Nunca he sabido comenzar,
no se que palabras corresponden,
para si quiera poder expresar,
esto que siento en desorden.
 
Me es complicado,
no usar palabras secas,
para decir que en ti he pensado,
y que me encanta cuando pecas.
 
Eres tu, pecadora,
la dueña de mis amores,
la que su presencia enamora,
eres tu la que se lleva toditos mis dolores.
 
Me pierdo en tus brazos, amor mío,
disfruto recorriendo tu piel,
tus piernas, fuertes como caudaloso río,
caudalosa pecadora dulce como la miel.
 
Tu cuerpo desnudo, menuda delicia,
es una dulce melodía,
lo llenaría de caricias,
disfrutaría tu ambrosía,
así como Dios a Eva hizo,
sin dudarlo te haría un paraíso.
 
No quiero más tiempo dejar pasar,
pecadora, alma libre y hermosa,
ya te he dicho que me quiero casar,
más ahora quiero que seas mi esposa.
 
Quiero amarte vida mía,
demostrar que mi amor es fiel,
poder amarte día a día,
y saborear tú dulce miel.