el metro,
Publicado en Sep 12, 2010
era una noche fría, en el trabajo na había tenido un buen día, dos clientes intentaron sobornarme, a lo que respondí con un rotundo noooooo, pensaba en lo que me esperaba al llegar a la casa, la mirada penetrante y despreciativa de mi suegra, mientras sorbe un vaso de cerveza, al cual ayuda a disimular su mal aliento, sin embargo, al subir al vagón del metro, cambió mi día, de un empellón, estuve adentro, podía sentir un aroma embriagador, era un perfume delicioso, yo cerré los ojos para recordar mis días en campo paseando por cerca del estero sintiendo el aroma de las flores de madrugada, cuando un dedo, empezó a hacer figuras en mi espalda, abrí los ojos y voltee la mirada, era una mujer hermosa, de ojos grandes y verdes, de labios carnosos, y pintados de rojo, me voltee y antes de decir nada pegué mis labios a los suyos, nuestras lenguas se fundieron, nos bajamos en la siguiente estación, pues yo sabía que había un hotel cercano, olvidé mi señora, el aliento pestilente a alcohol de mi suegra, a mi bebita de tres años que me espera para jugar, a pesar de llegar cansado le dedico unas cuantas horas a ella, es la luz de mis ojos. pero la calentura me hizo olvidar todo. Ni siquiera le pregunté su nombre, solamente la besaba y abría la blusa para colgarme de sus pezones negros Ella gemía de placer, al menos eso es lo que me hizo creer, estuvimos durante dos horas completas haciendo el amor Si se le puede llamar así, cuando suena el teléfono de la habitación, me pareció haber cerrado los ojos por un segundo, Cuando al mirar la almohada vi una nota que decía, has sido mi mejor amante, este lo recordarás para siempre, y sellaba la nota Con un beso marcado al pie. Encendí un fósforo y quemé la nota, entonces recordé que debía comprarle la leche a mi bebita, pero la mayor parte del dinero La había gastado para pagar la habitación, me sentí pésimo, pero con las monedas que me quedaban le compré un litro de leche Liquida, al día siguiente me las arreglaría para conseguir dineros para la leche. Mi mujer me esperaba coqueta, inclusive olvidé era mi cumpleaños, a pesar del cansancio le pude hacer el amor, y me dormí sin jugar con mi bebita pues estaba dormida. Aquella noche nunca la podré olvidar, tal como me dejó escrito en la nota, la mujer, nunca podré olvidar que a mi bebita la dejé sin su madre y ahora mientras yo lucho por vivir en un hospital mi niña debe soportar los golpes de la borracha de su abuela, mientras el sida me arrebata las fuerzas, me arrebata la vida, me arrebato mi familia…
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daih
JUAN CARLOS
Un abrazo...Juan Carlos..
Jos Luis Marrero
Caranndor
me has dejado con los pelos de la espalda erizados
Rita