Llovía detrás de la ventana de mi habitación cuando me desperté...me quede mirándola por un tiempo que se me hizo eterno, las gotas caían fervorosamente, cada una era seguida de otra y otra.
Un suspiro muy profundo salio de mis pulmones, y me dolio demonios.
Palpe mi abdomen y me percate de que tenia todo el torno bine vendado; otras dolencias acompañaron a ese, como una punzada en la cara y varios golpes en las piernas,
Confundida y algo asustada me levante de mi cama y fui al espejo a mirarme.
Tenia el costado derecho del rostro cubierto por un moreton enorme y purpura, en la mejilla tenia unos pequeños cortes adicionales.
Mi extraña pijama (un conjunto blanco) me dejaba ver los moretones que tenia en los brazos y en las piernas. Me quedé contemplando mi cuerpo como si viera el de otra persona, la venda se notaba un poco pero no tanto como para que se viera que la herida era grave.
Mientras observaba los pequeños detalles de los golpes que tenia, la puerta de mi habitación se abrió repentinamente, di un salto y me puse en guardia de inmediato, temiendo lo peor; era mi madre. Estaba delgada y parecía preocupada. Se quedo mirándome un rato y luego emitió un doloroso gemido.
 
-¡Oh, Milena!- y corrió a abrazarme
 
Me limite a dejar mis brazos en su espalda pero en realidad no la estaba abrazando, era mas bien como para sostenerla y que no me sintiera ajena, aunque en realidad lo estaba.
¿Por qué estaba tan asustada? La verdad es que no recordaba que pasaba (bueno si lo sabia pero de alguna manera estaba bloqueándolo todo), pero no sabia que era lo que ella creía que había sucedido, no creía que ella estuviera enterada de....
La imagen de Ethan me golpeo en la cabeza y me dejo aturdida.
Sentí como el corazón se me aceleraba (cosa que me dolió en el tronco unos mil demonios), mis manos sudaron y mi mente parecía girar como loca. Empecé a marearme y tuve que agarrarme de mi madre con mas fuerza.
Mire por las ventanas llena de ansiedad pero la lluvia siguió cayendo igual.
 
-¿Hija, estas bien?- me soltó y se limito a mirarme a la cara con los ojos llenos de lagrimas.
 
No podía emitir palabra alguna así que simplemente asentí, no se que vio en mi cara pero me ayudo a regresar a mi cama y me sentó en ella. Note que ella se sentaba a mi lado y me di cuenta de que comenzaría a preguntar sobre que diablos había pasado en la cabaña.
Antes de que ella hablara le pregunte.
 
-¿Cuanto tiempo llevo inconsciente?- mi voz sonaba ronca y sin vida.
Kate me miro con mas preocupación aun.
 
-Solamente dos días, hija.
Asentí con la cabeza, los golpes se veían como si fueran recientes.
 
-¿Cómo me encontraron?- mi pregunta la tomo desprevenida y comenzó a llorar; no pude eviralo, se me hizo un nudo en la garganta, no solo yo estaba sufriendo.
Le pase un brazo cuidadosamente por los hombros y trate de consolarla. Entre sollozos pudo decirme que pasó.
 
-El guardabosques t-te encontró inconsciente y-y de inmediato ll-llamo a la policía y-y a una ambulancia; t-tu padre y yo y-ya habíamos llegado c-cuando los para-médicos te estaban a-a-tendiendo. E-estabas toda g-golpeada y sangrabas p-por la mejilla derecha y-y la nariz- sacó un pañuelo de el bolsillo de su pantalón de mezclilla y se seco las lagrimas-Te rev-isaron y no dijeron que tenías un-a costilla rota y golpes poco impar-importantes pero que-que no había pe-peligro.
"T- trajimos a c-asa y has es-tado durmiendo t-todo el d-día".
 
Suspiré y me dolió todo el cuerpo. De manera que asi me habían encontrado; nada de.....vam-piros.
La palabra hizo que se me revolvieran los huesos y un escalofrío me contrajo toda.
Vampiros.
 
-¿Alguna otra cosa, mamà?
Sorbió por la nariz y siguió hablando.
 
-B-buscaron por c-casi todo el bos-que pero no encontraron nada que nos dijera que había pasado, si-guen bus-bus-cando todavía, hija. Re-gistraron l-la oficina d-de el guardabosques pero no dieron con nada- se quedo callada un momento mientras recuperaba la inspiración- Bue-bueno si, abrieron tu mochila y-y tu ce-lular n-no estaba...
 
Dejo la frase inconclusa para que yo pudiera decirle que paso conmigo ese día. Idee un rápido plan en mi cabeza, tendría que mentirle pero no veía otra opción.
 
-Lo que paso es que Hank fue a dar sus rondines vespertinos y me dejo sola ya que ustedes iban para allá, no había pasado mucho cuando escuche unos extraños ruidos afuera y....abrí la puerta. Cuando apenas me habían asomado un puño me pegó en la cara y me estrelle contra el escritorio- notaba que si decía que había caído inconciente en ese momento ella podría pensar que algo mas paso...- Quien fuera, se metió en la oficina y saco mi celular ya que mi dinero lo llevaba en el pantalón; luego se fue.
 
