Los Hermanos
Publicado en Dec 13, 2010
Por Nielsen, los conocían y más por “Los colorados”
Hijos de suecos, noruegos o daneses que inmigraron. Eran dos. Juntos vivían, como los gauchos del sur. Matrereaban, comerciaban, bebían a su salud. Unidos y pendencieros, eran hombres de temer, Espalda a espalda peleaban, si algo había que defender. Un día, el mayor, llegó con una china en las ancas del tordillo que eligió por compañero de andanzas. Juliana, era la mocita, nacida para el amor, Linda, amable, cariñosa, el rancho, la aquerenció. Al regreso de un trabajo, que le tomó varios días, al menor, junto a su prenda, el mayor, los sorprendía. No dijo ni una palabra, ni un reproche, ni alusión. Próximo a viajar de nuevo, al menor, así le habló: - Mientras yo no esté, ella, es tuya, - y en el confín, se perdió. La Juliana, se dio cuenta que al que amaba, era al menor. Cuando el hermano volvía, aquél se daba al alcohol, para no pensar en nada ni sumirse en el dolor. La situación empeoraba. Tenían que resolver Y de acuerdo decidieron lo que debían hacer. Una mañana , temprano, se vio partir a los tres. Llegaron al mediodía a un conocido burdel La vendieron, la dejaron, volvieron a su quehacer. Por un tiempo, pareció que volvía lo normal, hasta que se descubrieron, yendo hacia el mismo lugar, Inventando situaciones que confluían igual: en el burdel y a Juliana, ambos iban a buscar. La compraron y de vuelta, la moza hacia el rancho va. Cuando se encierra con uno, el otro lo pasa mal. Se crea una situación difícil de controlar. Otra vez se reúnen y deciden lo que harán. Al atardecer, la llevan, por otro camino van, El menor lleva dos palas de punta, para cavar. El solitario paraje que eligieron, allí está, Mientras cavan una fosa, ella mira sin hablar. El aire se siente frío, Juliana empieza a temblar. Comprende, su fin se acerca y lo tiene que aceptar. La bajan cuando su cuerpo ya se ha empezado a enfriar Y la cubren con la tierra que acabaron de sacar. La noche no tiene estrellas, la luna tampoco está. Horrorizadas por todo lo que acaba de pasar. Se esconden tras de las nubes que las pueden ocultar. Los potros no necesitan de guías para llegar, hasta el rancho donde el frío ya se empezó a enseñorear. Los hermanos, más unidos que nunca, en la adversidad, No habrá intrusa en esta vida que los haga separar.
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haydee
Después de leerlo, queda un sabor amargo en la boca y en el alma. Es posible que haya ocurrido, entre tantos abusos y calamitosas injusticias.
Gracias por acercarte, querido FILIBERTO
Filiberto Oliveros
que surgió fenomenal / gracias dama del lunfardo / mi alegría te ofrece un nardo //
También tu interpretación / se merece una ovación / y estrellas de compensación //
Además querida haydee no puede dejar de darte el abrazo consentidor de siempre.
Filiberto.