Dice el proverbio: “Al que madruga, Dios lo ayuda”. Sin embargo, los especialistas han descubierto que levantarse temprano no siempre es sinónimo de éxito. ¿Por qué y cómo los genes determinan los horarios de sueño y de vigiliampartir Hubo una época en la que, para proyectar una imagen de laboriosidad y responsabilidad, todo lo que una persona tenía que hacer era levantarse al romper el alba. Pero en una cultura obsesionada con el status, levantarse al amanecer sólo puede significar pertenecer al rebaño. Para progresar verdaderamente en el mundo, para conseguir el aura sagrada de un CEO, hay que levantarse antes que los demás, cuando hasta los gallos siguen en el nivel del sueño profundo. Y como hay muy poca gente despierta a esa hora infame, los tempraneros del mundo se toman el trabajo de hacer conocer a todo el mundo su disciplina circadiana. Desde la existencia del proverbio tradicional "Al que madruga, Dios lo ayuda", todo el mundo ha empleado los hábitos de sueño como parámetro para evaluar el carácter de una persona. Tal vez porque en el pasado agrario la gente debía levantarse al alba para tener una jornada completa de trabajo en el campo, los que duermen hasta tarde han sido considerados una carga para el bienestar colectivo. Los científicos llaman "alondras" a los madrugadores y "búhos" a los que duermen hasta tarde, y hablan de personas matutinas y vespertinas para describir sus respectivos ritmos circadianos. Los investigadores creen que tan sólo el 10% de las personas son alondras extremas. Otro 10%, búhos extremos; y el 80% restante se encuentra en un término medio. Afirman que el factor más importante que determina a qué grupo pertenece la persona no es la ambición, sino el ADN. "El horario de sueño está determinado genéticamente, tanto en las alondras como en los búhos", dice Mark Mahowald, director médico del Centro Regional de Alteraciones del Sueño, de Minnesota.

Palabras Clave: BIORRITMO NOCTURNO DIURNO

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Pensamientos