El Medalln
Publicado en Dec 13, 2010
Estaba oscuro, tenía miedo, me encontraba oculto debajo de la cama. << Como si eso fuese a servir de algo >> pensé. Sabía que quería algo que yo tenía. Ese collar extraño que me había dado mi abuelo cuando cumplí 15 años revelaba secretos inimaginables de la vida; del universo entero; por 14 años lo guardé y cuide con sumo cuidado. Ahora él lo deseaba con toda su alma. No me explicaba él porque yo debía ser el guardián de los secretos... pero lo era y tenía que cumplir mi trabajo. Aferré el medallón que colgaba de la fina cadena de oro a mi pecho. Lo tomé entre mis manos y desee con todas mis fuerzas encontrarme fuera de ese lugar, pero ya era muy tarde. Me tomo de una pierna y me arrastró hasta tenerme completamente expuesto a su mirada. Mirada fría, helada, malévola. "Dame el collar" ordenó. "No se lo daré. Antes muerto". Sabía el error que cometía. Me mataría fácilmente y se llevaría el collar de todos modos, pero no podía entregárselo así de fácil. "Dámelo, o sufrirás" sentenció. Me limite a mirarle y mirar alrededor. << ¿Dónde estará? >> Me pregunté. Él me miraba intensamente, con furia, con odio. "¿Qué esperas?" gritó. En ese instante miré una pequeña caja, donde solía guardar el collar, ahí estaba. Ahí estaba la daga plateada... Mi abuelo me había dicho que debía usarla en caso de emergencia, pero que su poder me debilitaría porque era "mágica", me dolería. Morir o sufrir un dolor terrible, inimaginable. Ambas opciones conducían a un mismo punto: dolor. Lentamente me fui acercando. "¿Qué haces?" preguntó furioso. "La llave... para entregársela" fue lo único que logre articular. En ese instante, se movió directo a la caja. "¡NO!" grité. "Si la toca morirá, solo yo puedo hacerlo." Me miro incrédulo, pero al final cedió. Abrí la caja, << No soy un asesino...>>Pensé, << Pero el sí>>. Aferré la daga a mi mano y sin pensarlo dos veces me lancé contra él. Ardía, dolía. Sangraba incesantemente pero no moría, deseaba morir; ningún humano habría de soportar ese dolor... no podría. Yo deseaba morir, lo único que recuerdo después de eso es dolor, un dolor insufrible... grité. Luego... nada. No había nada. ¿Había muerto? No sé. Todo era tan poco, y Nada era demasiado en ese lugar. Recordé los cinco minutos más temibles de mi vida. ¿Dónde estaba él? ¿Dónde estaba la daga?... Caminé lentamente. No sentía dolor, en si... lo que sentía era un vacío interminable. Momentos después abrí los ojos. Estaba en un charco de sangre. Miré a mi alrededor desorientado. Todo había acabado. Él estaba en el suelo de la habitación, degollado. Yo... estaba sin alma. Había valido la pena. Ahora entendía a que se refería mi abuelo con que al usar la daga me debilitaría... me robaría el alma. Ahora yo conocía los secretos del universo, mejor dicho, de los universos. Él había muerto y yo no tenía más razón para existir en esta dimensión. La daga estaba destruida y destruida estaba mi alma, ya no había nada que me sostuviera en este universo. Conocí el significado de la Libertad y el Poder, por fin. Había cometido un crimen, pero eso no importaba, ahora yo tendría mis propias reglas. Mi alma se había llevado consigo la conciencia. Lenta y sigilosamente limpié el desastre, tome el collar y me marché. Sabía que más seres deseaban mi tesoro, mi poder. Y así me encaminé a un viaje de batallas, conquistas y descubrimientos en otras eras, en otros mundos, en otras galaxias y finalmente en otros sueños. Hasta el fin de los tiempos, hasta la destrucción del medallón.
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Verito
Oscar Franco
Saludos Amigos, les invito a leer mi ultimo poema. espero escriban sus comentarios.gracias por hacerlo.
El poema titula: "TU me Miras y me Hechizas"
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