AMELIA.
Publicado en Nov 29, 2010
AMELIA.
¿Qué si estoy asustado? Si es cierto, hace ya varios días que me encuentro así, desmejorado y ansioso, pero no es por algo en específico; vamos, si alguien esta cuerdo en esta moribunda ciudad soy yo, solo que he estado recordando demasiado, eso creo que debe ser malo para un hombre de mi edad; pero yo necesito mi medicina, es algo más que necesario si se vive en una ciudad tan horriblemente aterrorizada por lo maniacos que se esconden en las sombras. Sin embargo me encuentro bien, bastante bien aunque los médicos me hayan restringido la medicina por unos días yo estoy de maravilla pero recordando demasiado, eso es lo único, si creo que es lo único. ¿Gusta una taza de té? Pero me va a perdonar si tardo en servirla ya que mis manos son muy torpes, hasta parece que les faltaran dedos; aun así es un te delicioso, es receta de mi Amelia querida, pero bueno ¿en que estaba? A si, si… Vamos hombre no estoy maniaco, es solo que me invaden algunos recuerdos. ¿Qué si la recuerdo a ella? Claro que sí, todo el tiempo me estoy acordando o que crees que soy de piedra o hielo, ella fue mi mujer dios sabe que la ame más que a nada en este maldito agujero, pero ya no está, no estoy seguro porque, pero ya no está, ¿Qué si la extraño? Claro que si es lógico ¿no crees? Ella era mi mundo, mi amada Amelia, era y seguirá siendo mi mundo. Como te comentaba hace un momento he estado recordando demasiado, recordando y recordando, pero no tengo idea clara de un hecho en particular, tu sabes, es como pasar varias imágenes por el cerebro pero nada en concreto, ¿Qué cuales son la imágenes? Pues es raro pero es el rostro de un joven de mediana edad, robusto diría yo pero no creo haberle conocido, solo que esta turbando demasiado mis pensamientos, una y otra vez aparece su rostro en mi mente; esas imágenes me martirizan al no saber quién es, será mi edad tal vez, cuento con 72 años bien vividos, ya soy algo mayor ¿no crees? ¿Amelia? Ha pues que podre decirte de ella, nos conocimos muy chicos, pero me enamore de ella enseguida, era tan hermosa, usaba esos listones en el cabello cuando colegiala y me hacía sentir loco por su pelo, era más como una fascinación extraña, me enamore de su pelo, el olor de su pelo me volvía un animal, pero yo amaba a mi bella Amelia, cuando me veía parecía que sus ojos se apartaban de todo lo demás y solo yo existía en su mundo. Estuvimos casados casi por 50 años, y ella jamás dejo de amarme, muy a pesar de mi necesidad por los medicamentos, ella me amaba. ¿Dónde está? Pues eso es algo de lo que no me acuerdo muy bien, es por eso que he estado recordando tanto, porque hay cosas como la cara de aquel chico, si el que te contaba, y la desaparición de Amelia que no acabo de recordar, si no la he buscado con la policía es porque no confió en esos cerdos amantes de poder, pero dios sabe que la he buscado, además ella es algo escurridiza, pasaba vario tiempo lejos de casa, en la casita de campo o en la casa de su familia para apartarse un poco de mis “problemas mentales” decía ella; y algunas veces he pensado que aun con nuestros casi 50 años casados por fin acabo hartándose, ya que como os he dicho mi necesidad por los medicamentos ha ido siendo más fuerte, y ella no merecía eso, unos meses antes de que desapareciera ya estaba algo retraída y se alejaba aún más que en años anteriores, pasaba más tiempo en la maldita casita ella siempre fue amante de la naturaleza, pero yo no, ella quería comprar dicha casa y así se hizo, esa casa es un remedo de porquería pero ella estaba loca por el vejestorio ese y yo no tuve más remedio que comprárselo; así que si me preguntas donde esta o si la extraño pues te diré que no lo sé y que si, la extraño demasiado pero