El Sol y la Luna
Publicado en Oct 24, 2010
El Sol y la Luna Miro el cielo teñido de un rojizo intenso. El paisaje se viste de una forma que nunca había visto antes; es totalmente hermoso. Mi cabeza se mantiene inclinada mientras pregunto: -¿Qué nos querrá decir el cielo con ese tono? -¿Acaso no lo ves? -Me cuestiona Day- El sol nos deja una de sus mayores obras antes de desaparecer en el horizonte. Pinta las nubes de su cálida esencia, y se lo lleva cuando sus rayos se disipan entre las montañas. Es cierto. Aquella obra de arte en el cielo acabará en poco tiempo. Day quería que entendiera lo que significaba aquello para ella. El momento se acorta con el correr de los segundos. Su mensaje llegó a mí cuando por fin dice: -Pero aún así, la noche queda iluminada por la bella luna. Los rayos del sol penetran en ella y nos provee un resplandor alucinante, que nos recuerda que el sol está presente en otro extremo del planeta. La luna nunca se sentirá sola, eso no lo olvides. Pero se hace tarde. El tren comienza a moverse y mis manos se despegan de las suyas. Sus rayos de sol se desplazan por las vías de hierro del suelo, y consigo, se lleva el hermoso arte del cielo. Me quedo solo, tratando de seguir los rastros del cálido cariño del sol. Y cae la noche. Lo único que tengo es el recuerdo de aquellas palabras; las que terminaron con un <<no te olvides.>> Ahora mismo puedo sentir su luz resplandeciente sobre mí. Iluminándome en la noche, haciéndome recordar que aunque lejos ella esté, siempre estará cuidándome con su resplandor, a donde quiera que vaya.
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