EL JUDÍO ERRANTE
Publicado en Jun 18, 2009
EL JUDÍO ERRANTE
Nadie ha caminado tanto como yo. Vago por el mundo sin descanso desde que un hombre llamado Jesús, por la cruel exigencia que le hice, me condenó a vivir bajo la orden: ¡Anda tú, hasta el final de los tiempos! Dejé la carpintería y represento a los judíos en la Tierra. No requiero comida ni bebida, jamás enfermo y nunca he de morir. Pero si me detengo un instante, ardo en mi interior como una brasa. Las versiones de mi eterna errancia son imposibles de decirlas todas. Una es con el Padre Luis en Tunja, cuando me confrontó con la escultura que lleva mi propia identidad. -¿Me conoces?, pregunté asombrado. -¡Ahseverus!, exclamó la estatua. Ese día, el firmamento oscureció como nunca lo estuvo en el pasado. Aparezco en Asia, en América y Europa, sin descontar los otros continentes, y en todos me arrepiento con pesar de haber irrespetado al Nazareno. Pero no hay nada qué hacer hasta que la maldición prescriba, los creyentes aplaquen su venganza y el odio que atesoran de continuo debido a mi rústica crueldad.
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pablo
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Antonio JImenez Villa