Pequeña: Me engañaste con mal amor de mundo:
Dijiste que venías de los cañaverales.
Que tu boca nunca toco otra boca
y que tu corazón jamás toco algún luto.
Que por licor bebías la melaza.
Que no sabías de cizaña y malezas.
Que venías de un mundo inmaculado
cubierta de color a serpentina.
Hubiera sido fácil decir que no sentías,
que tus faldas vivieron levantadas.
que te entregaste a otros con tu hambre de carnes.
Y que fuíste la reina de todas las bohemias.
Y ahora que tu pasado te desborda
me resulta imposible perdonarte.
No por la vida que tuviste
sino porque mataste mi confianza.
Carga con tu maleta de mentiras
y humea hasta apagarte en otra mesa.