligro. Solo en la pintura encontraba ese mundo recreado, a los 8 años, en el maternal y fluyente espiritu, apoyado por mi padre. El tiempo me rozaba. Tendia a liberarme de los otros en breves y suaves sacudidas. Era callado, a veces rebelde. Me defendia y por dentro sentia la brevedad, la nostalgia y el incesante martilleo de voces familiares rotas y accidentadas. Mi vida era un cumulo de mareas oceánicas y secretas, de volcánicas irrupciones de lava. Yo observaba ese movimiento interno sin poder hacer nada. Solo observaba. Me parapetaba en el arbol retorcido de mi cuerpo y seguia, sin rumbo fijo hacia un horizonte incierto que siempre encontraba su habitat, su nido, en algun libro. A veces desfallecia, miraba lo imposible, me detenia en los ojos de los muertos, de los queridos muertos que se habian ido sin decirme siquiera adios y miraba a los vivos con una pregunta sin temor: que hacen ustedes aquí.
Estaba poblado de voces presentes. Los muertos habian dejado sus cosas en pie.
Mi eterno disfraz era descubrir los pliegues de esa sencilla vestimenta del mármol, sus silencios, sus caprichos, descubrir sus secretos y sus conquistas, sus ultimos respiros y sus pasadas aspiraciones. Que habian dejado esos muertos sin hacer. Que querian y que habian olvidado en este mundo, renunciando a ellos mismos y entregándose a la ultima soledad posible.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Página 1 / 1
Foto del autor Santiago Linari
Textos Publicados: 20
Miembro desde: Aug 10, 2010
0 Comentarios 831 Lecturas Favorito 1 veces
Descripción

Ensayo autobiografico escrito como reflexin sobre el dolor y la plenitud en la vida. Un acercamiento al humanismo y el paisaje interior de la condicion humana.

Palabras Clave: Humanismo meditacin filosofia

Categoría: Ensayos

Subcategoría:



Comentarios (0)add comment
menos espacio | mas espacio

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy