EL MAL SUEO
Publicado en Dec 30, 2010
Y yo que odiaba las cadenas
andaba entonces maniatada y llena de candados. Uno tras otro aparecían crueles carceleros; se materializaban con escudos de oro: Escupían sangre y tenían en las manos antorchas dispuestas a incinerar mis alas. Y yo que odiaba los reproches me veía envuelta en preguntas, forzada a articular justificaciones. Uno tras otro aparecían jueces con verdugos a su servicio; estos recogían mis palabras, las disponían en una balanza, pesaban mi bien y mi mal. Lo sabían todo y yo no sabía nada. Y yo que nunca aprendí a respirar con besos opresivos, tenía la boca obligada a la pasión, a la palabra, a la intención. Uno a uno se materializaban los nombres del amor, del odio, de la locura, de la falsa amistad, de la copa olvidada... Todos asfixiaban mi cuerpo y dejaban en desasosiego al alma que alguna vez creyó ser libre. Y yo que soñaba la vida en angustiosas pesadillas recurrentes, miraba por un pequeño espacio de mi guarida el veneno o el antídoto que pudiera matarme o liberarme; pero la proyección de errores en la pared del frente amilanaba mis ojos y me consumía allí. Encerrada para siempre.
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Caranndor
un cordial saludo. Caranndor
Leidy Mar
fíjate que por mala suerte existen gobiernos y relaciones que dan mucho realismo al mal sueño...
Johel Mortu Delacroix
tengo tiempo queriendo narrar una pesadilla y no se me dá, y mirá señor, que bueno que te sale atí...
Bye
Leidy Mar