Sangre de Chocolate (Parte seis)
Publicado en Aug 15, 2010
Me quedé paralizada. Helada.
Mi mente estaba en total y completo shock, ninguno de mis pensamientos se hilaba con el otro; en realidad no creo que estuviese pensando en mucho o casi nada. No, no podía ser verdad nada podía estar pasando. Una pequeña parte de mi subconsciente me explicaba que de seguro esa era una broma...si, tenia que ser una cruel y despiadada broma...pero ¿Quién sabia que yo estaba ahí? Nadie ¿Quién sabia que mi neumático se había roto? Nadie ¿A quien se le pasaría por la mente llamar a los guardabosques con el afán de encontrarme y molestarme? Mucha gente, pero esas no eran las preguntas mas apremiantes si no ¿Quién en toda Louisiana tenia la voz con la misma entonación?.... Mi corazón latía tan aceleradamente como dolorosamente, cada latido me rogaba que hablara, que dijera algo, que su voz se volviera a escuchar, pero ni un sonido salía de mi boca, de mi garganta. Sentía un frío que no tenia nada que ver con el clima, era como un aliento gélido el cual llenaba toda la habitación. Antes de que pudiera decir nada Ethan interrumpió la frenética constipación de mi cerebro. -¿Acaso te sorprende oírme?- río con desgana y miles de recuerdos se apoderaron de mi, todas las tardes que habíamos compartido, los chistes, las bromas...- ¿Entonces me creíste tan muerto como todos los demás? No pude evitarlo, un grito ahogado que sonó muy fuerte exploto en mi garganta. -Ethan...- susurré con un gigantesco nudo en la garganta y en el estomago- Ethan... -¿Si?- pregunto, casi pude imaginarme su expresión de espera e intriga -No...n-no...no es...posible-las palabras me salían a borbotones por que el aliento se iba y venia de mis pulmones bruscamente- ¿C-c...como? -¿Cómo? Bueno ya te diré como pero necesito saber desde cuando te gusta tanto el negro- La pregunta me tomó por sorpresa ( si es que podía estar mas sorprendida) -Si, lo que pasa es que nunca vi esa chamarra ni esos pantalones que traes puestos. No pude evitarlo, caí de rodillas con el auricular aun agarrado con la mano, me di cuenta de que temblaba con violencia por que la habitación se movía bruscamente como en un terremoto. Lentamente, con los ojos abiertos de par en par mire hacia abajo, hacia mi cuerpo y, de hecho, traía una chamarra negra y unos pantalones del mismo color; trate de razonar, recordar si el ya los había visto pero no pude saberlo, estaba demasiado horrorizada para pensar con claridad. Sudaba y el frío de la habitación se hizo mas fuerte. -P-pero...n-n-no...Ethan -Tu cabello está mas largo de lo que recuerdo pero estas muy pálida, ¿estas enferma? Tuve que meterme el puño en la boca para no gritar , no , no , no; tenía que ser el mas maravilloso de los sueños -Parece que tienes frío, por la forma en la que tiemblas y tienes el flequillo pegado a la frente por que estas sudando. Con toda la fuerza que fui capaz me agarrè del escritorio y me levanté, mire por las ventanas de la cabaña pero no logre ver nada. -¿Me estas buscando acaso? ¿En serio quieres verme? Tome aire como desesperada mientras trataba de pensar con claridad, el me estaba observando, sin embargo yo no podía verlo a el, tenia que estar por algún lado, cerca de la cabaña, ¿pero donde? ¿Dónde? ¡¿Dónde?!. En primer lugar ¿Quería verlo? De inmediato las células de mi cuerpo me exigieron que saliera ahora mismo a buscarlo y mi tan doloroso y pesado corazón latió mas rápidamente pero esta vez era un dolor delicioso, e, incluso mi mente me golpeo con la clara imagen de su rostro, de su sonrisa... -Si...si quiero Suspiró. -De acuerdo- colgó el teléfono pero yo no podía mover mis dedos para soltarlo, ¿Qué era lo que acaba de decir? Cada parte de mi pedía a gritos verlo, escucharlo, acariciarlo, incluso olerlo... Mi respiración se hizo mas artificial, desbocada y frenética, mi corazón se ensanchó, mi estomago giro ciento ochenta grados y se quedó en esa posición; mis ojos comenzaron a buscarlo por las ventanas. De pronto, oí sus pasos quedos al principio, el sonido de las hojas secas al romperse se incrementó hasta llegar enfrente de la puerta...Necesité la poca cordura que me quedaba para permanecer de pie y no volver a caerme, un ligero sollozo salio de mi garganta...la perilla comenzó a girar lentamente...otro sollozo ... finalmente termino de dar la vuelta y la puerta se abrió con un chasquido...gemí mientras mi respiración y mi corazón empezaban a fallar, uno latía como las alas de un colibrí y la otra se incrementaba al ritmo de mis latidos...la puerta se abrió lentamente... Inmediatamente baje la mirada, no podía mirarlo a la cara así de repente, tenia que cerciorarme de que estaba completo...primero vi un par de zapatos negros, de piel, finos, luego dos largas piernas ocultas tras un pantalón de mezclilla oscuro, después dos manos que caían a los costados con ligereza protegidas por unos guantes, torso ancho y marcado tras una camiseta negra, dos brazos cubiertos por la camiseta negra, musculosos, enormes...Y, entonces llegue a su rostro... No pude evitarlo, retrocedí lentamente dos pasos mientras mis ojos se abrían como platos ante tal visión...su piel...esa no era su piel, era pálida ....pálida. Sus pómulos seguían siendo los que yo recordaba, la nariz estaba igual, pero esa piel... Sus ojos estaban