Como en una historia de García Márquez;
volaría en alfombras voladoras, sobre el caluroso pueblo de Macondo.
 
Recitaría versos de Florentino Daza en la ciudad amurallada;
para poder observar los barcos de vapor perderse en el horizonte. 
 
Moriría en la revolución bananera; 
esa revolución en la que murieron más de tres mil y a todos los tiraron al mar.
 
Pasaría mi vida entera dedicado a la alquimia;
esperándo así fuera por 53 años, 7 meses y 11 días para tener un amor senil. 
 
Me alzaría contra el gobierno 32 veces, perdiendo todos los enfrentamientos;
si tan solo pudiera domar todos esos demonios, incluyendo el amor.
 
Conversaría hasta el amanecer con Melquíades;
mientras espero aquella caravana de la nieta prostituida. 
 
Bañaría a aquel hombre viejo de alas grandes;
mientras a mi alrededor se confeccionan los más disparatados milagros.
 
Moriría una primera vez más una segunda sumido en la resignación;
sin tan solo José Arcadio Buendía me saludará desde aquel árbol en el que habita para siempre.  
 
Como  una historia de García Márquez;
así me gustaría que fuera mi vida.