el espejo de la abuela
Publicado en Oct 25, 2010
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                                                                                                                                    1.-      
                                                EL ESPEJO DE LA ABUELA
                                    Tengo casi, casi, veintisiete años, vivo solo en un pequeño
 apartamento apenas amoblado con lo necesario para un soltero empedernido
y aventurero. Un primer piso con dos amplios ventanales a la calle. Un barrio
bastante tranquilo, sobre todo de la afluencia vehicular. Está sobre la calle
Sucre casi esquina Bustamante, ¿se ubica?. No tiene número en la puerta,
(alguien se habrá coronado con la placa que alguna vez estuvo sobre el
portón metálico), pero es pegadito a la rotisería "TodoRico", aunque para mi
gusto, de rico no vende nada.
                                    Mis días transcurren suavemente entre: el doble turno que
cumplo en una inmobiliaria, un rato con los amigos en el mismo café desde
hace ya unos diez años, a veces un rato con alguna eventual compañera, y
siempre dejo un resquicio para visitar a mis "viejos".
                                    El jueves pasado, ayer no, el de la otra semana anterior,
mientras compartía una cerveza con papá bajo la parra, mi madre me ofreció
un espejo rectangular, grande, de un metro cincuenta de alto por setenta de
ancho, más o menos, que perteneció a la abuela, fallecida hace casi un año. Tu
tía y yo, me dijo, decidimos repartir los muebles que quedaron de tu "nona", si
querés algún recuerdo especial, podés tomarlo, pero yo me anticipé y quise
regalarte el espejo preferido de tu abuela y que según me contó perteneció a
sus padres y ella siempre quiso que fuese tuyo. Está bien mamá, mañana
                                                                                                                                    2.-      
mando un flete para que se encargue de llevármelo al departamento.Es que me
da pena verlo con tan pocos muebles, insistió, parecen habitaciones tristes y
aburridas. Estoy bien mamá, cómodo y alegre con mucho espacio para mí. Un
beso en la frente la calmó, un abrazo al "viejo", y la retirada habitual. Pobre
mamá, sigue pensando que sigo siendo un nene, ¿que quiere que le diga?, a
mí también me agrada saber que nunca cortaremos el cordón umbilical. Como
les digo a mis amigos: "de la teta jamás hay que alejarse".
                                    Pasado el mediodía del viernes, me trajeron la magnífica
herencia.¡Huuyy! que pesado es, lo entramos entre los dos, y según el fletero,
la madera es quebracho colorado, como no conozco de maderas, acepté la
opinión. Retiré el poster de Bob Dylan que colgaba de la pared más ancha de
la sala( ya le buscaré otro sitio al cantante) y apoyé el espejo al centro, dándole
pie suficiente para que me reflejara de cuerpo entero.
                                     Comencé a observarlo detenidamente. El marco era de
respetable espesor, ensanchándose un poco más en la base. La madera,
según el fletero, de quebracho colorado,¿ya se lo había dicho no?, entonces
sigo, bien conservada y barnizada resaltaba por los vistosos tallados rústicos,
probablemente hechos a mano. El espejo en sí era una belleza, todos los
bordes esmerilados con guardas decorativas y en los cuatro ángulos, una flor.
¡Qué buen gusto y qué reliquia!, me dije a la vez. Engalana el departamento y
me veo totalmente, salvo que, ¿a ver?, ¿qué  tiene en los rincones?. ¡Ah!,son
esas pequeñas picaduras, muestra viva del paso del tiempo. Me acerqué y
comencé a acariciarlo, puse mayor énfasis en el centro, pues había como un
rayón vertical finísimo de punta a punta. Lo seguí con mi pulgar suavemente.
                                                                                                                                    3.-
¡ Pero no está quebrado!, ni aparenta tener desnivel.
                                    Me paré de frente y noté algo raro que me cautivó.
Perdón,¿no lo aburro con el relato verdad?,bien, como le decía, la raya de mi
peinado que es a mi derecha, también en el espejo aparecía a la derecha.
Extendí mi pie izquierdo hacia delante y mi otro yo en el espejo, también
extendió su pie izquierdo.¡ No puede ser!, el reflejo de la imagen debe ser
correspondido con lo que yo hago y no como si estuviera frente a otra persona
¡copiándome!.
                                    Asombrado, me animo  más, cuando lo toco con el índice
noto que el dedo traspasa la abertura como si fuese un cortinado, lo retiré
inmediatamente y me asusté. La curiosidad superó el impacto del asombro.
Puse mi brazo extendido y rígido, y con la punta de los dedos empecé a
empujar lentamente hacia dentro, y el brazo empezó a hundirse hasta perderse
más allá del codo en el interior del espejo, pues mi mano no asomaba por el
fondo contra la pared. Lo retiré subitamente y verifiqué que mis huesos y mi
piel estuvieran en su lugar y sin magulladuras. ¡ El espejo es mágico!.
Me pellizqué y ¡AY! sí, ¡estoy despierto!.
                                    ¿Qué raro es esto?, voy a averiguar de qué se trata.
Respiré hondo, me dí ánimo y decidido metí un pierna, un brazo, luego el
tronco, la cabeza y con el último impulso, el brazo y la pierna restante. Del otro
lado estaba todo oscuro y en silencio absoluto, la curiosidad superó las dudas
y las expectativas, por lo menos pisaba sobre algo que parecía firme, era como 
un pasillo eterno, uniforme y a lo lejos parecía mostrarme un halo de luz, o era
 mi imaginación, no sé.Contuve la emoción y avancé lentamente, con los
                                                                                                                                    4.-
 brazos extendidos como tanteando el lugar, cada tanto había fondos de otros
                                   
espejos, tanto a mi            derecha como a mí izquierda, intenté atravesarlos pero no
pude, eran resistentes, un sudor frío me recorría entero, incertidumbre, nervios, 
y desazón ante lo desconocido me hacían temblar. Igualmente seguí, una
fuerza extraña, me incitaba a continuar. ¡Más pasillos!, ¡más espejos!. Y al
frente una pequeñísima luz que no podía alcanzar.La escena se repetía una y
 otra vez. A mis espaldas los pasillos desaparecían, al frente, ¡más espejos!,
¡más pasillos!. ¡Y sin salida!. Angustia, desolación, estoy perdido, y ahora
 ¿como regreso?. Me sentí débil, cansado,no sé cuánto tiempo anduve, alcé la
voz llamando a mi madre, quiero retornar a la realidad y ¿no sé cómo?, ya
extenuado me entregué al llanto como súplica y cobijo, hasta que apareció
¡¡USTED!!. Dígame que esto no es cierto, ¿qué hago ahora?.
                                    "Tranquilo muchacho, vas bien, seguí hasta el próximo
 
pasillo, dobla a la derecha, que allí está la salida, te está esperando tu abuela...
 
y no te pellizques más."
                                                           
 
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Foto del autor Anbal Ariel Arona
Textos Publicados: 9
Miembro desde: Oct 24, 2010
1 Comentarios 366 Lecturas Favorito 1 veces
Descripción

Palabras Clave: visin rumbo desconocido

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



Comentarios (1)add comment
menos espacio | mas espacio

gabriel falconi

jexcelente!!!!!
me hizo a acordar a un microrelato mio que se llama herencia familiar que tengo publicado aqui
te mando estrellas
Responder
October 26, 2010
 

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busy