Raro
Publicado en Dec 09, 2010
Aunque apague la luz, sigue existiendo el espejo.
Ya no conoceré mi rostro el que debió mancharse de barro de tanto exorcizar al mundo. Pero me queda la alegría de otros saberes, el sabor del chocolate y el vino tinto, mirar el mar en una tormenta o besar tu boca. Ni rompí el espejo, ni derroté la muerte. Y lo mismo alumbra mi alma, tu sueño.
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Guillermo Capece
Aunque apague la luz sigue existiendo este verso en mi mente; poema de mucho equilibrio, se nota que es muy sentido. Felicitaciones.
Guillermo
LOBOLEJANO