A la captura de un sueo
Publicado en Aug 10, 2010
Las venas no decaen aunque el sol y la niebla merezcan toda la tristeza. Es la sangre tibia mordedura del centro en los cuarzos heridos por tenues raíces. Y habrá estrellas para señalar el camino de la nave profunda en tus labios. He cometido un pecado. Hablar de los contrarios, rozar los opuestos y conciliarlos entregandome a toda suciedad. No sé cómo pensar. Lo que sí sé es que dentro de estas cajas llamadas realidad me pierdo y me confundo hasta sentirte y verte sonreir, amada mía. No hay llantos en el desierto; solo voces lejanas que habitan el misterio dando golpes de acero en la conciencia dormida. Mi país es una tuna refrescante, llena de heridas de bala, perseguida aun con el calor del sosiego. Me canso de navegar por la palabra, espero anclar en el silencio con toda libertad. Los odios son letanías transformadas, canciones y murmullos que habitan el espacio donde quiera que vayas. Perdurar como la mirada fugaz que se capta a través de un objetivo, con la salud de los elefantes y todas las luces encendidas. Ser tan sensible a la luz como al hombre que duerme en la calle. Despertar para colmar de dicha los momentos ausentes y ver parir la luna con un guante de seda y estar en el mundo y formar parte.
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Leidy Mar
Tú siempre tan humano.
(y yo siempre persiguiéndote por aquí y por allá para poder leerte)
Cariños.
cinthia