UNA PENITENCIA EN PRAGA
Publicado en Oct 23, 2010
Viajó a Praga porque le había mandado a llamar un tío que vivía allí hacía ya muchos años, pues estaba casado con una hermosa mujer de esa ciudad.
Ni bien salió del aeropuerto, dirigiéndose con cierta prisa donde vivía su tío, cruzó una calle, de esas que podrían denominarse como de menor importancia, cuando aún no tenía la luz para hacerlo. Escuchó el silbato de un policía que le estaba observando, casi sabiendo lo que iría a hacer. - Buenos días señor -dijo amablemente el policía - Buenas -replicó él mostrándose apurado - Usted ha cruzado la calle en luz roja. Por lo tanto le corresponde pagar una multa - ¿Cómo? ¿Una multa? ¡Soy un peatón y además turista! Y tengo prisa, pues me espera mi tío que vive aquí. El policía le observó con extrañeza y prosiguió como si no lo hubiese escuchado: - Eso no justifica su falta, señor -y sacó una boleta junto a una elegante lapicera a pluma de un color plateado, dando a entender que iniciaría la redacción de la multa. - ¡Eh! Aguarde un instante, por favor -metiéndose una mano, la derecha, en el bolsillo mientras que con la izquierda levantaba el dedo índice - Si. Dígame -dijo el policía mientras no dejaba de escribir y sin levantar la vista - Seguramente debe haber alguna forma de solucionar esto ¿no le parece?, pues, como ya dije, soy turista y llevo poco dinero encima - ¿Usted no quiere pagar la multa, señor? -preguntó muy amablemente el policía - Bueno... de ser posible... francamente no - ¡Hombre! Hubiese empezado por ahí. Mire. Ahora se va a quedar aquí parado, justo en el mismo sitio que se encuentra a modo de penitencia, -dijo el policía mientras rompía la multa- durante media hora y va a observar como los demás cruzan correctamente la calle. ¡Pero ni se le ocurra irse antes de la media hora! Pues yo estaré enfrente observándole. - ¿Y si me escapo? -preguntó desafiante - Lo meteré preso, por intento de coima -respondió el policía seriamente. Estuvo parado durante media hora, observando como cruzaban con total corrección los demás peatones, y de esa forma compensó su falta, tal como había sugerido el policía de Praga. Al cumplirse la media hora, y justo cuando la luz del semáforo estaba en verde miró al policía quien, desde enfrente, le hizo una seña a modo de aceptación, como si fuese el permiso para poder irse.
Página 1 / 1
|
Guillermo Capece
es muy cierto lo que decis; me reconforta.
Un abrazo
Guillermo
Gustavo Gabriel Milione
Guillermo Capece
Abrazo
Guillermo
Gustavo Gabriel Milione
Guillermo Capece
saludos
Guillermo