ZURCIENDO HIDROAVIONES
Publicado en Sep 18, 2010
Me gustaría saber zurcir las fotos
que se nublaron tanto entreveradas en retazos de bordes descosidos aprender a saber cómo se cosen un seno resbalado por manos sorprendidas tarde tibia de abril y el aire quieto partido de repente en cascabeles de cascos de caballos que patinan en aceite quemado y el asombro de ser invulnerable y la confianza de aviones descansando sobre el agua hamacada y tediosa en la bahía tacones de alfiler hunden seguros el alquitrán caliente de la calle y aquel enero canta atardeceres de días tristes en un hard day’s nigth ajeno a las pantallas el mundo sucedía un pescado boquea en la escollera y otros más en el agua esperan turno plateados de inconsciencia sin saberlo la cabeza borracha inventa cielos trepados a una higuera vestida de inocencia esa piel de cebolla entre las sábanas se desgrana en la trama indiferente ajena y fría de la sala penumbra de hospital senos antiguos bolsitas que no quieren secas dejar de amamantar a los recuerdos tomateras al sol los cerdos gritan con tapones de ajo en el hocico el color increíble los pedazos de los cuerpos en tanques de cemento ahogados en formol anatomía que no pudo enfriar aunque lo quiso el beso en el portal de aquella iglesia con cortinas sonoras de aguacero y una cierta belleza en esa danza de sables refulgiendo al sol enfurecidos se descose también algún aplauso de antes o después inexplicable que se apagó en pasillos encerados y murió en alfombrados de silencio. un ciego toca el saxo y nos dibuja a un linyera de olor como el misterio mientras circula el suero inútilmente por una playa segura de sí misma helados de durazno en primavera y el sudor juventud inolvidable de sábanas mojadas sacudidas por sordas taquicardias ajenas al infarto baldosas como armas balazos como ecos los rostros como humo se fueron descosiendo y no hay caso ya nadie nadie puede zurcir la colcha porque nadie sabe si de verdad pasó lo que les cuento.
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Carol Love
ay poeta aterrizando en la humedad
Leidy Mar