Otoo
Publicado en Aug 14, 2010
Otoño se ha venido a mí en tus glaciales pechos.
Siento ya los glaciares que deja tu partida. Es un momento que podría ser magnánimo en que me va poseyendo tu harina y magnetismo. Untado a ti ¿ Quién diría que me he rezagado ? y que he quedado tras tus ideas dispuestas? Era una semana de pan sin divisiones en que degustábamos las copas y los higos. Y tu dulce extensión sobre mi tiritaba haciéndome el amor de los pies a la boca. Y el amor parecía crecer como venas alpinas y los cuerpos crujir y al cielo, retorcerse. Nada podía yo indagar de tu pecho sino el magma grandioso que sigue a la erupción. No podía mi sombra de paseante solitario intuir que llevabas un nombre de valija y en la boca el mendrugo de otro hombre, cien hombres que desde ya esperaban para ceñirte abrazos.
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