Conocimiento Casual
Publicado en Sep 04, 2010
Esta semana se inició con una terrible noticia. Un geriátrico, ubicado en una de las zonas más residenciales de la ciudad, comenzó a incendiarse cerca de las 05hs .
El humo y el fuego, causaron la muerte de seis ancianos que dormían, y que por sus incapacidades físicas, estaban imposibilitados de movilizarse sin ayuda. Poco después dieron la nómina de las víctimas. Cuando dijeron el nombre del tercero, la memoria me retrotrajo a mis tiempos de adolescente. De paso a la escuela, el transporte que me llevaba a diario, se desplazaba por una avenida donde se edificaba un nuevo barrio. En los grandes carteles, se podía leer las características de los edificios que iban a levantarse y los datos de los profesionales a cargo. El transporte tenía allí una parada y mi curiosidad fue atraída por un nombre: “Calógero Restilfo Pilatos, Ingeniero Civil”. No era un nombre común y lo anoté en mi cuaderno para ofrecerlo a mi tía Delfina que próxima a ser mamá, barajaba nombres sin decidirse por ninguno. Lo dejé a su consideración, aunque no lo eligió. Años después, en una entrega de diplomas, en la facultad de Ingeniería y Ciencias Exactas, el amigo que se diplomaba, eligió a Calógero, uno de sus profesores, para que le entregara su flamante título. Allí el destino me puso frente a él y al recordar las circunstancias por las que tenía presente su nombre, aproveché la ocasión para hacérselo saber. Pasaron muchos años. En el informativo de las 0.8hs del lunes, volví a escuchar su nombre, el tercero de una lista de seis ancianos que se incineraron en un geriátrico del exclusivo Cerro de las Rosas.
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