enmarcados con profundas y aterradoras ojeras púrpuras, como si no hubiese dormido en mucho tiempo, tal vez nunca... Aún así sus ojos seguían del mismo color, azules, profundos, enormes, rodeados por pestañas largas y negras; mirarlos fijamente hizo que algo pasara en mi, sentí una extraña picazón en los ojos, mi labio inferior empezó a temblar y de pronto...una gran lagrima escapo de mis ojos y recorrió mi mejilla hasta me barbilla en donde se detuvo. Después de tanto tiempo volví a llorar. A ésta lagrima le siguió otra y otra, cuando me di cuenta tenia el rostro surcado en lagrimas silenciosas, tan silenciosas como Ethan, quien simplemente me miró fijamente durante un tiempo que se me hizo eterno. Todo mi interior estaba roto y confundido. Llorar era una sensación maravillosa. Llorar otra vez. Ethan seguía inmóvil sin decir ni una palabra, no podía frenar lo que mi ser me rogaba con tanto anhelo así que desconecte mi razón y avancé poco a poco hacia el con los brazos un poco abiertos; cada paso era como una venda a mis heridas, las heridas que habían sangrado desde hacia tiempo... Entonces lo tuve a diez centímetros de mi, estaba mas alto de lo que descontrolada mente podía recordar, apretó su mandíbula mientras fruncía el ceño, pero no de frustración si no de...confusión. Si, estaba tan confundido como yo, el cruel destino nos había separado y ahora estábamos frente a frente. De repente, sin previo aviso salvó el espacio que nos tenia deparados y levantó sus blancas manos ( se había quitado los guantes) y me tomó de los hombros. Las lagrimas volvieron a brotar con toda intensidad mientras yo levantaba mis deseosos brazos y tomaba su fuerte cintura, inhaló aire con mucha fuerza y me atrajo poco a poco hacia el, sus brazos se estrecharon con fuerza...y, así, me fundí en su pecho mientras sentía sus labios en mi frente y su respiración en mi cabello. No pude controlarme mas y un desgarrador grito salio de mi boca pero su pecho lo amortiguó y lloré como nunca antes, histéricamente y sin inhibiciones ni pena; Ethan no me dijo ni hizo nada mas que acariciarme la cabeza una y otra vez. -Ethan...Ethan...-murmuraba yo cada vez que volvía atener aliento suficiente. Tenía al muchacho por el que tanto había sufrido en mis brazos y por eso no podía dejar de llorar. Supe que el también lloraba conmigo ya que sus lagrimas me mojaron el flequillo y escurrieron por mi frente, y se mezclaron con las mías. -No llores- logre articular mientras hacia mi rostro hacia atrás para verle la cara, su expresión destrozada hizo que derramara otras pocas lagrimas aunque para estas alturas ya no podía llorar mas. Su semblante se hizo tan duro y amargado que me asusté, soltó mis manos de su cintura y me aparto de si como si ahora no me quisiera cerca, me hizo retroceder unos pasos y luego me advirtió con la mirada que no me moviera de ahí. Entonces habló: -Déjame llorar Milena- mi interior dio un brinco cuando vi que sus colmillo eran, bueno, significativamente mas grandes, al hablar su rostro se le deformó de una manera horrorosa como un animal listo para matar, de hecho ahora que me daba cuenta parecía menos humano y un poco mas...peligroso. Un escalofrío me recorrió entera -¿Qué te paso?- tenia que saberlo, mientras preguntaba miré directamente a sus colmillos los cuales me provocaron otro escalofrío. El detalle no pasó desapercibido. -¿Te refieres a esto?- señalo sus dientes- ¿O a esto?- señalo su cuerpo con la mano Me limité a mirarlo fijamente. - Me temo que eso lo averiguaras mas ahora, pero no creo que eso te guste- suspiró y me miró con tristeza- De verdad lo siento, creo que hablar contigo no fue una buena idea. Por eso lloraba, además de por el hecho de verte de nuevo -¿De que hablas? ¿Qué es lo que sientes? -Lo que va a pasar después, lo que are ahora, todo es culpa de esto - se volvió a señalar pero ahora con asco. Antes de que le preguntara nada cruzo como una bala los dos pasos que me había hecho dar y se detuvo enfrente de mi, me tomo de la cintura con delicadeza mientras mi tonto corazón golpeaba mis costillas locamente emocionado, sus labios empezaron a besarme la mejilla ante mi total y gran asombro, luego descendieron hasta mi cuello e hicieron mi cabello de lado; suspiré totalmente satisfecha y plena de modo que no preví lo que haría después. -Perdóname Milena, te juro que nada de esto es personal. Antes de que alcanzara a comprender de que diablos estaba hablando un rugido brotó de la puerta. -¡NO! - me di cuenta de que había cerrado los ojos pero no llegué a ver nada ya que todo pasó muy rápido, alguien me quitó a Ethan de encima en menos de un segundo y me asestó un golpe en el costado derecho de la cara con tal fuerza que me hizo caer pero mi dolor no acabó ahí ya que antes de dar con el suelo me golpee el costado derecho del cuerpo contra el escritorio y, finalmente mi cuerpo cayo en el piso con estruendo. El dolor era tal que no pude mas que encogerme y gemir, no pude abrí los ojos así que solo escuché como alguien arrastraba a Ethan fuera de la cabaña mientras éste gritaba mi nombre. Incapaz se seguir conciente dejé que la oscuridad se apoderara de mi y me desmayé
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Sandy Miranda
JUAN CARLOS
Besitos y Cariños...
TQM..¡¡¡¡¡¡ Juan Carlos...
Sandy Miranda