Que est pasando?
Publicado en Nov 24, 2010
En un mismo terreno se mezclaban, se oponían, disputaban la realidad, y en muchas ocasiones, se estrellaban sin poder soslayar el golpe de la confusión, que declinaba cada vez mas, su después. Así subsistían constantes, llevados por el vaivén de los hechos, y de vez en cuando, cuando la luz no los irradiaba, jugaban a ser fugitivos, quedándose casi callados en algún rincón del espacio. Pero cuando la luz los encontraba, cuando su dueño o algún tercero encendía la lámpara peligrosa, no podían cesar de hablar ni un segundo, uno por encima el otro, encontrándose con entes más profundos y corriendo cual toros en plena plaza mayor. Por momentos, algunos se hacían mas fuertes, algunos gritaban por encima de los otros, pero eso no los eliminaba. Eso no eliminaba algo que ya parecía hacerse rutinario. Las necesidades, las mentiras creadas desde adentro, el querer, el deber, y el tener, hacían que no pudiesen distinguir al blanco y al negro, que no pudiesen separarse. Se enlazaban sin magnetismo alguno, siendo un polo positivo y un polo negativo, indiscutiblemente cada vez mas distintos entre si, pero aun así, juntos, yendo de la mano pero peleados, con ideales y (por sobre todas las cosas), posturas diferentes.
Quizás sea que soy como un árbol de primavera pretendiendo crecer en el otoño, queriendo poner en mí, aprendizajes que aún no hicieron su lecho, pero que sin embargo, ahí están, queriendo perdurar, queriendo emanar del centro hacia el hecho. Tal vez no solo sea difícil para los demás creer que yo tampoco quiera a quien no me quiere, tal vez sea que ni yo puedo creerlo. No creo en lo que hago, y menos en lo que digo. Esa no soy yo. ¿O si? Quizás mi tren llegó y yo al fin lo tomé, quizás al fin soy dueña de mi misma, quizás al fin, nadie tiene poder sobre mí, tan solo yo. ¿Estoy lista o quiero estarlo? Quizás simplemente esté intentando crear una barrera fuerte, pero sobre todo, aspirando crear un mundo en el que ya nadie podría herirme, ya nada podría hacerme sufrir. Siempre dependí de todos, siempre alguien tuvo más fuerza que yo, siempre alguien pudo tan solo con un toque de dedo, hacerme caer. Siempre necesité que alguien me ame, que alguien me abrase, que alguien me haga creer que tengo valor, que alguien de amor por mí. ¿Y si por fin conseguí no necesitar de nadie? ¿Acaso es imposible que yo sea capaz? Quizás, de ese color, quiero teñir mi realidad. Quizás sea que no acostumbro a sentirme en libertad, quizás no creo en no vincularme instantáneamente a alguien, y por eso, juego a cuestionarla... a cuestionarme. Quizás sea que quiero que alguien me quiera, pero que esta vez, yo sea la que tenga que lastimar. Porque quizás quiera vengarme de la vida, quitándole a alguien mi amor. O quizas espero algun te quiero real, porque en el fondo necesito un abrazo, aun necesito el amor de alguien mas. Pero me niego a aceptarlo, le temo a la frustración. Tal vez quiera creerme que quiero a alguien, porque así tendría la cabeza ocupada en algo, para no tener que pensar en lo que realmente me importa. Quizás sea que simplemente, le temo a la libertad. Es eso, ese el centro de este núcleo. No le temo al compromiso, no temo que alguien no me ame, o si, pero esos son miedos viejos, polvorientos, el verdadero miedo que tanto hace que estos pensamientos se contradigan, es ese. Le temo profundamente y locamente, a la libertad. Porque quizás sea que temo perder esta libertad, a perder esa sensación que tanto me costó conseguir, esa emoción tan placentera, ese placer que me hace sentir tan grande, esa sensación de ser libre, de poder decir “Soy libre”. Porque entre toda la mugre que yace adentro mío, entre todo el dolor, esa libertad, ese sentimiento, es el único bueno que tengo, es el único que me enorgullece y me hace sentir fuerte como nunca. Y me vuelvo añicos queriendo entenderme, me vuelvo cenizas intentando escucharme, porque quizás también tema escuchar a mi corazón. Miedo de caer en la tentación de sentir. Y solo puedo quedarme vagando en la misma pregunta: ¿Qué esta pasando? Solo de algo estoy segura : ya no quiero, que la vida me quite a alguien.
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