En una templada madrugada
donde el posesivo regenerador onírico
paralizaba tangibles movimientos
y sacudía fábulas espectrales
una inoportuna rueda negligente
apretujó el encalado pelaje
triturando casi siete vidas de una vez.
A paso cansino... arrastrándose
muy agitado, se recuesta agonizante
al costado del patio
con el mínimo resquicio vital
desfallecen los revitalizantes con celeridad,
descienden las desgarradoras desfiguraciones
rescinden los familiares maullidos
ausentándose gradualmente el violentado dolor...
indefenso e inyectado
de punciones irreversibles
permaneció ahí murmurando  discontinuamente
 con una silente ilación convulsiva,
de pronto, sus párpados hablantes
quedaron tiesamente fijos.
Imposibilitados e impotentes a poder intervenir
nuestro desconsuelo humedecía de sales
el yaciente cuerpo dormido
entre consternados abrazos y excavadoras palas
la fértil tierra esperaba abrigarlo
para conducir su etérea partida
al misterioso mundo impenetrable.
 
Sentado e ido
el frio regazo
esperaba su calor.
 
Abstraído añoraba
sus creativas volteretas
en medio de los fresnos.
 
Nos obsequiaste afectos por doquier
¡Sin solicitar nada a cambio!
Tenemos que aprender tanto de las mascotas.