HERMANA BEATRIZ
Publicado en Nov 21, 2010
HERMANA BEATRIZ
Era cariñosa como la mañana y sin embargo lloraba. Sus ojos eran pozos de agua bendita porque refrescaban el alma cuando miraba. Era una llama de amor encendida una mariposa de ternura al sonreír. Era una búsqueda de Dios que no callaba y siempre estaba atenta para compartir. Su tiempo era una visita de Dios y desde lejos irradiaba paz. Era ella una entrañable presencia que a todos daba hasta el sufrir. Y ahora descansa en la Casa del Padre y siento la certeza que es muy feliz.
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Daniel Florentino Lpez
Sin duda lo merecía, de lo contrario
no hubieras tenido palabras tan inspiradas
Saludos trasandinos
Daniel