Se adensa el agua cuando te alejas.
Trato de abrigarme saliendo del dolor
y metiendo mis manos en abismos que cantan.
De sí la distancia extiende mi tristeza.
Trato de aislarme en viajes interiores
y que tus formas mayores marchan a su exilio.
Todo lo que fue me recorre y me moja.
Pero en esta inclemencia recuerdo la esperanza.
Allí no se hallan nublados de ternura
y puedes retornar de modo inexplicable.
Y mirarme con una mirada inédita
y volver a entrar en mí y quitar mis espantos.