Miana, la mujer innombrable.
Publicado en Dec 08, 2010
Ella alegraba mi soledad biológica
y sepulté en el infierno una erección que nunca fue suya. Hubiéramos tenido un hijo con la cabeza de Stephen Hawkins el corazón de Luther King y la piel de ella. Pero el olvido derrotó los diálogos que manteníamos y ya ni siquiera, me conmueve su boca. Ni la quise, y ella tampoco, pero el destino quiere que la recuerde en este poema, para volver a olvidarla.
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Guillermo Capece
poema de excelencia, estas escribiendo muy bien !
Guillermo