MAGDALENA
Publicado en Oct 23, 2010
Magdalena vierte, tras el cristal, todo un río de penas, queriendo ahogar su soledad, sin conseguir que se muera. En cada lágrima libera un mar; en cada mar, la tormenta. Toda ella es un puro llorar que erosiona la tierra. Magdalena es lluvia de abril, tristeza y soledad. En mal día se clavó un sufrir, cual ponzoñoso puñal. ¿Quién sonreirá a la vida por ti? ¿Quién suplirá tu ausencia? ¿Quién salvará esa hora tan gris? ¿Quién bailará en la fiesta? La mano que lleva el don, es la misma que siembra. Por eso dice el cantor: ¡No la dejen que duerma! Escuchen al corazón. Abran ventanas y puertas. La llama de la pasión es la que acerca las metas. Magdalena arrastra un dolor, es todo un río de penas. Quiere ahogar un cruel sinsabor y no consigue que muera... G.S.A.
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alma
MARIANO DOROLA
Por amor revierte...
por amor se encausa...
por amor peregrina...
a medias?... Quizás...
Quizás suficiente... a nada...
Magdalena...
sigue y guía bajando su mirada humilde...
apunto de haber sido apedreada...
cree... rogando perdón...
soñando con que llegue a creer en ella, tan solo aquel que la salve...
Muere viva desde abajo,
con su mirada enamorada elevada al de la cruz...
corre sin fuerzas...
emigra desconsolada...
como lo hizo María...
con el fruto de su hijo crucifico latiendo de agonía en su vientre...
Magdalena...
Mujer redimida...
esposa y amante del valiente silencio que resguarda el fruto de lo eterno.
ME INCLINO ANTE EL VALOR DE SU MISIÓN.