es mejor que se aleje por un tiempo. ¿Qué cuáles son mis medicamentos y porque los he tomado tanto tiempo? Pues son medicamentos para tratar la esquizofrenia, es, dicen los médicos mi trastorno, pero yo estoy en desacuerdo, dicen que me invento a la gente, que les pasa, yo soy un hombre cuerdo, tranquilo y no hago daño a nadie, soy el hombre más cuerdo de la ciudad o dime tú el maniaco del periódico de la semana pasada, si, ese que acuchillo a su mujer y desgracio a sus tres hijas es más cuerdo que yo, o el maldito carnicero de la quinta que todos sabemos, (aunque él diga lo contrario) que asesino a sus chavales en su ciudad anterior , pero gracias a la audacia de su abogado salió libre y es por eso que termino en esta sucia ciudad, aquí vienen a caer los más malditos entre los malditos y esos médicos de pacotilla me dicen que yo estoy maniaco, están estúpidos esos jilipollas. Yo tomo mi medicamento porque me hace ver las cosas de mejor manera y me tranquiliza me vuelve más dócil, más manejable diría Amelia. ¿Qué si recuerdo porque estoy aquí? Claro, hombre esta es mi casa, o que no vez, tomo él té como siempre a las 3 de la tarde observando las noticias y degustando un buen habano, no creo haber pasado un solo día desde hace treinta años sin hacerlo, es como mi lugar más confortable, este sillón y mi televisor son como mi maldita familia desde que Amelia se fue, aun cuando ella estaba aquí, ellos parecían ser a veces más comprensivos. ¿Quieres seguir hablando de chaval de mis pensamientos? Pues eso sí que no sabría por dónde empezar, es algo que esta como en penumbras, pero si recuerdo algo, recuerdo haberlo visto varias veces aquí en casa, pero no recuerdo bien porque, esta como borroso. Ya no quiero recordar hombre me duele la cabeza, y como ya os he dicho mis medicamentos están agotados por culpa de esos médicos idiotas que no me han recetado, será mejor que se retire hombre, pase otro día y conversamos vale. ¿Cómo que no podéis iros? ¿Quién demonios crees que sos voz? ¡No, no, no! de ninguna manera voy a levantarme para acompañarlo, esta es mi casa y de aquí nadie me saca; ¿Qué demonios? ¿Dónde estamos?, ¿Dónde están mis cosas?, ¿por qué me están levantando estos sujetos? -Usted está en el hospital señor Jenkins, no vamos a volver a lo mismo de siempre, ¿que no recuerda lo que paso? Mi maldita cabeza gira de una manera increíble, estoy en la casita del campo que le compre a Amelia, pero todo es distinto, si recuerdo que era vieja y fea, pero no a esta escala esto es más bien un maldito esperpento, está hecha pedazos. -Recuerde señor Jenkins esa casa no la compro para nadie, es una propiedad abandonada hace mucho tiempo que usted solía visitar muy seguido y fue donde ocurrió todo. Estoy seguro que es mía maldito infeliz, ¿y como que todo? ¿Qué demonios paso? espera aún hay más, el chico, si el chico, él es quien debe tener las respuestas, ¡por favor ayúdeme! ¿Quién es el chico? -En realidad no lo recuerda señor Jenkins, él es… Eso no es verdad, es ilógico como podría ser verdad, ¿y mi Amelia?, ¿dónde es que esta mi Amelia? Ella podrá decirles que no es verdad, que eso es una maldita mentira, ya soy un hombre viejo se diferenciar entre lo que es verdad y lo que es falso o ¿acaso cree que estoy loco? -señor Jenkins, usted sufre de esquizofrenia es natural en estos casos que se invente cosas o personas, pero haremos algo para ayudarlo solo debe dejar de resistirse, y será más sencillo que lo traslademos a su habitación y en un momento iré a hablar con usted. De acuerdo hare lo que usted me pida pero después hablaremos sobre esta atrocidad que me está diciendo, está sucia y descabellada mentira. Han pasado horas y el maldito sujeto no se aparece por esta maldita celda que llaman