otros mitos: poetas gay. Safo de Lesbos
Publicado en Sep 17, 2010
Inmortal celeste
Inmortal celeste, de ornado trono, dolotrenzadora, Afrodita, atiende: no atormentes más con pesar y angustias mi alma, señora, sino ven aquí, si mi voz de lejos otra vez oíste y me escuchaste y dejando atrás la dorada casa patria viniste, tras uncir el carro: gorriones lindos a la negra tierra tiraban prestos con sus fuertes alas batiendo el aire desde los cielos. Y llegaron pronto, y tú, dichosa, con divino rostro me sonreías preguntando qué me pasaba, a qué otra vez te llamaba y que qué prefiero en mi alma loca me suceda ahora: "¿A quién deseas que a tu amor yo lleve? Ay dime, Safo, ¿quién te hace daño? Pues, si huyó de ti, pronto irá a buscarte; si aceptar no quiso, dará regalos; te amará bien pronto, si no te ama, aun sin quererlo". Ven también ahora y de amargas penas líbrame, y otorga lo que mi alma ver cumplido ansía, y en esta guerra, sé mi aliada. De verdad que morir yo quiero De verdad que morir yo quiero pues aquella llorando se fue de mí. Y al marchar me decía: Ay, Safo, qué terrible dolor el nuestro que sin yo desearlo me voy de ti. Pero yo contestaba entonces: No me olvides y vete alegre sabes bien el amor que por ti sentí, y, si no, recordarte quiero, por si acaso a olvidarlo llegas, cuánto hermoso a las dos nos pasó y feliz: las coronas de rosas tantas y violetas también que tú junto a mí te ponías después allí, las guirnaldas que tú trenzabas y que en torno a tu tierno cuello enredabas haciendo con flores mil, perfumado tu cuerpo luego con aceite de nardo todo y con leche y aceite del de jazmín. Recostada en el blando lecho, delicada muchacha en flor, al deseo dejabas tú ya salir. Y ni fiesta jamás, ni danza, ni tampoco un sagrado bosque al que tú no quisieras conmigo ir.
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Guillermo Capece
adhiero en su totalidad a las palabras de Jose Luis M.
abrazo
Jos Luis Marrero