·         Sin el Alzheimer, te vería como la mujer que fuiste, durante toda la vida; luchadora, un ejemplo a seguir.
·         Una madre amantísima, que veía por mis ojos.
·          Siempre encontrabas en mi visión grandes cuitas, mis luchas por la existencia
·         Bebí de tu savia y me convertí en una constructora de mi presente y mi futuro- dirigiendo
mi propio barco.
·         No diste límite a mi aprendizaje, que unido con mis padres me decían-" aprende lo más posible", te referías al nivel formal porque a la sensibilidad la ibas formando gotica a gotica con tu amor
·         Me decías-  espera al hombre que te conviene- Era verdad,  llegó. No es perfecto ¿pero quién lo es?
·         Estoy segura que nos encontraremos de nuevo ,algún día. Y hablaremos de telas, de la lucha por la crianza de los hijos, de la edificación que hace cada día, la mujer por elaborar buenamente su hogar
·         Y comentaríamos aquellos días de Oriente caluroso, ya no serían tus manos traslucidas, las que amo. Serían más bien la unificación de las tuyas y las mías.
·         Y tú te habrías convertido en yo y yo en ti, sin límite.
·         Te agradezco tanto porque me hiciste mujer, con preceptos, con modos de vida y así será hasta que mi hijo, me lleve a descansar en las olas del mar.
·         Habré logrado mi meta, de construir un hombre para el mundo, lo dejaré un poco nostálgica porque es mi corazón.
·         Pero a la vez seré feliz, porque nos volveremos a ver, sin el olvido, sin las enfermedades, sin el miedo al futuro e iremos de la mano amándonos profundamente toda la eternidad
                                                                            A mi abuela, Celsa