Despedida
Publicado en Dec 28, 2010
La besó en son de despedida. Lo dejaba partir, respetaba su decisión, aunque eso le doliera. El hombre salió del bar, mientras ella permanecía en la barra. Su compañera, comentó - No te preocupes, volverá, como lo hacen todos, cada vez que se despiden de nosotras. Ya vas a ver como luego de unos días, lo verás entrar de nuevo por aquella puerta. Espero que sea lo suficientemente fuerte esta vez para que me deje de una vez - pensó para si. Le invadió el recuerdo de aquella tarde lluviosa, cuando empapado y con el alma destrozada, entró al bar pidiendo un trago, tocándole a ella atenderlo. Le confesó su pena de amor y se le quedó abrazado hasta la madrugada, ocasión en que los guardias tuvieron que pedirle se retirara. Desde entonces, cada viernes después de las 08:00 pm, lo veía entrar, sentía sus manos, su aliento, su boca, y le escuchaba en silencio, mientras el trago iba haciendo lo suyo. Muy en el fondo, esperaba que algún viernes no regresara, pero él volvía a recaer y la buscaba. Casi dos años después de aquella ocasión se despedía, sin más. Entendía que su compañía, le estaba destruyendo. Quería recuperar a su mujer; por eso se alejaba. Como siempre no contestó nada. Deseaba (a pesar del dolor de no verlo, ni sentirlo, ni escucharle) que aprovechara esa oportunidad. La amiga, que la estaba viendo melancólica, la ánimo. ¡Ya niña, debemos estar lista para los clientes!. La noche recién comenzaba. Una botella de whisky que había presenciado todo, les habló. Ya pues nenas, es viernes, debemos trabajar. Las copas sonrieron, mientras eran llenadas.
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Guillermo Capece
Guillermo