A veces preferiría perderme en un óleo y dejar tanta sabiduría de desamor.Las formas del sentir tienden a menoscabarme y dejarme desarmado. Quizá fuese mejor un corazón duro y despótico que no se detuviera en ligaduras ni jamás se mojara en benevolencia.Quizá no sea tan triste pasar los vados de esta vida sin estremecerme por nada. Pero mientras esto pienso el jilguero me saca de ensimismamientos absolutos y me recuerda que soy hecho de alma, carne y sangre.
Las desilusiones destruyen todas mis expresiones de fervor, pero el día nuevo me reconstruye con manos inasibles y me lleva a parajes hospitalarios para recordarme que el que necesite levantarse deba ser yo y que mis experiencias puedan transformarse en una manera de gracias añadidas.Pero algo sé: Muchas veces la mejor amistad es la que se va lejos y jamás se vuelve a ver convietiéndose en algo cercano a la quimera.Trato de evadirme de todos y de no necesitar a nadie, pero no he logrado esa autosuficiencia.El amor a la belleza y el amor al amor me han crucificado en mi naturaleza que no debiera ser gentil.Me perderé pronto de las páginas hacia donde el mar cabalga en sus silbidos magníficos, sin prometer nada ni comprometerme.La libertad es mi fin último y, ya dibujo para mí, costas sonrosadas y una despedida de mi conciencia.