Fue una tarde de dichas asesinas
Publicado en Nov 25, 2010
Fue una tarde de dichas asesinas
encontrada en tu selva poderosa. Estaba reconociendo tu oleaje y la bahía de tu boca con sabor a naranja. Me hallaba yo al borde de tu antojo jugueteando como un pequeño indígena pero enseguida apareció tu pubis y tus labios con forma de meandro. Fue la luz entonces sobre dos cuerpos apagados y un aniquilar de rugidos mis puñales. Y fuí hasta el fondo de cada movimiento mientras las hambres bramaban y aumentaban: Luego fuimos tú, yo y a colación nuestras caras riéndo sobre humos altaneros.
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Richard Albacete
Juana de Arco :)
abrazos