habitación, pero yo no estoy loco aunque él lo diga y lo crea tal vez él sea el que no está en sus cabales, mira que inventar una estupidez de ese tamaño es infame y desagradable. -señor Jenkins, ¿ha podido usted recordar más sobre lo que hablamos? Eso es estúpido, no voy a creer semejante estupidez y más aún le demandare por mantenerme en este maldito hospital o cárcel o lo que sea que sea. -Vamos señor Jenkins no volvamos a lo mismo de siempre es hora de que afrontemos juntos esto para poder avanzar. ¿Sabe usted porque está aquí? -Claro que no, sé que este no es mi lugar. -Señor Jenkins usted sufra de una neuropatía denominada esquizofrenia y usted está en el hospital por los hechos ocurridos la noche del 2 de diciembre de 1997, ¿recuerda usted que paso esa noche? -Como me pide que recuerde algo que paso hace tanto tiempo. -¿Está usted seguro? -Claro ya lo dije. -¿Recuerda usted a Amelia Williams? -Claro como ya le dije es mi esposa pero ahora es Amelia Jenkins. -No señor, Amelia Williams era su vecina en el vecindario, la vecina de la casa de en frente a las suya, y por lo que tengo aquí escrito usted la acechaba todo el tiempo, al parecer usted la idealizo de modo de creerla su esposa por su enfermedad. -Eso es imposible, ella y yo tenemos casi 50 años casados. -Señor Jenkins usted solo tiene 31 años de edad no 72 como piensa, eso es lo que la esquizofrenia hace, trastorna la capacidad de distinguir entre la verdad y los sueños. La mañana del 2 de diciembre de 1997 usted espero a Amelia Williams fuera de la departamental donde ella trabajaba, acto seguido la golpeo con un bate de beisbol en la espalda y la guardo en el maletero de su mustang 67 blanco y se dirigió a la casa del campo que dice usted es vuestra, la saco del vehículo y la condujo adentro, abuso de ella por días hasta que ella perdió la vida, no obstante aun usted convivio con el cadáver por los 8 días posteriores a la muerte de Amelia, después usted amarro a su cabello unos listones de seda y la colgó en el pórtico de dicho lugar; usted desapareció y se fue a su casa en donde se mutilo varias partes de cuerpo entre las cuales están cuatro dedos, dos en la mano derecha y dos en la izquierda, llevo los dedos a la casa de Amelia Williams y los dejo en frente del espejo, es por eso que usted ve en su mente la imagen de un joven de edad mediana, ese joven es usted, lo que pasa es que se quedó grabado en su subconsciente la última imagen de su Azaña. Yo no estoy loco hombre, pero ella, ella se lo busco siempre evadiéndome, siempre distante, yo la amaba y ella me desprecio; esa noche fui a verla a la departamental y le ofrecí llevarla a casa pero se negó rotundamente y me amenazó con denunciarme a la policía (esos malditos cerdos ambiciosos) si ella hubiese sido más amable, si tan solo hubiese permitido llevarle a casa nada habría sucedido. La lleve a la casita y ahí la hice mi mujer y ella estará siempre a mi lado pues tome su hermoso cabello y corte un pedazo para mí, para llevarla siempre conmigo, su hermoso cabello, su bello y eterno cabello, después me quede a su lado, para que no estuviese sola, pobrecilla esa casa era deprimente, solo tuve que dejarla un momento para poder ir a dejar a su casa un pequeño recuerdo mío, sí, claro eso era justo, yo tenía su cabello; ella debía tener algo de mi ¿no cree? Por eso puse en su espejo mis dedos para que todas las mañanas que se arreglara para la departamental tuviese algo para recordarme. Pero yo no estoy loco, es todo el mundo el que está mal, yo solo quería estar con mi amada Amelia, solo quería estar para siempre con ella y con su pelo, sabe, ella tiene el pelo más hermoso de toda la tierra; su pelo, si, su pelo, su pelo.
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