-¿Y luego?
 
-¿Luego? No, pues luego deporté en mi habitación.
 
Mi madre se mordió el labio inferior.
-Y...no, no...¿no te hizo...nada....mas?
 
Supe a que se refería.
-No mama, lo único que quería era mi teléfono- al ver que aun no se lo tragaba le tuve que asegurara- Mamà, estaba inconciente, no en coma.
 
Asintió con la cabeza y luego suspiró.
-¿Tienes alguna idea de quien pudo haber sido?
"Ethan, fue Ethan" pensé y luego negué con la cabeza.
 
-Muy bien, entonces creo que deberías comer algo- mi estomago gruño ante la idea de comida, mi madre apenas sonrío- Creo que eso es un si.
Sonreí a medias.
 
-Es un claro que si, mamà- ella me miro la cara un tiempo como queriendo meterse en mi cabeza para saber que era lo que en realidad había pasado- Todo va a estar bien- le prometí.
Se inclinò y me beso en la coronilla con un sollozo.
 
-Lo va a estar, cariño.
Se fue y de inmediato supe que ambas habíamos roto esa promesa tan pronto la dijimos.
 
 
 
 
Mi vida se parecía mucho a un episodio de CSI: lo que fuera. Tuve que ir a declaraciones, entrevistas con psicólogos, citas el la policía para ver si "identificaba" a mi atacante.
Nunca había mentido tanto como esos días.
Me imaginaba los hechos tal y como los había dicho ante mi madre pero era francamente muy duro mantener esa pantomima mucho tiempo. Siempre preguntas difíciles y complicadas, siempre personas intentando sacarte mas cosas de las que en realidad piensas que tienes.
Lo pero, sin duda alguna fueron los exámenes médicos. Gracias a Dios todos dieron negativo a otra cosa que no fueran golpes.
Después de un tiempo la policía dejo de buscar a "esa persona" y no volvieron a llamarme un muchas semanas.
Ya no iba a la escuela ( no por que no quisiera ir, si no que eran vacaciones de verano) y ni mis "amigos" ni yo nos habíamos hablado mucho que digamos.
Mis heridas se curaron.
Era como un periodo de aparente calma después de tanta tormenta, un periodo zombi.
El silencio era perceptible en cada parte de mi casa, de mi misma.
Lo pero no era el silencio de cada día, si no la agonía de mis silenciosos gritos cada noche. Cada vez que el sol de ocultaba, y yo dormía mi subconsciente creaba sueños horribles  con cierta belleza.
Eran horribles por que en todos yo luchaba con despertar pero eran hermosos por que en cada uno de ellos Ethan aparecía; no era la misma pesadilla, no era el mismo sueño pero en cada uno de ellos yo luchaba con todas mis fuerzas para que se fuera, para que nunca volviera.
No quería que Ethan regresara a mi vida nunca.
Odiaba la idea de verlo de nuevo y aborrecía todo lo que se presentara como algo que nos uniera; corté fotos suyas, borre todas las canciones que nos gustaban de la computadora, regalé toda la ropa que me había dado, a la caridad y tire todos los dijes y anillos que me había dado en mis cumpleaños.
Pero, aun así su recuerdo estaba presente en mi cabeza, como un taladro en mi cráneo.
¿Lo peor?.
No era por la "cosa" que había intentado matarme en la cabaña del guardabosques, si no el Ethan que lo había permitido. Como si estuviera dividido, una parte de el era mi mejor amigo, el chico por el cual yo habría dado todo por encontrarlo y la otra ese moustro bebedor de sangre, la última era la parte que yo mas odiaba, con la que no podía vivir y que manchaba mi bello recuerdo de Ethan....
 
 
Un noche, sin embargo, estaba mas que lista para terminar con esos sueños, había tratado de relajarme y de olvidar todo por completo. Pero, claro, eso no me sirvió absolutamente de nada; de nuevo el sufrimiento estaba presente n cada parte de mi cuerpo, en cada célula, en cada órgano.
Dentro de mi dolor tome conciencia de lo que palpaban mis manos y brazos eran mis sabanas y no a Ethan, estaba a punto de ganar cuando un objeto que no estaba contemplado en mi tacto se topó con mis dedos; extrañada me alejé de el horror y palpe ese bulo entre mis sabanas, palpé ese relieve y me di cuenta de que era una mano, una mano fuerte.
De pronto esa mano asió la mía y unos labios tibios la besaron y exhalaron su aliento sobre ella.
Estaba mas tiesa que una tabla, esperando lo pero (una mordida). Mi vida pasó frente a mi todo lo que querría haber hecho se marchó.
Luego se fue.
Acumulé tola la fuerza que tenia y me levante de un jalón y encendí mi lamparita de noche pero mi cuarto estaba vacío.
Esa fue la primera vez que mis sueños dejaron de darme miedo.