En un colegio del centro de la ciudad, había una niña que tenia muchas pecas en la cara, sus amigos la llamaban "pequitas", cada vez que lo hacían ella sonreía y les sacaba la lengua.
 
En el recreo Pequitas jugaba con las otras niñas a saltar la cuerda y  se contaban cosas de niñas, mientras los niños jugaban a los taps, a la pelota y otros simplemente se la pasaban peleando.
 
El salón de clases estaba adornado de todo tipo de figuras de dibujos animados, y la profesora era la persona mas dulce del mundo, trataba a los niños como si fueran ángeles y no había niño o niña que no se resistiera a los encantos de dulzura con ella, tanto así que todos le tomaban mucha atención en clase y la mayoría eran bastante aplicados con sus materias.
 
Los niños llegaban a sus casas con una sonrisa en el rostro y una mirada de niño feliz, los papas veían a sus hijos crecer sanos y contentos.
 
Pequitas vivía enamorada de una flor que ella misma había encontrado en medio de la calle abandonada, la llevo a su casa, tomo una taza vieja de plástico le hizo unos agujeros en la base con un palito de fósforo, lleno la taza con tierra húmeda y allí mismo puso a la pequeña flor moribunda, la regó con amor, limpio sus hojitas verdes y la puso en la ventana de su casa. "Bella", así la llamaba y le contaba todas las cosas buenas y malas que le pasaban en el colegio o en la casa, Pequitas le había contado a todas sus amigas de su flor, su tesoro, y ellas trataron de hacer lo mismo pero sus flores se marchitaban en menos de una semana, "Bella" ya tenia muchos años de resucitada y por ahí una de sus amigas dijo: "Solo con amor viven las grandes ilusiones de una flor...", todas suspiraron y volvían a sembrar una flor en su corazón de niñas ilusionadas...
 
Ricardo era un niño simpático y justo, se preocupaba por los demás compañeros, evitaba que pelearan por gusto o por cualquier cosa, ayudaba a sus compañeros que tenían problemas de estudios o de familia, decía siempre: "No te preocupes, todo va estar bien..." y les daba unas palmadas de apoyo en el hombro. No se Burlaba de nadie y quería la paz mundial, claro que eran sueños de un niño, de un solo niño en medio de millones de niños que también tienen sus propios sueños, pero este niño parecía haber sido escogido para tareas mas divinas que humanas, aun que ni yo ni tu no lo sabemos ni lo sabremos.
 
Nery, eran el nombre de la maestra, soltera sin compromiso conocido, joven y dedicada a unos niños que no eran otros que de  los de Dios, y ella lo sabia, por eso los trataba con tanto amor y paciencia. Contaban y se escuchaban en el cafetín de profesores que ella tenia un novio muy guapo que trabajaba en un banco, pero que la estaba engañando, ella los había visto infraganti y desde ese momento no hubo mas novio guapo ni sueños tontos sobre un hombre fiel y correcto. Aun que habían muchos pretendientes según decían, un director de otro colegio, un dueño de una agencia de turismo, un par de policías, 2 amigos de barrio y muchos hombres sin oficio conocido. Parecía que Nery siempre estaba contenta y muchos dirían que alguna ves la vieron triste, aun cuando el banquero ese la traiciono ella muy digna los olvido en un segundo y siguió con su vida y sus niños su principal razón de ser.
Todo transcurria tan bien... hasta que un dia...llegaron desde una ciudad alterada el hermano del alcalde con 4 niños... continuara