Nunca hay que negarnos al delicioso sabor de los vegetales. No sólo son deliciosas sino que principal portadores de vitaminas, minerales y, sobre todo, fibra. De niña, la única forma de probar la verduras era con la ensalada desabrida que preparaba mi tía. Solía hacerla con mucha, mucha lechuga, la aderezaba con limón y la decoraba con escasas rebanadas de jitomate y pepino. ¿Cómo puede alguien enamorarse del exquisito sabor que ofrecen las verduras con esta presentación? Definitivamente la ensalada de la tía Mimí no era digna representante de todo lo que se puede preparar con las verduras. Hay tantas, de tantos colores y sabores que los platillos pueden ser tan diversos como gustes. Cuando me independicé de mi familia y pude manejar mi propia cocina comencé a probar verduras que jamás había visto. Ir al mercado se convirtió en un deleite para la vista. Con los ojos comienzas a saborear el verde calabaza, el rojo pimiento, el naranja zanahoria, el púrpura berenjena. Lo más increíble es que todas las verduras combinan entre sí, te invitan a explorar sus sabores e inventar tus propios platillos.
Y si todo esto no es suficiente, hay muchos motivos por los cuales una dieta a base de verduras es la mejor opción para sentirse y verse bien. El 90-96% de las verduras es agua, por ello las calorías que proporcionan son muy pocas. Las verduras son ricas en magnesio gracias a la clorofila que poseen. La mayoría contienen mucho potasio, bastante calcio y poco sodio y algunas como el tomate, las espinacas y las acelgas son ricas en hierro. Así que cuando quieras bajar un par de kilos para ir guapa a la playa o para ser la envidia en la boda  de tu mejor amiga, no dudes en llenar tu refrigerador del vasto colorido de las deliciosas verduras.