EL PODER Y EL HOMBRE

Si la humanidad
no se autodestruye demasiado pronto,
o algún objeto exterior
decide prestarle tal servicio,
la Tierra finalmente será parte
de un estado esclavista y poderoso.
Marte y otros cuerpos giratorios
formarán provincias federadas
en este apasionante conjunto planetario
conocido simplemente como Sistema Solar.
 
Un gobierno cósmico diseñado
hasta la nube de Oort,
regirá el país, diminuto en la galaxia,
que vivirá bajo la férula del pulpo
incrustado en el centro de un agujero negro,
donde abrirá sus tentáculos imperiales
deseoso de abarcar el universo.
 
Eso es el poder y eso es el hombre:
monstruosidades insaciables y perversas,
pero necesarias para toda empresa
interesada en conquistar el éxito.
Maldecimos el primero y adulamos el segundo
como escape final de la impotencia
que corroe nuestras vidas como un ácido
implacable y deletéreo siempre.
 
¡Viva entonces el poder y viva todo
lo que arrase esta ilusión repartidora
de esperanzas y espejismos cotidianos,
donde el hombre es devorado como estopa
por el fuego abrasador que lo consume
en mitad de la noche y de la nada!