Yo quiero ser periodista: y Ud?
Publicado en Dec 18, 2010
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Porfía: Mónica Beatriz Gervasoni (por ahora, Juana de los Desconocidos de Siempre)
 

 
Aviso clasificado: se ofrece pichón de periodista y de espíritu. Algo veterana en años, tengo 43 abriles. Con experiencia previa, en ser pichón y escriba, colaboraciones mediante. Sexo femenino. 1.48 de estatura.
 

 
Peor es nada.
 

 
(Resumen de mi experiencia laboral en el rubro.)
 

 
Uno busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias… según la teoría tanguera. Con ella bajo el brazo, llamé al secretario de redacción de una revista de circulación pública, para pedir una entrevista. Una voz en el teléfono sentenció: “la entrevista te la doy, pero desde ya te aclaro que tenés que ser lo suficientemente buena si querés un espacio en la revista, porque material es lo que sobra y lugar lo que falta. Glup, fue el ruido del atragantamiento con el corté espantada y con un gracias, bastante tartamudo y apenas audible. Pero me dije: arriésgate, Catalina y me mandé.
 
Con el currículo Vitae llevaba una nota sobre chismes, dimes y diretes, frases hechas que suelen romper la paciencia y otras cuántas pavadas cotidianas por el estilo. Me dijo que la nota era buena pero el tema re trillado. Ahí nomás saqué mis ases de la manga y ¿qué creen que eligió?… Este tema que viste y calza esta nota. Fruto de un chascarrillo telefónico con una amiga quien matándose de risa de mis peripecias en mi intento en ser periodista, dijo lo más suelta de cuerpo: “ves, sobre eso tenés que escribir.” Luego colgó y se fue lo más campante de vacaciones. Y aquí estoy yo con una suma de desvelos, escribirla, entregarla y encima que me la publiquen.
 
Un día volví como perro con dos colas, a mi hogar dulce hogar, todos me asaltaron preguntándome: che, ¿sacaste la lotería, que tenés esa cara? Cuando les contesté que me habían contestado de una redacción, respondieron con un lacónico: ah, era eso. Y perro, marido, hija, madre y padre volvieron a sus ocupaciones habituales.
 
Adjudico las publicaciones a los siguientes artilugios supersticiosos que son aptos para la cartera de la dama o el bolsillo del caballero, como para los guardapolvos estudiantiles a la hora de sacar un machete y que no los pesquen.
 

 

 
Descripción de actos varios pro buena suerte.
 

 
Defender a grito pelado a una arañita casera. Hasta viajó conmigo en el colectivo. Acorralar a un grillo, enemigo acérrimo de Morfeo y bancarse las consecuencias de que nadie pueda dormir hasta que el energúmeno terminase con sus respectivos conciertos: a saber: grillo en do menor, fa, la y sol, por lo menos. Con sus bises correspondientes en el transcurso de la noche.
 
Cuando por fin me llamaron de la redacción y me sugirieron volver a comunicarme en una semana, dicha semana me la pasé caminando por las paredes. Gracias a Dios, para cuando conseguí bajar había transcurrido el tiempo pactado. Para no perder la costumbre otra vez tartamudeando, llamé. Del director y del secretario de redacción ni señas. Zás, pensé, el viejo truco. Ya me veía llenando bañaderas y bañaderas de lágrimas, pero no. En vez de escuchar el consabido tono nuevamente, oigo: “¿pero vos quién sos? Vuelvo a repetir mi cantinela de siempre: soy estudiante de periodismo… no alcanzo a terminar, cuando me dicen: Ah, vos sos la que nos mandaste una cantidad infernal de material. Síii, dije a mi vez con un hilo de voz y tratando que el corazón no se saliera del pecho de la taquicardia que tenía. Ah, bueno queríamos decirte que nos gustó. ¿Cuándo pasas para publicar? No terminó de hablar que yo estaba allí. Llegué más levitando que caminando. Sin embargo el camino fue un calvario de metidas de pata. Abrí la puerta del ascensor entre pisos, tropecé tantas veces como escalones había. Dije buenas tardes cuando eran buenos días. En la recepción no tenía idea de qué decir. Como si ninguna vez hubiera tenido una. O que en su defecto las hubieran comido los ratones con lengua y todo. Lo máximo fue cuando en un rinconcito de la redacción, el director en una pausa de sus ocupaciones, me llama con un gesto. Tuve la imperiosa necesidad de darme vueltas, aún a sabiendas que a nadie más que a mí se estaba dirigiendo porque, sencillamente, el áspero tacto de la pared en mi espalda confirmaba mis sospechas… En fin, nadie es perfecto.
 

 

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Foto del autor monica beatriz gervasoni
Textos Publicados: 9
Miembro desde: Sep 30, 2009
5 Comentarios 921 Lecturas Favorito 1 veces
Descripción

Como tratar de ser mujer, periodista ah y no morir en el intento...

Palabras Clave: mujer periodista argentina...

Categoría: Artculos

Subcategoría: Entretenimiento



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Laura Torless

Neorrelismo en la oficina. Pasa un ladrón de bicicletas y una ballena azul. Fue cuando el dire se olvidó.
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January 15, 2011
 

MARINO SANTANA ROSARIO

SIGO DICIENDO QUE ERES BUENA... MAS QUE ESO, ERES BUENÍSIMA(,CON TODA SINCERIDAD LO DIGO). ME HA ENCANTADO TU TRABAJO QUE GRACIA TIENES PARA CONTAR LAS COSAS, NIÑA.
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December 18, 2010
 

monica beatriz gervasoni

Bueno, me encanta que pienses asì.
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December 18, 2010

monica beatriz gervasoni

Gracias por el comentario...toda coincidencia con la realidad es absolutamente premeditada!!!
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December 18, 2010
 

Johel Mortue Delacroix

Muy entretenido y bastante gracia en la forma de contarlo.
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December 18, 2010
 

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