Noche Blanca
Publicado en Sep 24, 2010
Noche Blanca
SANTIAGO LINARI No voy a insistir. Siempre golpeo en los mismos rincones y todo se desvanece. Guardo un recuerdo que me fulmina, como una témpera difusa, como un paisaje lejano lleno de silencios. Mi infancia se acomoda en los pliegues, jamás descansa, siempre absurda, llena de tempestades. No sé si era un candado, una vieja puerta de castillo o una armadura. Lo único que sé es que detrás del mapa estaba tu cuerpo desnudo y era de noche y soñaba y en la mano tenías un compás y una campana. Algo así como una firma debajo de mis frazadas y la eterna delicadeza de un perfume y el invento de una relojería para adultos pensando mejor en espejos y péndulos, el humo de un cigarrillo, el hacha feroz sobre el tronco de un árbol, la enemistad con la materia, los subterfugios del cerebro siempre acoplándose a los silencios, al drama de la realidad mas vasta, la ciudad y sus predicados, las oraciones que no encastran, la falta de lógica y sus murmullos, como tu pollera en la silla, otra secuencia del sueño junto a las palabras desatadas, las intenciones que sobran, el deseo que late a punto de estallar, siempre vivo, con ojos de gigante, inconmensurable, a veces prohibido. Y yo que intento decir la noche y sus silencios, hablar del ángulo perfecto de la bonhomía , de las vicisitudes de una soledad llena de páginas escritas, de manos en el aire, de curaciones y de espantos. Te alcanzo para rodearte , para visitar un rincón de esa ciudadela que habitas, los muros blancos, las ventanas amarillas, un complejo de sauces y fuentes en mi sueño, las escaleras que llevan a tus ojos , los pergaminos , las cartas escritas para el futuro mas incierto donde te escondes para que despierte, sin que yo despierte en las teclas del piano; la sonata y a través de los líquidos la blanda resistencia del azúcar, el sabor acaramelado de la realidad, los insultos donde nada coincide, todo está patas para arriba, es el absurdo en el que vivo, es una belleza gratuita que se pierde en la lejanía, que no tiene horizontes ni reglas, solo un murmullo, un sueño del derecho y el revés que trae siempre una golosina equivocada para mi diabetes y por eso escribo, para mantenerme alerta detrás del biombo, para verte entrar en el balcón cuando se pone la luna y todo se ilumina y yo me doy vuelta, suspiro, alargo mis brazos en la cama , me repliego , entro en el castillo, desato tus perros , me como la mermelada y el queso, me robo los panes y te despojo, te enhebro en mi aguja , te llevo en andas al dormitorio, te baño, te emplumo, te doy de comer lombrices y escapularios, te declaro santa, te coloco desnuda y mojada en un pedestal , te enciendo una vela, te lloro, te contemplo, te veo volar por la ventana , te veo partir tan lejos como fuera posible. _______________________________________________________
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Leidy Mar