POR SI LAS MOSCAS...

Existe una dualidad palpable
entre el artista y el ciudadano;
por lo menos, así lo veo yo.
Como poeta digo lo que siento y pienso
donde lo deseo, como lo deseo y cuando lo deseo.
 
Como ciudadano estoy dispuesto a vivir,
aquí o en cualquier parte,
respetando la ley, practicando el civismo
y hasta la urbanidad,
portándome como se debe
para ser merecedor de una sociedad civilizada.
 
Eso sí, que no traten de taparme la boca
con su censura hipócrita,
porque para lograrlo,
primero tienen que matarme.