Diario de un policía corrupto
Publicado en Oct 02, 2010
Diario de un policía corrupto
Estoy compitiendo en “fronte” y guille con los delincuentes que persigo. Ante la mínima señal de riesgo o duda desenfundo mi alma y aprieto el gatillo en un éxtasis de adrenalina. Tengo ínfulas de un superhéroe. ¿Cuántos han sido los golpeados, los maltratados, los heridos en mis acciones y operativos! No sé. He perdido la cuenta. Ellos se buscaron los disparos. Vivimos en una orgía de violencia, y yo tengo que hacer ese sucio trabajo. Está claro. No todos los policías son así como yo. La mayoría intenta servir a su país y a su gente. Yo no. Yo nací para ser así. No temo salir a la calle. No me importa si al final de mi jornada de trabajo no regrese a mi hogar. ¡Qué nadie se me enfrente ni con una palabra cuando estoy armado porque corre el riesgo de recibir una respuesta cargada de plomo! ¿Para qué se hicieron las pistolas? Y yo soy un revólver con balas. Sí, con balas. Que mata. Me hicieron para eso: matar. Soy una herramienta que sale a protegerse de la agresión que circunda las calles… Son las once de la noche y ahora empiezo mi tanda de trabajo. Me pregunto, qué nuevo habrá allá afuera…
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Rita
Buen texto, buena descripción de la mente de ese policia gatillador.
Abrazo.
José Luis Marrero