A veces se escribe despacito, esperando matar la mala letra.Se cree uno una sombra infinita que puede recortar a tientas lo cósmico.Pero me encuentro que la expansión piensa y estoy limitado a lo inmediato.Apenas puedo blanquear unos fonemas o a una superficie blanca dar maromas.Queda la inacción de lo quieto y yo mudo al pie de página.Cierro los ojos y se que algo se me concederá y entonces, me asombro de la vanidad de sonidos murmurantes, que vienen a fecundar las raíces de mi obrita.Rueda la solitud como una mole anémica y cae la sazón de la palabra continua, que de niño me persiguió por las cortinas de mi amanecer. Mis manos ascienden no dudosas como por acantilados vírgenes. Y las palabras se van fotografiando como una musica de la mañana. Siento el consuelo de los que alcanzan a pegar confidencias, y sentimientos vagos desentumecen mis dedos.Parpadean las líneas creándose como zumos y es extraña la hierba que siento nacer debajo de mis yemas: Algo sale de dentro de mí que logra calmar mis espantos y mis visitaciones interiores, quitando, por un rato, mi sinrazón de paria.( Sé que alguien vela luces a la orilla de otras páginas y mundos, esperando que la mortaja no lo alcance a él )....Sólo si despierto seguiré siendo niño y volveré a los botareles del olvido.